La calle Guilmore se disfraza de nuevo y la magia de Halloween atrapa los corazones de quienes se pasean en ella.
Admirando grandes ventanales y decorativas fachadas aparece la dulce pero apagada mirada de Kiny, una pequeña calabaza que desea compartir su luz. Mia hará todo lo que esté en su mano para ayudar a Kiny a lograrlo.
Un mágico canto a la amistad, la empatía y a la ilusión por compartir la belleza de la noche.