Aldo Pinasco - La televisión peruana no hay fórmulas.

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Colecciones El Comercio

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martes 9 de febrero del 2016

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posdata ALESSANDRO CURRARINO

Aldo Pinasco

(51) 947-031-286

Nora Sugobono

Productor de televisión

Nací hace 50 años en Miraflores. Entré a la Universidad de Lima para estudiar Ingeniería Industrial pero al poco tiempo me cambié a Comunicaciones. Mi padre es Luis Ángel ‘Rulito’ Pinasco y mi hermano es Bruno, con él iniciamos “Cinescape” en el 2000. Hace 6 años emprendimos “TEC”, otro proyecto al que se sumó nuestra hermana Chiara. Estoy casado y tengo dos hijos. Me gusta jugar fútbol y tocar la batería. Mi mayor virtud es que cuando me propongo algo voy hasta el final. ¿Mi peor defecto? A veces llevo mi virtud al extremo. Seré jurado del Series Web Awards organizado por el Instituto Toulouse Lautrec.

amigo, date cuenta “Celebrar la amistad es de los mejores actos en los que podemos invertir nuestra energía: haya o no videos en Facebook de por medio”.

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“En la televisión peruana no hay fórmulas ni nada asegurado” en Panamericana y estuvimos varias veces en la cuerda floja. La tuvimos Su padre es la voz, su hermano el que pelear para sacarlo adelante. — Sin embargo, cuando “Cinescarostro y él es el cerebro detrás de pe” ya estaba posicionado decidie“Cinescape”. Durante 15 años el productor Aldo Pinasco ha dirigiron lanzar “TEC”. ¿Por qué arriesdo este programa dedicado al cigarse nuevamente? ne y ha desarrollado otros proyec- Nosotros siempre buscamos proyectos que traten de perdurar la mayor tos novedosos que han marcado cantidad de tiempo. Nos preguntalos últimos años de nuestra TV. mos qué tema o idea podía seguir ldo Pinasco es claro al vigente, la respuesta obvia era la tecexplicarnos que el éxito nología. Ahora la tecnología está en de “Cinescape” y “TEC” el día a día, nadie se va a detener a reside en el trabajo en decir que es tecnológico porque toequipo. “Venimos trados lo somos. Así que quisimos hacer bajando desde hace 15 años con ‘Ci- un programa de tecnología pero panescape’ y seis con ‘TEC’. Lo empeza- ra el público común y corriente que mos 4 gatos y ahora somos entre 18 usa un celular o una computadora. — ¿Hasta qué punto se puede y 20”, nos dice. — “Cinescape” se presentó como arriesgar en la televisión peruana? En este negocio no hay fórmulas ni un formato innovador en la TV penada asegurado. Si no lo intentas no ruana. ¿Cómo surgió la idea? Lo empezamos en el 2000 y fue sabrás si funcionará. En la prouna iniciativa entre Bruno ductora siempre estamos -[Pinasco], Óscar Koharenovando a practicanel primero -ta y yo. Nos juntamos tes y chicos jóvenes “Cinescape” se para el proyecto luego que recién empiezan. emitió por primera de que Bruno presenEl consejo que les davez el 7 de agosto tase unos pequeños mos es que si tienen del 2000 por bloques en ciertos prouna idea la defiendan Panamericana. gramas y algunos piloy traten de hacerla. tos en diferentes canales. Hay muchas cosas en Recuerda que el cine es un nuestra televisión que son tema segmentado. Es un propor épocas. — Si tuviera que definir a nuestra grama de nicho, no era masivo, está muy focalizado. Es más, el año pasa- teleaudiencia, ¿cómo lo haría? do cumplimos 15 años y cuando em- Muy complicada. Cuando trajeron “¿Quién quiere ser millonario?” pezamos el proyecto no se nos pasó no tuvo el éxito que tuvo en otros por la cabeza durar tanto. Fue un proyecto muy chico, arrancamos en países. “Yo soy” es lo contrario, se un segmento de “Buenos días, Perú” lo ofrecieron a América TV y no les renzo giner vásquez

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convenció. Latina lo compró para probar y no pensó que duraría más de dos temporadas. Ahora mira “Yo soy”. Como te digo, no hay fórmula. — Uno de los riesgos es caer en la denominada televisión basura. ¿Cómo se evita caer en facilismos? Podríamos quedarnos días hablando de la televisión basura. Hay cosas que me parece que están de más, pero también hay otras que las han satanizado. Quizás [esos programas] empezaron en determinado tono pero después se fueron autorregulando. Sin embargo, ya quedaron marcados para toda la vida. Te hablo específicamente de estos ‘realities’

Cuando empezamos ‘Cinescape’ no se nos pasó por la cabeza durar tanto tiempo. Estuvimos varias veces en la cuerda floja”.

Particularmente, me parecen mucho más basura todos los noticieros de este país que cualquier otro programa y nadie dice nada respecto a eso”.

de competencias. De un tiempo a esta parte “Combate” y “Esto es guerra” son concursos físicos que ya dejaron atrás el tema de los ampayes u otras cosas más subidas de tono para el horario. Lamentablemente, les pusieron la cruz y se fregaron. Particularmente, me parecen mucho más basura todos los noticieros de este país que cualquier otro programa y nadie dice nada respecto a eso. — Siempre ha estado muy cerca de la televisión. ¿En qué momento se dio cuenta de que también era su camino? En 1985 estaba en la universidad y le dije a mi viejo que me ayudara a conseguir una chamba. Él tenía un programa político llamado “El barrio del movimiento”. Los imitadores eran los dos Álvarez [Carlos y Arturo] y JB [Jorge Benavides] cuando recién empezaban. Ahí comencé a trabajar como ‘ejecutivo b’… Ve para acá, ve para allá, ve para todos lados [risas]. Como se empezaba en esa época, ahora los chicos que recién entran no tienen esa predisposición. — ¿Por qué estar detrás de cámaras y no delante de ellas? Nunca me gustó. Y eso que no soy tímido. Mira la contradicción, Bruno era muy tímido. A mí me gustaba más lo que había detrás de cámaras. Pese a que mi viejo decía que era mejor estar adelante, por experiencia. — Será jurado en un concurso de formatos por Internet. ¿Qué opina de esa nueva corriente? El futuro audiovisual definitivamente recaerá bastante de su peso en lo digital. Las redes han tomado fuerza, los ‘youtubers’ también, es impresionante. El otro día analizamos las estadísticas del chileno “Yo soy Germán” y en todo el mundo es el segundo canal que más se ve. Imagina esa fuerza, obviamente en todas las generaciones jóvenes el consumo será por ahí y espera a las que vengan. La TV pasará a un segundo plano, va a ser masiva siempre pero el tema digital agarrará más fuerza.

etescientos cuarenta y nueve personas componen mi lista de amigos en Facebook. Eso sería, más o menos, cuatro veces los invitados de un matrimonio promedio; diez buses llenos del Metropolitano –según la capacidad oficial para la ruta sur– y las almas suficientes para viajar en un Boeing 747-8 al destino que todos crean conveniente. Admito no haberme dado cuenta hasta que lo revisé para esta columna. Setescientos-cuarenta-y-nueve: la cantidad se lee abrumadora. Puedo asegurar, apreciado lector, que hablar con más de diez personas en una boda cualquiera ya es bastante para mí (prefiero comer y bailar). Peor incluso si se trata de un vuelo transoceánico (prefiero dedicarme a dormir, siempre que me sea posible). ¿Cómo llegué a hacerme de tantos conocidos? ¿Los conozco, de hecho? ¿Nos saludaríamos todos si nos viésemos en la calle? ¿Podríamos tomarnos un café? ¿Prestarnos un libro? La primera semana de febrero la red social de Mark Zuckerberg lanzó un servicio que consiste –todavía está disponible– en un video conmemorativo por el Día de la Amistad. Una fecha designada por Facebook para saludar a aquellas personas con quienes más interactuamos en ese espacio. Desde que se hizo disponible, hasta la fecha, cientos de micro videos de un minuto vienen apareciendo en mi newsfeed, como si se tratase de un brote de varicela. ¿Abrí el mío? Claro que sí. Pero confieso una cosa: me sentí algo tímida de compartir con el mundo a quiénes les dedico más tiempo en mis actividades privadas de mensajeo. Aunque esa es otra historia. Celebrar la amistad es de los mejores actos en los que podemos invertir nuestra energía: haya o no video de por medio. Especialmente, cuando se trata de la verdadera, de la desprendida; de la que sucede más allá de una pantalla de celular. ¿Lo hacemos lo suficiente? A medida que nos vamos haciendo mayores, encuentro que cada vez se hace más difícil. Cuando se tiene, según el promedio mundial, más de ciento cincuenta ‘amigos’ en Facebook (en estos momentos, querido lector, debes estar pensando que 749 bordean la demencia, pero soy inocente), ocurre que nos distraemos. Olvidamos llamar a los amigos de infancia en cada cumpleaños, dejamos de conversar con quienes han estado a nuestro lado siempre para buscar el ‘like’ de un nuevo contacto y preferimos seguir las andanzas de algún objeto de nuestro interés en lugar de saber qué fue de aquella amiga de las prácticas universitarias que tantas veces nos salvó el pellejo. Pero las redes sociales también revelan aspectos de las personas más cercanas que nunca hubiésemos imaginado posibles. Esto se evidencia especialmente ahora: en pleno proceso electoral, Facebook es un interesante espejo donde se reflejan todo tipo de prejuicios a través de la información que muchos de nuestros contactos comparten. Para eso solo sirve una herramienta: dejarlos de seguir. Tanto en la vida virtual como en la vida real.


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