( C amión Arge ntino )
G ros s pal
Del campo a la ciudad Durante los 80, algunas industrias vinculadas al agro sumaron a su tradicional actividad la rama automotriz. Los camiones Grosspal tuvieron ese origen. Resultaron un producto noble y de calidad que aún sigue siendo el más confiable compañero de trabajo para miles de transportistas.
A 40
mediados de los 40, Elio Agustín Grosso fundó en la ciudad de Las Varillas, provincia de Córdoba, una empresa orientada a la construcción de implementos agrícolas. Tres décadas más tarde, la firma ya contaba con 90 empleados y había adoptado la denominación Elio Agustín Grosso S.A. Fue en 1978 cuando surgió la idea de fabricar un camión chico, para 3,5 toneladas de carga, que fuese capaz de llevar uno de los acoplados rurales que la misma firma fabricaba y, al mismo tiempo, práctico para subir y bajar en los surcos de sembrado (tarea constante en el campo). Además, debía poseer una mecánica fiable, siendo esto uno de los pilares fundamentales de todo vehículo de trabajo producido en el país.
Para lograrlo, Elio Grosso diseñó un chasis de perfiles con travesaños tipo escalera sobre el cual poder montar una carrocería que debía ser frontal, para mejorar la maniobrabilidad, y con puertas corredizas para agilizar el acceso y descenso. La mecánica iba a ser confiada a proveedores con probada trayectoria en el mercado local como Perkins, Deutz y FAE, entre otros. Pero Don Elio solo no podía, es por ello que salió a buscar colaboradores a quienes presentar el proyecto. Enseguida lo vincularon con la División Ingenios de Renault Argentina, la cual contaba con una basta experiencia en el proceso de industrialización de utilitarios, heredada en gran parte de Industrias Kaiser Argentina.