Mora tiene mucha fama por su vino y por su aceite, por sus mujeres bonitas y los bailes, tan alegres.
Moracha, si me quisieras, te compararía unas albarcas. pero como no me quieres, Te amulas y vas descalza.
Al salir el sol, canta la perdiz y el macho contesta: cuchichí, cuchichí. Cuchichí, cuchichí; cuchichí, cuchichí, al salir el sol, canta la perdiz.
Si te portas bien, te voy a comprar unas antiparas para escamondar. Para escamondar, para escamondar, si te portas bien, te voy a comprar.
En el arrabal de Mora allí brillan dos luceros: el Cristo la Vera Cruz y la Antigua en su cerro.
Niña, no salgas de casa porque ha salido la fiera y ha salido cantando la jota revolvedera.
Ay que sí, que sí, que; ay que no, que no que ay, que a mí me gustan los albaricoques. Los albaricoques con el hueso duz; ay, que a mí me gustan los que me das tú.
Larguitas de adelante, cortitas de atrás, “pa” que las gavillas salgan bien atás. Salgan bien atás, salgan bien atás. Larguitas de adelante, cortitas de atrás.
Afortunadamente este baile y estas coplas se han salvado, otros muchos se habrán, sin duda, perdido. Nunca tendremos gratitud bastante para las personas que han sabido rescatar del olvido estos recuerdos entrañables de épocas pasadas. Carmen Díaz debe ser citada aquí por su incansable labor de muchos años. También el grupo juvenil “Raíces”, enamorado de nuestro folklore. A uno de sus miembros, Jesús Moreno, debemos muchas de las coplas que transcribimos aquí. Otras coplas propias de nuestro pueblo, o adoptadas para nuestro pueblo, que se pueden incluir en la jota revolvedera o se cantan como tales coplas sueltas en rondas y fiestas, son éstas:
- 119 TEMA 4 · FIESTAS Y TRADICIONES DE MORA