Son varios y diversos los componentes a tener en cuenta a la hora de desarrollar un programa de desarrollo infantil temprano. Tanto la preparación, la planificación, la financiación, el seguimiento como la evaluación son importantes cuando se diseña e implementa un programa. En esta publicación nos centramos en el apartado de la evaluación, no porque sea el aspecto más importante, sino porque puede orientar sobre cómo se están desarrollando todos los demás. Como tal, la evaluación constituye el instrumento inicial para saber cuál es el resultado del trabajo realizado en un proyecto. Pero también contribuye a indicar cómo se pueden mejorar ciertas prácticas o procesos, actuar como herramienta de aprendizaje o para mostrar a otros el trabajo.