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Lunes 24.12.18 EL CORREO
CIUDADANOS
Las enfermedades del cerebro devoran FERMÍN APEZTEGUIA fapezteguia@elcorreo.com
Euskadi con el 22,6% figura con Cantabria y Navarra entre las autonomías con más muertes por ictus, alzhéimer y párkinson BILBAO. La epidemia de enfermedades del cerebro anunciada hace unos años ya está aquí. Un 22,6% de los vascos muere por dolencias neurológicas, fundamentalmente a causa del alzhéimer, el párkinson y el ictus, según pone de manifiesto un nuevo informe de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Dos datos destacan en ese trabajo por lo preocupantes que resultan. Euskadi figura con Cantabria (1) y Navarra (3) entre las tres autonomías donde más vidas se pierden a causa de la patología cerebral, que en el conjunto de España genera el 19% de la mortalidad. Es el precio del envejecimiento social. El sistema nervioso de las mujeres, sometido a mayor presión, falla además muchísimo más que el de los hombres. La proporción es de 17,7 frente a 27,8. Las tres autonomías más afectadas son también las que disfrutan de mayor esperanza de vida, según destaca la neuróloga del hospital de Cruces Mar Mendibe, miembro de la junta directiva de la SEN. La longevidad ganada en los últimos años –86 años para las mujeres, la mayor del mundo, y 80 para los hombres– no ha crecido, por lo visto, en paralelo a la calidad de vida. Ellos fallecen antes, pero ellas viven más a costa de hacerlo en peores condiciones.
Otra vez el tabaco «El estilo de vida de las mujeres ha cambiado de forma drástica en los últimos 30 años», argumenta Mendibe. «Antes no fumaban y hacían bastante más ejercicio. Como consecuencia, se han incrementado en la mujer la hipercolesterolemia, la diabetes y la obesidad». No es la única razón. «Además –añade– no sólo suelen cuidar de toda la familia, sino que son las últimas en acudir al hospital. Antes de ir a Urgencias, intentan dejárselo a la familia todo organizado; y cuando llegan ya es tarde». En la última década, el tratamiento y los servicios de atención al ictus han mejorado de tal manera que la mortalidad se ha rebajado del 33% al 10%. En alzhéimer y párkinson, las perspectivas no son tan halagüeñas. Ante esta perspectiva, vida sana y ejercicio se presentan como la mejor terapia preventiva. «El tabaco favorece que la enfermedad evolucione de manera más rápida y grave», advierte la especialista vasca. Otra razón más para dejar de fumar.
Rafael Hormaetxea era «un hombre muy jovial», le recuerda su esposa y cuidadora, Marian Basabe. :: PEDRO URRESTI
«Le di tanto de mí que mi vida se convirtió en una reclusión» Mari Carmen García Irazola Su esposo falleció de párkinson hace tres meses BILBAO. Es imposible hablar sin emocionarse de un amor que se ha prolongado 47 años. Más aún cuando el hombre que lo disfrutó se ha ido hace apenas tres meses, después de una lucha sin cuartel contra una enfermedad neurodegenerativa que se ha prolongado durante casi dos décadas. «A veces sientes hasta rabia porque al final de la vida lleguen males como el párkinson, que no te permiten disfrutar de nada. Esa es mi auténtica tristeza». Mari Carmen García Irazola, 77 años, llora aún en Portugalete la
marcha de Luis Tamayo Palacios (81), a quien ha dedicado su vida entera, especialmente desde el año 2000. «Mi hija Arrate, que es enfermera, me decía ‘Ama, no seas egoísta, déjale que se vaya’. Pero yo lo era, ¡cómo no iba a serlo! Los últimos días supliqué. ‘¡Por favor, por favor, que se quede, que entre todos le cuidaremos’ Ya sé que no tenía sentido, pero...» Al principio, según cuenta, la enfermedad fue fácil, porque la discapacidad era limitada y su esposo se desenvolvía bien. Poco a poco, fue
deteriorándose y pasando por las diferentes etapas de la dolencia. Movimientos lentos, pérdida del equilibrio, temblores, rigidez... «Lo que tiene esta enfermedad es que puedes ir desgastándote al máximo, que las facultades mentales se mantienen. Era perfectamente consciente de su paulatino deterioro, pero siempre quiso vivir, fue feliz hasta el final; y yo con él», recuerda la esposa. Luis era un tipo muy querido en Portugalete. Por eso, durante su enfermedad, la casa de los Tamayo García siempre parecía la plaza del mercado por el constante ir y venir de
«Leerle EL CORREO todos los días se convirtió en algo muy íntimo a nivel afectivo, algo muy nuestro»
amigos, familiares y conocidos, que nunca han dejado sola a la familia. Una de las visitas obligadas, de las que recibía todos los días, era la de Rufino. Eran amigos «desde que nacieron en el barrio de La Iberia», en Sestao, y nunca falló a su partida diaria de ajedrez. De su compromiso de lucha por la vida, también habla el interés que siempre mantuvo por estar informado a través de su periódico. «Me gustaría contarle algo y que lo pusiera. EL CORREO ha sido parte de nuestra vida desde que le conocí. Cuando enfermó, se lo leía todos los días antes de que llegaran sus amigos a casa, le leía los titulares y los textos de las noticias que le interesaban más. Ese momento se convirtió en algo muy íntimo para los dos a nivel afectivo, un acto muy nuestro». Durante estos 18 años de enfermedad, Mari Carmen se ha dedicado en cuerpo y alma a su esposo. Has-
La enfermedad de Estrella Domínguez llevó a su hija María Ángeles a ser la voz de los pacientes de España. :: JORDI ALEMANY