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Los imprescindibles en la Val d’Aran

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BAQUEIRA

BAQUEIRA

Verano es sinónimo de placer en la Val d’Aran, un valle atlántico único en los Pirineos. Su orografía, sus preciosos valles, sus cimas superiores a los 2.000 metros, su gastronomía, su riqueza cultural y una amplia oferta turística hacen de este rincón del Pirineo un lugar excepcional para disfrutar de unos días de desconexión en verano con la familia o con los amigos, en un Valle que cuando el blanco de las nieves se deshace en lo alto de las montañas se tiñe de color y vida. Estos serían los imprescindibles de la Val d’Aran en verano.

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Es Uelhs deth Joeu

Los Ojos del Diablo o de Júpiter es una cascada espectacular, con las aguas del glaciar del Aneto que desaparecen en el Forau d’Aigualluts, en el valle de Benasque, y reaparecen cerca de la Artiga de Lin, en la Val d’Aran, tras recorrer más de 4 kilómetros subterráneos. Se accede desde Es Bordes, por una pista asfaltada. Desde el balcón protegido con baranda y las piedras altas de delante de la cascada se pueden tomar magníficas fotografías de esta cascada de múltiples chorros, cuyas aguas glaciares y del deshielo tienen más o menos volumen en función de la época del año. En el acceso a los Ojos del Diablo hay un espacio habilitado para estacionar el vehículo, y en el trayecto de la pista asfaltada hay un bonito ‘merendero’ con barbacoas y mesas en la ribera del río Joel, además de un refugio-brasería. En varios puntos se puede observar la bajada de aludes del invierno, coincidiendo con algunos barrancos por donde bajan las aguas de las nieves, formando bonitos chorros y arroyos.

Sauth deth Pish

Impresionante salto de agua de más de 12 metros situado en un enclave natural de gran belleza, y al que se puede acceder en vehículo propio recorriendo una bonita pista de 12 kilómetros paralela al río Varradòs, a la que se accede desde el Pont d’Arròs. Es una de las atracciones naturales aranesas más visitadas, dada su belleza y su fácil acceso, lo que hace que sea una excursión para realizar con toda la familia. Desde Vielha hay que coger la N-230 en dirección a Les y Francia y a la altura del pueblo de Pont d’Arròs tomar un desvío a la derecha para circular por una pista forestal durante 12 km, cuyo recorrido es de una gran belleza, hasta llegar al Plan des Artiguetes y dejar el coche en el parking habilitado. En 10 minutos se llega a la cascada y al lago de Varradòs y al bosque de Siesso.

Bausen y bosque de Carlac

Espectacular extensión de hayas milenarias con formas retorcidas y gran variedad cromática. Por su aspecto fantasmagórico es conocido como el bosque mágico. En su recorrido destaca la Ermita de Sant Roc, abrevadero construido con grandes losas, bordas, río Carlac y pasarelas de madera a modo de puente. El inicio de la ruta se sitúa en el aparcamiento del pintoresco pueblo de Bausen, a casi 3.000 metros de altitud al que se llega por una estrecha carretera de curvas desde donde se disfruta de impresionantes vistas del macizo de la Maladeta. No hay que dejar de visitar el cementerio pagano de Teresa, el más pequeño de España, que acoge una única tumba y una de las más bonitas historias de amor jamás contadas.

Bòsc de Varicauba

Bosque de abetos de gran extensión, muy espeso en algunas zonas. En su interior se encuentra la Bassa d’Oles, una balsa que en primavera y en los veranos lluviosos se convierte en un idílico lago de montaña, el Centro de Educación Ambiental adaptado para recibir grupos escolares y áreas de picnic de la Mair de Diu des Nhèus y Plan Batalher. El punto de partida de la excursión es la población de Gausac, a tan solo un quilómetro de Vielha. Allí cogemos la pista asfaltada que sube hasta el bosque de Varicauba.

Tres quilómetros más adelante llegamos hasta un cruce, hacia la izquierda hay que tomar la pista de la Bassa d’Oles, también conocida como La Piusa, repleta de abetos y pinos rojos, y en cuyo espacio, si se madruga podrían cruzarse con algún corzo.

Aran Park

Situado en Bossòst, en plena naturaleza salvaje, el Parque de Fauna de la Val d’Aran es un lugar único, ubicado en un entorno incomparable donde descubrir la fauna y la biodiversidad de alta montaña. Se pueden observar con tranquilidad osos, linces, nutrias, dos especies de lobos (blancos y grises) marmotas y ciervos, y todos los ungulados de montaña. Sus modernas instalaciones permiten descubrir la intimidad de estos animales salvajes en semi-libertad y en su propio ecosistema; sin olvidar que en sus rincones se pueden observar, siempre con el máximo respeto, un sinfín de animales en su hábitat. Además, ofrecen un amplio abanico de experiencias, como la posibilidad de ponerse en la piel de un cuidador, descubriendo en qué consiste su trabajo al mismo tiempo que se podrá interactuar con los animales, en una actividad supervisada por un cuidador del parque. Más información en www.aran-park.es.

Ruta Aigües Tòrtes de Colomèrs

La fauna, la flora y los paisajes verdes en verano son un gran atractivo. Existen infinidad de rutas señalizadas de senderismo para todos los niveles, en este caso, os acercamos la más sencilla: Aigües Tòrtes de Colomèrs (de 7,8 km de longitud y de 1h 50’ de duración). Ya en la aproximación por la Val d’Aiguamòg se observa lo polifacética que es: pastos, prados, bosques, ríos y altivas cimas como preámbulo de la mayor cuenca lacustre de los Pirineos: el Circ de Colomèrs. El itinerario es un ameno paseo que permite descubrir una parte de este valle, zona periférica del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Se adentra en el bosque siguiendo el río hasta una cascada. Por un cuidado y entretenido sendero se llega al mirador donde se ve la panorámica de las cimas y el Gran Tuc de Colomèrs (2.933m) y hacia abajo la ciénaga y el río de la zona protegida de Aigües Tòrtes de Colomèrs. La vuelta se realiza entre bordas, prados de pasto y ganado.

Era Mair de Diu dera Purificacion

La Val d’Aran está salpicada de un importante conjunto artístico monumental, integrado sobre todo por un gran número de iglesias románicas, como Era Mair de Diu dera Purificacion, del siglo XII en Bossòst. Está cerca del bulevar que cruza la población, encaramada en dirección al barrio antiguo del Cap dera Vila.

Cuenta con una planta basilical de tres naves construidas en bóveda de cañón. Están sostenidas sobre pilares circulares y tres ábsides decorados con elementos escultóricos de procedencia lombarda. Su torre campanario, adosada en el ángulo de nordeste, está configurado a partir de lesenas, ventanas abocinadas y geminadas y arcuaciones lombardas. Sus dos portadas son de tímpano de una gran riqueza iconográfica y estructuradas a partir de una sucesión de arcos en degradación. El interior consta de cuatro arcadas que separan las naves y los pilares circulares que las sostienen, hechos de piedra trabajada y escuadrada, y coronados por impostas lisas. Sobresale el testimonio de un fragmento de pintura mural de finales del siglo XIII y principios del XIV, ubicado en el ábside central donde se intuye la representación de la escena de la Epifanía.

Circ de Colomèrs

Es el más espectacular e importante del Parc Nacional d’Aigüestortes i Estany de Sant Maurici y está en tierras aranesas, con más de 30 ‘estanys’ a los que se accede desde Banys de Tredòs, a través de una pista asfaltada a lo largo de la bella ribera d’Aiguamòg. En Banys de Tredòs se encuentra el balneario del mismo nombre, que explota las aguas termales sulfurosas, que ya en sus tiempos aprovecharon los romanos, y tras dejar el vehículo en el aparcamiento habilitado, una pista sin asfaltar lleva en media hora hasta el primer ‘estany’, apresado desde los años ’50. Desde la presa de Colomèrs, donde está situado el refugio del mismo nombre, guardado y abierto de mayo a septiembre, sale el itinerario circular que permitirá ir ganando altura hasta observar los cinco siguientes ‘estanys’, en el itinerario más corto; y llegar a ver el bellísimo conjunto del circo glaciar, con los 30 ‘estanys’ que quedaron tras el deshielo de las glaciaciones del Cuaternario.

Son estas propuestas algunas de las visitas imprescindibles en una Val d’Aran que muestra todo su esplendor en los meses de verano, lejos de las masificaciones, con infinidad de lugares en los que perderse para los amantes de la naturaleza, de la cultura, del arte y de la gastronomía.

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