Diego Brando/ Revista Versiones de Mundos Sutiles (N°1-Año 1)

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de Mundos sutiles

Número I- Año I

Córdoba, Argentina, 2023

UN FUTURO QUE NO PROMETE CALMA

Hay en los poemas de El reino de los peces, de Diego Brando, un pulsoherido- que da cuenta de lo diminuto, de los pasos de insecto en la evolución de un paisaje que va desde la evocación del mundo conocido -agua que era agua- hacia la noche del caosagua de tormenta.

Pero se trata de un tapiz monstruoso donde lo diminuto, como en un zoom out sobre un paisaje apocalíptico, es en realidad la textura en píxeles de una imagen más vasta: una plaga legendaria que sobre sí misma gira, langostas, pirañas, demonios en legión.

Una voz insiste en lanzar preguntas hacia la noche, incertidumbres que buscan hacer pie, aferrarse a todo lo que se hunde: ¿Oíste el último estallido? ¿Viste el ganado / desvanecerse entre la niebla? El agua ya no apacigua. / El dinero vale menos que una pizca.

Y en el subsuelo de la trama asfixiante, como por detrás de un velo, se oye la fatigosa respiración de un trauma, algo quebrado desde el nacimiento. “Es que se han visto demasiadas cosas y se ha conocido la locura. / La misma que conocieron nuestros padres, nuestros más íntimos / parientes. Recluidos todos en el hospicio de la sangre.”

Estaremos en el ojo de una tormenta que gira: oyendo la implacable voz que pormenoriza la degradación de los seres. Sabiendo que no hay defensa posible ante el bucle de la ira de dios o los monstruos que aparecerán en el camino de los peces. Y aun así, buscaremos sobrevivir, ser lo que quede en pie después de la tormenta. Escribir.

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Diego Brando. El reino de los peces Barnacle. CABA, 2021.

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Mi soledad es un pez corcoveante antes de caer sobre la barca, y los pescadores la cordura, el mundo, la cápsula que entra por la garganta y que contrae el cuerpo, lo que lo estremece a latigazos como a una gota de agua, o como a un cencerro a la hora de la comida, de la fiesta que termina tarde en un espacio vacío, en el río sin más agua que un hilo que pende de otro hilo, una clepsidra lanzada a la otra orilla como a un ser balbuceante.

Y caer de todas formas, sobre agua o barro, o barca que se mece en las tinieblas, en el reino de los peces que no saben nada del río.

TRES POEMAS DE EL REINO DE LOS PECES
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¿Escuchás el sonido de las gotas contra los cristales? ¿La forma en que estos se astillan cuando los demás duermen?

Antes el agua era solo agua, y en tus oídos sonaban las melodías de la tierra convirtiéndose en barro; pero ahora que comprendés los significados, tu corazón se columpia entre dos paredes hasta estremecerse como un madero.

Zumba la tierra en el verano y en el estruendo está tu propósito, ser un alguacil en el crepúsculo, la niebla después de la tormenta.

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En el fondo de la segunda mitad de mi vida solo hay basura acumulada, tropeles de caballos que huyen hacia el desierto. No recuerdo ahora cómo era antes, todo aquello quedó lejos como la sombra de nuestros ancestros bajo el limonero. Si hago un esfuerzo solo sé que algo desapareció y que lo lloramos, y que lo que comenzó a acumularse cedió ante la nieve. Agua podrida de la que sin embargo bebo.

Diego Brando nació en el año 1987 en Leones, Córdoba. Es profesor de Literatura. Desde 2016 ha editado tres libros: Frontera (Vilnius), Todo lo que se hunde (Vilnius) y El reino de los peces (Barnacle).

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Abril 2023
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