…Y empezó nuestro sueño Cuando en 1959 Ramón Pinto conoció por medio del IFA la política gubernamental de fomento a las oleaginosas, decidió dedicar las tierras que había comprado cerca al Cruce, al cultivo de la palma. Así se creó Palmas Oleaginosas Hipinto, o Hipilandia. Sus dueños iniciales fueron el IFA, Gaseosas Hipinto –negocio de la familia-, Ramón Pinto, y sus cuñados Bernabé Pineda y Ernesto Serrano. El primer gerente de Hipilandia sería Álvaro Vesga, quien durante los dos primeros años se dedicó a sembrar 200 hectáreas con palma africana. En 1964 construyen una planta extractora manual que producía una tonelada cada 24 horas. La gerencia posteriormente la asumiría Ramón Pinto. En 1970 Hipilandia tendría aproximadamente 600 hectáreas del cultivo. Por su parte, Moris Gutt, nacido en el seno de una familia judía en Kiev, Ucrania, había llegado casi niño a trabajar con un tío suyo a Colombia. Pasados los años, y después de montar Grasco S.A. en Barranquilla, este empresario quiso tener un cultivo que garantizara a su fábrica el suministro de la materia prima que necesitaba. Sin embargo, no fue a lo único que se dedicó. El conglomerado familiar Gutt – Haime se dedica principalmente al sector de la fabricación de grasas, aceites comestibles y productos derivados, como jabones y alimentos concentrados para animales, e invertirían no sólo en el cultivo de la palma, sino también en embases y empaques, y en la comercialización de los productos, tanto a nivel nacional como internacional. También incursionaron en el sector de la construcción, en el inmobiliario y en el metalmecánico, según nos cuenta Jorge Alberto Jurado Murillo en su investigación. Pero concentrémonos en la industria de la palma y retomemos el hilo de nuestra historia. Un francés relacionado con el instituto francés de investigaciones de plantas oleaginosas IRHO y conocedor de cultivos tropicales, después de estudiar la región de lo que hoy es San Alberto, le recomendó a Moris Gutt esta zona para iniciar la plantación de la famosa palma africana.
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Aparte de asociarse con IRHO para que diera asistencia técnica y suministrara las semillas, Moris Gutt también lo haría con Grasco (su propia fábrica!), Bavaria y la Nacional de Segu-