El Vendedor de Globos que Queria ser Cangrejo

Grupo RAmargo Presenta:

El Vendedor de Globos Que QuerĂ­a Ser Cangrejo

Book / Ilustrado #1 Junio 2015

I ¿Que quién soy?

Depende. Para mi Padre soy el hijo que aún comete errores, el que produce orgullo efímero. El que hace y no hace nada.

Pero para mi Madre; esa pequeña deidad de paciencia que sabe como amar y lo demuestra. Soy un triunfador, un titán de lo absurdo. Cuando pienso en ella lo entiendo muy bien: nadie puede elegir a sus hijos.

Sin embargo, disfruto de mi labor como vendedor de globos. Me encanta como las personas jalan sus esferas colmadas de gas.

En su mirada aun reflejan un poco de inocencia ( muchos de ellos no saben porque es que flota en el aire) y eso es muy sincero.

Si otorgáramos admiración e inocencia para todas las cosas, nadie las despreciaría.

Al mediodía, en el cenit solar. Saco los globos que he preparado para la venta.

Veinte globos rojos, diez azules, cinco blancos, siete verdes, tres de color anaranjado, uno negro y dos más: un amarillo y uno morado, para equilibrar el asunto.

II Al atardecer termino mi jornada y placenteramente regreso a casa. Me gusta llegar con el último globo y dependiendo del color agradezco al Creador.

Si es rojo, agradezco por su pasión.

Si es azul, agradezco por su paciencia.

Si es blanco, agradezco por su nobleza.

Si es verde, agradezco por su bondad.

Si es naranja, agradezco por su amor.

Si es amarillo, agradezco por su esperanza.

Si es morado, agradezco por su caridad.

Pero si es negro... hasta el momento no me ha quedado un globo negro.

Cierto día, hablando con mi Madre.

-Lo único que lamento de mi oficio es este terrible dolor de mano. Si tan sólo fuera más grande y más fuerte. Dije. Y mi Madre contestó.

-Entonces tendrías que ser cangrejo. Y siguió con sus deberes.

-Pero. -Dije. ¿Acaso ese ser es... poderoso?

Y mi Madre agregó.

-Con tu tamaño, la tenaza de un cangrejo rompería casi cualquier cosa. Finalizó.

Desde entonces, para mi la tenaza es un símbolo de poder.

Es más, lo admito.¡Quisiera ser un cangrejo!

III Con mi Madre como cómplice.

Elaboramos una manopla en forma de tenaza. En cuanto me la puse, sentí su poder.

Ese hormigueo era vitalizador. Pero decidimos hacerla más cómoda y esa sensación terminó. Mi Madre dijo que podría haber perdido la mano por lo apretado de la tenaza.

Cuando terminamos, era ya el cenit solar.

La masa de esferas suspendidas dominaba la parte central entre mi cabeza y el cielo. Dejé libre la mano con la tenaza tan sólo para despedirme de mi Madre. Sin embargo.

Había algo más. Su mirada me hizo volver a la infancia y casi me hace llorar.

Agradezco al creador por esta Madre.

Desde entonces prometí llevar un globo rosa para agradecer por mi Madre al final del día.

Ese día, al terminar la venta de globos. Mi falsa tenaza arrastraba un globo naranja, y agradecí al creador por su amor.

Si todos dejáramos los agradecimientos a la voluntad divina, siempre seríamos agradecidos.

IV Sé todo sobre globos, pero... ¿a dónde van cuando se escapan?

La verdad, no lo sé.

Sufría más con los globos metálicos y su fatal destello final. Pero ahora sólo se van.

El pequeño punto coloreado se pierde en el cielo. Para siempre.

Mi Padre dice que los globos salen del cielo y que nunca más se les ve de nuevo.

Quisiera creerle, pero no puedo. Por esa razón decidí marcar mis globos con el símbolo de la tenaza. Así podré saber si salen o no del cielo.

Mi Padre: el malvado más benévolo que conozco. Siempre en contra mía.

Ayudándome a seguir con verdadera convicción mis ideales. Tratando de hacerme caer. Dice mi Madre que cuando nací, mi Padre me tomó en sus brazos, y dijo: “ quiero que siempre tenga la firme voluntad de seguir sus sueños, aunque el mundo le diga que está equivocado. Quiero que sea muy feliz”.

También dice que lloró en esa ocasión, y le creo. El globo negro es para agradecer por mi Padre.

Algunos malvados hacen el mal porque es ruidoso. La mayoría de los buenos y su bondad pasan desapercibidos.

V En esta ocasión, mi tenaza ostentaba un globo amarillo y por esa razón agradecí al creador por su esperanza.

Con la firme idea de saber si la teoría de mi Padre era correcta, decidí liberarlo. La bola amarilla disminuyó al punto de desaparecer y sólo dejar un vasto cielo como testigo. Satisfecho con mi labor, seguí con mi camino a casa.

En la entrada, como siempre, mi Madre vigilaba mi llegada.

Al día siguiente, durante el desayuno, mi Madre me entregó un globo desinflado. Era amarillo, y con el dibujo de la tenaza que yo le había puesto. Ostentaba una nota amarrada casi al final de su largo hilo blanco y sucio.

Dijo que mi Padre lo encontró al salir al trabajo. Se trataba de una hoja blanca enrollada. Sólo decía una cosa, una sola palabra. Decidí no prestar tanta importancia a ese asunto. Salí al cenit solar del medio día. Hasta ese momento sólo deseaba una cosa en la vida. Quería ser cangrejo y no sabía nada más de mi. Al final del día y mientras caminaba a casa con el primer globo negro que me quedaba, supe que hacer.

Una persona feliz siempre será agradecida.

Hoy agradezco al creador por mi Padre.

VI Durante las siguientes mañanas inflé bastantes globos y a duras penas pude esconderlos. Lo hice con la firme intención de dar un gran agradecimiento al creador.

Llegado el día. Amarré mi cama de modo tal, que al ser elevada por los globos, siempre estuviera en posición horizontal.

En la puerta, mi Madre observaba y, lo sé muy bien, deseaba tener la fuerza para contradecirme de la misma manera que lo haría mi Padre.

Lloraba y reía.

Reía y reía.

Lloraba y lloraba.

Hacía todo eso y casi me parte el alma. Me acerqué a Ella y le entregué un último globo negro para mi Padre. En su hilo cargaba un papel enrollado. Mientras despegaba, evité el observar el atormentado rostro de mi Madre.

La tenaza que juntos elaboramos, era el timón de mi improvisada nave voladora. ¿Qué quién soy?

Depende. Para mi soy un cangrejo vendedor de globos. El más feliz y el más agradecido. Hoy agradezco al creador por mi Madre, al emprender mi viaje en esta mole de globos rosas. No sé a donde voy, y me emociona mucho.

Adiós...

CREACIÓN DEL PERSONAJE: Rama ( Gerardo M. Ríos)

TEXTO: Amargo ( Mario Vega Rodríguez) ILUSTRACIONES: Bitter Potograpi & Grapics

PRODUCCIÓN: Bad Chicatana comics Grupo RAmargo