Del hueso de la aceituna tengo que hacerme una nave, para que vayan y vengan mis suspiros por el aire.
Te fuiste a la aceituna y me dejaste sin cuartos. He tenido que vender las medias y los zapatos.
Vienen las aceituneras todas llenas de alegría de recoger en el campo lo que Dios nos envía.
La cabecita me duele de tanto quitar pesares, carita como la tuya no hay por los olivares.
Otra canción moracha –o al menos de larga tradición en nuestro pueblo –es la jota llamada “arrepompa” y cuyo estribillo –o “rabillo”- es éste:
“Arepompa, arrepompa, que se te vea el refajo amarillo que amarillea. Arepompa, arrepompa, que se te vea el refajo bordado que colorea.”
Y al que puede acompañar cualquier copla. Lo mismo en cuanto a su arraigo moracho puede decirse del “Currito” que se marca así:
“Ahí la tienes, Currito, mátala, mátala, si no tienes navaja, yo te daré un puñal.”
- 122 TEMA 4 · FIESTAS Y TRADICIONES DE MORA