TECNOLOGÍA
Las especies forrajeras para enfrentar el déficit hídrico Una pradera bien fertilizada está mejor preparada para enfrentar los efectos adversos del medioambiente, entre ellos el clima. Alfredo Torres B., Ing., MSc. abtorres@inia.cl
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70%
de las raíces de las ballicas perennes están a 5 centímetros.
l recurso alimenticio más abundante y de menor costo para la alimentación del ganado en el sur de Chile es la pradera permanente. El déficit hídrico es cada vez más frecuente, lo que es parte del cambio climático. Esta situación está provocando una fuerte disminución del crecimiento y hasta la muerte de la especie más usada en praderas permanentes como lo es la ballica perenne, causando importantes pérdidas para los agricultores. Sin embargo, el 70% de las raíces de las ballicas perennes están a 5 centímetros, y por lo menos desde mediados de noviembre pasado esos cinco centímetros no cuentan con agua, disminuyendo fuertemente su rendimiento, llegando a detenerse por completo. El otro problema de la ballica es que resiente su crecimiento con las altas temperaturas del verano. Eso significa que a pesar del riego tampoco tendríamos una gran producción. Importante es la fertilidad del suelo. Una pradera bien fertilizada está mejor preparada para enfrentar los efectos adversos del medioambiente, tanto bióticos como abióticos, entre ellos el clima. Además nos provee un forraje abundante, de buena calidad y lo más importante, de bajo costo. Está ampliamente demostrado que las forrajeras en un suelo con mayor contenido de nutrientes, consiguen que sus raíces aumenten su profundidad y por lo tanto, sean más tolerantes a la sequía. Existen gramíneas forrajeras, que inexplicablemente son muy poco utilizadas y de buena tolerancia a la sequía, el pasto ovillo, el bromo, la festuca y el festulolium. En el caso del festulolium produce un 50% más de toneladas de materia seca que la ballica, festuca un 75% más, el pasto ovillo el doble y el bromo un 133% más en verano. Las antiguas limitantes de estas gramíneas poco utilizadas por los agricultores, como el elevado punto de crecimiento del pasto ovillo y la dureza de la festuca, han sido superadas en las nuevas variedades. La menor velocidad de su establecimiento y su menor
32 Revista Agrícola • Abril 2015
competencia inicial con las malezas, son solucionadas con las alternativas de control existentes hoy en día. Además existen distintos cultivos suplementarios que proveen de forraje de buena calidad y producción en épocas críticas, aportando una gran producción de MS y buen valor nutritivo. Pueden ser consumidos bajo pastoreo desde el verano hasta el otoño, en franjas diarias, disminuyendo así las pérdidas por pisoteo, lo que se traduce en un menor costo de producción por medio de la cosecha directa por parte del animal. Además, se comportan adecuadamente en suelos con algunas limitaciones de acidez y en sectores donde no se pueden cultivar especies más exigentes como la alfalfa y el maíz. Los principales cultivos suplementarios son nabo