Santuario y Ermitas de Chircales El Cristo de Chircales La principal devoción religiosa de Valdepeñas de Jaén y su comarca. Es una pintura al óleo, de autor anónimo,de estilo manierista, de 194×144 cms. que representa un C a l v a r i o. L a p r i m e r a referencia documental a su existencia data de 1606. El origen del Santuario y las Ermitas de Chircales se remonta a la Edad Media. En 1566 un vecino de Valdepeñas, Juan Ruiz Castellano, lega tierras para la construcción de un recogimiento de ermitaños “junto a unos villares de piedra de edificios viejos”. Esa dotación dará origen a una fundación religiosa acogida a la influencia de la espiritualidad difundida por San Juan de Ávila y sus discípulos formados en la Universidad de Baeza. Desde entonces la devoción al Cristo de Chircales irá en aumento, y tras las desamortizaciones del siglo XIX, surgirán diversas Cofradías, perviviendo en la actualidad dos, la de Jaén y la de Valdepeñas de Jaén.
Molino-Museo Alto de Santa Ana Molino hidráulico de harina que comenzó a funcionar en 1540, aunque tiene origen medieval. Desde el siglo XVI quedó vinculado al Mayorazgo de los Arceo, que tenían el privilegio del uso de los molinos, a cambio del pago de una renta anual al Concejo. Restaurado al completo en 2001, y en funcionamiento, alberga un museo etnográfico y de tradiciones y costumbres populares. Acoge actividades culturales, artísticas gastronómicas, etc.
¿Qué se recuerda en las Fiestas Realengas? La ciudad de Valdepeñas de Jaén fue fundada en 1539, como una nueva población dentro del proyecto de colonización y repoblación de las sierras del término de la Ciudad de Jaén, emprendido en 1508, tras la normalización y definitiva integración del reino de Granada en 1492. Hacia 1550 la población estaba constituida plenamente, aunque como lugar dependiente de la jurisdicción de Jaén.
Guía Breve del Patrimonio de
Valdepeñas de Jaén
La pujanza e incipiente actividad económica y social del lugar de Valdepeñas originó la petición hecha al rey Felipe II, por parte del Cabildo municipal, de la concesión de jurisdicción propia como Villa en 1558. Privilegio que no fue aceptado por la ciudad de Jaén, y que originó un largo pleito. La independencia fue confirmada en 1576. Archivo Histórico Municipal En el Archivo destacan dos Reales Ejecutorias del reinado de Felipe II, una de 1558 y otra de 1576. Ambas sobre pergamino iluminado de estilo manierista. Tesoros del Patrimonio valdepeñero.
Asociación Cultural ‘Lugia’ Fundada en 1984
www.lugia.es asociacionlugia@gmail.com
Rejas
Hornacina de la Calle Vera Cruz
Ermita de San Sebastián
Ermita del Parrizoso
Palacio Episcopal
Casa de la Compañía de Jesús
Aún per viven entre los elementos de arquitectura tradicional, fundamentalmente en casas y cortijos, destacadas rejas en hierro forjado en ventanas y balcones. Elementos singulares y casi desaparecidos de nuestro pasado.
Dedicada a la Santa Cruz. Último resto del desaparecido Via Crucis que unía la Ermita del Humilladero con la del Calvario, del que sobrevive también el nombre de la Calle de las Cruces.
En el Ejido de la Villa. De origen en el siglo XVII, fue reconstruida por el obispo Fray Diego Melo de Portugal en 1807, con un cementerio anexo. De planta de cruz latina, fue diseñada por los arquitectos López y Landeras.
Ubicada en el paraje del Parrizoso. Fundada en 1721 por D. José Antonio de Aguilera, hidalgo y poseedor del Mayorazgo de los Arceo. Dedicada a la Virgen de las Angustias, por tradición devocional granadina.
Desaparecida residencia de verano de los obispos de Jaén desde 1655. Intervino en su constr ucción el arquitecto Eufrasio López de Rojas. Ocupaba una amplia manzana entre las calles Real, Tercia, Obispo y Parras.
C a l l e O b i s p o / V i l ch e s. Donada a los jesuitas del Colegio de San Eufrasio de Jaén en 1668, por Don Bernardo de Ortega y Gámez. Conserva una interesante bodega vitivinícola.
Urbanismo Singular
Uno de los elementos más singulares del Patrimonio de Valdepeñas de Jaén es su urbanismo. Las calles de la localidad fueron diseñadas y trazadas por el arquitecto y escultor renacentista Juan de Reolid. En 1602 la población constaba de veintidós calles, de dimensiones regulares, y en forma de damero. Característica que se ha mantenido hasta la actualidad. Portada de la Calle Ánimas Del siglo XVII. Una de las portadas de mayor valor arquitectónico de la localidad. Construida en la característica piedra roja tan empleada en solerías, zócalos o tranquillos, procedente de El Papel.
Casas de la Calle Real Principal calle de la localidad, desde la fundación. Albergó las residencias de las principales familias hidalgas, como los García de Quesada o González de Medina. Perviven escudos heráldicos e interesantes portadas.
Iglesia Parroquial de Santiago Proyectada por el arquitecto Juan de Reolid, no llegó a completarse y ampliarse hasta finales del siglo XVI, gracias a la intervención de diversos canteros-arquitectos entre los que sobresale Cristóbal del Castillo. Consta de una planta de salón de tres naves, con una capilla mayor en la cabecera. Sobresalen en los lados de la cabecera dos capillas con camarines del siglo XVIII. En 1597 se terminó el retablo de la capilla mayor, obra de Sebastián de Solís, desaparecido en la Guerra Civil. Tras el conflicto fue sustituido en 1962 por uno obra de Julio Pajares, con pinturas de Francisco Cerezo. Entre el patrimonio mueble sobresalen el Archivo Parroquial, la colección de platería, una talla de San José (s. XVIII, obra de Francisco Calvo Bustamante), y la de la Inmaculada Concepción (s.XIX-XX, de Pío Mollar Franch).
Puente de Santa Ana (s. XV-XVI) De probable origen medieval, también llamado de la Dehesa o del Hundidero, es uno de los hitos singulares del Patrimonio de Valdepeñas de Jaén. Construido en sillares de piedra toba, procedentes de canteras locales, es un puente de un solo arco, bajo el que cruzan las aguas del río Ranera, afluente del Susana-Víboras. Por él transcurre el camino medieval que une Jaén con Alcalá la Real, y comunica la población con el Santuario de Chircales. La primera referencia documental al Puente aparece en las Cuentas Capitulares de 1580, tras su reparación por daños sufridos por temporales y avenidas del río. En 1751 fue de nuevo reparado, conservándose hasta la actualidad.