Crezco con la Biblia-3

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3 a 6 años

3 trimestre er


CREZCO CON LA BIBLIA ... y encuentro mi tesoro Serie Mi Biblia, mi tesoro

Textos:

Esther Villanueva

Ilustraciones: Ferni

Diseño:

Daniel Nieto Es un proyecto de Aula7activa, editora digital de AEGUAE (Asociación de Estudiantes y Graduados Universitarios Adventistas de España), en colaboración con el Ministerio de la Infancia de la UAE (Unión Adventista Española).

Edita: AULA7ACTIVA-AEGUAE Barcelona, España E-mail: redaccion.aula7activa@gmail.com / info@aeguae.org Web site: www.aula7activa.adventista.es / www.aula7activainfantil.blogspot.com /www.aeguae.org Primera edición en español, 2021 Es propiedad de: CC BY-NC-ND 2021, Esther Villanueva CC BY-NC-ND 2021, Aula7activa-AEGUAE, en español para todo el mundo Todos los derechos reservados al autor y los editores. BY: La reproducción total o parcial de esta publicación requiere la atribución de la obra a su autor y editores. NC: La obra no puede ser utilizada con fines comerciales. ND: No se permite modificar de forma alguna la obra, es decir, los archivos informáticos de la obra no pueden ser manipulados bajo ningún concepto.

Contacta con nosotros infantil.aula7activa@gmail.com


Para los padres

¿Cómo usar este libro? FECHAS DE LAS LECCIONES

Si usas las lecciones como material de escuela sabática, utiliza como referencia la fecha de las lecciones de tu material de escuela sabática para adultos. APARTADO PARA LOS PADRES

El cuadro sombreado que aparece al principio de cada lección es un cuadro de orientación para los padres. No es un texto para los niños. Lo que tu hijo debe aprender En cada lección debemos sacar alguna aplicación o enseñanza para la vida de los niños. Nosotros proponemos una o varias ideas principales. Lo maravilloso de las historias bíblicas es que podemos sacar muchas enseñanzas de un solo texto. Busca en la historia aquellas que más se adecuen a ti y a tus hijos. Lo que tu hijo debe recordar Si optas por contar la historia con tus propias palabras vas a encontrar una serie de preguntas que te van a ayudar a hacer énfasis en algunos aspectos del relato. No están redactadas para que «examines» a tu hijo. No son preguntas para que tu hijo conteste, son para guiarte. Referencia bíblica Te damos el texto bíblico en el que hemos basado la historia. Muchas veces encontrarás que el texto cuenta muchas más cosas de las que hemos escrito. Hemos intentado adaptarlo a las capacidades de comprensión e interés de los niños. Para tu reflexión personal Te presentamos algunas citas que te puedan ayudar en tu labor educadora. No están pensadas para compartir con los niños.

MATERIALES PARA HACER Al final de cada libro encontrarás las plantillas de las actividades manuales que proponemos cada semana. Son materiales para ser realizados por adultos, aunque si permites que tus hijos participen va a ser mucho más divertido. Usa estos materiales que has construido como apoyo lúdico para contar la historia.

VERSIONES DE LA BIBLIA Hemos utilizado la versión Nueva Reina Valera 2000. Cuando se utiliza otra versión, se indica.

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Consejos • Puedes leer directamente el texto que os hemos propuesto o contarlo con tus propias palabras. • Deja que tu hijo se acostumbre a verte con la Biblia en las manos en tus momentos devocionales. • Busca un momento del día tranquilo tanto para ti como para tu hijo, a ser posible, siempre a la misma hora y que no interfiera con otras actividades. • Si tu hijo así lo quiere, deja que «personalice» el material con sus dibujos, que lo coloree, que pegue pegatinas... • Puedes utilizar otros libros ilustrados que tengas a tu disposición mientras le cuentas la historia pero, para estudiar la escuela sabática, asegúrate de que son fieles al texto bíblico. • Utiliza recuerdos de cosas que os han pasado y que tengan que ver con el tema de la lección. • Aprovecha cada vez que tengas ocasión de hacer comentarios pertinentes acerca de las lecciones: en las comidas cuando hablamos de alimentos, en los paseos cuando veis animales o plantas, cuando veis la televisión, cuando jugáis con las construcciones u otros juguetes, cuando hacéis dibujos o modeláis plastilina... • Busca siempre comentarios en positivo. Es preferible felicitar a tu hijo por lo bien que ha obedecido que decirle lo triste que está Jesús porque ha sido desobediente; es preferible contarle lo bueno que son los alimentos sanos que no lo enfermos que podemos ponernos si comemos muchos dulces; hacerle sentir lo felices que somos viviendo con Jesús que no las cosas malas que nos pueden suceder. • Cuando lo acuestes, acuérdate de hacer algún comentario a lo estudiado ese día, de dar las gracias y de pedir a Jesús que nos ayude y nos cuide. • Haz que cada sábado sea un día especial de fiesta: ropa especial, comida «de sábado», sorpresas, juguetes y juegos divertidos y entrañables. • Conservad este material para los próximos años. Si deseáis repetir las actividades manuales propuestas podéis descargaros un juego desde www.aula7activainfantil.blogspot.com

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Nace Jesús

Lección

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«Y LLAMARÁS SU NOMBRE, JESÚS» Lucas 1: 31

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús nació como un bebé en la tierra para regalarnos su amor. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Cómo se llamaba la mamá de Jesús? • ¿Cómo se llama el ángel que fue a ver a María? • ¿Cómo se llamaba el papá de Jesús? • ¿A qué pueblo se fueron José y María?

Para hacer el domingo ¿Sabes cómo explicar a tus hijos quiénes son los ángeles? Prueba con esta forma: Los ángeles viven con Dios y son sus ayudantes. Muchas veces traen mensajes de Dios a las personas y otras veces nos cuidan de los peligros. Explica a tu hijo que los ángeles de la historia de esta semana trajeron una noticia muy importante. Esta semana vamos a contar una historia en la que hubo muchos ángeles, así que necesitaremos un ángel para contarla. Vamos a montar un ángel que encontrarás en la página 73.

• ¿Dónde nació Jesús? • ¿Cómo era la cuna de Jesús? ¿Quién visitó a Jesús en el establo? • ¿Quiénes avisaron a los pastores de que Jesús había nacido? Referencias bíblicas: Mateo 1: 18-25; 2: 1-12; Lucas 2: 1-20. Para tu reflexión personal: «El corazón del padre humano se conmueve por su hijo. Mientras mira el semblante de su hijito, tiembla al pensar en los peligros de la vida. [...] Mas Dios entregó a su Hijo Unigénito para que [...] la vida fuese asegurada para nuestros pequeñuelos» (Ellen G. White. El Deseado de todas las gentes pág. 33).

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Jesús Para leerNace el lunes H

ace mucho tiempo, la gente esperaba la llegada de un bebé especial. Dios quería demostrar cuánto nos ama y había prometido que vendría a este mundo como un niño pequeño para vivir con nosotros. Ese bebé especial nacería en Israel. Nadie sabía a qué familia llegaría, pero todos deseaban que naciese en la suya. Cuando llegó el momento, Dios eligió a una mujer que se llamaba María. María amaba mucho a Dios. Pero ¿cómo le avisaría de que su bebé iba a ser el niño prometido? Dios mandó a un ángel que se llamaba Gabriel para que fuese a visitar a María. María estaba en su habitación cuando el ángel Gabriel apareció y le dijo: —María, tú eres la elegida para ser la madre del bebé que todos esperan. Le llamarás Jesús y será Hijo de Dios. María estaba muy contenta, ella iba a ser ¡la madre de Jesús! El ángel también se lo contó a José. María y José esperaban la llegada del bebé con una gran ilusión y José cuidaba mucho de María.

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súsPara eJ eleer caN el martes U

n día, María y José supieron que tenían que viajar a Belén, un pueblo bastante lejos de donde vivían. En aquel tiempo no existían los aviones ni los trenes ni siquiera los coches, tenían que ir andando o en burro. El camino era muy largo y muy difícil, tardarían en llegar unos cuatro días y el bebé de María estaba a punto de nacer. Caminaron un día y otro y otro. Cuando llegaron a Belén era ya de noche. José estaba muy cansado y preocupado porque María estaba a punto de tener al bebé. Después de estar tanto tiempo de viaje, por fin habían llegado a Belén. —Buscaremos un lugar para dormir —le dijo. Y fueron a llamar a la puerta de una posada. El dueño abrió. La casa estaba llena de gente. José le dijo que necesitaban un lugar para descansar y para que naciera el bebé. —No hay lugar —contestó el mesonero—. Todo está completo. Pero cuando vio lo cansada que estaba María les ofreció lo único que le quedaba, el establo. —¿El establo? —debió repetir José. Pero no había otro lugar, así que se acomodaron lo mejor que pudieron y allí, con los animales como única compañía; y con los ángeles cuidándolos, ocurrió el nacimiento más maravilloso de la historia: Jesús vino desde el cielo a la tierra. María lo envolvió en pañales y lo acostó entre la paja limpia del pesebre.

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Jesús Para leer elNace miércoles N

o muy lejos de allí, en el monte, unos pastores cuidaban sus ovejas durante la noche. Todo estaba en calma. De pronto algo extraño ocurrió.

—¿Qué es eso? —se preguntaban los pastores mirando al cielo y poniéndose en pie. —No tengáis miedo —dijo un ángel—. Hoy ha nacido en Belén el bebé que esperabais. Una gran luz lo llenaba todo, parecía que se había hecho de día en plena noche... miles, millones de ángeles llenaban el cielo cantando a gran voz: —¡Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los que gozan de su buena voluntad! Los pastores se dijeron unos a otros: —¡Vamos a Belén a ver lo que los ángeles nos han contado! Así que fueron deprisa y encontraron a María, a José y al niño que estaba acostado en el pesebre, y arrodillándose ante él lo adoraron. Los pastores regresaron a sus casas cantando y alabando a Dios. Y a todas las personas con las que se encontraban les hablaban de lo que les había pasado esa noche maravillosa y del bebé, el Mesías, que había nacido en el establo. Unos les creyeron y otros no, unos fueron al establo a ver al niño y otros no se molestaron. Ahora Jesús ya no es un bebé. Ahora está en el cielo preparando las cosas para venir a buscarnos y vivir para siempre con él en la Tierra Nueva. Cuando venga, ¿le darás las gracias por venir a nuestro mundo a regalarnos su amor?

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sPara úseJ hacer ecaN el jueves Encuentra en el dibujo un bastón, 10 estrellas, una vela encendida y un ratón.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con el ángel que hicisteis el domingo y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Regalos para Jesús «VIMOS SU ESTRELLA Y VINIMOS A ADORARLE» Mateo 2: 2

Para hacer el domingo Dependiendo de la edad de vuestro, hijo elegid una actividad para hacer esta semana. • Recortamos la estrella sobre una cartulina y la decoramos bien bonita. También sirve un espejo en forma de estrella para los más pequeños. Con ella en la mano contamos la historia de esta semana. • Jugamos a esconder la estrella (o varias estrellas) por la habitación y a encontrarla.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Nosotros también podemos adorar a Jesús y ofrecerle regalos. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Quiénes eran los magos? • ¿Cómo avisó Dios a los magos del nacimiento de Jesús?

• Hacemos un adorno móvil para colgar en su habitación.

• ¿Cómo encontraron al niño?

• Hacemos un póster de estrellas para la habitación de vuestro hijo. Podéis utilizar una cartulina de color azul oscuro y pegar las estrellas en color amarillo o blanco. Podéis repasar el contorno con rotuladores dorados o plateados, o incluso conseguir pinturas que brillan en la oscuridad. Con los más mayores podéis escribir o dibujar en cada estrella algo que tu hijo puede hacer y que ponga contento a Jesús y a los papás. Por ejemplo: digo «Gracias» y «Por favor»; aprendo el versículo de memoria; recojo mis juguetes; me visto solo; como fruta o verdura; me lavo los dientes...

• ¿Dónde vivían José, María y Jesús?

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• ¿Qué regalos trajeron?

Referencia bíblica: Mateo 2. Para tu reflexión personal: «Los magos habían estado entre los primeros en dar la bienvenida al Redentor. Su presente fue el primero depositado a sus pies. Y mediante este presente, ¡qué privilegio de servir tuvieron! Dios se deleita en honrar la ofrenda del corazón que ama, dándole la mayor eficacia en su servicio [...]. Nuestro oro y plata, nuestras posesiones terrenales más preciosas, nuestros dones mentales y espirituales más elevados, serán dedicados libremente a Aquel que nos amó y se dio a sí mismo por nosotros» (Ellen G. White. El Deseado de todas las gentes, pág. 46).


Nace JesúsPara leer el lunes J

esús estaba acostado entre la paja calentita del establo.

Los pastores fueron los primeros en llegar a conocer a Jesús después de que los ángeles les dieron la feliz noticia. Estaban tan contentos que iban por todas partes contando la alegre noticia. Muy lejos de allí, en el Oriente, había un grupo de hombres sabios que amaban a Dios. En aquel tiempo a las personas que eran muy inteligentes y sabias se les llamaba magos. Estos magos no hacían trucos de magia. Estudiaban muchos libros y lo sabían todo sobre las estrellas, las medicinas, las plantas, los números… Seguramente también eran muy ricos porque los regalos eran muy caros y viajar costaba mucho dinero. Por eso algunas personas creen que eran reyes magos, pero la Biblia no dice que fueran reyes. Los magos de oriente sabían que Jesús iba a nacer porque lo decía la Biblia y tenían muchas ganas de conocerlo. Pero no sabían exactamente cuándo nacería. Un día, estudiando las estrellas, vieron algo que les llamó la atención, una estrella diferente a las demás. Enseguida supieron que esa estrella era una señal de Dios.

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Para leer el martessúseJ ecaN

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os magos de oriente habían encontrado una estrella nueva en el cielo. No estaba allí la noche anterior, y además se movía. Cuando vieron la extraña estrella, pensaron que esa debía ser la señal que habían estado esperando y se pusieron en camino dejándose guiar por aquella luz en el cielo. Prepararon las cosas para el viaje. Necesitarían comida y agua, animales para viajar. No sabemos si eran camellos, caballos o burros. Además prepararon unos regalos muy especiales para entregárselos al niño que había nacido. Viajaron muchos días. Por la noche, observaban dónde estaba la estrella, y viajaban en esa dirección. La estrella les guiaba hacia Israel. Los magos pensaban que seguramente los sabios de Israel se habrían dado cuenta de la aparición de la estrella y sabrían que Jesús había nacido. Les preguntarían a ellos. Los sabios del reino normalmente trabajaban cerca del palacio del rey, así que los magos fueron al palacio del rey que estaba en Jerusalén. —¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? —preguntaban—. Vimos su estrella y hemos venido a adorarlo. Pero nadie sabía responder a lo que ellos preguntaban. El rey y los sabios de Israel estaban tan preocupados en sus cosas que no se habían enterado de que Jesús había nacido muy cerquita de allí. ¡Qué raro! ¿Dónde estaría Jesús?, se preguntaban los magos.

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Para leer el miércoles

A

sí que los hombres sabios de Oriente siguieron su camino y ¿sabes qué?... la estrella los llevó hasta Belén y se paró justo encima de donde vivían José, María y el niño Jesús.

Muy contentos, los hombres llamaron a la puerta. Muchas personas habían venido a conocer a Jesús, pero todos eran vecinos de Belén, pastores y gente normal. Cuando María abrió la puerta y vio allí a un grupo de hombres ricos que también querían conocer a su hijo, se llevó una buena sorpresa. Los vecinos también estaban sorprendidos y vieron cómo aquellos hombres, que parecían ser muy importantes, entraron en el establo. Los magos estaban impacientes por ver a Jesús. Cuando vieron al niño se arrodillaron y lo adoraron. Ellos eran personas ricas e importantes, pero ese niño era la persona más importante de toda la tierra. Los sabios no solo adoraron a Jesús sino que abrieron sus cofres y le entregaron los regalos que le habían traído desde muy lejos... ¡oro, incienso y mirra! Eran tesoros muy valiosos, dignos de un rey. Los sabios de Oriente volvieron después a su casa felices por haber conocido a Jesús. Los sabios quisieron dar lo que tenían. Tú también puedes hacerle un regalo a Jesús. Puedes darle tu corazón. Será el mejor regalo que Jesús desea recibir.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Ayuda a este mago a llegar hasta la casa donde vive Jesús para entregarle su regalo.

Hoy es viernes

Hoy es viernes súseJ ecaN

Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con la estrella que hicisteis el domingo (o terminad la actividad o el juego) y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Jesús va a la iglesia

Lección

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«Y EL NIÑO CRECÍA Y SE HACÍA MÁS FUERTE Y MÁS SABIO» Lucas 2: 40 (Dios Habla Hoy)

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Vamos a la iglesia a aprender sobre Jesús. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Dónde vivía Jesús? • ¿Cómo se portaba Jesús? • ¿Dónde estaba el templo? • ¿Qué hacía Jesús en el templo? • ¿Dónde iba Jesús cada sábado? • ¿Qué hacía Jesús en la sinagoga?

Para hacer el domingo Hablad con vuestro hijo sobre lo que hicisteis ayer en la iglesia. Intentad recordar las cosas positivas y alegres que ha vivido en la iglesia, aunque solo sea que ha visto a un amiguito, o que una hermana le ha dado un caramelo. Recortad la iglesia que está en las páginas finales de acuerdo a las instrucciones. Podéis cantar el canto «¿Quién vino a la iglesia hoy?» y cambiar la letra por «¿Quien irá a la iglesia, sí?» Recordadle que Jesús también iba a la iglesia los sábados y que le gustaba mucho.

Referencias bíblicas: Lucas 2: 40-52; Lucas 4: 16. Para tu reflexión personal: «No dependáis de los maestros de la escuela sabática para que sea hecha vuestra obra de enseñar a vuestros hijos el camino por donde deben andar. La escuela sabática es una gran bendición; puede ayudaros en vuestra obra, pero nunca podrá reemplazaros. Dios encargó a todos los padres y madres la responsabilidad de llevar a sus hijos a Jesús y de enseñarles a orar y a creer en la Palabra de Dios. [...] Las verdades de la Palabra de Dios deben ser relacionadas con las supuestas cosas pequeñas de la vida» (Ellen G. White, Manuscrito 5, 1896).

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Jesús Para leerNace el lunes M

aría, José y Jesús volvieron a su casa en un pueblo llamado Nazaret. Allí, Jesús creció como un niño sano y feliz. Seguramente era un niño como tú, al que le gustaba jugar y reír. Sus papás, María y José, le enseñaban todo lo que necesitaba, igual que hace tu mamá y tu papá. Le enseñaron a vestirse solo, a comer con la cuchara sin mancharse, los colores, los números y las letras. Jesús era un niño muy curioso y siempre le preguntaba a su padre y a su madre por cualquier cosa; quería aprenderlo todo. Seguro que le gustaba ver a los animalitos correr por el campo, tocar a los bichitos, oler las flores y nadar en el agua fresquita del río. Jesús era bueno y amable con todos sus amiguitos. También era cariñoso con las personas mayores, y todos lo querían mucho. María y José sabían que su hijo era un niño especial, era el niño prometido por Dios y le dedicaban mucho tiempo enseñándole la Biblia. Jesús escuchaba muy atento y les hacía muchas preguntas para entenderlo todo muy bien. Papá y mamá también te enseñan las historias de la Biblia, ¿verdad? Juntos hacéis la escuela sabática para que el sábado puedas ir a la iglesia y decir tu versículo de memoria. ¿A que sí? Jesús se fue haciendo mayor. Como todos los chicos de aquella época, empezó a ayudar a su padre en la carpintería. Era un trabajo muy bonito. Le gustaba observar como su padre José hacía mesas, sillas, puertas o ventanas. Mientras era pequeño hacía pequeños trabajos como recoger y limpiar el taller, pero a medida que fue creciendo empezó a utilizar las herramientas: martillos, clavos, sierras... También ayudaba a su madre María en las tareas de casa. Ponía la mesa o iba a buscar agua al pozo. Y todo lo hacía con alegría, sin protestar. Los sábados iba a la iglesia, que allí se llamaba sinagoga. En la sinagoga leía la Biblia y cantaba himnos como haces tú en la iglesia.

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Para leer el martes

súseJ ecaN C

uando Jesús cumplió doce años le esperaba un viaje muy importante. Sus padres le habían dicho que ese año irían a la ciudad de Jerusalén para celebrar la fiesta de la Pascua. Allí podría ver el edificio más importante de todo el país, el Templo. El Templo de Jerusalén era enorme y siempre había mucha gente. Lo que más le importaba a Jesús era que allí, en Jerusalén, estaban las personas que más sabían sobre la Biblia. Él quería aprender mucho y tenía muchas preguntas que hacerles. Con ilusión se preparó para el viaje, recogió sus cosas y comenzaron a a caminar hasta Jerusalén. El viaje a Jerusalén duró casi cuatro días caminando, porque en aquella época no había coches ni trenes ni aviones. Se reunía mucha gente para viajar juntos y así el viaje era más divertido. Cuando llegaron a la ciudad, estaba todo preparado para la fiesta de la Pascua. La fiesta de la Pascua celebraba la salida de Moisés y los israelitas de Egipto. ¿Te acuerdas de la historia? Había llegado gente de todas partes de Israel y de otros países más lejanos. José, María y Jesús fueron al Templo a dar gracias a Dios, a orar y a adorarlo. ¡Cómo le gustó a Jesús estar allí! Jesús fue al templo todos los días y se sentaba en las clases donde los sabios y maestros explicaban la Biblia.

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Jesús Para leer elNace miércoles P

ero llegó el momento de volver a su casa en Nazaret. La fiesta había terminado y los visitantes volvían a sus casas. José y María se juntaron con el grupo que volvía a Nazaret y comenzaron el camino. Las personas mayores iban hablando sobre todas las cosas que habían visto en Jerusalén. Los niños iban en otro grupo jugando y hablando de lo bien que se lo habían pasado esos días. Por la tarde, pararon a descansar para preparar la cena y dormir, pero Jesús no volvió con sus padres. José y María empezaron a buscarlo entre los chicos y las chicas, pero Jesús no estaba con ellos. José y María estaban muy preocupados. Así que, enseguida, volvieron de nuevo hacia Jerusalén. Entonces María recordó la ilusión que tenía Jesús por ver el templo y todo el tiempo que había pasado con los maestros estudiando la Biblia. Así que fueron a buscarlo al Templo. Al llegar, vieron a Jesús que estaba charlando tranquilamente con los maestros del Templo. Eran los hombres más sabios y que mejor conocían la palabra de Dios. Jesús llevaba tres días hablando y preguntándoles sobre las Escrituras. Los maestros estaban muy impresionados por su inteligencia y por todo lo que sabía sobre Dios. Jesús regresó de nuevo a Nazaret con sus padres. ¡Cuántas cosas nuevas había aprendido! Allí siguió trabajando en la carpintería con su padre y estudiando cada día la Biblia. Todos los sábados iba a la sinagoga y cuando fue mayor se convirtió en un maestro de la Biblia y enseñaba a los demás cómo y cuánto nos ama Dios.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Encuentra cuatro diferencias entre los dos dbujos.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con la iglesia que hicisteis el domingo y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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El bautismo de Jesús «TAMBIÉN JESÚS FUE BAUTIZADO» Lucas 3: 21

Para hacer el domingo Esta semana vamos a saber cómo fue el bautismo de Jesús. Hoy os proponemos que repaséis con vuestros hijos el momento de vuestro bautismo. Enseñadles fotos, contadles cuántos años teníais y quién era el pastor que os bautizó.

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Con el bautismo seguimos el ejemplo de Jesús y decimos que queremos ser como él. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia:

Hablad con ellos sobre cómo Jesús también fue bautizado cuando fue mayor.

¿Quién bautizaba?

¿Para qué bautizaba Juan?

Luego haced el diorama (o maqueta) que encontraréis al final del librito.

¿Cómo lo hacía?

¿Quién vino a ser bautizado?

Permitid que vuestro hijo coloree y colabore. No importa que no quede perfecto, dejad que disfrute el trabajo.

¿Cómo habló Dios y qué dijo?

¿Qué hizo Jesús después?

Referencias bíblicas: Mateo 3; Marcos 1: 1-11; Lucas 3: 1-22; Juan 1: 19-34. Para tu reflexión personal: «Los jóvenes necesitan tener siempre presente el camino que Cristo siguió. Fue en todos sus pasos un camino de victorias. [...] En el estudio de la vida de Jesús aprenderemos cuánto hará Dios por su medio, en favor de sus hijos. [...] Mediante una vida de conformidad con su ejemplo, hemos de mostrar nuestro aprecio por el sacrificio que hizo en nuestro favor». (Ellen G. White. Mensajes para los jóvenes, pág. 14).

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Para leer el lunes Nace Jesús

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n Israel había un profeta que se llamaba Juan.

Juan predicaba en un lugar del campo donde podían ir a escucharle muchas personas. ¿Sabes qué es lo que enseñaba el profeta Juan? El profeta Juan decía que cuando hacemos cosas malas podemos pedir perdón a Dios y que Dios seguro que nos va a perdonar. Muchas personas de los pueblos de alrededor iban a escucharlo. Entonces se daban cuenta de que algunas veces se habían portado mal y decidían empezar a hacer cosas buenas. Luego se acercaban al río Jordán, pedían perdón a Dios y el profeta Juan los bautizaba. Por eso lo llamaban Juan el Bautista. ¿Sabes cómo los bautizaba? Se metía con ellos dentro del río. Entonces los sumergía en el agua y los sacaba enseguida. ¿Para qué hacía eso? El bautismo es un símbolo. Es como si las personas entraran en el agua con todas sus cosas malas. Es como si todas las cosas malas que han hecho se quedan en el agua: la desobediencia, los insultos, las mentiras… Entonces las personas pueden empezar una vida nueva. Pero Juan siempre les decía: —Muy pronto va a venir a este mundo el Mesías, el Hijo de Dios. Él os enseñará a tener una vida mejor y más feliz. Cuando venga le tenéis que hacer caso y hacer todo lo que él os diga.

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Para leer el martes

súseJ ecaN

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n día, cuando Jesús se hizo mayor, quiso empezar a predicar y a enseñar todas las cosas que Dios quiere para nosotros. Pero antes fue a ver al profeta Juan.

Había muchas personas alrededor del río Jordán. Había muchos hombres ricos y pobres. Había mujeres y niños que escuchaban. Hasta había soldados que iban a ver al profeta para que los bautizara. Jesús pasó entre todas esas personas y se acercó a Juan. Juan no había visto nunca a Jesús. Cuando el profeta miró a Jesús, Dios le habló a su mente y le dijo que ese era el Mesías, el Hijo de Dios. Juan, entonces, se puso muy contento y también muy nervioso. ¡Tenía tantas ganas de conocerlo! Le había hablado a toda esa gente sobre el Hijo de Dios que perdona todas las cosas malas que hacemos y ahora lo tenía allí, delante de él. Jesús le pidió a Juan que lo bautizara. Juan se sorprendió. Jesús era bueno. Él no necesitaba bautizarse. Pero Jesús insistió. Jesús quería ser nuestro ejemplo en todo. Hasta entonces, Jesús había trabajado en el taller de carpintero de su padre. Pero ahora iba a cambiar de vida. A partir de ese momento Jesús iba a predicar y a enseñar a todo el mundo cómo Dios quiere que vivamos. A partir de entonces Jesús iba a demostrar que él era el Hijo de Dios. Por eso Jesús quería que Juan lo bautizase, porque su vida iba a cambiar.

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Para leer el miércoles Nace Jesús

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l final, Jesús convenció a Juan para que lo bautizase.

Los dos entraron en el río Jordán. Buscaron un sitio donde había bastante agua. Todo el mundo en la orilla podía ver a Jesús y a Juan. Con mucho cuidado, Juan sumergió a Jesús en el agua y lo volvió a sacar enseguida. Entonces ocurrió un milagro. El cielo se abrió. El Espíritu de Dios se acercó a Jesús como si fuera una paloma. Y se oyó una voz del cielo que decía: —Este es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él. (Mateo 3: 17 en Versión Lenguaje Actual.) ¿Te imaginas escuchar la voz de Dios? ¿Te gustaría que Dios te dijera que está muy contento contigo? Dios estaba muy contento porque Jesús iba a empezar a predicar y a enseñar a todo el mundo cuánto nos ama y cómo hacer para que seamos muy felices. Entonces Juan le dijo a todo el mundo que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios. Jesús era el que perdonaba todas las cosas malas que habían hecho. Todos tenían que obedecer a Jesús y aprender de él. Tú también estás aprendiendo a ser bueno y a amar a Jesús, ¿verdad?

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Completa el dibujo: dibuja a Jesús dentro del agua, tres flores en la orilla y dos nubes en el cielo.

Hoy es viernes

Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana. En el diorama que hicisteis el domingo podéis hacer una ranura en el río para poder «sumergir» a Jesús en el agua del río.

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Los amigos de Jesús

Lección

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«APRENDED DE MÍ» Mateo 11: 29

Para hacer el domingo Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Todos podemos ser discípulos de Jesús y aprender de él. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Qué significa «discípulo»?

¿Cómo se llamaban algunos discípulos de Jesús?

¿Cuántos discípulos tenía Jesús?

¿Qué enseñaba Jesús?

Referencias bíblicas: Mateo 4: 18-22; 9: 9-13; Marcos 1: 16-20; 2:13-16; Lucas 5: 27-32; 8: 1-3; Juan 1: 35-51.

Esta semana vamos a conocer a algunos amigos de Jesús. La Biblia los llama «discípulos». ¿Sabes qué significa ser «discípulo»? Significa lo mismo que alumno, alguien que aprende de un maestro. Jesús era el Maestro. No era un maestro como los del cole. Jesús no enseñaba ni a leer ni a escribir ni a sumar. Jesús enseñaba cosas más importantes. Enseñaba cómo ser buenos y cariñosos. Enseñaba cómo ser amigos de Dios. Jesús enseñaba a sus discípulos cómo contar a todo el mundo que Dios los ama. Hoy vamos a colorear el paisaje de la página 81. Durante la semana iremos recortando y pegando a los amigos de Jesús alrededor de él.

Para tu reflexión personal: «Cristo vino al mundo para […] mostrar lo que todo ser humano debiera ser; lo que llegarían a ser por medio de la morada de la divinidad en la humanidad todos los que lo recibieran. Vino a mostrar de qué manera deben ser educados los hombres como conviene a los hijos de Dios; cómo deben practicar en la tierra los principios, y vivir la vida del Cielo» (Ellen G. White. La educación, págs. 73, 74).

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Jesús Para leerNace el lunes A

ndrés había escuchado predicar muchas veces a Juan el Bautista. Pero después de bautizar a Jesús, Juan le dijo que debía buscar a Jesús y aprender de él.

Andrés hizo caso a Juan y siguió a Jesús para hablar con él. Andrés se quedó con Jesús todo un día escuchándolo y haciéndole preguntas. ¡Cuánto le gustaba todo lo que había aprendido aquel día! Estaba tan contento que se lo contó a su hermano Pedro. Andrés y Pedro eran pescadores. Tenían una barca de pesca. Mientras trabajaban, Andrés le contó a Pedro que había conocido a Jesús y que era el mejor Maestro de todo el mundo. Pedro estaba deseando conocer y escuchar a Jesús. Andrés se lo contó a dos amigos suyos que también eran pescadores. Se llamaban Santiago y Juan. ¡Cuántas ganas tenían todos de conocer a Jesús y aprender de él! Un día, mientras estaban recogiendo las redes, llegó Jesús. Quería hablar con Andrés, con Pedro, con Santiago y con Juan. Jesús les preguntó que si querían ser sus discípulos. ¡Claro que sí! ¡Estaban deseando aprender más! Luego Jesús les dijo que quería viajar por todo Israel enseñando a la gente sobre cómo es Dios. Si iban a ser sus discípulos tendrían que viajar con él. Los cuatro amigos no se lo pensaron mucho. Sacaron sus barcas del agua, las dejaron en un lugar seguro, prepararon sus cosas y se fueron con Jesús.

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súPara seJ eleer caN el martes E

n el mismo pueblo donde vivían Andrés y Pedro vivía otro hombre que se llamaba Felipe. Felipe también quería aprender de Jesús. Entonces Jesús fue a buscarlo y le dijo que se fuera con él. ¡Qué alegría! Felipe quería ir con Jesús. Entonces se acordó de un amigo que se llamaba Natanael. Felipe y Natanael estudiaban juntos la Biblia. Seguro que a Natanael también le gustaría aprender lo que Jesús iba a enseñarles. Natanael había estado orando en el campo, debajo de una higuera, donde nadie podía verlo ni molestarlo. Natanael había escuchado que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios, pero no estaba muy convencido. Así que le pedía a Dios que le dijera cómo saber si era verdad. Cuando Natanael volvió a su casa se encontró con Felipe y le dijo que fuera con él a conocer a Jesús. Jesús vio a Natanael y lo saludó como si lo conociera de toda la vida. Natanael le preguntó si se habían visto antes. No, no se habían visto antes, pero Jesús sabía que Natanael había estado debajo de la higuera orando. Natanael se quedó asombrado. ¿Cómo sabía Jesús dónde había estado? ¿Cómo sabía que hablaba con Dios? Si Jesús lo sabía era porque realmente era el Hijo de Dios. Natanael ya estaba convencido. Él también quería ser un discípulo de Jesús.

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Jesús Para leer elNace miércoles A

ndrés, Pedro, Santiago, Juan, Felipe y Natanael fueron los primeros discípulos de Jesús, sus primeros alumnos.

Pronto comenzaron a viajar por Israel con Jesús. Un día, Jesús pasó por una ciudad y vio a un recaudador de impuestos que trabajaba para el gobierno de los romanos. Se llamaba Mateo. La gente no quería a Mateo porque no les gustaba tener que dar dinero a los romanos. Por eso había mucha gente que no le hablaba y lo trataba mal. Pero Mateo amaba a Dios con todo su corazón. Cuando Jesús lo vio supo que iba a ser un buen discípulo y le dijo que se fuera con él. ¡Qué alegría! ¡Claro que sí! Dejó su trabajo de recaudador de impuestos y se fue con Jesús. Pero antes, para celebrarlo, lo invitó a su casa y dio una fiesta en honor a Jesús. Invitó a sus amigos y sus compañeros de trabajo para que todos conocieran a Jesús. Luego empezó a viajar con Jesús y los otros discípulos. Hubo muchas otras personas que se unieron al grupo de discípulos de Jesús. Pero de todos ellos, había doce que eran sus discípulos especiales, sus ayudantes. Viajaban con él enseñando y ayudando a todas las personas. También viajaban con Jesús algunas mujeres como María Magdalena, Juana o Susana. Todos aprendían a amar a Dios y a amar a los demás.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Colorea los peces que están mirando hacia Jesús.

Hoy es viernes

Repasad juntos la lección de toda la semana, intentad memorizar algunos nombres de los amigos de Jesús y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Jesús va a una boda «HACED TODO LO QUE OS DIGA» Juan 2: 5

Para hacer el domingo Para los padres

Hoy es un buen día para recordar con vuestro hijo el día de vuestra boda. Sacad las fotos y los recuerdos. Comentad con ellos qué invitados asistieron ese día, qué pastor ofició la ceremonia, qué flores había o qué comisteis. Recordad lo felices que os sentíais vosotros, vuestra familia y todos los invitados. Haced una mención especial al momento en el que se pronunció la bendición, como una forma en la que Jesús también estaba allí, bendiciéndoos. Es muy posible que durante toda la semana vuestro hijo quiera jugar a las bodas y a las fiestas. Si eso ocurre, busca telas, disfraces, flores, sombreros... para vestirlo de novio o novia. También podéis jugar a «casar» a los muñecos que tengáis en casa. Os proponemos hacer un teatrillo con el escenario y los personajes que encontrarás en las páginas de manualidades.

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Lo que tu hijo debe aprender: Jesús se preocupa de nuestros pequeños problemas. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿A qué fiesta fue Jesús?

¿Con quién fue a la boda?

¿Qué problema hubo en la fiesta?

¿Qué hizo Jesús con el agua?

¿Dónde se guardaba el mosto?

Referencia bíblica: Juan 2: 1-11. Para tu reflexión personal: «El ejemplo de Cristo al vincularse con los intereses de la humanidad debe ser seguido por todos los que predican su palabra y por todos los que han recibido el Evangelio de gracia. No hemos de renunciar a la comunión social. No debemos apartarnos de los demás» (Ellen G.White. El Deseado de todas las gentes, pág. 126).


Nace JesúsPara leer el lunes U

n día, Jesús y sus discípulos fueron a una fiesta. Unos amigos se iban a casar y Jesús quería estar con ellos. También estaba María, la madre de Jesús.

La boda se iba a celebrar en una ciudad que se llamaba Caná. Así que, María, Jesús y sus discípulos fueron hasta Caná para asistir a la boda. La boda se celebraba en la casa del novio. Todo estaba adornado con telas, flores, velas y lámparas. La casa estaba muy bonita y olía muy bien. También había músicos que tocaban el arpa y la flauta. En una boda no podía faltar la música alegre. En los tiempos de Jesús las fiestas duraban varios días y había muchos invitados que venían de otras ciudades, como Jesús y María. Por eso, la familia del novio había tenido que preparar mucha, mucha comida. Necesitaban cocineros y camareros que ayudaran a la hora de comer. También habían preparado muchas bebidas que las guardaban en tinajas muy grandes. En los tiempos de Jesús no había refrescos, por eso, los días de fiesta se bebía zumo de uva y de otras frutas. La familia del novio había guardado mucho zumo de uva en unos cántaros hechos de barro. Cuando Jesús, María y los discípulos llegaron a Caná fueron a saludar a sus amigos. Allí había mucha gente. Estaba toda la familia de los novios y también muchos amigos. ¡Qué alegría!

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Para leer el martes

súseJ ecaN

L

os primeros días de la fiesta todo fue muy divertido. Había música y mucha comida. Todos estaban muy felices celebrando la boda.

Los padres del novio habían contratado a un mayordomo para que se encargara de organizar a los criados y a los cocineros. También era el encargado de servir la comida y de que siempre hubiera zumo de uva para beber. Pero antes de que terminara la fiesta, el mayordomo se encontró con un problema: se había acabado la bebida, ya no había zumo de uva, solo agua. El mayordomo se lo dijo a los padres del novio. ¡Eso sí que era un problema! ¡Una fiesta sin zumo no era una fiesta! En una fiesta no podía faltar ni la comida ni la bebida. En aquel tiempo no había tiendas ni supermercados para ir a comprar. Tardarían mucho tiempo en conseguir más zumos. Sin zumo la fiesta se iba a acabar. Todo el mundo diría: —¡Qué rollo de fiesta! Por eso los padres del novio estaban muy tristes. María, la madre de Jesús, se dio cuenta de que había un problema. Les preguntó que qué pasaba y le dijeron que ya no había más zumo de uva. María también se puso triste, pero se le ocurrió una idea. Podían pedirle ayuda a Jesús. Seguro que Jesús podría solucionar el problema. Así que buscó a Jesús y le pidió que ayudara a solucionar el problema. Jesús dijo que sí, pero tenían que hacer todo lo que él les dijera. María habló con los criados y les dijo que hicieran todo lo que Jesús les mandara.

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Para leer el miércoles Nace Jesús

J

esús se dio cuenta de que sin zumo la fiesta se acabaría en poco tiempo. Los invitados se irían descontentos y todos estarían tristes.

Jesús fue a ver dónde guardaban el zumo. Lo guardaban en habitación que estaba llena de cántaros, pero ya estaban casi todos vacíos. Entonces, en otra habitación, vio que había seis tinajas mucho más grandes de piedra que servían para guardar agua pero que ahora estaban vacías. Jesús les dijo que llenaran esas tinajas enormes con agua. Los criados obedecieron y llenaron las tinajas grandes con agua. Cuando ya estaban llenas, Jesús les dijo que llenaran las botellas con lo que había en las tinajas grandes. Cuando los criados llenaron las botellas ¡qué sorpresa! ¡No era agua! ¡Era zumo de uva! Los criados miraron extrañados a Jesús, pero con una sonrisa les dijo que llevaran las botellas al mayordomo para que probara el zumo que Jesús había hecho. El mayordomo, que no sabía nada, probó el zumo. ¡Humm! ¡Qué rico! ¡Era el mejor zumo de uva que había probado nunca! La fiesta continuó unos días más. Todos lo pasaron muy bien y fueron muy felices. Jesús quiere que tú también seas feliz. Por eso Jesús nos dejó la Biblia, donde nos dice qué podemos hacer para ser más felices. Y, cuando haya algo que te pone triste, pide ayuda a Jesús en oración.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Descubre las vasijas que son distintas en cada fila.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Jesús cura a un enfermo

Lección

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«YO SOY EL SEÑOR, EL QUE OS SANA» Éxodo 15: 26

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender:

Para domingo ¿Sabeshacer quiénesel son los ángeles? Hoy vamos a recordar momentos en el que vuestro hijo estuvo enfermo. Señalad en su cuerpo qué le dolía o qué órgano tenía dañado.

Jesús se preocupa de que estemos sanos.

Recordad con él cómo se curó: tomando medicinas, yendo al médico, estando en el hospital…

Lo que tu hijo debe recordar de esta historia:

Recordad con él también las oraciones que hicisteis.

• ¿Quién estaba enfermo?

Contadle a vuestro hijo que en los tiempos de Jesús no había médicos como los de ahora, ni hospitales ni medicinas en la famacia, por eso cuando las personas enfermaban tenían un problema muy importante.

• ¿Cuántos amigos tenía el hombre enfermo? • ¿Qué hicieron para ayudar a su amigo? • ¿Qué dijo Jesús al hombre enfermo? • ¿Qué hizo el hombre cuando Jesús lo sanó? Referencias bíblicas: Mateo 9: 1-8; Marcos 2: 1-12; Lucas 5: 17-26. Para tu reflexión personal: «Al enseñar la Biblia a los niños, será conveniente observar la tendencia de sus mentes, las cosas que les llaman la atención, y despertar su interés por ver lo que la Biblia dice de esas cosas. […] La Biblia tiene una inagotable abundancia, fuerza y profundidad de significado. Hay que animar a los niños y jóvenes a buscar sus tesoros, tanto del significado como de expresión» (Ellen G. White. La educación, pág. 188).

Esta semana vamos a aprender cómo Jesús ayudó a algunas personas enfermas. Mientras, podéis hacer la actividad que os proponemos al final, en la página 74. Es un niño feliz que no está enfermo y se puede mover y jugar, como a Jesús le gusta.

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Jesús Para leerNace el lunes U

n día, Jesús estaba predicando dentro de una casa. Cuando la gente del pueblo se enteró de que Jesús estaba allí, todo el mundo quiso ir a escuchar las historias de contaba. Se juntó tanta, tanta gente, que ya no cabía nadie más. Estaban todos apretujados, muy apretujados. En aquel pueblo vivía un hombre que estaba enfermo. Desde hacía muchos años no se podía levantar de la cama. Sus piernas no se movían. No podía caminar, ni siquiera levantarse de la cama. Pero aquel hombre tenía cuatro amigos que eran muy buenos amigos. Cuando se enteraron de que Jesús estaba en el pueblo fueron corriendo a decírselo. ¡Cuánto le gustaría ir a escuchar a Jesús! ¡Tenía tantas ganas de conocerlo! Pero él no podía ir a la casa donde estaba Jesús porque sus piernas estaban enfermas. —No te preocupes —le dijeron sus amigos—, nosotros te llevaremos a ver a Jesús. Entonces los cuatro amigos hicieron una camilla con dos palos y una tela, pusieron encima a aquel hombre y lo llevaron a ver a Jesús.

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súPara seJ eleer caN el martes L

os cuatro amigos de aquel hombre enfermo lo trasladaron en la camilla, por las calles del pueblo, hasta la casa donde estaba Jesús. ¡Qué contentos estaban!

Pero al llegar a la casa se encontraron con un problema. Muchísimas personas querían ver a Jesús y la casa estaba rodeada de tanta gente que no podían pasar con la camilla. Intentaron que la gente se apartara, pero no lo consiguieron. Todos querían ver a Jesús. ¡Qué pena! Después de tanto esfuerzo no iban a poder escuchar a Jesús. Pero a uno de los amigos se le ocurrió una idea: subir al hombre en la camilla al tejado de la casa. El tejado de las casas de aquel pueblo era como una terraza cubierta de tablas o de ramas que no dejaban pasar el agua cuando llovía, y había una escalera. Así que subieron a su amigo en la camilla hasta la terraza. Cuando ya estaban encima de la casa, quitaron las tablas de la terraza para hacer un agujero en el techo de la habitación donde estaba Jesús. Ahora sí, ahora podían ver y escuchar a Jesús. Jesús enseguida se dio cuenta de que alguien estaba haciendo un agujero en el techo. Todo el mundo miraba a los cuatro amigos y a aquel hombre enfermo que se asomaban por el agujero. Luego miraron a Jesús. Jesús no estaba enfadado. Jesús sonreía. Jesús sabía que aquellos hombres se habían esforzado mucho para llevar a su amigo hasta allí.

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Jesús Para leer elNace miércoles E

ntonces, con unas cuerdas, bajaron la camilla del hombre enfermo por el agujero hasta los pies de Jesús.

El hombre enfermo estaba muy contento. Sabía que Jesús era alguien muy especial y quería conocerlo y aprender de él. Pero Jesús tenía una sorpresa para ese hombre. Allí delante de todo el mundo le dijo: —A ti te digo: ¡Levántate!, toma tu camilla y vete a tu casa. Todos miraban a Jesús extrañado. Todo el mundo conocía a ese hombre enfermo. ¿Es que Jesús no se había dado cuenta de que aquel hombre no podía andar? ¿Cómo se iba a levantar si sus piernas estaban enfermas? Pero el hombre enfermo mirando a Jesús a los ojos, se dio cuenta de que sus piernas estaban curadas. ¡Podía moverlas! Luego intentó ponerse de pie. ¡Sus piernas tenían fuerza! Entonces, delante de sus amigos y de toda la gente del pueblo se levantó y anduvo por la habitación. ¡Qué alegría! El hombre, seguramente, abrazó a Jesús y le dio las gracias. Recogió su camilla y se fue a su casa caminando. Y, por el camino, no dejaba de dar gracias a Dios por curarle. Hoy, Dios usa a los médicos y las medicinas para curarnos. Por eso, cuando estás enfermo, también debes pedirle a Jesús que te ayude a ponerte bueno. Y cuando te cures, no te olvides de darle las gracias.

¡GRACIAS! 38


sPara úseJhacer ecaN el jueves Ayuda a los amigos del hombre enfermo a llegar a Jesús.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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La hija de Jairo «EL QUE CREE EN MÍ, TIENE VIDA ETERNA» Juan 6: 47

Para hacer el domingo

Para los padres

Antes de comenzar con la lección de esta semana debéis hablar con vuestro hijo sobre la muerte. En nuestra sociedad hemos alejado la vivencia de la muerte de nuestros niños escondiéndola o empleando eufemismos como «se ha ido», «ya no está con nosotros», o «está en el cielo con Jesús». Es necesario que vuestros hijos comprendan que la muerte es un estado de reposo y que los muertos no están por ahí, en alguna parte. Es la forma para que comprendan el significado de la resurrección. Para ello utilizad ejemplos cercanos: abuelos, bisabuelos, personas conocidas o incluso mascotas.

Lo que tu hijo debe aprender: Jesús es tan poderoso que puede vencer a la muerte.

Os proponemos hacer la manualidad correspondiente en las páginas de actividades para ilustrar la historia de esta semana.

Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Quién estaba enferma?

¿Cómo se llamaba su padre?

¿A quién pidió ayuda Jairo?

¿Cómo encontró Jesús a la niña?

¿Qué hizo Jesús?

¿Cómo estaba la niña después?

¿Qué pasará cuando vuelva Jesús?

Referencias bíblicas: Mateo 9: 23-26; Marcos 5: 21-24; 35-43; Lucas 8: 41, 42, 49-56. Para tu reflexión personal: «Recordemos, pues, la bondad del Señor, y la multitud de sus tiernas misericordias. Como el pueblo de Israel, levantemos nuestras piedras de testimonio, e inscribamos sobre ellas la preciosa historia de lo que Dios ha hecho por nosotros» (Ellen G. White. El Deseado de todas las gentes, pág. 314).

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Para leer el lunes Nace Jesús

E

n una ciudad de Israel vivía un hombre que se llamaba Jairo. Jairo vivía con su mujer y su hija de 12 años.

Un día, la niña se puso muy, pero que muy malita. Sus padres la cuidaban muy bien, pero en aquel tiempo no había jarabes ni medicinas. Los médicos ya no sabían cómo curarla y les dijeron a los padres que la niña se estaba muriendo. ¡Qué tristes estaban todos! Entonces el papá se enteró de que Jesús estaba en la ciudad. Jairo había oído decir que Jesús curaba a los enfermos. Había oído decir que había curado a personas que no podían andar, incluso a ciegos. Así que Jairo fue corriendo a buscar a Jesús. Jesús podría curar a su hija. Jesús estaba rodeado de muchísima gente que quería conocerlo y escuchar las historias que contaba. Jairo se acercó a Jesús y le pidió por favor que fuera a su casa porque su hija estaba muy enferma. ¿Sabes que le dijo Jesús? ¡Claro que sí! ¡Vamos ahora mismo! Y Jesús se fue con Jairo a su casa.

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Para leer el martes

súseJ ecaN

J

esús se dirigió a casa de Jairo para curar a su hija que estaba muy enferma.

Por el camino todo el mundo quería hablar con él y casi no lo dejaban ni andar, así que tenía que ir muy despacio. Entonces llegó uno de los criados de Jairo con una mala noticia: la niña se había muerto. ¡Pobre Jairo! ¡Qué triste estaba! Ya no hacía falta que fuera Jesús. Ya era demasiado tarde. Pero Jesús no estaba triste. —No te preocupes —le dijo—. Si crees que yo puedo curarla, lo haré. Y Jesús continuó caminando hasta la casa de Jairo. Cuando llegaron a la casa, encontraron que había muchísima gente que estaba llorando porque la niña había muerto. Entonces Jesús les dijo: —¿Por qué lloráis? La niña no está muerta, solamente duerme. Todos dejaron de llorar y miraron a Jesús. ¿Cómo podía decir que estaba dormida? Ellos sabían muy bien que no respiraba. Pero Jesús les estaba intentando explicar que la muerte es como un sueño muy profundo del que no te puedes despertar, y nadie te puede despertar. Solo Jesús puede hacerlo.

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Para leer el miércoles

J

esús, entonces ,entró en la casa de Jairo. Allí había muchas personas llorando porque querían acompañar a Jairo y a su mujer y consolarlos. Jesús les dijo a todas esas personas que salieran. Solo se quedaron él, los discípulos Pedro, Santiago y Juan, y los papás de la niña. Jesús entró al cuarto de la niña, se acercó a la cama y tomó con sus manos las manos de la niña y dijo: —Niña, a ti te digo, levántate. Enseguida la niña empezó a abrir los ojos muy despacio y miró a Jesús. Cuando vio el amable rostro que la miraba, sonrió. La niña había resucitado. ¡Qué alegría! Sus padres no se lo podían creer. Ahora no lloraban de pena. Ahora, estaban tan contentos que lloraban de alegría. Luego, la niña se sentó en la cama, se levantó, y, lo primero que hizo fue ir a abrazar a su mamá y a su papá. Luego se movió por toda la habitación. ya no se sentía enferma. Ya no tenía fiebre. Estaba contenta y feliz. ¡Cuántas gracias le dieron a Jesús! Entonces Jesús les dijo que le dieran de comer porque después de tantos días enferma tendría mucha hambre. Jairo y su esposa estaban muy felices y agradecidos. Ahora también hay muchas personas que se mueren porque están enfermas, son viejecitos o porque tienen un accidente. Pero Jesús prometió volver a esta tierra. Y cuando regrese resucitará a todas esas personas para que todos vivamos para siempre con él.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Encuentra cuatro diferencias entre los dos dibujos.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con la actividad que hicisteis el domingo y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Jesús, el buen pastor

Lección

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«YO SOY EL BUEN PASTOR Y CONOZCO A MIS OVEJAS» Juan 10: 14

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús se preocupa por nosotros y nos cuida. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Quién es el buen pastor? • ¿Quiénes son las ovejas? • ¿Qué hace el pastor todos los días? • ¿Qué hace el pastor cuando descubre que falta una oveja? • ¿Qué había pasado con la oveja que faltaba? • ¿Qué hace el pastor cuando la encuentra?

Para hacer el domingo Si en casa tenéis ovejas y pastores de las figuritas del belén, Playmobil o semejantes buscadlas y tenedlas preparadas para contar la historia de esta semana. También podéis dibujar una oveja y recortarla o modelarla con plastilina. Os proponemos hacer una manualidad para buscar ovejas, pero vosotros podéis poner a funcionar vuestra imaginación con todo tipo de juegos: • Jugad al escondite. Vuestro hijo es la oveja y vosotros los pastores. • Vosotros escondéis una oveja en su habitación y él es el pastor que tiene que ir a buscarla.

Referencias bíblicas: Mateo 6: 25-34; Mateo 10: 29-31; Juan 10: 1-18. Para tu reflexión personal: «La instrucción religiosa significa mucho más que la instrucción común. Significa que debemos orar con nuestros hijos, enseñarles cómo deben acercarse a Jesús y hablarles de todo lo que necesitan. Significa que en nuestra vida debemos demostrar que Jesús lo es todo para nosotros, y que su amor nos hace pacientes, bondadosos y tolerantes» (Ellen G.White. El hogar adventista, pág. 286).

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Jesús Para leerNace el lunes ¿S

abes que Jesús contaba historias muy chulas? Se llaman «parábolas» y sirven para que aprendamos cosas. Una parábola que gustaba mucho a la gente trataba sobre un pastor.

Había una vez un pastor que era muy bueno. El pastor cuidaba muy bien a sus ovejas porque las amaba mucho. Todas las mañanas las sacaba del redil donde dormían y las llevaba al campo para que comieran. El pastor sabía dónde estaba la hierba más fresca y sabrosa, y allí las llevaba. Mientras las ovejas comían tranquilamente el pastor vigilaba muy bien porque había animales salvajes que querían comerse a las ovejas. En cuanto el pastor veía acercarse a un lobo hacía mucho ruido para que el lobo se fuera. Cuando veía que se acercaba un oso tiraba piedras para que no se acercara a sus ovejas. Cuando terminaban de comer, las llevaba a beber agua a un arroyo donde había agua fresquita. Luego volvían a casa para pasar la noche. Por el camino vigilaba bien que no se pincharan en ninguna zarza, o que no se alejaran mucho. Y si había algún corderito pequeño que se cansaba de tanto caminar lo cogía en brazos y lo llevaba encima de sus hombros. Cuando llegaban al redil, el pastor las observaba bien a todas. Las ovejas parecen todas iguales, pero el pastor sabía cómo se llamaba cada una de ellas porque las amaba a todas. Jesús dijo que él era como un buen pastor y nosotros somos como sus ovejas. Con esta historia, Jesús nos quería contar que nos ama, igual que el buen pastor ama a sus ovejas. Se preocupa si nos hacemos daño en la rodilla o si nos comemos toda la comida que mamá nos hace. Jesús quiere que estemos bien, contentos, sanos y protegidos.

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súsPara eJ eleer caN el martes O

tra vez contó otra historia sobre un pastor y una oveja.

El pastor tenía un rebaño con muchas ovejas. Tenía cien ovejas. Son muchas ovejas. Todas parecían iguales, pero el pastor conocía a cada una de ellas. Sabía cuándo habían nacido, cuál era su madre y les había puesto nombre a todas. Cada una tenía un nombre distinto. Por la mañana, tempranito, abrió la puerta del redil. El redil es un vallado para guardar a las ovejas por la noche cuando están en el campo. Las ovejas fueron saliendo una a una y el pastor las observó para asegurarse de que estaban bien. Luego comenzaron a caminar en busca de pastos verdes y agua fresca. Pasaron todo el día en el campo. Por la tarde, regresaron al redil para dormir. El pastor abrió la puerta y, una a una, entraron dentro de la valla. Mientras, el pastor las iba contando: una, dos, tres, cuatro, cinco… noventa y seis, noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve y… ¡Falta una! El pastor estaba muy preocupado. Así que volvió a contar a sus ovejas. Noventa y seis, noventa y siete, noventa y ocho, noventa y nueve… ¡Faltaba una oveja! ¡Tenía que ir a buscarla! Así que, en cuanto tuvo a todas las ovejas bien guardadas en el redil, salió a buscar a la oveja perdida.

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Jesús Para leer elNace miércoles

E

l pastor estaba preocupado. ¿Dónde se habría quedado la oveja? La llamaba por su nombre y luego prestaba atención a ver si oía el balido de la oveja. Pero nada.

Buscó entre las rocas, a ver si se había subido muy alto y no podía bajar. Buscó cerca del río y en el bosque. Pero nada. Después de mucho rato buscando oyó a lo lejos un balido ¡Beee! El pastor la volvió a llamar por su nombre. ¡Beee! Volvió a oír a su oveja. El pastor fue corriendo hacia donde oía el balido. No le importó que fuera de noche, o que tropezara en las piedras o que se arañara con las zarzas. Solo quería recuperar a su oveja.

¡Por fin la encontró! La oveja estaba asustada y cuando vio al pastor corrió para pegarse en sus piernas. El pastor la abrazó con mucho cariño. Y la tranquilizó. — No te preocupes —le dijo—. Ahora mismo nos vamos a casa. Entonces el pastor la cogió en sus brazos y comenzaron a caminar de vuelta al redil. Cuando llegaron, el pastor abrió la puerta del redil y la oveja entró con sus compañeras. El pastor estaba tan contento que avisó a todos sus amigos e hizo una fiesta porque había encontrado a su oveja. Con esta historia Jesús quiso explicar cuánto te ama a ti, y que pase lo que pase, nunca te va a dejar solo.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Ayuda al pastor a encontrar a la oveja perdida. Una pista: la oveja está dormida.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con las ovejas y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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Un hombre agradecido «GRACIAS TE DAMOS, OH DIOS, GRACIAS TE DAMOS» Salmos 75: 1

Para hacer el domingo Esta semana os proponemos hacer un mural de agradecimiento.

Para los padres

Conseguid una cartulina en la que vais a ir pegando cosas que debemos agradecer a Jesús: el sol, las flores, la familia, los amigos, las frutas… (no pongáis la ropa, la casa o los juguetes porque ellos no entenderían la diferencia entre las cosas que papá y mamá han comprado y las que Jesús ha hecho).

Lo que tu hijo debe aprender: Debemos ser agradecidos por todo lo que Jesús hace por nosotros.

Si podéis, poned las fotos de la familia, de los amigos o de la mascota en vez de un dibujo, o recortad fotos de una revista de paisajes, animales, plantas...

Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: • ¿Cuántas personas estaban enfermas? • ¿Quién curó a los enfermos? • ¿Cuántos fueron a darle las gracias a Jesús? Referencia bíblica: Lucas 17: 11-19. Para tu reflexión personal: «Deberían manifestarse agradecimiento y alabanza a Dios por las bendiciones temporales y por todo el bienestar que derrama sobre vosotros. […] Si se educara a los niños, en la vida de hogar, para que sean agradecidos al Dador de todas las cosas buenas, veríamos manifestarse en nuestra familia un elemento de gracia celestial» (Ellen G.White. La conducción del niño, pág. 136).

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Nace JesúsPara leer el lunes J

esús estaba viajando de una ciudad a otra para enseñar sus historias y ayudar a las personas.

Un día, Jesús vio a diez hombres que desde lejos lo llamaban. Esos hombres estaban muy enfermos. Todos tenían la misma enfermedad. Era una enfermedad muy mala que se llama lepra. Los enfermos de lepra tenían heridas en todo el cuerpo y no se curaban. La lepra es una enfermedad contagiosa y las personas que la padecían no podían vivir en casa con su familia, ni en el pueblo. No se podían acercar a nadie. Lo tenían prohibido. Aquellos hombres habían oído decir que Jesús sanaba a los enfermos y decidieron ir a buscarlo para ver si los podía curar a ellos también. Cuando lo vieron a lo lejos comenzaron a gritar: —¡Jesús, Jesús! ¡Ayúdanos! ¿Crees tú que Jesús quería ayudarlos? ¡Claro que sí! Mañana veremos cómo les ayudó Jesús.

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Para leer el martes súseJ ecaN

C

uando Jesús vio a estos hombres enfermos les sonrió y los miró con amor. Él quería ayudarlos enseguida. Así que les dijo que fueran al pueblo para que los viera el médico. No podían volver a casa hasta que el médico les dijera que ya no estaban enfermos y que no iban a contagiar a nadie. Los hombres se miraron las manos y las piernas. Las heridas estaban todavía allí. Pero Jesús les había dicho que se iban a curar y obedecieron. Comenzaron a caminar hasta la casa del médico más cercano. Por el camino iban hablando muy contentos. ¡Qué ganas tenían de volver a sus casas con sus familias! Mientras los diez leprosos caminaban sucedió algo maravilloso. Uno de ellos dijo: —¡Mirad, ya no tengo heridas! —¡Yo tampoco! —gritó otro—. ¡Me he curado! —¡Yo también! ¡Yo también! —fueron gritando uno a uno. Todos, los diez hombres, estaban curados. Su piel estaba sana y ya no les dolía nada de nada.

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Para leer el miércoles

C

uando vieron que estaban curados, aquellos hombres comenzaron a correr más deprisa para que el médico les dijera que podían volver a sus casas.

Pero uno de ellos se paró. Dio media vuelta y volvió a buscar a Jesús. En cuanto lo encontró de nuevo, se arrodilló ante Jesús y le dijo: —Gracias, Jesús. Muchas gracias por haberme sanado. Jesús le sonrió y le ayudó a levantarse. El hombre abrazó a Jesús. Ahora ya podía tocarlo porque no estaba enfermo. Luego Jesús se quedó mirando hacia el camino. Entonces le preguntó: —¿Dónde están los otros? Os habéis curado todos… y ¿solo has venido tú a darme las gracias? Jesús estaba feliz porque todos estaban curados, pero le hubiera gustado que los demás hombres hubieran regresado para darle las gracias. Cuando Jesús miró a aquel hombre que lo abrazaba se alegró porque era una persona agradecida. Luego se despidieron y el hombre volvió a su casa, pero recordó durante toda su vida lo que Jesús había hecho por él. Nosotros también debemos dar gracias a Dios cada día porque nos ama, nos cuida y por todo lo que hace por nosotros.

¡GRACIAS!

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Dibuja la cara del hombre que fue sanado por Jesús. Luego dibuja la cara de Jesús cuando el hombre le dio las gracias.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, terminad el mural y aprended el versículo de memoria para mañana. Y recordad: ¡dad las gracias!

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El viento obedece

Lección

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«¿QUIÉN ES ESTE QUE HASTA LOS VIENTOS Y EL MAR LE OBEDECEN?» Mateo 8: 27

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Cuando confío en Jesús no necesito tener miedo. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia:

Para hacer el domingo Esta semana os proponemos hablar sobre el miedo. Vosotros también tenéis miedo en algunas ocasiones. Hablad de ello con vuestros hijos y de cómo habéis superado esas situaciones de miedo con la ayuda de Jesús.

¿Dónde estaban los discípulos y Jesús?

Juega con tu hijo a calmar tempestades.

¿Qué ocurrió?

¿Qué hacía Jesús en medio de la tormenta?

¿Qué sentían los discípulos?

Haced mucho ruido golpeando el suelo con los pies, ollas con cucharas de madera, aplaudiendo, gritando... En un momento di con voz fuerte: «Haya paz». En ese momento el ruido debe cesar.

¿Qué dijo e hizo Jesús?

¿Qué ocurrió después de que Jesús hablara?

Alterna la dirección del juego entre tú y tu hijo. A tu hijo le gustará tanto el hacer ruido como el silencio repentino que se produce. Le gustará ver como sus papás también obedecen a sus órdenes.

Referencias bíblicas: Mateo 8: 23-27; Lucas 8: 22-25. Para tu reflexión personal: «La instrucción religiosa significa mucho más que la instrucción común. Significa que debemos orar con nuestros hijos, enseñarles cómo deben acercarse a Jesús y hablarle de todo lo que necesitan. Significa que en nuestra vida debemos demostrar que Jesús lo es todo para nosotros, y que su amor nos hace pacientes, bondadosos y tolerantes» (Ellen G. White. El hogar adventista, pág. 286).

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Jesús Para leerNace el lunes ¿H

as estado alguna vez en la calle o en el campo, y de repente ha empezado una tormenta con rayos y truenos? ¿Tenías miedo? Todos hemos sentido miedo alguna vez.

¿Qué hiciste? Pedir ayuda a los papás, ¿verdad? Esta semana vamos a contar la historia de una tormenta muy fuerte que le dio mucho miedo a los discípulos de Jesús. Jesús había trabajado mucho durante todo el día y estaba muy cansado. Había ayudado a mucha gente y necesitaba descansar. Estaban en una playa del mar de Galilea y allí sus discípulos tenían una barca de pesca. A Jesús se le ocurrió una idea: —Vamos a subir a la barca y navegar hasta el otro lado del mar. Todos subieron al barco. En cuanto se alejaron de la orilla, Jesús se fue a un rinconcito de la barca, se acostó y se quedó profundamente dormido. Soplaba brisa fresca y todo estaba en calma. El mar estaba tranquilo y las olas mecían el barco. Los hombres disfrutaban de ese paseo mientras Jesús dormía tranquilamente. Pero la brisa se convirtió en viento fuerte. Entonces los discípulos se dieron cuenta de que el cielo se estaba oscureciendo y cubriendo de negros nubarrones. Empezó a llover y a llover. Empezaron a verse relámpagos en el cielo y a sonar truenos. La tempestad levantó olas muy altas y el barco se movía fuertemente. El agua comenzó a entrar en la barca, y todos se pusieron muy nerviosos; todos menos... ¿sabes quién? Sí, menos Jesús, porque él seguía durmiendo en el mismo rinconcito de la barca.

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súPara seJ eleer caN el martes E

n medio de la tormenta, los discípulos se pusieron a trabajar dentro de la barca. Pedro, Andrés, Santiago y Juan habían pescado en ese mar durante toda su vida. Muchas veces habían tenido que luchar con tormentas furiosas y repentinas, pero enseguida se dieron cuenta de que esa era la peor tormenta a la que se habían enfrentado. Los discípulos hicieron todo lo que estaba a su alcance para sacar el agua que las enormes olas metían dentro del bote. Se empeñaron tanto por salvar sus vidas que se olvidaron completamente de Jesús. Finalmente, desesperados, se dieron por vencidos. Habían hecho todo lo que podían y todo lo que sabían. De repente, se acordaron de Jesús. ¿Dónde estaba? —¡Maestro, Maestro! —gritaron. No hubo respuesta. Solo se oyó el viento soplar. Estaba tan oscuro que no podían ver a su Maestro. ¿Dónde estaba? Nuevamente exclamaron: —¡Maestro, Maestro que nos vamos a ahogar! Jesús se levantó y les preguntó: —¿Por qué tenéis tanto miedo? ¡Si yo estoy con nosotros! Jesús quería decirles que no tenemos por qué tener miedo cuando Jesús está con nosotros: debemos confiar en él.

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Jesús Para leer elNace miércoles L

as olas movían la barca de un lado a otro. Los discípulos casi no se podían poner de pie porque el viento y las olas los tiraban al suelo. Los discípulos tenían mucho miedo, pero Jesús no. Jesús estaba tranquilo.

Entonces Jesús se levantó, elevó los brazos y dijo al viento y a las olas: —Haya paz. En ese mismo momento el viento dejó de soplar y el agua se quedó quieta otra vez. Todo estaba tan tranquilo como antes de la tormenta. La Biblia dice que: «Hubo gran calma». Los discípulos estaban sorprendidos y se preguntaban unos a otros: —¿Quién es este, que hasta el viento y el mar le obedecen? Los discípulos que estaban con Jesús lo vieron de pie en la barca. Escucharon cómo hablaba a la tormenta. Vieron que el viento y el agua se calmaron. A partir de entonces aprendieron a pedir ayuda a Jesús, porque él lo puede todo. Siempre debes recordar que Jesús está con nosotros y nunca falla en ayudarnos cuando lo necesitamos. Cuando tengas miedo o estés asustado recuerda que Jesús está a tu lado. Y si Jesús pudo con los vientos, los relámpagos y los truenos del mar de Galilea, puedes estar seguro de que te ayudará a no tener miedo.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves ¿Puedes encontrar a Jesús en la barca?

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Lección

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El buen samaritano «AMARÁS A TU PRÓJIMO COMO A TI MISMO» Lucas 10: 27

Para hacer el domingo Esta semana vuestros hijos necesitarán vuestra ayuda para comprender el versículo de memoria. Explicadles qué significa «prójimo».

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Debemos ser amables con todas las personas.

Como actividad, os proponemos hacer un teatrillo. En las páginas de las actividades encontrarás el escenario y los personajes. Coloread, recortad y pegad detrás de cada personaje un palito para poder moverlos por el escenario. Dejad que vuestro hijo manipule los personajes y que cuente él mismo la historia.

Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Qué le pasó al viajero?

¿Quién iba por el camino?

¿Quién ayudó al viajero herido?

¿Cómo lo cuidó?

Disfrutadlo. Referencia bíblica: Lucas 10: 25-37. Para tu reflexión personal: «El samaritano había obedecido los dictados de su corazón bondadoso y amante, y con eso había dado pruebas de ser observador de la Ley. Cristo le ordenó al doctor de la Ley: “Ve y haz tú lo mismo”. Se espera que los hijos de Dios hagan y no meramente digan. “El que dice que está en él debe andar como él anduvo” (1 Juan 2: 6)» (Ellen G. White. El Deseado de todas las gentes, pág. 465).

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Nace JesúsPara leer el lunes U

n día, estando con un grupo de personas, alguien le hizo una pregunta a Jesús: —Maestro, ¿qué tengo que hacer para ser bueno?

Todos se quedaron muy callados y atentos para ver qué respondía Jesús. —Tú lo sabes muy bien —le dijo—. Tú sabes qué dice la Biblia, ¿verdad? —Sí. La Biblia dice que debemos amar a Dios. También que debemos amar nuestro prójimo como a nosotros mismos. Pero dime, Maestro, ¿quién es nuestro prójimo? ¿a qué personas debemos amar? Yo amo mucho a mi familia y a mis amigos. ¿Somos buenos cuando ayudamos a nuestros amigos? — ¡Claro que sí! —contestó Jesús—. Pero tenemos que ayudar y ser amables con todos, no solo con los amigos. Entonces Jesús les contó una historia. Un hombre viajaba desde Jerusalén a Jericó. Iba solo por un camino entre las montañas. De repente, aparecieron unos ladrones. Eran unos hombres muy malos. Lo golpearon y luego le quitaron todo lo que llevaba, incluida su ropa. Luego se fueron corriendo y lo dejaron en el suelo abandonado y muy mal herido. ¡Pobre hombre! ¡Necesitaba ayuda!

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Para leer el martes

súseJ ecaN

J

esús estaba contando una historia de un hombre que estaba herido.

Al poco rato, pasó por allí otro hombre que también iba de viaje. Cuando vio al hombre herido en el suelo tuvo mucho miedo. ¿Y si los ladrones estaban cerca y le robaban también a él? Le miró la cara y no lo conocía de nada. Así que el hombre echó a correr no fuera que a él también le robasen y le hiciesen lo mismo. ¿Este hombre se portó bien? No, claro que no. Poco tiempo después, otro hombre vino por el mismo camino. Desde lejos vio que había algo junto al camino. Este hombre iba pensando en sus cosas y tenía mucha prisa por llegar a su casa. Si se paraba podía hacérse de noche, así que pensó que mejor no se detenía. El segundo hombre también se desvió y siguió su camino sin ayudar al herido. ¿Este hombre se portó bien? No, claro que no.

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Para leer el miércoles

U

n poco más tarde, otro hombre venía con su burro por el camino. Era un samaritano. Los samaritanos eran extranjeros. El extranjero vio al hombre del suelo. Se acercó. No lo conocía de nada, pero al verlo con tantos golpes, decidió que debía ayudarlo. Primero, le dio un poco de agua para beber. Luego le curó las heridas y se las vendó. Después buscó entre su equipaje algo de ropa y le ayudó a ponérsela. Pero aquel hombre estaba muy débil. Le dolía tanto su cuerpo que no podía ni ponerse en pie. Así que el samaritano, con un gran esfuerzo, lo subió al burro para poder llevarlo a algún lugar seguro. Cuando oscureció, el samaritano buscó un lugar donde dormir. Llevó al herido a una posada y lo cuidó durante toda la noche. Al día siguiente, el samaritano tenía que seguir su viaje, pero antes le dio dinero al dueño de la posada para que siguiera cuidándole, y le dijo que si necesitaba más dinero se lo pagaría a la vuelta. ¿Este hombre se portó bien? Sí, claro que sí. Se portó muy bien. Jesús, de esa manera, le estaba enseñando que no solamente hay que ser amable con los que son nuestros amigos o vecinos o los que vienen a nuestra iglesia. Jesús quiere que seamos amables y bondadosos, sin esperar nada a cambio, con cualquier persona que lo necesite.

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Para hacer el jueves súseJ ecaN Encuentra el camino para ayudar al hombre herido.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana, jugad con el teatrillo y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Zaqueo

Lección

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«Y ANDAD EN AMOR, COMO TAMBIÉN CRISTO NOS AMÓ» Efesios 5: 2

Para los padres Lo que tu hijo debe aprender: Jesús siempre nos ama, aunque los demás no nos quieran. Lo que tu hijo debe recordar de esta historia: •

¿Cómo era Zaqueo?

¿Por qué la gente no quería a Zaqueo?

¿A quién quería conocer Zaqueo?

¿Dónde se subió?

¿Qué hizo Jesús?

¿Dónde cenó Jesús?

Referencia bíblica:

Para hacer el domingo Esa semana queremos afianzar en nuestros hijos el sentimiento de que Jesús nos ama incondicionalmente. Habladles a vuestros hijos de cuánto los queréis, incluso cuando no se comen la verdura, discuten con sus hermanos o tienen una pataleta. Vuestro amor incondicional hará que comprendan que Jesús los ama de la misma manera. Esta semana os proponemos hacer un juguete para que Zaqueo suba y baje del árbol. Cuando juguéis con él repetid las palabras de Jesús: «¡Zaqueo, baja! Hoy en tu casa comeré». Lo podéis usar también para cantar la canción «Zaqueo era muy chiquitito».

Lucas 19: 1-10. Para tu reflexión personal: «La censura y el oprobio no rescataron jamás a nadie de una posición errónea; pero ahuyentaron de Cristo a muchos y los indujeron a cerrar sus corazones para no dejarse convencer. Un espíritu bondadoso y un trato benigno y persuasivo pueden salvar a los perdidos y cubrir multitud de pecados. La revelación de Cristo en nuestro propio carácter tendrá un poder transformador sobre aquellos con quienes nos relacionemos. Permitamos que Cristo se manifieste diariamente en nosotros, y él revelará por medio de nosotros la energía creadora de su palabra, una influencia amable, persuasiva y a la vez poderosa para restaurar en otras almas la perfección del Señor nuestro Dios» (Ellen G. White. El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 109).

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Jesús Para leerNace el lunes J

esús estaba llegando a la ciudad de Jericó. Cuando los habitantes de Jericó se enteraron de que Jesús estaba cerca, dejaron todo lo que estaban haciendo y se fueron corriendo a verlo.

Habían oído decir que Jesús contaba unas historias muy bonitas y que curaba a las personas que estaban enfermas. Cuando Jesús entró en la ciudad se juntó tanta gente que tenía que caminar muy despacio. Por toda la ciudad se oía gritar: —¡Jesús ha venido a Jericó! Había un hombre en la ciudad que hacía mucho tiempo que deseaba conocer al Maestro. Se llamaba Zaqueo y era un hombre que estaba muy triste. Nadie quería a Zaqueo. Él era el encargado de recoger el dinero para pagar los impuestos a los romanos. La gente decía que era un ladrón. Nadie quería hablar con él. Cuando Zaqueo se enteró de que Jesús estaba en Jericó intentó ir corriendo a verlo. Pero tenía un problema, y es que era muy bajito y todas las personas que estaban delante de él no le dejaban verlo.

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súPara seJ eleer caN el martes Z

aqueo quería ver a Jesús pero no le dejaban acercarse porque era muy bajito.

Entonces, a Zaqueo se le ocurrió una idea. Cerca de allí había un árbol muy grande, un sicomoro. Los sicomoros son árboles que tienen el tronco muy retorcido y unas ramas muy fuertes. Era muy fácil subir al sicomoro. Zaqueo pensó que si se subía al árbol podría ver a Jesús bien cerca. Así que Zaqueo, se subió al árbol, y allí, sentado en una de sus ramas, esperó a que Jesús pasara y así poder verlo. Por fin Zaqueo vio venir a Jesús. ¡Qué feliz estaba! ¡Al fin podía ver al Maestro! Entonces Jesús se detuvo debajo del árbol. Miró hacia arriba y vio a Zaqueo en medio de las ramas. Algunas personas que vieron a Zaqueo subido al sicomoro se rieron de él. ¿Qué hacía un hombre tan mayor subido a un árbol como si fuera un niño? —Mira, es Zaqueo —se decían los unos a los otros—. ¿Para qué querrá ver a Jesús? Con lo malo que es... —¡Bah! ¡Jesús no le hará caso porque es un ladrón! Pero Jesús no pensaba como todas esas personas. Jesús sabía que el corazón de Zaqueo era bueno. Jesús también quería conocer a Zaqueo. Y le sonrió.

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Jesús Para leer elNace miércoles ¡Z

aqueo no se lo podía creer! ¡Jesús lo estaba mirando y le sonreía! Pero todavía se quedó más asombrado cuando oyó que Jesús le hablaba y lo llamaba por su nombre.

—¡Zaqueo! ¡Jesús se sabía su nombre! ¡Jesús lo conocía! —Zaqueo, baja. Que hoy voy a cenar en tu casa. —¿En mi casa? —preguntó Zaqueo sorprendido—. ¿Tú quieres venir a mi casa? —Sí, Zaqueo — respondió Jesús—. De todas las casas que hay en Jericó, quiero ir a tu casa. Rápidamente Zaqueo bajó del árbol y se puso al lado de Jesús. ¡Qué contento estaba! ¡Iba caminando al lado del Maestro! Muchas personas los seguían, pero a algunos no les parecía bien que Jesús fuera a casa de ese hombre porque creían que era un ladrón y que se portaba mal. Pero Jesús conocía el corazón de Zaqueo. Zaqueo no era malo. Y Jesús quería demostrar a todos los habitantes de Jericó que Zaqueo quería ser su amigo, portarse bien y ayudar a los demás. Zaqueo le dijo a Jesús: —Yo quiero ser un buen hombre. Si he robado algo que no era mío, voy a devolver cuatro veces más de lo que debía. Y la mitad de mi dinero lo voy a dar para alimentar a los pobres. Jesús amaba mucho a Zaqueo y te ama a ti tanto como a él. Jesús también quiere estar contigo y ser tu amigo.

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sPara úseJhacer ecaN el jueves Encuentra en el dibujo a Zaqueo, un saco, un cofre y una oveja.

Hoy es viernes Repasad juntos la lección de toda la semana y aprended el versículo de memoria para mañana.

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Para hacer en casa

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Para la lección 1 Colorea, recorta por las lineas gruesas y pega para conseguir un ángel como el de la foto.

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Para la lección 2

Colorea, recorta y usa las estrellas como más te guste.

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Para la lección 3 Recorta las puertas por el centro, arriba y abajo, dejando los laterales sin recortar. Pega por detrás un espejo de manualidades para que cuando abramos la puerta tu hijo se vea reflejado como si estuviera dentro de la iglesia. También puedes pegar una foto.

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Para la lección 4 Coloread, recortad y pegad las piezas en su lugar. Juega a doblar las figuras hacia atrás como si Jesús estuviera siendo sumergido.

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Para la lección 5

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Coloread el fondo y cada una de las figuras. Pega primero a Jesús y luego ve pegando a los discípulos a su alrededor. Ponedles nombre para que tu hija vaya aprendiéndolos.

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Para la lección 6

Colorea y recorta los personajes. Pega un palito depresor (de los de helado), una pajita de refreso (popote o sorbete), un palito de brocheta o lo que se te ocurra por detrás para poder mover los personajes. Prueba también a pegarlos sobre canutillos de papel higiénico.

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Para la lección 7 Colorea y recorta cada una de las piezas. Necesitarás encuadernadores de chincheta o trocitos de lana para sujetar cada pieza de forma que puedan moverse cuando lo manipules. Jugad a poner una postura en el muñeco y a imitarlo vosotros.

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Para la lección 8

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Para la lección 9

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Colorea el fondo con el pastor y las ovejas. Colorea las solapas y recórtalas. Pega la solapa en el lugar indicado poniendo pegamento solo sobre las letras «Pega X». Así cuando levantéis las solapas aparecerán las ovejas perdidas.

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Para la lección 10

Pega alrededor de Jesús imágenes de las cosas por las que queréis darle las gracias.

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Para la lección 11

Colorea y dobla por las líneas punteadas de forma que podáis alternar la tormenta sin Jesús y la calma con Jesús.

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Para la lección 12

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Construye un teatrillo y coloca el fondo coloreado. Luego pon unos palitos por detrás de los personajes y revive la historia una y otra vez.

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Para la lección 13

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Colorea el fondo y la tira de esta página. Con una tijera o un cúter (solo de uso de un adulto) recorta unas aberturas por las líneas de puntos. Introduce la tira de forma que veas a Zaqueo sentado en la rama del sicomoro y los extremos queden por detrás de la hoja de fondo. Tirando de la tira hacia abajo, Zaqueo quedará al lado de Jesús.

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¡Importante! Protocolo de implantación «Crezco con la Biblia» es el material para 3 a 6 años de la serie «Mi Biblia, mi tesoro». Debido a que «Mi Biblia, mi tesoro» puede usarse de forma alternativa en las iglesias de la UAE como material de estudio de las Escuelas Sabáticas Infantiles, rogamos encarecidamente que se sigan los siguientes pasos de implantación: 1.- Estudiar el material detenidamente. El proyecto debe ser conocido por padres, maestros de escuela sabática infantil y responsables de la iglesia. 2.- Llegar a un acuerdo consensuado por amplia mayoría de todas las partes (padres, maestros y responsables). 3.- Obtener un voto del consejo de iglesia local a favor del uso de «Mi Biblia, mi tesoro». 4.- Contactar con infantil.aula7activa@gmail.com para autorizar la copias. El seguimiento de estos pasos previos a la implantación de «Mi Biblia, mi tesoro» favorecerá la implicación de toda la iglesia en el proyecto educativo de los niños, a la vez que asegurará la continuidad del proyecto en la iglesia local, independientemente de los cambios en los responsables de los departamentos.

Agradecimientos A Dios por todos los milagros que hemos visto y vivido a lo largo de la elaboración de este material. A todas aquellas personas que con sus ánimos, su tiempo y su aportación económica han contribuido al proyecto. Sin ellos habría sido imposible llegar hasta aquí.

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Te invitamos a comenzar una aventura junto a tus hijos con la Biblia como escenario. Cada semana descubrirás un nuevo tesoro en forma de historia bíblica en el que siempre estará Jesús, tu amigo y compañero de juegos y aprendizaje. Usa el material como mejor se adapte a vuestra forma dinámica familiar y a la madurez de tu hijo pero intenta dedicarle un ratito todos los días. Y, sobre todo, disfruta de estos momentos, pasadlo bien, divertíos y dejad que Jesús forme parte de vuestra vida.

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