

© 2018 por Casa Promesa
ISBN: 979-8-89151-116-3
Título en inglés: 3-Minute Devotions for Teen Girls
© 2015 por Barbour Publishing, Inc.
Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse ni transmitirse para propósitos comerciales, excepto breves citas en revistas impresas, sin el permiso escrito de la editorial. Los textos reproducidos no podrán ser usados en sitios de la Web en el ámbito mundial. Ningún contenido publicado por Barbour puede ser usado como data para entrenamiento de máquinas de inteligencia artificial o el desarrollo de cualquier otro programa similar.
Las iglesias y otros intereses no comerciales pueden reproducir porciones de este libro sin el permiso expreso escrito de Barbour Español, siempre que el texto no exceda las quinientas palabras y que el texto no sea material citado de otra editorial. Cuando se reproduzca cualquier texto de este libro, se deberá incluir la siguiente línea de reconocimiento: «De Meditaciones de 3 minutos para chicas adolescentes, publicado por Barbour Español. Utilizado con permiso».
Los versículos señalados con rvr1960 están tomados de la Santa Biblia, Versión ReinaValera 1960 © Sociedades Bíblicas en América Latina, 1960. Renovado © Sociedades Bíblicas Unidas, 1988.
Los versículos señalados con nvi están tomados de la Santa Biblia, Nueva Versión Internacional ® NVI® Copyright © 1986, 1999, 2015 por Biblica. Inc.® Usada con permiso. Reservados todos los derechos a nivel mundial.
Los versículos señalados con ntv están tomados de la Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Reservados todos los derechos.
Los versículos señalados con blp están tomados de La Palabra, (versión española) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España.
Los versículos señalados con tla están tomados de la Traducción en Lenguaje Actual. Copyright © 2000 por United Bible Societies.
Los versículos señalados con pdt están tomados de la versión Palabra de Dios para Todos © 2005, 2008, 2012 Centro Mundial de Traducción de La Biblia © 2005, 2008, 2012 World Bible Translation Center.
Desarrollo editorial: Semantics, Inc. semantics01@comcast.net
Publicado por Barbour Español, un sello de Barbour Publishing, Inc., 1810 Barbour Drive, Uhrichsville, Ohio 44683 www.barbourbooks.com
Nuestra misión es inspirar al mundo con el mensaje transformador de la Biblia.
Publicado en China.
Ahora nos usa para difundir el conocimiento de Cristo por todas partes como un fragante perfume. Nuestras vidas son la fragancia de Cristo que sube hasta Dios.
2 Corintios 2.14-15 ntv
¡Miam… Beicon! ¿A quién no le gusta el olor del beicon?
El chisporroteante aroma impregna toda la casa y hace que todas las bocas se hagan agua. Incluso después de haberse consumido todo el beicon, el aroma se adhiere a la casa, a tu ropa, a tu aliento. Rebosas beicon, y cualquier extraño puede percibir el olor de inmediato. ¿Sabes a qué me refiero, verdad?
Hay otro aroma que también se adhiere a ti. ¡El olor de Jesús! Dios utiliza su aroma para propagar en el mundo el conocimiento de su Hijo. Tu vida (tus actos y palabras) son un dulce perfume para aquellos que te rodean, testifican de la bondad y del amor de Jesús. Las personas sienten el olor y perciben algo diferente en ti. De hecho, hueles como otros cristianos. Para algunos, el olor resultará ofensivo, pero, para otros, será un perfume que da vida (ver 2 Corintios 2.16).
¿Cómo crees que olerán tus palabras y tus actos para los demás? Examina tu corazón. ¿Existen ámbitos de pecado o de terquedad que enmascaran tu dulce aroma a Jesús? Si es así, ¡limpia esos repugnantes olores y rocía una dosis del perfume de Jesús!
Dulce Jesús, gracias por utilizar mi vida para propagar las Buenas Nuevas a los que me rodean. Ayúdame a tener hoy una fragancia dulce y atractiva a través de mis palabras y de mis actos. Amén.
Dios los bendice a ustedes cuando la gente les hace burla y los persigue y miente acerca de ustedes y dice toda clase de cosas malas en su contra porque son mis seguidores. ¡Alégrense! ¡Estén contentos, porque les espera una gran recompensa en el cielo!
Mateo 5.11-12 ntv
Dios es increíblemente asombroso, pero no todo el mundo lo cree. Cuando hablas de Él, algunas personas se burlan de ti. Cuando oras a Dios, existe el riesgo de que se propaguen mentiras sobre ti. Esta lucha ha formado parte de nuestra experiencia desde el principio. Jesús hace que algunas personas se sientan incómodas. Son muchos los que no pueden creer que las personas inteligentes sigan a Jesús. Es posible que estas personas te irriten, e incluso te insulten, pero Dios afirma que estás en buena compañía. Ora para recibir paciencia, ora por la persona que te irrita, y pide sabiduría para saber cómo responder.
Querido Dios, no es exactamente lo mejor de mi semana que alguien se burle de mí. Pero tú me dices que esté alegre cuando los demás me rechacen a causa de ti. Cuando esto ocurre, debo recordar que es posible que no les guste mi mensaje, pero, en última instancia, te están rechazando a ti. Dame las fuerzas para permanecer firme por ti y hacer caso omiso a la irritación. Amén.
Líbrense de toda amargura, furia, enojo, palabras
ásperas, calumnias y toda clase de mala conducta. Por el contrario, sean amables unos con otros, sean de buen corazón, y perdónense unos a otros, tal como Dios los ha perdonado a ustedes por medio de Cristo.
Efesios 4.31-32 ntv
Resulta difícil perdonar a las personas que nos hacen daño. Aunque es posible que necesiten perdón, cosas como la amargura, la rabia, la ira, las palabras duras, las calumnias y un mal comportamiento nos suplican que cedamos ante el deseo de responder hiriéndoles.
Guardar rencor es como esconder dinamita. En algún momento alguien resultará herido en la explosión emocional. A menudo, el herido (por segunda vez) es aquel que guarda el rencor.
Queremos justicia por los actos de los demás, pero gracia para nuestras propias elecciones. Somos severas con las demás y suaves con nosotras mismas. Pensamos que los demás deberían hacer las cosas bien, pero sentimos que nosotros no tenemos obligación, porque Dios nos ha perdonado.
Querido Dios, es fácil alimentar el rencor, se cultiva bien por sí solo, y siempre produce una buena cosecha. Las palabras duras salen fácilmente. Sin embargo, ser amable y perdonar significa dar al que ofende algo que nunca ofreció. Viniste a dar libertad a través del perdón y del amor. Fue tu regalo. Ayúdame a dar a los demás lo que recibo de ti. Amén.
Prométanme, oh mujeres de Jerusalén, por las gacelas y los ciervos salvajes, que no despertarán al amor hasta que llegue el momento apropiado.
Cantar de los Cantares 2.7 ntv
¿Qué chica no sueña con el amor? La mayoría de nosotras no podemos esperar a sentirnos contempladas, especiales y hermosas. Lo más probable es que te enamores algún día, te pongas un magnífico vestido de novia y camines por el pasillo hacia el hombre de tus sueños. Pero hoy no es el día. Y tampoco es el momento de avivar las pasiones de tu corazón o de tu cuerpo.
Cantar de los Cantares es un poema hermoso sobre un hombre y una mujer que celebran las intimidades del amor y del matrimonio. Pero en tres ocasiones se advierte que no se aviven ese amor y esos deseos antes del momento oportuno. Sin embargo, nuestra cultura facilita estar descontentas e impacientes por el romance.
¿Estás buscando el amor en relaciones superficiales, películas y novelas románticas? Examina tu corazón y determina si necesitas rociar de agua fría tus deseos, desacelerarlos, y evitar el material romántico, o cambiar de perspectiva. Agitar el amor demasiado pronto solo hace que te quemes. Toma en cuenta las advertencias de las Escrituras: Guarda tu corazón hasta que Dios te muestre quién es digno de recibirlo. Siéntete contenta mientras esperas el amor.
Jesús, ayúdame a guardar mi corazón y a no obsesionarme con los chicos, sino a divertirme, simplemente, con mis amigas. Ayúdame a estar contenta de esperar. Amén.
Dios decidió de antemano adoptarnos como miembros de su familia al acercarnos a sí mismo por medio de Jesucristo. Eso es precisamente lo que él quería hacer, y le dio gran gusto hacerlo.
Efesios 1.5 ntv
¿Qué chica no quiere ser una princesa? Lo digo en serio. Los hermosos vestidos... el cabello perfecto... el apuesto príncipe... ¡Sí... por favor! Pero, ¿sabes qué? ¡Eres una princesa! Dios, el Rey (ver 1 Timoteo 6.15), te ha adoptado en su familia, ¡y eso te convierte en una princesa! Te ha vestido generosamente de justicia (ver Efesios 1.18), e incluso te ha provisto de un apuesto príncipe que te salve cuando estés en peligro (ver Isaías 9.6; Romanos 5.8).
La próxima vez que te sientas poco atractiva, indigna o inadvertida, recuerda que eres una hija del Rey. Eres sumamente amada. Eres especial. Eres querida. Eres una princesa.
Dios todopoderoso, ¡gracias por hacerme una verdadera princesa! Querías que fuese parte de tu familia, y mi adopción te agradó mucho. Gracias por enviar a un Príncipe para salvarme de mis pecados. Ayúdame a ser desinteresada y a servir como una verdadera princesa, y a compartir tu amor con los demás para que también puedas adoptarles. Amén.
Gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración.
Romanos 12.12 rvr1960
Antes de que hubiese grifos de agua, las personas salían afuera y utilizaban una pompa para extraer agua de la tierra. Cuando estás sedienta, haces lo que haga falta para satisfacer tu sed.
El gozo se extrae de la fuente de la esperanza. La paciencia se produce a través de la prueba. La oración crece por medio de la constancia.
Pensarías que el gozo proviene de hacer cosas que te hacen feliz, pero es mucho más profundo que la felicidad. El gozo se puede experimentar en los días malos, en medio del dolor, y cuando las cosas están peor que nunca. La razón por la que esto es cierto, es que el gozo reside en la esperanza de que habrá un momento en el que las dificultades pertenezcan al pasado.
La paciencia es necesaria para que se desarrolle el gozo, porque la esperanza necesita paciencia. La paciencia solo llega cuanto una se enfrenta a retos difíciles.
La capa conectora final es la oración. Cuando aceptamos orar de forma regular, tenemos acceso al Dios que nos dio esperanza, quien desarrolla la paciencia e inspira el gozo. ¡Deja que empiece el gozo!
Querido Dios, tú quieres que yo recuerde que el gozo es algo que puedes mejorar a través de las luchas a las que me enfrento. Estas no parecen ser buenas noticias. Me gusta cuando las cosas son fáciles. Dame paciencia para esperar y la esperanza que inspira el gozo. Que esta oración sea un buen comienzo. Amén.
No se dejen engañar: «Las malas compañías corrompen las buenas costumbres».
1 Corintios 15.33 nvi
Con frecuencia, las personas suelen utilizar este versículo para probar que es necesario tener cuidado con quiénes eliges para que sean tus amigas. Sin embargo, la imagen panorámica incluía una iglesia en la que las personas decían que Jesús no resucitó, después de que muriese en la cruz.
Si este pensamiento equivocado se hubiese aceptado como verdad, entonces toda la idea de seguir a Jesús no tendría mucho sentido. Después de todo, si Jesús no pudo salvarse a sí mismo, ¿cómo podría esperar salvarnos a nosotros?
Pablo estaba manifestando a la gente en Corinto que aquellos que habían rechazado creer que Jesús tenía la capacidad de salvar eran «las malas compañías [que] corrompen las buenas costumbres».
Hoy día, la idea de las malas compañías podría abarcar fácilmente lo que vemos en la televisión, lo que leemos en los libros y lo que escuchamos, y hasta a aquellas personas que rechazan considerar que Jesús pagó realmente por nuestros pecados. Las cosas a las que prestamos atención pueden ayudarnos a caminar con Jesús o a influenciarnos para abrigar serias dudas sobre la verdad. Aprende a reconocer las malas compañías.
Querido Dios, ayúdame a pasar más tiempo con los que te aman, así como con los que saben más de ti. Ayúdame a orar por aquellos que necesitan conocerte. No quiero que nada corrompa la verdad que has impartido en la Biblia. Jesús vive, y porque él vive, yo tengo un Salvador. Estoy agradecida. Amén.
Así que no nos cansemos de hacer el bien porque, si seguimos haciéndolo, Dios nos premiará a su debido tiempo.
Gálatas 6.9 tla
Quiero amar a mis enemigos, pero es tan difícil a veces. Mi hermano puede ser tan imbécil, y mi hermana siempre usa mis cosas. ¿Por qué no pueden ser amables o dejarme en paz?
Y mi amiga que no es salva, Dios, he estado orando por ella siempre. Pero no parece haber ninguna diferencia. Nada de lo que yo diga o haga parece impulsarla a que te acepte. Todo parece tan... imposible, a veces. Como si no importara lo mucho que intento amar a los demás, pues no hay diferencia.
Bueno, imagino que eso no es totalmente cierto. Mi hermano me vigila y me defiende cuando los demás se meten conmigo. Y mi hermana comparte la tele conmigo para que pueda ver lo que quiero. ¿Quién sabe? Quizás mi amiga finalmente estará de acuerdo en venir al grupo de adolescentes conmigo esta semana.
Dios, ayúdame a seguir sirviendo a los demás, incluso cuando parezca que no estoy marcando ninguna diferencia. Y ayúdame a seguir amándoles, incluso cuando sea difícil y no tenga ganas.
Señor, gracias por recordarme que no debo rendirme. A veces estoy tan desanimada, pero sé que veré la diferencia si tengo el deseo de seguir. Por favor, dame fuerzas y ánimo cuando lo necesite. Amén.
Sé vivir con casi nada o con todo lo necesario. He aprendido el secreto de vivir en cualquier situación, sea con el estómago lleno o vacío, con mucho o con poco. Pues todo lo puedo hacer por medio de Cristo, quien me da las fuerzas.
Filipenses 4.12-13 ntv
Estar satisfechas con lo que Dios nos da es la mejor forma de aguantar cuando las cosas se ponen difíciles.
Pablo declaró que había vivido momentos en los que había tenido todo cuanto había necesitado, pero también experimentó desafíos que le dejaron con muy poco. Aprendió el secreto de vivir en cada situación. Ese secreto era la satisfacción en el Dios que provee.
Es posible que queramos desistir, bajar los brazos y admitir la derrota. Pero Dios no nos envió una nota indicando que ya no sería capaz de ocuparse de las cosas.
Mientras Dios esté al control, no hay necesidad de sentir pánico ni de rendirnos ante la desesperación.
Podemos ver que la fuerza vence nuestra debilidad, porque Jesús nos da esa fuerza. Ahí encontramos el aliento para no rendirnos.
Querido Dios, siempre has tenido el control, y siempre lo tendrás. Puede resultar fácil pensar que todo se está cayendo a pedazos. Cuando me conformo con saber que me amas lo suficiente como para cuidar de mí, descubro que al estar tú conmigo ya no existe nada imposible de hacer si tú quieres que se haga. Ayúdame a confiar más y a preocuparme menos. Amén.
No os amoldéis a los criterios de este mundo; al contrario, dejaos transformar y renovad vuestro interior de tal manera que sepáis apreciar lo que Dios quiere, es decir, lo bueno, lo que le es grato, lo perfecto.
Romanos 12.2 blp
Los medios de comunicación aplican mucha presión sobre ti respecto a cómo vestirte, al peso que deberías tener y a que te veas estupenda en todo momento. Las fotografías de las modelos se retocan y se modifican digitalmente con el fin de presentar un estándar imposible de belleza. Incluso en la escuela, te sientes presionada con la ropa, con la forma de hablar y actuar si pretendes encajar con las demás y ser aceptada por ellas.
Pero las cosas de Dios son diferentes a las del mundo. Él te acepta tal como eres, ¡porque así fue como te creó! A Él le preocupan mucho más tu belleza interior, tu carácter y tu actitud, que el aspecto exterior que puedas tener. Pasar tiempo con Él sacará lo mejor de ti.
Como cristiana, se supone que debes ser distinta, y esa diferencia la marca que Cristo esté dentro de ti, y haga brillar una luz para los demás. ¡Eso es algo bueno!
Señor, a veces solo quiero amoldarme, ser como el resto de las chicas, porque así seré aceptada. Pero en realidad quiero ser quien tú diseñaste que fuera. Así que ayúdame a ignorar lo que el mundo señala que debería hacer, y a prestar atención tan solo a aquello que tú quieres que haga. Amén.
Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis.
Mateo 25.35 rvr1960
Jesús era un asombroso contador de historias. Había estado hablando a sus discípulos acerca de un rey que se dirigió a dos grupos de sirvientes. Algunos estaban a su izquierda y los demás a su derecha. El rey le explicó al primer grupo que por haber ofrecido ayuda a aquellos que tenían necesidad, era como si le hubieran ayudado a Él. El segundo grupo fue criticado por su falta de compasión.
Jesús dejó claro que quería que sus discípulos fuesen activos, que se involucraran y proporcionaran ayuda a los niños, las viudas, los extranjeros y los desamparados. Se refirió a estos siervos voluntariosos como justos. Sin embargo, indicó que aquellos que no ayudaban, en realidad no reflejaban el carácter de su Padre.
Tenemos muchas oportunidades de ayudar a los demás. Trabajamos porque queremos servir a Dios, pero también porque, sirviendo a los demás, estamos permitiendo que Dios los ame a través de nuestros actos.
Querido Dios, dejaste claro que querías que ayudara a los demás. Marca una gran diferencia comprender que amas a cada persona que ayudo. Cuando lo hago, te ayudo a ti. Cuando te ayudo, recibo ayuda. Haz que pueda ver a los demás del mismo modo en que lo haces tú, y a preocuparme por ellos de la misma forma que tú lo harías. Amén.
No formen yunta con los incrédulos... ¿qué comunión puede tener la luz con la oscuridad?... ¿Qué tiene en común un creyente con un incrédulo?... Porque nosotros somos templo del Dios viviente.
2 Corintios 6.14-16 nvi
Se supone que los cristianos deben ser diferentes. Deberíamos pensar, actuar y hablar de forma distinta. Nuestras mejores amistades deberían estar entre aquellas que han escogido ser diferentes.
Aunque esto tiene sentido, es algo difícil de seguir. A veces una puede sentirse realmente en sintonía con alguien que no tiene intención de seguir a Jesús. Podrías intentar justificar el salir con esas personas, porque creas poder llevarlas a Cristo. Este pensamiento pone a esa persona por encima de Dios al tú haber escogido la desobediencia para poder estar con ellas.
A menos que puedas caminar con tu cita hacia aquello que Jesús quiere para tu vida, ambos terminarán andando en direcciones distintas.
Querido Dios, tú quieres que yo sea diferente. Cuando quede con alguien, ayúdame a honrarte al pasar tiempo con alguien que te ame más a ti que a mí. Amén.
Cristo murió… para presentársela a sí mismo como una novia, llena de esplendor y belleza. Cristo murió para que la iglesia fuera pura, sin mancha ni arruga, ni nada semejante. Efesios 5.26-27 pdt
Ahora que eres adolescente, te enfrentas a desafíos completamente nuevos. Es bastante duro sentirte bella cuando tu cuerpo está cambiando de forma no muy glamurosa. Pero puedes tener una belleza perfecta (todo el tiempo) por medio de Cristo. Él murió para hacerte hermosa, eliminar cada cicatriz, cada imperfección, cada marca descolorida de tu cuerpo y espíritu.
Así que cuando te miras en el espejo y ves manchas e imperfecciones, Dios ve una belleza perfecta. No necesitas hacer dieta, hacer ejercicio como una loca, depilarte las cejas ni resaltar tus nuevas curcas para sentirte guapa y ganar la aprobación. Ya eres totalmente completa, porque
Jesús te ha limpiado.
¡Y eso es algo para celebrar!
Jesús, es tan difícil a veces ver más allá de mi imagen en el espejo y estar contenta conmigo misma. A lo mejor es porque estoy mirando con los ojos del mundo y no con tus ojos. Gracias por morir por mí, por cubrirme con tu sangre y hacerme hermosa por dentro y por fuera. Ayúdame a ver lo que tú ves y a no estar tan preocupada por el resto. Amén.
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús.
Filipenses 4.6-7 ntv
Preocuparse es una condición resultante de perder la fe. Preocuparse de forma no intencionada indica que no crees que Dios pueda manejar las dificultades a las que te enfrentas. La oración es el rechazo intencional de darle una oportunidad a la preocupación de convencerte para que hagas de ella tu poder de superhéroe. Si estás luchando contra algo o alguien, deja de preocuparte. Nunca cambiará el resultado del tiempo que has invertido. Agradécele a Dios de antemano por ocuparse de las cosas.
Tu regalo por hacer un depósito de preocupación con Dios es una paz sumamente maravillosa. No tienes que preocuparte por ello, y Él no se preocupará tampoco.
Simplemente se ocupará.
¿Con qué frecuencia deberías preocuparte? ¡Nunca! ¿Cuándo deberías dejar de preocuparte? ¡Ahora mismo! ¿Cómo puedes dejar de preocuparte? ¡Ora! ¿Cuándo puedes orar? ¡Ahora mismo!
Querido Dios, dices que debería contarte lo que necesito, así que estoy aquí para decir que necesito dejar de preocuparme. Necesito la fe suficiente para confiar en que tú estás gestionando esto. Ayúdame a aferrarme a tu regalo de paz y a rechazar la preocupación. Amén.
Pero tú, cuando ayunes, péinate y lávate la cara. Así, nadie se dará cuenta de que estás ayunando, excepto tu Padre, quien sabe lo que haces en privado; y tu Padre, quien todo lo ve, te recompensará.
Mateo 6.17-18 ntv
Ayunar es idea de Dios, pero es posible que no te resulte familiar. La mayoría del ayuno bíblico es un rechazo intencionado a comer durante un tiempo. Ayunar no es una dieta, sino una disciplina que nos proporciona más tiempo para orientar nuestra relación con Dios. Dejamos algo para ganar algo mejor.
Aunque la mayoría de gente piensa en la comida cuando piensan en el ayuno, existen otras formas de ayunar. Puedes tomarte un descanso de algo que realmente te encanta para poder acercarte a Dios. Podría ser el deporte, la música o incluso las redes sociales.
Cuando necesitas tomarte un descanso, el ayuno puede poner tu vida de nuevo en el enfoque correcto.
Actúa normalmente; el ayuno no es algo que hagas para que te observen, sino algo que tú haces para tomar consciencia de Dios.
Querido Dios, nos dices que ayunar es algo que te honra.
Quizá un ayuno del drama de internet puede ayudarme a convertir el drama online en tiempo contigo. Ayúdame también a pasar más tiempo con amigas cristianas de confianza, y a encontrar nuevas oportunidades de servir. Amén.
No se interesen tanto por la belleza externa: los peinados extravagantes, las joyas costosas o la ropa elegante. En cambio, vístanse con la belleza interior, la que no se desvanece, la belleza de un espíritu tierno y sereno, que es tan precioso a los ojos de Dios.
1 Pedro 3.3-4 ntv
¿Es la modestia algo tan solo de chicas? ¿Es la lujuria algo solo de chicos? En el siglo XXI vemos la necesidad de que los hombres y las mujeres sean modestos y sin lujuria.
La lujuria no debería confundirse nunca con el amor. Donde el amor da y es amable, la lujuria toma y es demandante. Donde el amor quiere lo mejor para los demás, la lujuria solo se interesa por lo que ella quiere.
La modestia es verte tan suficientemente valiosa como para no revelar de forma intencionada a los demás las cosas que no son adecuadas. La modestia también es un acto de humildad.
La Biblia nos advierte de que podemos estar tan absortas en nuestra apariencia que descuidemos nuestro corazón.
También podemos estar tan ensimismadas observando a los demás que no logremos concentrarnos.
Es posible que la belleza interior tarde más en ser advertida; sin embargo, para los cristianos es la verdadera belleza que ha sido reforzada por el carácter y el amor de Dios. Esta es una belleza que merece la pena encontrar.
Querido Dios, ayúdame a comprender que mi forma de vestir y de actuar afecta a los demás de una forma positiva o negativa. Mantén mis ojos y mi corazón enfocados en ti. Haz que pueda vestirme de una forma que no llame intencionadamente la atención. Que tú puedas hallar gozo en mis elecciones. Amén.
¿No se dan cuenta de que su cuerpo es el templo del Espíritu Santo, quien vive en ustedes y les fue dado por Dios? Ustedes no se pertenecen a sí mismos, porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
1 Corintios 6.19-20 ntv
Oímos mucho acerca de honrar a Dios con nuestra forma de actuar, con nuestras palabras y con nuestros hechos. Y pasamos mucho tiempo centradas en nuestro comportamiento, moldeándolo para ser más como Cristo. Pero también necesitamos honrar a Dios con nuestros cuerpos. Cuando rendimos nuestras vidas a Cristo, también rendimos nuestros cuerpos.
Por tanto, ¿cómo honramos a Dios con nuestros cuerpos?
Le honramos con la forma en la que nos vestimos, con decencia y sin exhibir partes de nuestro cuerpo al mundo. Le honramos consumiendo unos alimentos sanos, y haciendo ejercicio de forma regular. Y le honramos evitando hábitos destructivos: fumar, las drogas, los desórdenes alimentarios, el sexo prematrimonial, lastimar a los demás, etc.
¿Cuáles son tus mayores luchas a la hora de querer honrar a Dios con tu cuerpo? ¿Qué cambios necesitas hacer en tu vida? ¿Cómo puedes efectuarlos ya a partir de hoy?
Dios Padre, sé que mi cuerpo es un templo para ti.
Ayúdame a respetar mi cuerpo y a tratarlo de una forma que te honre. Te ruego que me des la fuerza y la perseverancia para realizar los cambios necesarios. Amén.
Por lo tanto, como escogidos de Dios, santos y amados, revístanse de afecto entrañable y de bondad, humildad, amabilidad y paciencia, de modo que se toleren unos a otros y se perdonen si alguno tiene queja contra otro. Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes.
Colosenses 3.12-13 nvi
Si te encanta comprar, hay unas cuantas cosas que añadir a tu lista de indispensables. La Biblia nos indica que es necesario mantener cerca la compasión, la amabilidad, la humildad, la dulzura y la paciencia. Si se te han acabado estos básicos, ponte en contacto con Dios y haz un pedido. Dios nos demanda que perdonemos, que amemos y que seamos pacientes con los demás. Es difícil actuar de este modo cuando tus primeras opciones son la venganza, la indiferencia, el orgullo, la crueldad y la irritación. Como cristianas, somos nuevas criaturas, somos el pueblo que Dios creó con sus manos, preparadas para algo nuevo. Por eso nos dio un ropero nuevo. Nuestra vieja ropa no le sienta ya tan bien a nuestro nuevo ser.
En realidad, no hay necesidad de comprar cosas como la compasión y la amabilidad porque Dios ya te las da. La verdadera cuestión es ¿te vestirás con ellas?
Querido Dios, me estás recordando que fui creada con un propósito mayor de lo que otros creen. Quieres que mi actitud externa refleje lo nuevo que estás haciendo dentro de mí. Ayúdame a colaborar. Amén.
Si alguien dice: «Amo a Dios», pero odia a otro creyente, esa persona es mentirosa pues, si no amamos a quienes podemos ver, ¿cómo vamos a amar a Dios, a quien no podemos ver? Y él nos ha dado el siguiente mandato: los que aman a Dios deben amar también a sus hermanos creyentes.
1 Juan 4.20-21 ntv
Resulta fácil ver el valor de amar a Dios. También es fácil creer que las personas son demasiado malas para amarlas. Cuando fallamos en amar a las personas, estamos rechazando el segundo gran mandamiento de Dios. Jesús señaló que deberíamos amar a Dios sobre todas las cosas, y después amar a todos los demás (ver Marcos 12.30-31).
Un hipócrita era un viejo actor. Se trataba de personas que llevaban máscaras para disimular cómo se sentían en realidad. Las máscaras representaban algo que no era real. Significaba engaño, pero, al ser un entretenimiento clásico, la audiencia los entendía; el escenario se llenaba de hipócritas. Representaban una ilusión.
Cuando decimos que amamos a Dios, pero no amamos a las personas, somos como actores malos que no pueden engañar a nadie y nunca nos parecemos realmente al Dios que decimos que amamos.
Buenas noticias. Incluso los hipócritas pueden cambiar.
Querido Dios, ayúdame a ser auténtica. Eso significa admitir que es difícil amar a otras personas. Con tu ayuda haré lo que me has pedido que haga, y seré quien tú quieres que yo sea. Amén.