HISTORIAS DE LA JAGUA DEL PILAR

HISTORIAS DE LA JAGUA DEL PILAR

Este programa hace parte del proyecto TALLER ITINERANTE DE CREACIÓN Y PRODUCCIÓN DE CONTENIDOS CULTURALES: “EN LA GUAJIRA LAS FRONTERAS CUENTAN” Un proyecto del Fondo Mixto para la promoción de La Cultura y las Artes de La Guajira Evento apoyado por el Ministerio de Cultura Programa Nacional de Concertación Cultural

Las opiniones expresadas en estos textos son responsabilidad de sus creadores y no reflejan la posición editorial de Ministerio de Cultura y el Fondo Mixto de Cultura de la Guajira.

Árbol de La Jagua Son varias las versiones que hay sobre el nombre del municipio La Jagua del Pilar, del departamento de La Guajira.

Una de ellas es que su nombre proviene del árbol llamado Jagua o Jaguito, el cual estaba en el sector donde ahora está el casco urbano y la gente decía “voy para donde está el palo de jagua” y así comenzaron a llamar a este lugar.

El señor Ramón Saurith habitante de este pueblo, dice que cuando llegó aquí, ya el árbol se había acabado, que solo hay en el corregimiento El Plan y por eso se trajo uno y lo sembró.

Ahora tiene un semillero de unos 20 árboles que va a donarlo a la alcaldía para que sean sembrados en toda la población. Afirma que los cuida mucho para que puedan crecer, ya que este es el árbol emblemático del municipio.

También habla del corregimiento El Plan, dice que es una llanura rodeada de cerros, que tiene una sola salida.

Allá vivieron muchos personajes, según afirma, como Sara Baquero, Emiliano Zuleta, Toño Salas, que hacen parte de una gran dinastía del vallenato.

En este pueblo precisamente había bastante árbol Jagua o Jaguito, del cual dice que lo protejan, lo cuiden para que renazca.

Con la donación que va a hacer espera que lo siembren en un parque o en algún lugar donde los que viven allí y los visitantes puedan verlo y conocer que de allí nació el nombre de este municipio guajiro.

El cajero de La Jagua del Pilar Desde que tenía diez años, Alfonso Lagos toca la caja y se ha movido en el ambiente del vallenato, que es su gran pasión.

Es una de las figuras del municipio de La Jagua del Pilar, donde ha sido instructor de este instrumento básico en la interpretación del vallenato.

Alfonso Lagos, hace parte de una gran dinastía, en la que también está el gran compositor Juan Segundo Lagos y piensa dejar su legado a los pequeños a los cuales les da clase, para que sigan la tradición vallenata y nunca se acabe.

El cajero duró muchos años tocando con Toño Salas y Leandro Díaz, ahora tiene 72 años y su ilusión es que los conocimientos que tiene no se queden ahí, sino que lleguen a otros para que aprendan a tocar la caja.

Siendo cajero recorrió toda la región junto a los grandes del folclor vallenato, algo que lo llena de orgullo y de alegría.

Ahora vive tranquilo en su pueblo, donde lo que reina es la seguridad y la felicidad.

El compositor de las bellas letras Simulación, Ausencia Sentimental, Benditos Versos, son canciones insignes de nuestro folclor vallenato y que tienen algo en común, que es su creador.

Este es el gran compositor Rafael Manjarrés, nacido en La Jagua del Pilar, quien explica que cada una de estas creaciones tiene un significado muy especial y están relacionadas con episodios de su vida.

Por ejemplo, Simulación fue hecha a una mujer que èl cortejaba pero que nunca tuvo nada con ella, a quien dice que no podía darle un carro, ni mariachis, porque era estudiante y por eso le hizo versos.

Ausencia Sentimental es una semblanza de lo que es el Festival Vallenato, pero que también incluye los lindos paisajes y lugares que tiene su tierra natal, así como personajes importantes de la música vallenata.

Era un tema que iba a ser dado a Poncho y Emilianito, pero la grabó Silvio Brito y fue todo un éxito.

Su canción Benditos Veros, es una obra que tiene una narrativa romántica y es también como una protesta. Pero su principal motivación fue una mujer, porque el compositor piensa que en la vida de un hombre siempre debe haber una mujer, porque son las reinas de la creación, son seres extraordinarios.

“No concibo como sería el mundo sin mujeres y ese fue el motivo de esta composición, además de un tema sentimental fuerte”, manifestó.

Fue dedicada a una mujer que era su obsesión y por cosas del destino terminaron en entornos distintos, cada quien tiene su hogar quedo ese testimonio en donde un hombre quiere una mujer y se lo dice.

Además, hace esa comparación con La Guajira que se mete al océano, porque necesitaba decirle al mundo que había una mujer extraordinaria que le gustaba.

La canción gustó tanto que la consideraron como el himno informal del departamento de La Guajira. Y pensar que ese tema fue grabado por defecto, es decir no era el tema fuerte del album de Beto Zabaleta, sino que era otro, pero como Rafael Manjarrés quería dedicarlo, lo grabó y fue todo un éxito.

Rafael Manjarrés también tiene otros temas hermosos como Señora, que es un ícono del vallenato, Bendita Duda que se lo hizo a una muchacha que lo tenía “enredado” y no sabía si le gustaba.

El Desafío El Desafío queda en La Jagua del Pilar, en el sur de La Guajira. Esta es una bella Casa Campo propiedad de Doris Sánchez Ustariz, que se ha convertido en un lugar de visita para propios y turistas.

Allí van los estudiantes, las familias, celebran fechas especiales, cumpleaños y otras, aunque no es propiamente un centro recreacional, sin embargo, se ha convertido en el lugar de todos en el pueblo.

Doris explica que es de Valledupar, pero sus ancestros eran de La Jagua del Pilar y por eso cuando se pensionó quiso cumplir un deseo de su mama de vivir en La Jagua y pensó en buscar un lugar aquí donde pudiera pasar tranquila los últimos años de su vida.

Es docente y cuando recibió su pensión, tomó la decisión, comenzó a buscar lugar y compró dos hectáreas y media en La Jagua del Pilar.

Aunque nunca había manejado una finca o un lugar como este, porque ella es experta en libros, estudiantes y lápices, dice que poco a poco fue aprendiendo y junto a su mamá le han dado el toque especial a El Desafío.

Tiene cinco hijos y 15 nietos, los cuales llegan a visitarla los domingos o días festivos para alegrarla y los días de semana se encarga del jardín, de la piscina, la cocina y el kiosco que tiene la finca.

También tiene una pequeña granja que es el atractivo para los niños, allí tiene chivos, cerdos, gallinas, conejos y una yegua que es de una de sus nietas.

A ella y a su mamá, las hace felices la tranquilidad con la que viven, la posibilidad de tener vecinos solidarios, amigos verdaderos y sobre todo una gran seguridad que no se vive en ninguna otra parte.

El guacharaquero de La Jagua Desde muy pequeño Juan Francisco Blanco Salas guacharaquero de La Jagua del Pilar, supo que iba a ser músico y que esta sería su gran pasión.

Afirma que desde que tenía uso de razón está tocando la guacharaca, con conjuntos vallenatos que salían a dar serenatas y actuaban en las fiestas de toda la región.

Todos los viernes iba a Urumita, el pueblo vecino con Chema Barros y regresaban los lunes. Después tocaba con Ovidio Romero y Goyo Daza, con Rafael Salas con quienes ganó el segundo puesto en la categoría aficionado en el Festival de la Leyenda Vallenata de Valledupar.

Este ha sido su mayor logro en su carrera como guacharaquero y también haber tocado junto al gran acordeonero Colacho Mendoza.

Sin embargo, también destaca el haber tocado junto a Poncho y Emiliano Zuleta, cuando ellos estaban comenzando su carrera y no habían grabado su primera producción discográfica.

En la Plaza Alfonso López también recuerda que tocó al lado del gran Egidio Cuadrado, otro gran acordeonero de la música vallenata.

Este guacharaquero gran exponente de este instrumento e hijo de La Jagua del Pilar, ha recorrido toda la región, tocando en casetas, eventos y festivales, llevando en alto el nombre del pueblo.

El himno de La Jagua del Pilar No podían ser otros los autores del himno del municipio de La Jagua del Pilar, que sus grandes compositores Rafael Manjarrés y Juan Segundo Lago, quienes son orgullo de esta población por el gran talento que tienen y porque han dejado su nombre muy en alto en diferentes escenarios.

La iniciativa fue del actual alcalde José Amiro Morón, quien llamó a Manjarrés para que hiciera el himno.

En palabras del mismo compositor, “consideré que había otra persona que tiene las condiciones y los méritos para que lo hiciera conmigo y ese fue Juan Segundo, por eso lo llamé y nos pusimos de acuerdo para hacerlo”.

Cada uno hizo su aporte y salió esa pieza musical hermosa y sentida que es el himno municipal.

“Tuvimos comunidad de criterio en la propuesta y consideramos que era una buena narrativa, de las costumbres, de los paisajes y de muchas cosas lindas que tiene nuestro pueblo”, afirmó Rafael.

El himno se grabó en Barranquilla con el maestro Daniel Moncada que sirvió de apoyo musical.

El compositor dice que a La Jagua del Pilar es muy fácil componerle canciones, porque es un bello territorio que está enmarcado entre la Sierra Nevada y la Serranía del Perijá, que tiene su río Marquesote, que es testimonio de excepción de todas las generaciones que allí han vivido.

Por esto en el himno se refieren a todos esos lindos lugares, a las tradiciones, a como es su gente y a todo lo bueno que se vive allí.

Es un himno que tiene todo lo necesario, sin ser trascendental, sin excederse y más bien sencillo, pero con una letra muy significativa que llega al corazón de sus habitantes.

Tiene inmersa también la famosa frase que dicen los jagueros “pecho abierto pa el que nos visita”, que significa la amabilidad con que se recibe a todo el que pise estas tierras.

Festival de la Vela de Marquesote nació en una enramada En una enramada ubicada en una de las viviendas de La Jagua del Pilar, nació la idea de realizar lo que hoy es el Festival de la Vela de Marquesote.

Así lo reseña Jorge Luis Perpiñán Núñez, uno de los fundadores de este gran evento que se realiza cada año en el mes de diciembre.

Dice que era inspector de Policía en esa época y cuando iba llegando un día a la alcaldía, al frente en una casa en la famosa enramada, se sentó con unos amigos quienes estaban hablando del tema, porque en cada pueblo había un festival y en La Jagua no.

Pensaron inicialmente en hacer un concurso y efectivamente fue lo que se hizo, pero después pensaron en hacerlo en el marco de la fiesta de la Virgen del Pilar el 12 de octubre.

Conformaron una junta y se creó la Fundación Folclórica Vela de Marquesote, aunque inicialmente se habló del nombre “Donde Nacen las Canciones”, porque aquí en esta población nacieron grandes compositores de la música vallenata.

Sin embargo, se decidieron por el nombre del río que le provee de agua a todo el pueblo, por la gran importancia que tiene para sus habitantes y porque es un sitio turístico para los visitantes.

Fueron muchas las entidades que colaboraron para que este gran sueño de La Jagua del Pilar, fuera una realidad una de ellas fue el Fondo mixto de Cultura de La Guajira y así fue que se inició el Festival Vela de Marquesote.

Este evento tiene gran auge, llega mucha gente de afuera a gozarlo, personas que nacieron allí pero que viven en otras poblaciones, incluso en otros países.

Es una fiesta bonita, acogedora en un municipio que también recibe a todo el que llega, tanto que después de un tiempo parecen también jagueros.

Sus organizadores trabajan cada día para su crecimiento y para que siga la tradición por muchos años más.

La distancia y el tabaco Son muchas las cosas que han cambiado en la historia de los pueblos de La Guajira y en La Jagua del Pilar no es la excepción.

Según Lucas Salas, quien es nieto de la Vieja Sara y ha escuchado muchas historias de su padre y su abuelo, una de ellas es como antes las distancias en el pueblo se contabilizaban por tabaco fumado.

Es decir, no eran metros, ni kilómetros, sino que lo usual era que se dijera que cualquier sitio se encontraba, a uno o dos tabacos.

Por ejemplo, al corregimiento de El Plan se echaban dos tabacos si era a pie y si era en mula o caballo eran un tabaco que se fumaban recorriendo esa distancia.

En ese tiempo, dice, no existía el reloj ni mucho menos los celulares que ahora tienen hasta gps para localizar a las personas y los sitios a los que se va a ir.

También había diferencia entre tabaco y calilla, estas últimas eran más delgadas y por lo tanto se fumaban más cuando iban de una distancia a otra.

Era una época muy bonita, donde todo era más sencillo, más transparente, donde la tecnología no había llegado, pero en la que la gente se las ingeniaba para hacer sus cosas, afirma Lucas Salas.

La musa Matildelina Los amantes del vallenato siempre han admirado una pieza musical que se ha convertido en ícono de este género musical. Matildelina una composición del maestro Leandro Díaz, que ha permanecido en la mente y el corazón de quienes gozan con el vallenato.

Matildelina es una mujer, la musa del maestro, muchos no saben que aún vive y que nació en un pueblo bello de La Guajira que se llama La Jagua del Pilar.

Hasta allá llegamos, para conocer su historia, sus sentimientos y lo que ha significado esta canción en su vida.

La musa de Leandro nos cuenta que antes de comprometerse con su novio, le gustaban mucho las fiestas, a pesar que ya tenía cuatro hijos de una relación anterior, salía mucho.

Una vez en el municipio de Manaure, Cesar, cuando estaba en una casa de un amigo, después de una parranda, se topó con Leandro Díaz, quien también había dormido allí. “Nos levantamos y en la puerta de la cocina nos pusimos a echar cuento y a tomar tinto, nos reíamos y él escuchaba”, relató.

Poco después le dijeron que Leandro estaba enamorado de ella porque era una muchacha muy bonita. Ahí nació la canción, aunque en ese momento no supo, sino unos meses después en Villanueva, cuando fue a un bautizo y estaba cantando Leandro con el gran Toño Salas, y dijo “señores llegó la mujer a quien yo le hice esta canción, ya se las voy a cantar, se que va a sonreír”.

A Matildelina no le gustó, pero poco después la grabó Alfredo Gutiérrez y ahí sí le pareció hermosa. Eso hace como 40 años y aún se escucha en cada parranda vallenata que hay en toda la región e incluso en toda Colombia.

Matildelina se convirtió en toda una celebridad, tanto así que hace poco una foto de cuando era joven, fue subastada en Boyacá para recoger fondos para una fundación de niños ciegos. Ella la donó con su firma para ese propósito.

Debido a la canción que le compuso mucha gente le pregunta cuánto duró su relación o cuántos hijos tuvo con él, pero ella nos cuenta también que nunca tuvo

nada con Leandro Díaz, fue su enamorado pero ella afirma con gran coquetería que “yo no era presa fácil”. Además él estaba comprometido y ella también tenía novio.

Actualmente Matildelina, tiene nueve nietos y una bisnieta, a quienes adora con todo el alma.

Sin embargo, la bella creación de Leandro Díaz, no fue la única canción que le hicieron a Matildelina, también le compusieron otro tema titulado “Diosa divina”, por parte del maestro Hugo Araujo quien no la conocía, pero que se inspiró en todo lo que se escuchaba de ella.

Matildelina vive entre El Plan y Valledupar, pero afirma que quiere que entierren en ese corregimiento jaguero, porque fue allí donde nació y donde está casi toda su familia.

Allí tiene su jardín, le gusta sembrar las plantas, puede sentarse en la puerta, hablar con los vecinos, tener tranquilidad y seguridad. “Allá en el Valle me siento como presa, con las puertas cerradas, el calor me ahoga”, puntualizó.

La piqueria en el festival de La Jagua El Festival Vela de Marquesote de La Jagua del Pilar, ha ido creciendo año tras año, como resultado del trabajo de muchas personas que se han esmerado porque este sea un evento cultural y folclórico destacado.

Una de estas personas es Lucas Salas Baquero, nieto de la gran Vieja Sara, quien es socio fundador de la fundación que organiza el festival y actualmente es miembro de la junta directiva.

Su trabajo ha sido especialmente dedicado a que este evento vaya creciendo cada año, con la participación de grandes agrupaciones del vallenato y también de los talentos locales y de los municipios vecinos en los diferentes concursos que se organizan, como con canción inédita, piqueria y acordeón aficionado.

En el festival hay una trascendencia importante de la piqueria y es por la que se dio hace muchos años y que ha sido emblemática en el género vallenato, entre el viejo Migue, Moralito y Toño Salas, de la que se habla en el tema La Gota Fría.

La canción surgió de una controversia y rivalidad entre el máximo representante del vallenato en La Guajira y Lorenzo Morales que venía del Cesar ya que ambos sentía celos y competían por ser vistos como mejor acordeonero que el otro, pero además en composición y canto.

Debido a esto la piqueria es el concurso más destacado del festival y en el que se inscriben muchos exponentes de toda la región, quienes dan un lindo espectáculo que es apreciado por el numeroso público que asiste.

La ruta del foclor Debido a que el municipio de La Jagua del Pilar es cuna de grandes exponentes del folclor vallenato, compositores, músicos, cantantes y acordeoneros, fue escogida para que fuera una de las paradas en la denominada Ruta del Folclor.

Allí nacieron el viejo Emiliano Zuleta Baquero, Rafael Manjarrés, Juan Segundo Lago, también nación Matilde Lina, la musa de Leandro Díaz, es cuna de la dinastía Zuleta, los Salas, el viejo Toño Salas y sus hijos.

Todo esto fue importante para la escogencia de esta parada en este proyecto turístico que inicia en Valledupar y pasa también por Manaure en el Cesar, La Paz, Villanueva, Urumita, El Molino, San Juan entre otros.

El alcalde de La Jagua del Pilar José Amiro Morón destacó la importancia que esto tiene para la población, por el aporte al turismo que significaría, además del fortalecimiento cultural para toda la región.

La administración municipal también está haciendo su aporte con la construcción de un escenario moderno que servirá para eventos culturales y folclóricos y que llevará el nombre del gran compositor Rafael Manjarrés, por todo el aporte que ha hecho al folclor vallenato.

El mandatario afirmó que muy pronto se entregará a sus habitantes, para que puedan disfrutar de eventos recreativos, musicales y folclóricos.

Agregó que también se está fortaleciendo las escuelas de música Toño Salas y Emiliano Zuleta, en las cuales hay unos 50 niños y jóvenes que se están preparando para el futuro.

Todo esto enriquecerá la cultura y el vallenato en esta población del sur de La Guajira, afirmó el alcalde Morón.

La tradición de regalar leche en Semana Santa Las Semanas Santas en el municipio de La Jagua del Pilar, sur de La Guajira, son bien especiales por las tradiciones que se conservan aún después de muchos años.

Hay una en especial que es bien bonita y que se gozan tanto niños como adultos.

Se trata de regalar la leche que se produce en las parcelas o en las fincas que están en esta población.

Según relatan sus habitantes, los dueños del ganado lo sueltan, entonces los vecinos ordeñan las vacas y esa leche la utilizan para la elaboración de los tradicionales dulces que se regalan a amigos y vecinos.

Ahora la tradición ha cambiado un poco, cada jueves y viernes santos los niños y jóvenes van a hasta las fincas y allí les regalan la leche. Antes era toda la semana, ahora son solo esos dos días.

El regalo se hace en la madrugada, de modo que en las horas de la mañana se elaboran los dulces y luego en la tarde se reparten los dulces de toda clase.

Por este motivo, La Jagua del Pilar, es considerado como un municipio muy especial, todo un paraíso para sus habitantes.

Una población llena de tradiciones, de bonitas costumbres y de mucha solidaridad entre sus pobladores.

Los mejores bollos de La Guajira Germán Romero Balcázar, conocido como “Chito Bollo” se llama el protagonista de esta historia sobre los mejores bollos de mazorca que hay en La Guajira.

Son tan deliciosos que los vienen a buscar de otros municipios y hasta de otros departamentos de la costa Caribe colombiana.

El Señor Germán comenzó vendiendo en una bicicleta mazorcas y unos bollos a los profesores y a algunas personas en La Jagua del Pilar, pero la noticia se fue extendiendo y muchas más personas le pedían bollos.

Por este motivo tuvo que buscar otras personas para que le repartieran mientras él los elaboraba.

Le tocó comprar más implementos y hasta un molino eléctrico, porque el manual ya no le daba basto para tanto bollo que le pedían.

Al principio vendía un balde, luego dos, después tres y así fue aumentando el negocio, hasta el día de hoy cuando vende entre 300 y 400 bollos diarios y si le piden para algún evento, la venta llega a 700 u 800 bollos.

En la actualidad tiene varios ayudantes, uno pela la mazorca, otro la pica, hay quien la echa al molino, otro la cocina, otro la prepara y alguien arma los bollos que después se cocinan.

A veces le piden especiales, con queso adentro o bocadillo, también vende mazamorra, arepitas y la mazorca cocida.

Lo que empezó como un negocio familiar, es ahora una microempresa que genera empleo y que vende los mejores bollos de La Guajira.

Un festival en crecimiento Para Rosa Hinojosa, la actual directora de cultura del municipio La Jagua del Pilar, en La Guajira, es un orgullo haber sido una de las fundadoras del Festival Vela de Marquesote que se realiza todos los años en esta población del sur de este departamento.

Desde entonces ha sido miembro activo, pasado por diferentes cargos, como secretaria, directora, entre otros, pero siempre siendo un gran apoyo para toda la organización de los eventos que se realizan alrededor del festival.

Este evento cultural, es la oportunidad que tienen los jagueros para mostrar el talento que tienen, su idiosincrasia, los valores musicales y sobre todo la amabilidad que los caracteriza.

El festival ha ido creciendo año tras año, ya que inició como solo un concurso de voces que se idearon varios amigos.

Ahora ya es uno de los más importantes que se lleva a cabo en el departamento de La Guajira, al que asisten personas de muchos municipios vecinos y de otros departamentos, como el Cesar.

Rosa dice que esto se debe a que es un evento que se maneja con transparencia, credibilidad e idoneidad, lo cual se evidencia en el desarrollo del mismo.

También es motivo de orgullo para ella, el hecho de que vengan muchas personalidades que se llevan una buena impresión de los habitantes de La Jagua del Pilar, las cuales se caracterizan por ser sencillas, humildes y emprendedores.