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5. INTERACCIONISMO SIMBÓLICO

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REFERENCIAS

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5. INTERACCIONISMO SIMBÓLICO.

Es una de las corrientes de pensamiento sociológico micro-sociológico relacionado también con la antropología y la psicología social, que se basa en la comprensión de la sociedad a través de la comunicación y que ha influido enormemente en los estudios sobre los medios. El interaccionismo simbólico se sitúa dentro del paradigma interpretativo. Este analiza el sentido de la acción social desde la perspectiva de los participantes. Dicho paradigma concibe a la comunicación como una producción de sentido dentro de un universo simbólico. De acuerdo con Herbert Blumer, quien acuña el término interaccionismo simbólico en 1938, sus principales premisas son: • Las personas actúan sobre los objetos de su mundo e interactúan con otras personas a partir de los significados que los objetos y las personas tienen para ellas. Es decir, a partir de los símbolos. El símbolo permite, además, trascender el ámbito del estímulo sensorial y de lo inmediato, ampliar la percepción del entorno, incrementar la capacidad de resolución de problemas y facilitar la imaginación y la fantasía. • Los significados son producto de la interacción social, principalmente la comunicación consciente, que se convierte en esencial, tanto en la constitución del individuo como en (y debido a) la producción social de sentido. El signo es el objeto material que desencadena el significado, y el significado el indicador social que interviene en la construcción de la conducta. • Las personas seleccionan, organizan, reproducen y transforman los significados en los procesos interpretativos en función de sus expectativas y propósitos. • Otras premisas importantes son: la distinción entre conducta interna y externa presupone que el individuo se constituye por la interacción social (formación del yo social autoconsciente), y que no es posible entender el yo sin el otro ni a la inversa, y que los grupos y la sociedad se constituyen sobre la base de las interacciones simbólicas de los individuos al tiempo que las hacen posibles. El individuo no nace siendo persona. Según Mead Dice: “la persona se forma socialmente al momento que logra observarse a sí misma como un objeto, es decir, cuando logra un pensamiento reflexivo sobre sí mismo. A través de la comunicación es que la persona puede salir de sí, pues la comunicación supone asumir la postura de la otra persona con la que se está hablando y desde esta mirarse uno mismo. El interlocutor es un espejo en el cual se observa la propia persona, de esta manera logra salirse de su propio organismo y mirarse como objeto. En la infancia esto se ve claramente con los juegos de roles: el niño va hablando e intercambiando papeles, aprendiendo así formas socialmente establecidas de comportarse y de mirar el mundo”. (Mead, 2016)

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Se suele considerar a George H. Medad como el fundador del interaccionismo simbólico, sin olvidar a Charles H. Cooley y a William I. Thomas. La teoría se basa en la interacción permanente, y que se van construyendo el sentido de las situaciones sociales de la vida cotidiana, que establecen lo que los demás esperan de las personas y lo que las personas esperan de ellos. Es decir, por ejemplo, en la comunicación intercultural es necesario que se comparta con el otro el sentido de las nuevas situaciones creadas. Desde la psicología el interaccionismo simbólico es una respuesta al conductismo que considera que la conducta no es una respuesta automática a los estímulos de origen externo, sino que es una construcción subjetiva sobre uno mismo, sobre los otros y sobre las exigencias sociales que se producen en las situaciones de la vida cotidiana (Alsina, 2001: 167). A partir del yo social autoconsciente de Mead se desarrolla el self especular como el sujeto con capacidad de interactuar consigo mismo, de convertirse en objeto de su atención, forjando así una imagen coherente de sí mismo (sus intereses, expectativas, ideas, sensaciones, sentimientos, etc.) que pone en interacción con otros. En el curso de esta interacción, lo primero que pone en juego cada participante, junto con su self especular, es su definición de la situación comunicativa (conjunto de significados o definiciones). En su Teoría de la Interacción de Actores basada en el esquema interpretativo de la dramaturgia, estudia los ritos de interacción comunicativa que aprendemos y ponemos en juego en nuestra vida cotidiana. (Goffman, 2016) Ejemplo: Define el rol como un conjunto organizado de expectativas de comportamiento en torno a una función o posición social El desempeño del rol cuando se interactúa ante los demás en un determinado contexto espacial y temporal (fachada), sobre la premisa de estar siendo observados (escenario), es la parte visible y contextualizada del self especular, que para Goffman es más producto de la interacción social que de la propia intervención del sujeto. Sin embargo, cuando se interactúa entre bastidores, los roles pasan a segundo plano. Cada interlocutor o actor asume uno o varios roles en la interacción en función del marco (situación-tipo reconocible por los participantes) y el escenario, así como de la imagen que se desea ofrecer a los otros. La comunicación no se limita solo a estas conductas interactivas, sino que también el contexto espacial y cultural (fachada) adquiere significado. Herbert Blumer en 1937 desarrolló el concepto de lo que hoy se conoce como interaccionismo simbólico, desde el punto de vista teórico tiene tres premisas que consisten en los siguientes postulados: a) El ser humano orienta sus actos a las cosas en función a lo que estas significan,

b) El significado de las cosas surge de la interacción social que cada uno tiene con las cosas, c) Los significados se manipulan y modifican mediante un proceso interpretativo desarrollado por la persona al frente con las cosas que va encontrando a su paso (Pérez, 2000). Págs. 87-89 El interaccionismo simbólico durante el siglo XX y lo que va del siglo XXI siguió desarrollándose desde la antropología y la psicología social, uno de los puntos de apalancamiento es el concepto de cultura, el cual se desplegó en un sentido más extendido y ya no como sinónimo de alta cultura. El concepto de cultura, se alejaba cada día más a la percepción de que los humanos tenían ideas idénticas y similares. Así, surgieron conceptos como cultura popular, o cultura desde abajo. Glifford Gertz desde la escuela de Chicago fue determinante en la revolución cultural, el autor pensaba que para entender cada sociedad, esta debía ser estudiada desde sus peculiaridades, es decir a partir de símbolos, entendiendo por cultura un patrón históricamente transmitido de significados encarnados en símbolos, un sistema de concepciones heredadas expresadas en formas simbólicas mediante las cuales los hombres se comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento de vida y sus actitudes hacia ella (Burke, 2004). Pág. 54 En suma, Gertz trató de alejarnos de la tradicional definición de cultura, entendida como tradiciones, costumbres, normas, vestimentas, para dar paso una percepción simbólica, que en definitiva tuvo como base entender la cultura como parte de un sistema complejo de representaciones, redes y prácticas, que dependieron en gran medida de las formas complejas y determinantes del pasado de cada sociedad. Otro teórico se considera fundamental en esta nueva oleada de estudios simbólicos culturales, tenemos a Michel Foucault quién con su microfísica del poder nos explica como las relaciones de poder se alejan de las necesarias formas de opresión, jurisdicción y poder político, para entender el concepto de forma capilar, que funciona sin cadena (Burke, 2004). Págs. 71-16 Desde el punto de vista metodológico el interaccionismo simbólico es percibido a partir de la investigación cualitativa. La fuente central a investigar serían las interacciones humanas, las perspectivas de los participantes y su habilidad para captar el papel de los demás, la manera en cómo los individuos definen la situación determina la naturaleza y el significado de sus actos y de la situación misma. En el derecho es evidente que las interacciones humanas están en todo momento, no solo plasmadas como base de supuestos jurídicos, sino como realidades que se viven día con día en los tribunales, juzgados y despachos, produciendo símbolos, prácticas y representaciones, entre la norma y el hecho jurídico. La idea es partir de que los papeles y roles socio-jurídicos, las estructuras institucionales, las normas y valores suministran la materia prima con que los individuos formulan sus

definiciones, estos elementos por sí mismos no determinan esta definición ni cómo se comportan con ella. Por ejemplo, las técnicas de investigación más usadas en la metodología de interaccionismo simbólico, son: las entrevistas, encuestas, estudios de caso, el “focus group” y la observación participante, (Ruiz, 2003). Págs. 43,44 La principal crítica al interaccionismo simbólico es la relativa a la subjetividad de los resultados, los detractores piensan que el primer contaminante de la investigación es el propio investigador, se aleja de datos objetivos y generalizadores. Esta propuesta, representa un desarrollo para poder indagarlo de mucho tiempo de trabajo de campo, cuestión necesaria a la que debemos acércanos los abogados en la investigación social, sin embargo, los tiempos institucionales y laborales tornan compleja esta tarea. Otra crítica sería el de las técnicas, entre las cuales se piensa que el “focus group” es poco confiable. Se cree que para hacer funcional el interaccionismo simbólico es importante realizar una triangulación metodológica, es decir observación participante en base al método etnográfica, tomando el debido tiempo para evitar sesgos informativos. También se piensa que el interaccionismo presenta a la sociedad en una especie de aislamiento espacial y temporal.

5.1. ¿Cómo podemos usar el interaccionismo simbólico en la práctica jurídica?

Se repara en la cuestión jurídica, si aplicamos el interaccionismo simbólico con el propósito de estudiar las interacciones y los hechos que inciden en el derecho, se estima conveniente no solo utilizar los elementos de la investigación documental (leyes, dogmas y jurisprudencia), sino también emplear algunas técnicas de la investigación social o de campo. El empleo de estas técnicas es útil para el caso que se eligen temas relacionados con factores sociales, que generan al derecho, los efectos o consecuencias sociales de su aplicación o inobservancia, percepciones, representaciones e imaginario social de las leyes. Como dice Roberto Hernández Sampieri “la observación participante permite contrastar hechos sociales” por ejemplo: las leyes y normas, con lo que físicamente no opera por parte de las autoridades, esto dicho coloquialmente “de lo que se dice a lo que se hace” (Hernández, 2009). Es decir no basta con analizar si las leyes son buenas o malas, sino que tanto se tornan efectivas en el día a día, ¿qué representan para las personas estas leyes? ¿Las leyes en realidad responden a los sentimientos sociales o a los sentimientos políticos?

Cuando leemos la Constitución y los tratados internacionales, lloramos de la emoción de un sistema normativo garante de derechos humanos, pero, cuando analizamos dichos cuerpos jurídicos en la práctica el llanto podría ser de desilusión. Las ideas que en un pasado reciente tuvieron mayor difusión ya no nos dicen nada, suenan huecas y sencillamente sólo sirven para ampliar el foso que separa el mundo político e intelectual del social (Touraine, 2009) Págs.13-17. Una situación que podría ejemplificar el interaccionismo simbólico sería el concepto de muerte, lo que para algunas personas podría significar tristeza para otros podría representaría una fiesta de día de muertos, para algunos otros significaría justicia por una pena capital y para otra injusticia. En lo que se piensa es precisamente en como las cosas se observan desde diferentes ángulos según el momento, la circunstancia y el tiempo en que se desarrollan. Otra circunstancia sería la relativa a los usos y costumbres, estos deben ser analizados de acuerdo a los símbolos, representaciones y prácticas en cada sociedad y como estos interactúan con el derecho. Desgraciadamente la visión de los derechos humanos está pensada de forma occidental, sin pensar en las particularidades de cada grupo, una investigación de interaccionismo simbólico nos permitiría esta nueva perspectiva. En suma, el interaccionismo simbólico permite responder cuestionamientos desde un punto de vista holístico y menos generalizador. Precisamente en esto es en lo que se debe concientizar, procurar que los análisis no sean exclusivamente desde arriba, sino entender que las realidades pueden variar por aspectos políticos, sociales y culturales. Es por ello, el valor del interaccionismo simbólico que funciona no solo en estudios desde las élites sino desde abajo y viceversa. El interaccionismo simbólico tiene como base el análisis cualitativo, el cual como método y teoría está lejos de ser una actividad unidimensional y lineal, opera de dos dimensiones y de forma circular. Su modo de captar la información no es estructurado sino flexible y desestructurado, el lenguaje es conceptual y metafórico. La orientación no es particularista y generalizadora, sino holística y concretiza dora. (Cfr., 2003) (págs. 11-14)

5.2. Metodología

La interacción de los individuos y los grupos y el significado de los símbolos analizados por la observación participativa y documental (método de documentación) y cómo los cambios de símbolos cambian las personas y su comportamiento, sin hacer mucho énfasis en el uso de las variables, sino en las personas que manejan el significado de los símbolos como proyectos de convivencia, principalmente el lenguaje en los sistemas simbólicos captando significados por interacción.

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