El Borde como tejido social
Descripción del caso
El comedor solidario Puente Cancha se encuentra en dos containers ubicados en la parte más alta del estero
Marga Marga, en Viña del Mar. Su objetivo es proporcionar alimento a las personas en situación de calle.
El comedor funciona gracias al esfuerzo de la señora Gladys, quien es la encargada, junto con la señora
Marsisol y Alejandro, un voluntario y beneficiario del lugar.
Descripción del Proyecto
El proyecto busca extender los servicios que ya ofrece el comedor, creando espacios destinados a fortalecer la interacción entre quienes brindan el servicio y los beneficiarios. Para ello, se diseñan dos recorridos a lo largo del muro, cada uno con una función específica. El primero es un sendero que invita a transitar a través de la vegetación presente en la zona durante las temporadas húmedas, promoviendo una conexión más cercana con el entorno natural. El segundo es una pasarela elevada, diseñada para proteger los servicios de posibles inundaciones, permitiendo un acceso seguro y funcional en todo momento.
La pasarela atraviesa y conecta tres módulos que albergan diferentes programas del comedor, como talleres, comedores, y áreas destinadas a la salud y la terapia. Este diseño no solo responde a la necesidad de mejorar la infraestructura del lugar, sino que también busca crear un ambiente propicio para el desarrollo personal y comunitario de los beneficiarios, favoreciendo el vínculo entre ellos y quienes colaboran en el servicio.
Planta Modulo N1
Enlace a video, descripción del caso
COCINA
COMEDOR
NIVEL MÁXIMO DE EMPOZAMIENTO
NIVEL MÁXIMO TSUNAMI PASILLO
Viñamarino
Fotolibro
Realicé fotografías de pasarelas, escaleras y pasillos que actúan como conector entre grandes volúmenes residenciales, elementos que confieren singularidad al recinto. A pesar de su atractivo, me sorprendió descubrir que muchas personas desconocen este lugar, es por ello que con estas imágenes busco llenar ese vacío, proporcionando un rescate visual y una conexión con el patrimonio.
Esta secuencia surge al dialogar con mis compañeros acerca del conjunto habitacional “Las 7 hermanas”, quienes por encargos de la universidad la habían visitado un par de veces.
Recorrer estos elementos fue un laberinto solitario que mientras ascendía por cada nivel, nacía en mí una intranquilidad por sus diferentes conexiones que se relacionaban con la topografía, momentáneamente me veía envuelto por paredes de concreto y techos de pasarela, donde algunas veces desaparecian dejándome totalmente expuesto frente a la inmensidad del lugar.
Pese a ello era acompañado rara vez por sus residentes, en su mayoría de la tercera edad, que dificultosamente llegaban a sus viviendas.
Este proyecto no solo representa un esfuerzo creativo, sino también es un rescate visual de momentos dentro de mi recorrido, cuya finalidad es anclar la mirada del espectador en un fragmento de la historia que aún persiste en Viña del Mar.
Enlace a fotolibro
Descripción del caso
Este anteproyecto, desarrollado por estudiantes en práctica de Arquitectura del Campus Creativo de la Universidad Andrés Bello, tiene como objetivo identificar el problema y crear una oportunidad para la comunidad, proponiendo la construcción de un edificio de uso mixto comercial que dé respuesta a las necesidades de los pescadores.
En 2020, un incendio destruyó el restaurante y las oficinas del Sindicato de Trabajadores Independientes de Pescadores Artesanales de Concón (STIPA). Aunque parte de las edificaciones han sido reconstruidas con fondos de INDESPA y el GORE de Valparaíso, la pérdida del restaurante “La Picá de San Pedro” sigue siendo una herida para el espíritu de la caleta y sus trabajadores, quienes aún sienten el impacto del siniestro.
Descripción del Proyecto
En este proyecto, realizado durante la pre-práctica del año 2024, se me encargó la tarea de crear una secuencia de imágenes que proyecten el interior del edificio, además de proporcionar un ambiente adecuado que refleje la esencia del espacio.
El objetivo era transmitir no solo la distribución y funcionalidad del diseño, sino también crear una atmósfera visualmente atractiva que resalte las características del lugar y favorezca su uso por parte de los pescadores y la comunidad.
Las imágenes buscaban capturar la interacción de los espacios con la luz, los materiales y la conexión con el entorno, generando una representación fiel de cómo se viviría y experimentaría el espacio interior.
Caleta San Pedro
El mall Costanera Center como altar contemporáneo de la muerte autoinfligida.
Resumen:
La presente investigación abordará la temática del suicidio en espacios comerciales, reconociendo una nueva perspectiva respecto a la muerte y la memoria. El caso de estudio será el mall Costanera Center, ubicado en Santiago de Chile, el cual se analizará como una oportunidad para entender desde una visión arquitectónica el espacio y los eventos que ocurren allí.
A partir de diferentes análisis bibliográficos, comprenderemos cómo este tipo de muerte genera una mutación del centro comercial de “no lugar” a “lugar”. Conceptualmente esto se refiere a que antes carecía de identidad, relación e historia, contraponiéndose con la actual que es determinada por la visibilización del suicidio por altura, esta nueva forma de lugar converge los actos de consumo, las practicas ritualistas y la exposición social a causa de la digitalización.
Así, se propone al mall como un altar contemporáneo de la muerte autoinfligida, donde paralelamente se trivializa y cosifica a quien comete intencionalmente su muerte, llevándola a un grado de insignificancia social.
Adicionalmente se realizan observaciones y entrevistas semiestructuradas que evidencian los protocolos, acciones de ritos y la relación que existe con la muerte.
Por tanto, esta investigación muestra como el suicidio en los espacios comerciales y “no lugares” pueden presentar unas nuevas dimensiones simbólicas determinadas por la arquitectura, la sociedad y la memoria colectiva.
Introducción y presentación del estudio:
Como humanidad, entendemos la muerte como un proceso natural en el ciclo de la vida universal, abordado por diversas culturas a través de ritos que históricamente han dado sentido al proceso de separación con el fallecido (Torres, 2006). Estos rituales transmiten valores sociales o grupales sobre la concepción de la vida y la muerte.
En la antigüedad, cuando una persona alteraba este proceso y provocaba intencionalmente su deceso, enfrentaba el repudio de la sociedad y de las principales religiones. Esto a su vez inducía un despojo de los actos funerarios tradicionales, llevando dicha muerte a un grado de nula significación social. Como prueba de ello, durante la edad media “el suicidio fue rechazado de manera considerable; las legislaciones medievales ordenaban la confiscación de todas las propiedades del suicida; se les negaba la sepultura en Tierra Santa; y el cadáver sufría todo tipo de humillaciones” (Corpas, 2011).
Pese a ello, la muerte autoprovocada incrementó su visibilización con el pasar de tiempo junto con las complejidades de la cultura contemporánea y la salud mental en la sociedad. Por ejemplo, en la actualidad Chile se posiciona entre los países con mayor carga de mortalidad prematura y discapacidad asociada (MINSAL, 2024).
A diferencia de como ocurría en el pasado, el suicidio hoy transita espacialmente desde una práctica oculta y anónima, hacia una pública y hasta exhibicionista. Esto ocurre como una respuesta simbólica, ya que realizar este suceso en un lugar y hora concurrida asegura cierto contacto y publicidad, lo que es importante pues sus gestores parecen querer comunicar algo (Zaliasnik, 2020).
Por ello, el suicidio en estaciones de metro, puentes o centros comerciales como el mall no suele ser escogido por razones azarosas, sino que muchas veces son influenciados por actos sociales y espaciales.
En este contexto, el caso de estudio es el mall Costanera Center, reconocido por ser uno de los centros comerciales más grande de Chile. Este proponía entregar una nueva connotación a la capital, transformándose en un edificio emblemático y reconocido de Santiago, tanto por su rascacielos como por las actividades de consumo que simbolizaron “la recuperación económica del país tras la crisis del 2008” (Díaz, 2014).
El inmueble, símbolo de modernidad y ambición desde su proyección en el año 2006 fue mediatizado por ser el edificio más grande de Sudamérica, transformándose en un punto de referencia en el segmento turístico. Sin embargo, los acontecimientos vinculados con la muerte dentro del recinto, los cuales registran “73 intentos de suicidio, de los cuales, 49 fueron fallidos”, han cambiado su significado en el espacio y su connotación comercial (Hermosilla, 2023).
Palabras clave: Suicidio, Rito, Memoria, Consumo, Costanera Center.
Por tanto, los intentos o la consumación de estos actos no pasan desapercibidos, sino que emergen a la visibilidad pública por “el carácter mediático del edificio, que garantizaba una amplia cobertura de prensa” (Díaz, 2014).
En adelante, esta investigación teorizará sobre el cambio de percepción de este recinto de consumo comercial por el uso reiterado por personas que cometen su muerte intencionalmente.
Descripción de la problemática y estado del arte.
La “sobremodernidad” crea “no lugares”, espacios estandarizados que carecen de una historia significativa para la comunidad, siendo construcciones globalizadas y distinguibles en cualquier parte del mundo. En este sentido, el Costanera Center sería considerado como un no lugar, un espacio lleno de gente, pero sin identidad ni relaciones. Tal como Augé señala, es del tipo de espacio que promueve la homogeneización cultural, creando entornos de soledad y similitud, donde la conexión humana es reemplazada por la experiencia de consumo (Klein, 1999).
Sin embargo, con el tiempo su connotación espacial transita hacia un “lugar”, influenciado por la salud mental en Chile y los casos de suicidio ocurridos dentro del mall. A pesar de ello, debemos tener presente que estos conceptos son polaridades falsas; el “no-lugar” no desaparece por completo y el “lugar” nunca se realiza en su totalidad. Ambos conceptos se reescriben continuamente (Augé, 1996).
El evento que inició este proceso fue el suicidio de una mujer de 34 años, quien se lanzó desde uno de los pisos superiores del mall, presuntamente debido a la muerte de su hijo (Miranda, 2013). Desde entonces, esta práctica se ha vuelto frecuente, habiéndose realizado 24 veces desde octubre de 2013, así que lo conceptualizaremos como un tipo de rito.
Para efectos de esta investigación, entenderemos como rito a los acontecimientos que suceden con reiteración a lo largo del tiempo o como costumbres de acuerdo con su significado (Real academia española,2024). En este caso, podemos identificar tres tipos de rito: el de consumo, suicidio y protocolo.
Primeramente, hablamos de “rito de consumo” refiriéndonos a la planificación e ida al centro comercial, la visita a tiendas para adquirir productos específicos y la citación a encuentros sociales dentro del mismo espacio. Por consecuencia los usuarios participan en un ciclo reiterativo de actividades comerciales y de ocio. Por ello “las muertes por suicidio en lugares públicos, en este caso un mall, pareciera ser que ocurren y no ocurren, porque pasan, pero no nos duele” (Aurenque, 2023).
Posteriormente, al mencionar los “ritos del suicido” nos referimos a una planificación meticulosa y estudio del entorno que realizan las personas para consumar su muerte. Las personas analizan los lugares más concurridos y habitados para llevar a cabo su acción sin ser interrumpidos por los guardias anti-suicidio, llegado a determinar pisos específicos para realizar su muerte de forma intencional.
Finalmente, por “ritos de protocolo de seguridad” nos referimos a la conformación de las dos instancias que ocurren en el pre y post-suicidio. El primero alude a la observación constante del comportamiento de los transeúntes por parte de los guardias, para identificar anomalías vinculadas a la muerte autoinfligida.
En el caso de ser ejecutado el acto se continuará con el protocolo post-suicidio, donde se comunican con los paramédicos del mall y con el centro médico general, en conjunto a la policía local. Paralelamente los guardias incorporan una carpa tapando a la persona, en espera que lleguen las instituciones correspondientes del servicio de salud, los funcionarios del peritaje, investigación, entre otros.
Por otra parte, estas acciones revelan la exposición social de quienes asisten al mall Costanera Center para habitar a través del consumo, y que coexisten simultáneamente con un acto de suicidio, en donde surge la exposición digital de quienes se detienen momentáneamente a fotografiar, grabar vídeos y exhibirlos en redes sociales. Para esta investigación, este proceso queda exento de la catalogación de rito al no ser un proceso planificado, sino que ocurre fugazmente por el morbo, sin embargo, con ello “se pierde la noción de la realidad y el sujeto queda reducido a una cosa(...) (Marzano, 2012).
Esta realidad nos expone frente a una sociedad individualista influenciada por el sistema del consumo, al punto que el centro comercial antes descrito compró una carpa azul para cubrir los cuerpos que llegan al suelo, permitiendo a los clientes seguir con sus actividades sin perturbaciones. Esto se hace para mantener la estética del lugar y evitar interrupciones en la experiencia de compra (Zaliasnik, 2020).
Finalmente, el suicidio en el Costanera Center evidencia la indiferencia de las personas, el individualismo y la cosificación de quienes cometen la muerte intencionalmente, ya sea mediante la sobreexposición, la continuidad del consumo y la obsolescencia de la memoria de quienes se suicidan en el lugar.
Metodología:
El planteamiento anterior surge de la reflexión frente a diversos documentos bibliográficos que entregaron el contexto necesario para entender las relaciones con la problemática del suicidio en establecimientos de consumo comercial.
Sin embargo, para profundizar en las dinámicas de rito y entender a detalle lo planteado se realizó un trabajo de campo en el mall Costanera Center, con la finalidad de ejecutar una secuencia de entrevistas semiestructuradas hacia los guardias de seguridad, personal médico y locatarios de tiendas comerciales.
En el recinto se constató la existencia de diferentes personas encargadas en la seguridad del lugar. Por tanto, el primer acercamiento fue hacia a uno de los guardias que vestía de negro identificado como “vigía” quien se negó de hablar sobre el suicidio, ya que según nos relataba “solo estaban focalizados en los robos”.
Al interactuar un poco y explicar nuestra investigación nos derivaron hacia los guardias vestidos de rojo, conocidos como “Linderman”. Estos, temerosos, nos relataban que no existía un protocolo sobre el suicidio por parte del mall, pero debían estar atentos ante cualquier anomalía y actuar muchas veces por voluntad propia cuando una persona quiere cometer su muerte de forma intencionada dentro del mall.
suicido Nos referimos a la planificación meticu osa y estudio del entorno que realizan las personas para consumar su muerte. Las personas analizan los lugares má concurridos y habitados para llevar cabo
Frente a esta circunstancia se decide preguntar a otro personal de seguridad para corroborar información, pero en esta ocasión se evidenciaba un rechazo total sobre la temática. El menciona que “es re complicado hablar w…no te puedo decir na’, ¿sabí por qué?, porque un día un colega mío informó una w… y quedo la c…”, además se constató que “aquí ya estay grabado hace rato ya, no veía que estamos hablando hace mucho, estamos funaos los dos, altiro, de una”.
Posterior a ello varios de los guardias “vigías” se nos acercaban de manera intrusiva, por tanto, se decidió salir un momento para reformular la estrategia para adquirir información frente a las respuestas negativa obtenidas.
Al entrar nuevamente al mall 30 minutos después, se intentó dialogar con el personal de Servicio al Cliente, ya que son las personas encargadas de recibir comentarios, o dudas sobre las funciones del lugar. Ellos señalaron que hace un año y ocho meses no han ocurrido suicidios dentro del mall, sin embargo, hace un mes atrás en marzo del año 2024 sucedió un intento de muerte autoinfligida que fue detenido por los guardias anti-suicidio.
Este relato nos ayudó a entender que existía otro guardia que se encargaba netamente de prevenir los suicidios en el mall, esta persona nos explicó que “nunca han tratado de suicidarse en el 5 piso porque
no hay tanto cumulo de personas, sino abajo en los sectores que hay más gente, por ejemplo, el patio de comida”. Estos acontecimientos para nosotros es parte del rito de suicidio por su planificación y estudio del entorno dentro del Costanera Center.
Por otro lado, nos declara las acciones que practica en su labor de seguridad, por ejemplo, ella observaba a “una persona llorando primero o está muy cerca de los cristales debo avisarles a todos mis compañeros (...) porque eso ya es como indicio que puede suicidarse, esas son como sospechas entonces si alguien se intenta suicidar es lo primero que debo hacer, luego se supone que debo agarrarla, sostenerla y verla (...)”.
Finalmente, entrevistamos a un locatario de una tienda comercial y a un personal focalizado en la salud dentro del recinto. El primero de ellos ubicado en el piso número 3 confirmaba que no había ningún protocolo respecto a la muerte intencionada y que “el mall no aprecia esa persona, ósea es como tapemos y siga el espectáculo.”
Culminando el trabajo de campo, el personal médico mencionó que los guardias, cuando ven a alguien que cometió su muerte, consiguen una carpa y arman el toldo para proteger a los que están al rededor a nivel psicológico, además, nos expone el comportamiento que surge de las personas de forma momentánea a causa del morbo, por medio de una de sus vivencia donde “una niña cerca del McDonald’s estaba así (sentada) y la gente decía “oh se va a tirar” “tírate, tírate” “pégate una de carnero” y lo vi…y decía como la gente tan w…y la gente es así de morbosa se tiró y la gente luego quedo impactada es que la gente nunca piensa, porque actúan por el morbo”
Resultados:
La investigación analiza el suicidio desde el caso de estudio mall Costanera Center en Santiago de Chile.
El análisis revela cómo la muerte auto infligida transforma el centro comercial de “no lugar” un espacio sin identidad ni relaciones significativas a un “lugar” definido por la visibilización del suicidio, influenciado por la salud mental chilena y la cultura contemporánea.
Estos acontecimientos se entrelazan con los actos de consumo, prácticas ritualistas y exposición digital. Este fenómeno transforma al mall en un altar contemporáneo de la muerte autoinfligida, aludiendo a una construcción elevada donde se realizan ritos, donde paralelamente las muertes se trivializan y cosifican, llevando a un grado de insignificancia social.
Las observaciones y entrevistas semiestructuradas realizadas en trabajo de campo evidencian la falta de protocolos específicos y destacan las acciones rituales de seguridad, consumo y de suicidio en este espacio.
Los resultados muestran que la muerte auto provocada en el Costanera Center expone la indiferencia social, el individualismo y la cosificación de los individuos, mutando así el centro comercial en un lugar con nuevas dimensiones simbólicas determinadas por la arquitectura, la sociedad y la memoria colectiva.
Finalmente, de las entrevistas se infirió que el personal de seguridad está vigilado durante toda la jornada, por tanto, se deduce que la temática abordaba está prohibida comentarla con los visitantes por protocolos internos, además se evidencia una inseguridad del personal superior frente a interacciones prolongadas entre guardias Linderman y visitantes del mall por sucesos anteriores.
Paramedico Mutual
“Al tipo que esta al otro lado no le interesa por una cuestión de ventas y menos plata ” (Paramedico,2024).
“Nace la indiferencia, se pierde la noción de la realidad y el sujeto queda reducido a una cosa: se cosifica(...) (Marzano, 2012).
“La gente del mall no aprecia esa persona,ósea es como tapemos y siga el show, tal cual” (Locatario de tienda,2024).
“La gente nunca piensa, porque actuan por morbo” (Paramedico,2024).