

Nora era una niña de 10 años, que se sentía muy triste porque no tenía amigos. Era algo que deseaba de todo corazón, y siempre decía:
Ojalá tuviera un amigo...



Nora, al ver a su compañero de clase, le preguntó cabizbaja:
¿Y por qué no viniste a mi cumpleaños?

Nora estaba llorando a la salida del supermercado cuando un erizo muy especial apareció a su lado.

El erizo se le acercó y dijo:
¿Alguna vez has visto un erizo dando un salto mortal?
