Boletín Colectivo Ciudadanía | Mayo-Julio 2010 editorial
Inclusión política como tarea FESTEJOS DEL BICENTENARIO . NATACHA PISARENKO
La inclusión política y las políticas de inclusión son un tema central en esta etapa de Argentina y América Latina. Su centralidad tiene que ver con procesos reales y concretos que se vienen dando a partir de iniciativas desde el Estado y puesta en escena de conflictos, voces y presencias más o menos articuladas desde distintos sectores de la sociedad. Vemos en todo este cuadro logros que hay que celebrar pero a la vez vemos fuertes límites que es imperioso trabajar. Ampliar y profundizar el proceso de inclusión puesto en marcha depende hoy de la capacidad que tengamos para capitalizarlo políticamente. Esto es fundamental y tiene que ver con una necesidad, al tiempo que con una carencia: nos pone frente a un logro que aún no terminamos de realizar. Los colectivos y personas que nos implicamos en la construcción de ciudadanía, la democracia y la justicia social, tenemos metas próximas para plantear y plantearnos. Interrogantes que son proyecto y tareas si los abordamos con decisión y ánimo de asumir riesgos y construir cosas nuevas. Desde el Colectivo Ciudadanía vemos que existe una “cristalización” del espacio público o de las instancias en las que se procesa lo público y lo privado, aquello que llamamos el ágora. Un endurecimiento y fraguado de las posibilidades de acceder y ser protagonistas de esos espacios que afortunadamente vienen siendo puestos en cuestión, o al menos entre signos de pregunta, en los últimos tiempos. La fuerza de hechos y conflictos sociales, políticos y culturales en una serie que va desde la lucha por la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta la secuencia de festejos en la semana de mayo del bicentenario, pasando por el impacto de la Asignación Universal por Hijo para la Protección Social.
Primera cuestión: Ampliación de la ciudadanía ¿Cómo incluir en el ágora a aquellas personas, sectores o grupos que ya han sido
incluidos desde lo socio-económico? ¿Cómo se traduce y se convierte esa inclusión de los sectores sociales que efectivamente experimentaron la recuperación de cierta calidad de vida a nivel de la inclusión política? La inclusión política y esa ampliación del espacio público se hace efectiva y se configura en el lugar donde los temas (interrogantes, avances, búsquedas) individuales, particulares se convierten en cuestiones colectivas. Desde allí hay que pensar la cuestión de la ciudadanía: el reconocimiento entre los miembros de la comunidad política y de la comunidad política respecto del estado y gobierno. ¿Cómo la persona que recibió la jubilación no contributiva o la Asignación Universal por Hijo, la que puede ver el fútbol por televisión abierta, la que se benefició con la construcción de un puente, una escuela, una autopista, un hospital, reconoce y toma posición con respecto a por qué pasó eso y qué puede pasar si asume una conducta u otra no sólo en lo electoral –aunque también en lo electoral–, sino en lo político?
Segunda cuestión: Abrir conversaciones La lectura que permite el pasaje de la inclusión socio-económica a una clave de inclusión política requiere de un proceso de reconocimiento. Reconocer -en principiosiempre es conversar, poder ponerlo algo en palabras mutuas. Es el primer momento de la ciudadanía, que generalmente sucede entre vecinos. Como colectivos, como personas que apuestan a la organización, sabemos que con eso solo no alcanza. ¿Qué otros espacios propiciamos para favorecer esos procesos de reconocimiento? ¿Qué conversaciones abrimos y sostenemos? ¿Quiénes entran a conversar y en qué términos? ¿Sobre qué conversamos y sobre qué conversan otros? Es fundamental un fuerte énfasis en la formación política, pero dada la característica y la masividad del desafío, no se trata nada más de espacios de “capacitación”, sino de unos que puedan “dar
La inclusión política y la ampliación del espacio público se hace efectiva y se configura en el lugar en donde los temas e interrogantes particulares se convierten en cuestiones colectivas. forma” al juicio que grandes sectores de la sociedad elaboran sobre qué es lo que determina sus condiciones de vida, su destino y su inclusión. Existen múltiples espacios de acción. La disputa en torno a la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es, por ejemplo, uno de ellos. Si bien se trata de un conflicto que se plasman sobre todo en la coyuntura con distintos momentos de una especie de “guerra de posición”, implica procesos de construcción mediano y largo plazo. Son necesarias estrategias concretas para batallas y disputas cercanas en el tiempo. Uno espacio muy fuerte y contundente en ese sentido es el ágora que surge de la implementación de las políticas sociales. ¿Qué piensan los involucrados? ¿Qué tipo de sentidos se construyen entorno a estas políticas públicas? Desde la cola para cobrar la Asignación Universal por Hijo, hasta las reuniones y talleres del programas laborales, pasando el momento de recepción publicidad que se hace de la implementación de las políticas públicas. Allí hay un espacio público a ser ampliado que nos desafía a una tarea importante.
Tercera cuestión: Poner en valor y festejar Es clave poner en valor el proceso de inclusión que se ha dado. Ponerlo en significado, en palabras, en números. Reconocer la dimensión de los procesos de inclusión que se vienen dando. Se alcanzaron logros enormes que no han sido festejados lo suficiente. No llegamos a dimensionar en qué medida tienen que ver con las grandes luchas. Como si nos hubieran sorprendido o lo hubiésemos naturalizado demasiado rápido. La Asignación Universal por Hijo para la Protección Social es uno de ellos. Celebrar y festejar esos logros es también tomar la palabra, porque de lo contrario la única voz que resuena es la de los medios de comunicación, los grupos económicos y otros agoreros arraigados. Poner en valor es construir el sentido de eso que ha sucedido, con todos sus límites. Al poner de manifiesto sus límites, se pueden evidenciar más claramente todas sus dimensiones.
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