JUNIO 2010 • SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA • EDICIÓN No. 17
La primera de
A PRIMERA
El mundo está lleno de historias jamás contadas. República Dominicana tiene millones de historias jamás dichas: de mujeres, de niños, de niñas, de hombres cuyo principal delito es vivir en la marginalidad; una marginalidad tan espesa que las y los invisibiliza para toda su vida. Nuestros medios masivos de comunicación: televisión, radio, periódicos, nos cuentan historias con las y los protagonistas de siempre; y otras veces nos cuentan historias que apenas son la punta del iceberg: lo más importante queda debajo, en este caso no de aguas, sino en el silencio. APrimeraPlanacreeenunperiodismocomprometido en que todas y todos tengan la posibilidad de contar sus propias historias y ser escuchadas y escuchados; es lo que nos inspiró este número y por eso hemos tratado, desde distintas miradas, la marginalidad en los medios de comunicación y para ello echamos mano de excelentes crónicas de reporteras y reporteros con no menos grado de excelencia. Desde su experiencia Grisbel Medina, Riamny Méndez y Vianco Martínez, nos cuentan de protagonistas olvidados, de historias perdidas y de culpabilidades. En esta oportunidad –y en consonancia con el objetivo de este número-nuestro suplemento trae un resumen de las ponencias que fueron dictadas en el Taller Latinoamericano “Nuevas fuentes, nuevas noticias. La marginalidad como fuente de información” que fue impartido en enero. Liliana Hendel, miembra fundadora de “Periodistas de Argentina en Red, por una comunicación sin sexismo(PAR);lamexicanaHenaCarolinaVelásquez, coordinadora de Estrategias de Comunicación y Prensa en Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) y la periodista dominicana y miembra de la Red Dominica de Periodistas con Perspectivas de Género, Grisbel Medina, fueron las facilitadoras del taller que contó con un auditorio de entusiastas jóvenes comunicadoras y comunicadores. El taller fue sobre todo una jornada de construcción y aprendizajes mutuos. Nuestras páginas también hablan de Haití, país donde el pasado 12 de enero se registró un terremoto de 7.0 grados de magnitud y que destruyó, principalmente la capital haitiana, Puerto Príncipe
Entre las crónicas Y EL OLVIDO,
LA MARGINALIDAD Por: Vianco Martínez
Fueron a parar a los rincones de la sociedad y en muchos casos se quedaron sin sueños, al menos, sin aquellos sueños que la sociedad, con su dinámica excluyente y sus apabullantes veleidades, ayuda a conceder. Y poco a poco empezaron a llenar los contenidos de los medios y a convertirse en las “estrellas” de cuantas historias suceden en su mundo. Esos son las marginadas y los marginados. La marginalidad es un grito, pero también una oportunidad para mostrar la intensidad de unas desigualdades que son cada vez más grandes y a cada paso más abismales. Para las y los periodistas, la marginalidad es una ocasión para escribir la historia que sucede cada día dentro de las casas sin techo, a la vera de caminos olvidados, en lugares donde los niños y las niñas huelen a lo que huelen las cañadas y donde la gente vive esperando siempre el próximo sobresalto, sea un huracán o sean las tropas que llegan cuando salen de noche a buscar motivos para alimentar el sentido de su decadencia. Los marginados son hijos de la calle, hijos del sol, hijos de nadie; son hijos de las peores vicisitudes. Viven en las fronteras del asombro, y algunos son
tan marginados que no caben ni en los reportajes de los periodistas. La marginalidad es el órgano que le amputaron a la sociedad, y la exclusión que le da vida impide la plenitud de las personas. En la cotidianidad opera como un catálogo de ausencias terribles, de limitaciones sentidas, de mutilaciones. Pero allí donde las carencias de la sociedad alcanzan su más alto esplendor, hay también un afán de redención de las personas y de las comunidades, una vocación de futuro y un quehacer que minuto a minuto genera historia. El periodismo es una presencia, quizás por eso deba estar en todos lados, desde el Palacio Nacional, donde un ciudadano que es Presidente de la República genera noticias hasta cuando calla, hasta la cañada de Guajimía, donde la gente pasó de vivir en condiciones injustas a condiciones inhumanas. El periodismo es la historia de un día y todo lo que pueda acontecer barrio adentro, en el campo, a la orilla del río, debajo del puente o en cualquier otro de los escenarios de los excluidos siempre podrá tener el signo de las grandes noticias. Un
[CONTENIDO] 01] 02] 03] 04] 05] 06] 07]
Entre las crónicas y el olvido, la marginalidad Las Historias que perdemos La culpa es consciente Discapacidad y discriminación Una guía para una comunicación no sexista Pendiente Título Petición de las feministas haitianas
08] 09] 10] 11] 12] 13] 14]
Respuesta del UNFPA El día que la muerte entró impúdica en nuestras casas El difícil arte de ser mujer Palabra de Antígona: Las tres K en México Hombres abandonados Sexting y la persecución policiaca La lección de Hilma Contreras