Una historia mínima

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Tenerife ^ ' Capital"

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Miércoles. 3 diciembre 2008

de Canarias

Cine Película de culto

CEDIDA

"Ciudad de Dios" Femando Meirelles, 2002 ^ B . R. "Ciudad de Dios", una de las grandes sorpresas de Festival de Cannes de 2002 -presentada fuera de concurso- y de la sección Zabaltegui del Festival de San Sebastián del mismo año, retrata el crecimiento del crimen organizado en una favela de Río de Janeiro entre finales de los años 60 y principios de los 80 a través de los ojos de Buscapé (un niño que sueña con •^ ser fotógrafo). "Ciudad de Dios" se ha convertido de los grandes éxitos del cine brasileño de los últimos años gracias a su efervescente torbellino de imágenes basado en un fi"enético montaje, un atractivo visual basado en una excelente fotografía, una acertada banda sonora y una vibrante trama que configura una especie de westem moderno, brutal y desgarrador en el que las pistolas imponen la ley del más fiíerte. La cinta brasileña "Ciudad de Dios", rodada en las peligrosas favelas de Río de Janeiro tras el permiso de los narcotraficantes de la zona, pertenece a la estirpe de películas sudamericanas que reflejan su dura y truculenta realidad cotidiana, situándose en la órbita de la colombiana "La virgen de los sicarios" (2000) y la mexicana "Amores perros" (2000). Cine hambriento de realidad. No en balde, en un momento dado del filme uno de los personajes le dice a otro: "Ciudad de Dios queda " muy lejos de la típica postal de Río de Janeiro". Lo curioso de esta especie de manifiesto visual es que narra una trama basada en historias reales pero contada de una manera muy cinematográfica, empleando toda clase de recursos que aumentan el dramatismo y la intensidad de la historia: imágenes al ralentí, pantalla bipartita, picados, contrapicados, desenfoques, cortinillas... todo bajo un montaje, obra de Daniel Rezende, trepidante. Desde la primera secuencia, en la que vemos cómo alguien afila unos cuchillos, se nos advierte de lo que vamos a ver: una masacre continua. La película está narrada como si de un mero divertimento se tratara hasta que hacia la mitad del metraje un niño se ve obligado a matar a otro y se desvanece la sensación de estar viendo "Lock and Stock" (1998) y "Snatch" (2000), de Guy Ritchie o "Reservoir Dogs" (1991) _

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que refleja ima violencia geométrica extraída de la propia realidad y que no parece tener visos de solución. Adaptación de la larga novela homónima de Paolo Lins, que cuenta con más de trescientos personajes y cien historias a lo largo de sus seiscientas páginas, la película cuenta con guión de Braulio Mantovani y se llegaron a escribir doce borradores del mismo, plasmando en pantalla un sinfín de historias que se entrecruzan en un momento determinado de la historia, casi siempre de manera funesta. Tal es el reguero de cadáveres que se van sembrando a lo largo del largometraje, producto de la batalla descamada que se produce entre las dos bandas de narcotraficantes por controlar el suburbio de Ciudad de Dios, que el tema de la película no es otro que la.pérdida inútil de vidas, reflejando que en estos lares la vida de . una persona vale menos que la de un insecto y donde los "niños de la rúa" empuñan pistolas para aparentar ser hombres viriles. Aquí los churumbeles no juegan a la PlayStation 3 sino que son implacables asesinos. Amén de la corrupción policial, que hace la lista gorda a cambio de un trozo del pastel. El director Femando Meirelles, que hasta entonces sólo había dirigido dos cortos y dos largos: "O Menino Maluquinho" (1996) y "Domesticas .o filme" (1999) y la codirectora Kátia Lund, asistente de dirección en "Estación central de Brasil" (de Walter Salles, a la sazón productor de "Ciudad de Dios"), conciben una película coral donde el reparto está formado por intérpretes no profesionales elegidos tras conformar un grupo de ciento diez jóvenes que trabajaron durante ocho meses en un taller especial, lo que explica la verosimilitud de sus interpretaciones. El Día (Santa Cruz de Tenerife) 03/12/2008. Página 96

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F o t o g r a m a d e " E l f r a s c o " , dirigida por Alberto Lecchi./IMAGEN CEDIDA

Una historia mínima '^Benjamín Reyes "El frasco", que se alzó con una merecida Espiga de Plata en la última Seminci de Valladolid, presenta dos vidas ancladas en la rutina y sobrepasadas por la inseguridad que les produce la soledad y el dolor de vivencias pasadas. Juan (Darío Grandinetti) es conductor de guaguas de larga distancia y Romina (Leticia Bredice) es profesora en Villa Ana, una de las localidades por las que el vehículo que conduce Juan pasa diariamente. Ambos se sienten atraídos pero ninguno se atreve a dar el primer paso, hasta que un día ella le encarga que entregue en la clínica im paquete muy especial: un frasco. "El frasco", dirigida por Alberto Lecchi, parte de una anécdota más propia de un cortometraje y evoluciona hasta un largometraje que ahonda en una emotiva historia de amor desprovista de sensiblería y artificios. Un simple frasco se convertirá en el hilo conductor de una trama romántica entre dos personajes solitaríos que presentan serias dificultades para enamorarse. Una historia sencilla, impregnada de sentido del humor inteligente, que se aleja de la pretenciosidad sustentada en las dos grandes interpretaciones de I Grandinetti y Leticia Bredice. Grandinetti, alias

Oí "El frasco", dirigida por Alberto Lecchi, se alzó con una merecida Espiga de Plata én la última Seminci de Valladolid. El director argentino configura una mirada positiva y amable sobre la existencia que viene tan bien para dar un respiro a tanto drama cotidiano.

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Biblioteca de la Universidad de La Laguna.

"El Mudo", se mete en la piel de im personaje torpe y metódico que esconde un pasado dramático. La torpeza del personaje se convierte en ternura y provoca la empatia con el espectador. El veterano actor argentino, a la hora de interpretar su hierático personaje, tuvo al actor cómico clásico Buster Keaton como referente para desenvolverse. Por su parte, Leticia Bredice, a la que pudimos ver por estos lares, por primera vez, en "Nueve reinas" (1999), aparece despojada de todo su sex-appeal (aunque conserva incólume su mirada azulada). La "Bomba Gaucha", que ya había trabajado con Lecchi en la "tv movie" "Mujeres asesinas" (2008), aparece en un registro muy tiemo. El personaje de Romina está anclado en el pasado, vive en ima caravana que no funciona. A los dos los secundan una serie de personajes impagables como los zánganos de la gasolinera o el tipo que juega constantemente con un yoyo. Esta coproducción hispano-argentina, en su primera parte presenta retales de la acción del westem (incluye un peculiar duelo con banda sonora típica del cine del Oeste) y de la "road movie". De hecho Lecchi confiesa que "le encantaria hacer un westem de verdad". "El frasco" evoluciona de una peculiar "road - movie"-intimista-a-una comedia-remántiearen~su segunda parte. Un filme que con muy pocas palabras dice mucho. "Elfi'asco"es una cinta que eleva el monosílabo a la categoría de personaje central. "Sí", "no", "vale", "vamos"... Para qué decir más. En el afán de recrear una historia sincera los personajes conducen realmente o a Leticia Bredice le extraen sangre de verdad. Lecchi configura una mirada positiva y amable sobre la existencia que viene tan bien para dar un respiro de alivio a tanto drama cotidiano. "El frasco", todavía sin fecha de estreno en las salas comerciales españolas, es el undécimo largometraje de Alberto Lecchi (Buenos Aires, 1964), de cuya filmografía sólo se han podido ver anteriormente en España "Operación Fangio" (1999), "Nueces de , amor" (2000, que presentó en la sección oficial de la 45 Seminci) y "18-J" (2004). Lecchi ha trabajado como ayudante de dirección en más de cuarenta películas de cineastas como Héctor Olivera, María Luisa Bemberg, Femando Ayala o Carlos Saura, aunque se dio a conocer como guionista de Adolfo Aristaráin en "Un lugar en el mundo" (1992). Aunque en esta ocasión cede la escritura del guión a Pablo Solarz, el artífice del texto de "Historias mínimas" (2002), de Carlos Sorín, y eso se nota en el resultado. Al igual que en el filme dirigido por Sorín, en "El frasco" toda la atención se concentra en los personajes, en lo que se dicen y en lo que no se dicen. El guión de Solarz narra una historía de amor tiema y divertida con algún momento dramático sin grandes aspavientos.


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