El mundo mágico de Orientaflor

0. ORIENTAFLOR O EL ORIGEN DIVINO DE LA VIDA

¿Alguna vez te ha ocurrido que has olvidado realmente quién eres? ¿Te ha pasado que en alguna circunstancia de tu vida no te has reconocido o no te han valorado tal como te ves a ti mismo? ¿Has tenido la sensación de haber perdido algo de ti por el camino y creer que ya es definitivo? Quizás Orientaflor y su historia puedan ayudarte a esa memoria del niño o niña que fuiste. Recuerda: «Nunca has dejado de serlo».

Érase una vez el principio de todo, érase una vez el primer cuento. Érase Orientaflor, una flor de pétalos de colores que vivía en un frondoso bosque oculto en cualquier punto del planeta. Orientaflor disfrutaba de la vida. Su ser era una luz llena de colores, elevándose, plena de oxígeno, hogar de muchos seres grandes y pequeños y primera casa que fue de todos nosotros, la humanidad. En el bosque todo crece y se comunica, mantiene su equilibrio y en su sabiduría de los ciclos de la vida, todo vive y crece y sigue renaciendo.

Ella era feliz perteneciendo a ese organismo vivo y viviente. Unida a la naturaleza todo era sincrónico, digno de confianza, rebosante de su propia energía y propósito, sin aislamiento de nadie ni patrones repetitivos que destruyeran nada en esa armonía de todos, aunque hubiera dolor o muerte o dificultad, nada se producía para destruir. Ni un solo animal, planta o ser grande o

pequeño buscaba aniquilar a nadie ni por supuesto, ser aniquilado. Eso era hogar, y Orientaflor lo disfrutaba cada día.

Muchas veces escuchaba las voces de seres muy especiales.

Eran risas o gritos o charlas o juegos. Le encantaban sus visitas mientras ella seguía llenándose de colores y creciendo a la luz del sol, el frescor de la lluvia y el mecer del viento.

Les miraba con profundo cariño. Unos no eran conscientes de nada, preocupados por llegar a lo más alto sin importarles el resto del panorama de la vida. Vivían en un constante egoísmo y esta desconexión solo les traía miseria, tristeza y sufrimiento. Eran corazones a la deriva.

Otros querían que todo fuera a su ritmo y su medida. Todo eran intentos de controlar la vida y determinarla a su antojo. La ira y el enfado no tardaban en aparecer.

Todo esto le llenaba de una extraña ternura, un impulso a ayudar y un deseo de abrir caminos a estas personas que se estaban quedando a las puertas de vivir la vida y su grandiosidad.

Necesitaban un cambio, un despertar, y Orientaflor estaba segura de que era posible en cada uno. Sabía perfectamente que esa fuerza habitaba dormida en todos. Solo necesitaban un pequeño empujón, una pequeña orientación, un cambio en sus percepciones sobre la vida, sobre ellos mismos y sobre sus acciones y decisiones. Un nuevo corazón consciente que les permitiera asomarse a la vida inmensa y sencilla, que les abriera la posibilidad de verse en su novedad y originalidad, que les pusiera a la acción de crear y crear cada instante, rendidos

y confiados porque nada les pertenece, y todo eso es lo que somos y formamos. ¿Cómo se puede tener lo que ya se es?

Comprendió que el corazón solo es uno, el corazón de la vida, y en él latimos todos, es nuestro hogar. Dejó de ser ya una flor de esas que pintan miles. De ser flor a ser estrella por dentro como tú y como yo, cuando nos ponemos a vivir y disfrutar y tintinear de alegría con la vida, con quienes nos quieren de verdad y todo lo que nos ama y nos hacen crecer y nos invitan a lo mejor cada día.

Orientaflor decidió ayudar a los seres humanos a encontrar su hogar. Colaborar en ese plan grandísimo de crecer y evolucionar desde el principio.

Y este es el primer cuento, el primero de muchos. Historias de animales amigos de Orientaflor que van a ir saliendo al camino para regalarte lo que ellos fueron descubriendo y ayudarte y guiarte en tus dificultades y dudas.

Ellos y ella se van a ir acercando a tu corazón, y esta bonita flor, coloreada y brillante, te va a dar la mano, te va a guiar y acompañar, con todos sus ayudantes amigos a buscar ese camino, ese paso, esa solución que te falta, hasta la sonrisa.

Porque no hay un corazón que sea tuyo o mío, porque somos enteramente de la Vida y si tú avanzas también conmigo, todo despierta.

Feliz viaje, felices cuentos, TÚ, niña y adulto.

Orientaflor, tu querida y sencilla maestra.

Ámate. Ámate siempre. Preocúpate de ti como la más fina y valiosa tarea. Despreocúpate de todo lo que te reste tiempo sobre ti mismo, suéltate. Ama, Ámate, hazte más y más radiante. Viniste a agradecerte tu propia existencia, a contemplarte de tal manera que te bendigas tal como eres y cómo estás y des los pasos que necesites para recuperarte si te has perdido. Vuelve a amarte y amar. Suelta el entorno, ámalo como te amas a ti y si no aprendiste, aprende ahora. Ahora es el tiempo del Amor. Báñate en él cada día, ni un solo día dejes de creer en tu Belleza, y si la perdiste, retoma todo y sigue aprendiendo. Ámate de verdad, abrázate maravillado, maravillada. Y sí ya estás ahí, en ese cristalino punto, en ese milagroso momento que te espera desde siempre, mira, míralo todo. Ese instante libre de definiciones y nombres y amante de tu ahora, disponible a una misión precisa e incierta. Mírate sonriendo con tu misma sonrisa, en tu mismo cuerpo, mente y espíritu. Mírate tomando cuerpo el sueño de la vida, por el momento y de momento, creándose y cocreándose contigo. Tu

camino es llegar al principio y ese es el fin. Al otro lado no hay maestros rígidos ni jueces. Inimaginable lo mucho que se te ama. Aprovecha esta vida y ámate y ama, respirando libre, bueno, niño, niña, brillante. Gira al sol, colorido hermano, hermana y …, por fin Vive.

1.TOPO O LA VALENTÍA

DIVINA DE LA VIDA

¿Desde cuándo pensaste que una capacidad tuya pudo existir para oscurecerte? ¿De dónde aprendiste a no descubrir el sentido de todo lo que acumulas en tu bagaje de vida y personalidad? ¿Quién dejó de enseñarte que eso que rechazas puede ser tu mejor sabiduría para ser más humano y tocar tierra, al mismo tiempo que te eleva y te superas volando sobre el límite y la definición de ti mismo? ¿Cómo llegaste a sentir que te sobraba, te incomodaba, estaba mal hecho? Deja que con Topo se abra y te sorprenda su exactitud.

Érase una vez un Topo que le gustaba vivir y andar bajo tierra por los prados de Finlandia.

Este animalito sabio conocía su regalo. Podía entrar en su mundo y pasaba horas y horas en silencio, con sus cosas, correteando todos los lugares húmedos y oscuros sin ser visto, y haciéndose amigo de lo invisible bajo tierra.

A veces también le costaba salir. No sabía si serviría para la luz y que todos le vieran asomándose. Sentía una sonrojada timidez y apuro pensando en la mirada de todos sin la tierra que le protegía y le tapaba. Y ahí seguía, entre un no saber «si quiero o no» asomarse a campo abierto y presentarse en la superficie.

La queja también aparecía, y sus olfateos y escuchas ocultas se convertían en un drama donde todo era espantoso, y

fuera le esperaba la burla y el desprecio. Sufría por lo que ni sabía e imaginaba, oscuro todavía y ciego de experiencias y confianza aún en sí mismo. ¡Qué fácil inventa el miedo un teatro allá fuera!

Pero, por más que luchaba, siempre le ocurría algo realmente extraordinario: el puro anhelo de la vida misma le empujaba y le empujaba a salir. Es más, todavía más, ¡dejar por un momento su corazón abierto y pendido en el aire y entrar en esa libertad viajera del sol, del aire, el calor, la luz y la piel... Un ser tan pequeño y especial con su lucha de esconderse y aparecer, ¡cuánto debía saber de libertad y de ser uno mismo!

Un día ocurrió. Cuando el sol se estaba despidiendo, en un sí y un no, sin pensar, dio un salto de valentía y sacó en un solo golpe, cuerpo y cabeza afuera. Sin querer, así de casualidad y de risa, se llevó por delante una flor de colores apurado e impetuoso por la vergüenza y se divirtió tanto, tan bonito y gracioso que estaba así coronado, que todo el esfuerzo había merecido la pena.

Tarde tras tarde y alguna mañana, salió de nuevo. Y fueron muchas, tantas como flores y risas adornan su cabeza.

Orientaflor también lo vio. Hoy es un entrañable topo ayudante y amigo. Ahí sigue llenándose de flores y disfrutando cada día y hasta de noche. La vida de pura risa, con toda tu belleza te espera; tú solo di sí y confía y salta valiente hacia afuera, hasta que amanezca.