

Érase una vez unos pueblos muy bonitos que se llamaban:

Sumbundo, Bonco, Tendinto, Jumboro, Cobeto y Ualicunda.

Durante el día, todos los niños jugaban a la pelota, a oler las flores, a cuidar a los animales, a saltar a la comba y a hacer caminos de piedras.
Pero cuando se escondía el sol, todo se quedaba muy oscuro y empezaban los ruidos de la lluvia. Las farolas no se encendían, todos se asustaban y corrían a sus casas.

¡Vamos a casa, Mivel!
Busca a tu hermana Safi, que estaba jugando a hacer caminos de piedras.
¡Vale, mami!
Safi era la única niña de Sumbundo que no tenía miedo por la noche. Leía muchos cuentos e imaginaba que los truenos eran niños de otros planetas que querían venir a su pueblo a jugar con ella a la comba o a los caminitos de piedras.


