Algo que habría que mencionar antes de continuar es la similitud y la diferencia entre el retrato y el autorretrato. No me entretendré mucho en este punto puesto que es de todos conocida la definición de retrato y que el autorretrato deriva de él, siendo el modelo el mismo artista y no otra persona. Sin embargo, lo que podría parecer una pequeña diferencia, como dice Carlos Cid Priego en su artículo Algunas reflexiones sobre el autorretrato, supuso un retraso de milenios entre ambos géneros debido a que, hasta finales de la Edad Media, el autorretrato había sido considerado delito, pues era un derecho que correspondía a la realeza y a la religión (aunque esto no significa que no hubiera excepciones y algún artista no se resistiera a la tentación de reflejar su rostro)8. Otro factor de importancia para que el autorretrato pudiera desarrollarse es el espejo. Como dice Carlos Cid: Al principio solo existía la superficie del agua en reposo; en la Antigüedad los espejos eran de metal bruñido, escasos y de muy alto precio; poco frecuentes en la Edad Media. Al final de esta se inventó el espejo de vidrio y de azogue, con rápido desarrollo posterior. La coincidencia cronológica es casi exacta9 con el comienzo del Renacimiento, periodo en el que tuvo su apogeo el autorretrato, como no podía ser de otra manera, cuando la Historia del Arte comenzó a ser la Historia de los Artistas. Los primeros espejos utilizados fueron convexos, provocando deformaciones en el artista. Un cuadro de Parmigianino demuestra el fenómeno (Figura 2). Fig. 2. Parmigianino. Autorretrato en un espejo. 1524. Kunsthistorisches Museum, Viena.
De este modo, es a partir del Renacimiento cuando encontramos una gran profusión de autorretratos y, llegados a este punto, habría que hablar de las distintas tipologías autorretratísticas o de los modos en los que el artista se autorrepresenta. Este tema ha sido tratado por varios historiadores, pero tomaré la voz de Pablo Jiménez Burillo, en el prólogo al libro El autorretrato en España de Picasso a nuestros días:
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CID PRIEGO, Carlos. “Algunas reflexiones sobre el autorretrato” en Liño: revista anual de historia del arte, 5 (1985), pp. 177-204. 9 Ibídem, p. 183.
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