T I E M P OLIBRE
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Domingo, 19 de noviembre de 2017
JACK TAYLOR J ACTOR
“Quiero morirme delante de la cámara, terminando la última palabra del texto” TEXTO: BENJAMÍN REYES FOTO: ANDRÉS GUTIÉRREZ Santa Cruz de Tenerife
J
ack Taylor (Oregón, 1936) es uno de los intérpretes más prolíficos de la historia del cine de terror, contabilizando más de cien apariciones en pantalla. Su nombre está a la altura del de Christopher Lee o Paul Naschy, con quienes compartió cartel. El hecho de que Sitges premiara su trayectoria en 2009 y de tener su propia figura en el Museo de Cera de Madrid ejemplifica que es un icono del cine de género. Esta semana estuvo en Tenerife invitado por el festival Isla Calavera para presentar Wax, una de sus últimas apariciones en la gran pantalla. -Su primera película fue La torre de marfil (1958). ¿Qué recuerdos alberga de aquella experiencia? “Ese fue mi primer papel protagónico, pero ya había hecho pequeños papeles en tres o cuatro largometrajes. Me encanta esa película, pero el negativo está perdido porque se quemó en un incendio”. -¿Qué le llevó a vivir en México a finales de los 50 y principios de los 60? “La primera vez que pise un escenario tenía 6 años y pensé: Esto es para mí. Años después, viendo una película en San Francisco me dije a mí mismo: Yo también puedo hacerlo. Me fui a Los Ángeles y lo primero que hice fue intervenir en un programa de televisión con Jack Benny, actor de Ser o no ser (1942), de Ernst Lubitsch. La estrella invitada fue Marilyn Monroe. Sin embargo, yo no tenía el tipo que estaba de moda y decidí ir a un sitio donde fuera diferente. Conduje casi tres mil kilómetros para llegar a ciudad de México, sin saber hablar español”.
NO ME GUSTA LA DISTINCIÓN ENTRE CINE DE SERIE B Y CINE DE SERIE A. ES CINE Y PUNTO”
AL DIRECTOR ARMANDO DE OSSORIO LE GUSTABAN MÁS SUS MONSTRUOS QUE SUS ACTORES”
ESTUVE EN LA ISLA UN MES CON ‘ÓSCAR, UNA PASIÓN SURREALISTA’. LOS ACTORES SOMOS AMBULANTES”
- ¿Conoció a Luis Buñuel? “Estuve viviendo seis años en México y llegué a conocer a Buñuel. Incluso hice una prueba para una de sus películas, pero al final no me seleccionaron por el hándicap del idioma”. -En los años 60 y 70 directores como Jesús Franco o Leon Klimovsky firmaban muchas películas en un mismo año, ¿cómo era rodar con ellos? “Antes se hacía más cine. Con Jesús Franco rodé ocho películas durante diez años. Tenían un concepto diferente al de ahora”. -¿Cómo afrontó el reto de su desnudo integral en Necronomicón (1968), de Jesús Franco? “Era la época del destape.
Era el cine que se hacía en aquel momento. Necronomicon se estrenó en Estados Unidos con otro título: Succubus, y llegó a estar entre los cincuenta títulos más taquilleros de 1969. Luego protagonicé otros desnudos como el de El ataque de las vampiras (1974)”. -Protagonizó El buque maldito (1974), de Armando de Ossorio, a quien le rindió tributo en el Festival de Cine Fantástico de La Coruña en 2016. “A Armando de Ossorio le gustaban más sus monstruos que sus actores. Un día me equivoqué tras una jornada exhaustiva y se enfadó mucho y me dijo: Me sobran actores. La única razón por la que trabajas en esta película es que tienes un
nombre extranjero. A parte de eso me llevé muy bien con él y rodamos tres filmes juntos”. -¿Cómo fue trabajar con un mito como Christopher Lee en El Conde Drácula (1970)? “Christopher Lee nos miraba de soslayo. Siempre me he llevado bien con todos los compañeros porque soy discreto. Nuestra relación era distante, pero cordial”. -En 1999 participa en La novena puerta, de Roman Polanski. ¿Qué diferencias advirtió con el llamado cine de serie B? “No me gusta la distinción entre cine de serie B y cine de serie A. Es cine y punto. Las películas de Frankenstein y Drácula de los años 30 estaban rodadas
(c) Del documento, los autores. Digitalización realizada por la ULPGC. Biblioteca Universitaria.
con poco presupuesto y son obras maestras. Son películas de género. Con Polanski viví el rodaje más fácil de mi vida porque él era feliz con lo que estaba haciendo. Solo me dio dos indicaciones. Tres meses después me llamó para cambiar la entonación de dos palabras”. -Regresa a Tenerife diez años después de Óscar, una pasión surrealista. “Sí, recuerdo que encarnaba a un crítico de arte. Ya conocía la figura de Óscar Domínguez antes del rodaje, pero su figura no está suficientemente reconocida. Estuve un mes viviendo en el hotel Mencey. Los actores somos ambulantes. He llegado a vivir un año en un hotel” -Con ocasión del estreno de Wax (2014), se exhibe una figura suya en el Museo de Cera de Madrid. ¿Qué sensación tuvo? “Le hablo y no me contesta. En serio, el papel del Dr. Knox es uno de los papeles que más satisfacciones me ha reportado, ya que fue escrito pensando en mí”. -¿Existen actores principales y actores secundarios? “Rotundamente, no. Hay galanes, hay actores de carácter, pero todos somos actores”. -¿Por qué cree que el cine de terror goza del beneplácito del público? “Vamos a llamarlo cine de género. Creo que es porque lleva al espectador al borde la imaginación. Es la misma sensación que siente un niño cuando lo levantan en volandas. Es maravilloso que surja Isla Calavera en Tenerife y le deseo una larga vida”. -¿Qué proyectos ensanchan su horizonte? “Hay dos proyectos. Una película de aventuras para 2018 y otra de cine de género para 2019”. -¿Morirá con las botas puestas? “Quiero morirme delante de la cámara habiendo terminado la última palabra del texto”.