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Tenerife
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fde Canarias
Arte
" U r a n o " y " G r a n p r o f e t a " , ambas de 1933, son dos de las esculturas cumbres del artista plástico zaragozano. Abajo, "La bestia del hombre" (1904), magnífico relieve que se exhibe en el espacio denominado "Independenciay consolidación profesional"./JESÚS ADÁN
Gargallo esencial '^Benjamín Reyes La sala de exposiciones'del lagunero Instituto Cabrera Pinto recibe hasta el 20 de abril ciento dos obras surgidas del ingenio de Pablo Gargallo (1881-1934), uno de los creadores cruciales en la evolución de la escultura a lo largo de la centuria del XX. La exposición "Gargallo en su museo" incluye, dentro de las sesenta y una esculturas, treinta y cinco dibujos y seis cartones, sus obras maestras corno "Kiki de Montpamesse" (1928), "Urano" (1933), "Homenaje a Chagall" (1933) y "Gran profeta" (1933). La muestra sobre elartista plástico zaragozano se divide en nueve etapas: "Los años de formación", "Independencia y consolidación profesional", "Descubrimientos decisivos", "Primera época del cobre", "Intermedio del plomo", "El nuevo clasicismo", "Segunda época del cobre", "Los monumentos públicos" y finalmente, "Época del hierro". La antológica de Gargallo es una ocasión única para contemplar arte de primera magnitud sin tener que desplazarse al madrileño museo del Prado, al IVAM valenciano o al Guggenheim bilbaíno. Es ima muestra para "perderse" en ella y desprenderse del reloj (ese artilugio que nos recuerda que somos esclavos del tiempo). El tiempo se difumina y el mundo exterior desaparece. Las obras de Gargallo, rigurosamente coetáneo a Picasso, son muy identificables, poseen unos rasgos muy característicos. Sobre todo, las piezas más representativas de su trayectoria como "Urano", que representa un caballo alípedo modelado con opulencia barroca sobre el que se sitúa una pequeñafiguramasculina reclinada sobre el lomo del animal, sobre el que, a su vez, se ubica encima de su rodilla un globo terráqueo. Las patas del Pegaso desaparecen, ftxsionándose con una
"Gran'profeta", pieza que formó parte de la I Exposición Intemacional de Escultura en la Calle de Tenerife, en 1973 de forma efímera, sintetiza todos los logros expresivos y conceptuales en el campo de la representación de los volúmenes, el espacio y la luz. Se siente un auténtico alborozo al estar delante de una de las esculturas capitales del siglo XX. Esta especie de monumental mecano es xm pedazo de la historia del arte que desprende una gran fuerza expresiva y que proyecta dos sombras que se confi"ontan. Completa el trío magnificm el "Homenaje a Chagall", un busto que supone un dechado de oríginalidad al atravesar la cabeza del pintor
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El Día (Santa Cruz de Tenerife) 02/04/2008. Página 95
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obra. Se mire desde la perspectiva que se mire "Urano" oñ'ece ángulos de visión extraordinarios. Debido a la iluminación de la sala la obra dibuja una perfecta silueta en la pared. Creación superlativa, incluso superior, para mí, a su escultura más célebre: "Gran profeta". ...
Biblioteca de la Universidad de La Laguna.
En la obra seleccionada, que refleja el conjunto de sus treinta años de producción artística, descuellan dos piezas de 1904 poco conocidas. "La bestia del hombre" y "La pareja". La prímera es un magistral reUeve en el que una furibunda figura masculina parece cobrar vida para asestar un puñetazo al espectador. La segunda es una obra de claros influjos de Rodin, que representa el beso de una pareja de pie, cuyos cuerpos proyectan una sombra en la que la pareja se ha fusionado en un solo ser.
Gargallo pintor
Aunque Pablo Gargallo es esencialmente conocido como escultor, en su producción artística se pueden encontrar un puñado de dibujos, sobre todo, bocetos y apuntes para sus esculturas, y algunas pinturas como "Bañistas" (1932), espléndido cuadro de tonos pasUn total de ciento un teles que recuerda a las escenas de abluciones de Renoir. Refleja una dos obras del escena intimista impregnada de erotismo cotidiano. Se tiene la senartista plástico sación de estar observando por la ranxira de una cerradura como un Pablo Gargallo se voyeur. Asimismo, concita la atención el dibujo a lápiz titulado simexhiben en el plemente "Caballos" (1930), en la que dos corceles se enfrascan en lagunero Instituto una pelea. Los equinos presentan los colores invertidos: im caballo Cabrera Pinto hasta blanco con la crin negra, y un caballo negro con la crin blanca. En sus el 20 de abril años de formación eran habituales los dibujos y bocetos, algunos de los cuales alcanzan la categoría de obra independiente como el "Retrato de Ceferino Pallas" (1898), un dibujo de gran verísmo. ruso con una figura femenina con Como le dijo Inocencio X a el cuerpo extendido que pinta un Velázquez: "¡Troppo vero!". En ramo de flores (su esposa), en alu- definitiva, una retrospectiva que sión a que siempre la llevaba en la refleja muy bien la trayectoria de cabeza. Destaca también el magis- uno,de los más destacados renotral detalle del pelo ensortijado que vadores del lenguaje escultórico derefleja que Gargallo trabaja él la centuria'del XX. Escultor de bronce como si de un pintor se tra- volúmenes, vacíos, luces y sombras. Todo úh lujo. tara. • - • - . , -
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especie de basamento que forma ondas que le imprimen vivacidad y dinamicidad. En la cabeza, abdomen y pierna izquierda del equino, el artista aragonés incorpora el vació total, así como en la parte inferior del personaje humano. Vacíos que eliminan lo superfluo y ofi'ecen empaque a la
No le, va a la zaga el "David" que fimdió en 1934, cuyo movimiento rememora el manierismo del renacentista Giambologna. Aparece provisto de una espina dorsal desprendida como si fiíera la cola de Belcebú. Apoyado sobre un solo pie y pertrechado con una lira, su pelo es ensortijado, lo que denota un excelente trabajo de repujado. Todas las piezas mencionadas pertenecen a la edad del hierro, que contrastan con las obras del periodo de "Los monumentos púbUcos", exhibida a escasos metros, con ocho esculturas pétreas, macizas, sin vacíos que ponen de manifiesto que Gargallo desarrolló una aventura artística que le llevó desde la escultura tradicional a la escultura de vanguardia. El artista plástico zaragozano va suprimiendo, paulatinamente, la materia de sus esculturas de bulto redondo hasta llegar al vacío como elemento escultórico. De hecho, el volumen de vacío adquiere la misma importancia que el volumen de materia. Gargallo es un gran innovador porque hace que el espectador participe. Presenta los elementos básicos para que sea el público quien la complete con su visión. Lo que se refleja dé manera clarividente en "Kiki de Montpamesse" (popular parisina que frecuentaba los ámbitos artísticos del París bohemio), una de sus obras más paradigmáticas: ima máscara cóncava fundida en bronce (la única de toda su producción).