Boletín #2 La Alameda de Tepatitlán

Crónica MUNICIPAL

Boletín

LUG A R E S

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Año 1

D E

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No. 2

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Noviembre 2015

T R A D ICIÓN

LA ALAMEDA DE TEPATITLÁN

EL INICIO ES AMARElAinicio TEPA es amar a Tepa

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El inicio es amar a Tepa

300 sauces 150 álamos La Alameda

Los y

que dieron vida a en Tepatitlán.

Allá por el año de 1860 en la Villa de San Francisco de Tecpatitlán, el 8 de mayo, reunidos en Sesión Extraordinaria los señores Francisco Antonio Navarro López, Delatorre, Gómez y González, por el primero se dio lectura a una comunicación del Gobierno Político de esta Villa; que el Director General de Caminos se propone a hacer un beneficio a esta población, construyendo una Calzada de la boca del puente sur a la orilla del empedrado de la Calle Principal, y solamente exige de los vecinos contribuyan con la piedra que se necesite... así inició La Alameda. Al paso de los años, en Sesión Ordinaria del 25 de mayo de 1867, “presentó la Comisión Nacional de Alamedas un presupuesto de lo que importa una retenida de piedra, que debe construirse en el paso antiguo del río del Camino de Guadalajara, para evitar que saliéndose de su cauce inunde el mismo camino y la Alameda que allí existe.fue aprobado y se dispuso que se invite al Sr. Francisco Barba para que construya esta obra como que redunda también en su beneficio evitándose que se bañen sus terrenos contiguos y les destruyan las crecientes sus sembrados”.

Los trabajos para hacer más atractiva La Alameda, salida de Tepatitlán a Guadalajara, fueron presentados y aprobados en Sesión Ordinaria el 12 de agosto de 1901, siendo Presidente Municipal Pedro Navarro Venegas, para dicha comisión se nombró a Manuel González, siendo el principio de la magna obra de aquellos años.

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Los limitados recursos económicos obligaron a los promotores a buscar el apoyo del Gobernador, en ese entonces Miguel Ahumada, encontrando magnifica disposición ya que no solo se obtuvo el apoyo para la construcción de La Alameda, sino para una “Calzada” que partía de la Presidencia Municipal hasta la salida, los fondos llegaron y la obra continuó, no obstante surgió una dificultad, la calzada no podría completar su trayecto ya que tenía que pasar por el terreno particular propiedad del Sr. Issac Aguirre, siendo necesario formar una comisión para encontrar solución al problema.

Después de 6 meses de haber iniciado los trabajos, el día primero de febrero de 1902, bajo el gobierno municipal de Donaciano de la Torre, en Sesión Ordinaria se acordó adquirir el terreno que impedía la continuación de la calzada y anexarla a La Alameda. Por fin en enero 21 de 1903, la comisión que se encargó de la adquisición del terreno contó con la respuesta positiva del señor J. Issac Aguirre, en los documentos de dicha compra se señala de manera puntual que también con el aval de su señora esposa Ma. Apolinar González, la negociación estipuló que se pagaría a razón de $50 pesos el solar del

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terreno que se ocupara para la calzada, como testigo del convenio estuvo el Sr. J. Guadalupe Gallegos.

El arreglo entre gobierno municipal y particular permitió se prolongara la calzada y del terreno sobrante se anexara La Alameda y el parque de la ciudad. En un informe enviado en octubre de 1903 al Gobernador se menciona la reparación del camino de la salida e inicio de la reparación de empedrados, en noviembre se inició la construcción de las tres cuadras del “Paseo” terminándolas en el mes de diciembre de 1903, de esta manera se complementó la calzada.

El 5 de agosto de 1904 se manifestó que la obra material tenía 5,900 metros cúbicos de terraplén y sobre este construidos 2,950 metros de longitud, 2.25 metros de altura y 50 cm de ancho, y el importe de la calzada, fue de $249,230 pesos.- posteriormente entre los meses de junio, julio y agosto se construyó el Parque, plantándose 300 sauces y 150 Álamos.

La obra fue inaugurada en ese mismo año (1904), con el nombre de “Calzada Miguel Ahumada”, en honor al Gobernador.

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Planes San Vicente Los

de

La Alameda se convirtió en el único y bellísimo parque que tenía la ciudad, por cuatro años los tepatitlenses lo disfrutaron.

El señor Leopoldo Navarro Rivera vislumbró que se podía hacer una presa en el puente de la salida (actualmente es el de ingreso, construido por la administración 20072009, el antiguo fue destruido pese a que un grupo de arquitectos presentó una alternativa para conservarlos por su valor histórico), el señor Navarro Rivera solicitó el 19 de marzo de 1908 permiso para la construcción de una presa de calicanto, aseguradas sus compuertas y desagües con viguería de fierro y aprovechar el agua contenida en regadíos en los terrenos de su propiedad, conocidos como los Planes de San Vicente.

El compromiso adquirido por Don Leopoldo fue de hacerse responsable de los gastos que se provocaran por el deterioro que causara la humedad, de las reparaciones necesarias en caso de que se inundara el lugar, la solicitud fue aprobada el 24 de noviembre de 1908.

Los antiguos que viven recuerdan bien este parque, donde se juntaban los jóvenes a disfrutar de las cañas, jícamas, lechugas, pepinos y los paseos en chalupa que llegaban hasta el “Puente de Palo” y recorrían las huertas para comprar los metros de caña y toda clase de frutas que vendían para compartir con todas las familias del singular paseo, pero hermoso dicen quienes lo recuerdan.

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Primer parque

de esparcimiento en Tepatitlán de Morelos

Los tepatitlenses tuvieron su primer parque en el año de 1904, en agosto cuando fue inaugurada la calzada Miguel Ahumada (hoy calle Hidalgo) y La Alameda, siendo esta el primer sitio de esparcimiento, donde las familias se recrearon por muchos años.

Uno de los pocos escritos que habla de los paseos de la Alameda aparece en el libro Tepatitlán en el Tiempo, editado en 1992 y de la autoría de Don Juan Flores García (+), en la páginas 18 y 19, narra cómo se vivía en aquella época, y de los paseos dominicales: “el río que vadea tenía agua todo el año. Una presa detenía ese caudal; contenía tal cantidad, que llegaba más allá del Puente de Palo”.

El agua contenida era aprovechada para el riego de tierras de ese sitio, una de las personas que la utilizaba era Don Pedro Sánchez, quien tenía sembrada variedad de hortalizas.

Don Pedro rentaba sus cinco canoas que tenía, 20 centavos la hora por persona, en cada canoa se subía un máximo de 5 semejantes que navegaban de la Alameda hasta el puente de palo. “A lo largo de la Alameda, nos sentábamos en aquellas bardas de piedra que limitaban la calle”.

Los paseos eran seguros “no había peligro. Todos felices hacíamos convivencia. Entre que comes lechuga y platicas, las muchachas conversaban del novio, los galanes tratando de trovar, las muchachas en el chisme, los hombres mayores tratando de negocios y los escuincles a hacer travesuras”.

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Un cambio significativo se presentó en 1911, fueron plantados los eucaliptos de los que hoy algunos existen en la actualidad y que han sido testigos mudos de hechos bochornosos como lo fue el ahorcamiento del Padre Ubiarco y dos graves inundaciones en la zona de la Alameda en épocas recientes.

El gran literato e historiador Don José Cornejo Franco, describió en forma poética: “Luego de divisar los campanarios y el camposanto, sentimos penetrante y fija la mirada familiar bien clavados los ojos húmedos y apenas pasado el pozo prieto, nos abre sus brazos, amorosamente el patrón titular; la misericordia y la humildad. El señor de la Misericordia y la Criatura de Asís”. Así sentía al caminar por la Calle Real, Calzada Ahumada, calle Hidalgo.

Pareciera que al paso del tiempo y con mejores condiciones de vida y de tecnología, todo aquello que hacia feliz a los habitantes de la ciudad es inalcanzable en la actualidad.

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Así es como luce

La Alameda

(Imagen captada el 18 de noviembre de 2015) Dos eventos históricos que tienen relación entre sí, dos severas inundaciones afectaron la zona, la primera en 1991 y la otra en el 2003, esto debido a torrenciales lluvias que provocaron el desbordamiento del Río Tepatitlán, causando la alarma entre los vecinos de La Alameda, luego de registrarse daños en diversos establecimientos comerciales y la evacuación del personal y pacientes de la Hospital Regional de Zona # 168 del IMSS, instalaciones que luego de la segunda afectación fue catalogado como siniestrado y hubo qué trasladar dicha unidad médica a otro sitio de manera provisional, hasta que fuera construido un nuevo nosocomio en un sitio seguro.

Finalmente, La Alameda recibió un significativo cambio en su fisionomía, esto se dio durante el Gobierno Municipal 2012-2015, siendo alcalde Jorge Eduardo González Arana; la variación inició a partir del 8 de septiembre de 2014 con el proyecto de “Modernización y reconstrucción de la calle Hidalgo, sección La Alameda”, a un costo de 3 millones 333 mil pesos, dicha obra se prolongó hasta el año 2015 cuando fue concluida.

El temporal de lluvias del año 2015 provocó

la caída de árboles en La Alameda, los días 12 y 13 de junio, varios de los grandes y viejos eucaliptos cayeron por el ablandamiento de la tierra, el peso del agua en sus ramas y la edad de los mismos. Ante dicho escenario, el Consejo de Ecología y Medio Ambiente se reunió el 17 de junio de 2015, donde el profesor Humberto Medina Villarreal, Académico del Centro Universitario de los Altos, explicó que hay 560 variaciones de estos árboles nativos de Australia (los eucaliptos), una de sus características es que al llegar a su madurez, capan su raíz pivote y quedan sostenidos únicamente con las raíces secundarias y terciarias, los arbustos de La alameda que llegaron a dicha etapa fueron removidos antes de que la propia naturaleza se encargue de ello y así evitar riesgos a la ciudadanía. Los árboles removidos fueron remplazados por ejemplares de la especie conocida como “Pochote”.

Con la finalidad de prevenir algún accidente por la caída de más árboles, fue necesario la poda “severa” de 20 eucaliptos y 6 fresnos, dejándolos a una altura de 8 metros; además, se realizó el retiro de 4 eucaliptos y 6 fresnos, acción efectuada a mediados de agosto de 2015.

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Árbol del martirio de

San Tranquilino Ubiarco Robles

La noche del 4 de octubre de 1928, cuando el Padre Ubiarco se preparaba para celebrar misa en una casa particular, llegaron varios soldados y lo apresaron. Fue llevado a la cárcel y recluido con los demás presos a quienes el sacerdote exhortó a confesarse.

Poco después ordenaron su ejecución. Fue sacado de prisión y trasladado a “La Alameda”, donde “volaron” una soga sobre la rama de un eucalipto, siendo esta la vía para su ejecución, acaecida la madrugada del 5 de octubre de 1928.

Fue beatificado el 22 de noviembre de 1992 y canonizado por el Papa Juan Pablo II el 21 de mayo del 2000.

Junto al árbol en que fue sacrificado, se construye un templo consagrado al mártir oriundo de Zapotlán El Grande.

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