dTRULENQUE
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Sábado, 29 de septiembre de 2018
GRABADO DE LA BATALLA DE LEPANTO, DE GIORGIO VASARI. Biblioteca Nacional de España
RETRATO DE JUAN DE AUSTRIA, OBRA DE FRANS HOGENBERG, 1588. Biblioteca Nacional de España
Nelson Domínguez dará vida al histórico militar en la Librea de Valle de Guerra
Juan de Austria: un héroe de carne y hueso BENJAMÍN REYES
La historia suele forjar héroes y mitos. Juan de Austria (15471578) no es una excepción. Ha pasado a la posteridad por liderar a la escuadra cristiana en la mítica batalla de Lepanto de 1571, que volverá a cobrar vida el próximo 13 de octubre, a partir de las 23 horas, gracias a la Librea de Valle de Guerra. Entre todas las biografías publicadas sobre su figura destaca Don Juan de Austria, del hispanista francés Bartolomé Bennassar, por el tratamiento que ha otorgado al personaje: huye del halago gratuito, aunque no deja de reconocer sus méritos. Nacido del fruto del encuentro carnal del emperador Carlos V y una meretriz cortesana que respondía al nombre de Barbara Blomberg, su existencia estuvo marcada por su ilegitimidad. Al poco de nacer fue separado de su madre, y quedó al cuidado, en Bruselas, de Luis de Quijada,
Ayuda de Cámara de Carlos V. Después, con algo más de tres años, fue enviado a España, concretamente a Leganés, donde Magdalena de Ulloa (esposa de Luis de Quijada), acabaría convirtiéndose en su auténtica madre, que lo llamaba Jerónimo o Jeromín. La verdadera identidad del niño continuaba siendo un misterio. Ni siquiera Magdalena de Ulloa sabía la verdad, aunque cierto día, tras producirse un incendio, su marido se esforzó más en salvar a Jerónimo que a ella misma, lo que le hizo sospechar que su esposo le ocultaba algo. Tras la abdicación de Carlos V, en 1556, dejó a su hijo Felipe II la misión de aclarar públicamente el arcano, pero tenía que hacerlo después de que hubiera muerto. Así, tras la muerte del emperador, Felipe II “bautizó” a Jerónimo como Juan de Austria. Bennassar hace hincapié en que Felipe II no
sintió envidia de su hermano, puesto que era él quien le encomendaba las misiones militares. Fue en la vida castrense donde Juan de Austria brilló con luz propia. La primera vez que intervino en el campo de batalla fue en la Rebelión de los moriscos, en la sierra de las Alpujarras de Granada. LEPANTO Y ALMORRANAS Sin lugar a dudas fue en Lepanto (7 de octubre de 1571) donde se convirtió en un héroe, ya que sus decisiones tácticas resultaron cruciales. Esta determinante batalla se volverá a recrear en Valle de Guerra y será Nelson Domínguez el encargado de dar vida a Juan de Austria. “Llevó seis años interpretando personajes en la Librea, ya he encarnado al dux de Venecia y varios soldados cristianos. Es la primera vez que encarnó a Juan de Austria, el protagonista del bando cristiano”, afirma Nelson
Diario de Avisos (Santa Cruz de Tenerife) 29/09/2018. Página 49
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Domínguez. “Juan de Austria ha pasado a la posteridad por liderar la escuadra cristiana en la batalla de Lepanto, por eso tenemos una visión idealizada de él. En los últimos años hemos querido mostrar su lado más humano. En los retratos se le representa de forma pulcra, pero en la batalla su aspecto era tan desaliñado como el de su contrincante Alí Bajá”, recalca el joven intérprete, que lleva desde finales de julio ensayando, al igual que el resto de sus compañeros. “El propio nombre de la asociación (Amigos de la Librea) lo dice todo. Somos un grupo de amigos que continuamos la tradición del pueblo”, responde cuando se le pregunta qué significa para él la Librea vallera. El Juan de Austria del siglo XVI vivió sus últimos días en los Países Bajos, donde fue enviado en 1576 por Felipe II para intentar atajar la rebelión de los tercios, que hacía meses que no cobraban sus emolumentos, y desesperados
saquearon Amberes. La “Pacificación de Gante” supuso la retirada de las tropas españolas y el desvanecimiento del sueño de Juan de Austria, de una vez sofocada la sedición, emplear las tropas de Flandes para desembarcar en Inglaterra y destronar a Isabel I, convirtiéndose él mismo en el rey de los ingleses, mediante su matrimonio con María Estuardo. Sin embargo, Flandes supuso su tumba. Según el testimonio de su médico personal, Dionisio Daza Chacón, una fallida operación de hemorroides y el debilitamiento causado por el tifus acabaron con su vida en cuestión de horas: “El remedio de tratar las almorranas con sanguijuelas es más seguro que el rajarlas ni abrirlas con lanceta, porque de rajarlas algunas veces se vienen a hacer llagas muy corrosivas, y de abrirlas con lanceta lo más común es quedar con fístula y alguna vez es causa de repentina muerte; como acaeció al serenísimo Don Juan de Austria, el cual, después de tantas victorias (…) vino a morir miserablemente a manos de médicos y cirujanos, porque consultaron y muy mal darle una lancetada en una almorrana”. En el verano de 1578 murió a las afueras de Namur, en un palomar, alejado de la heroicidad del campo de batalla. Sus restos fueron traslados al Escorial, donde descansan desde hace más de cuatro siglos.
Biblioteca de la Universidad de La Laguna.