Diálogo y empatía
CAMBIO CULTURAL 2
Crear espacios de encuentro para derribar prejuicios y aprender a ponerse en el lugar del otro El diálogo es un componente esencial del ejercicio de los Derechos Humanos. Sólo a través del diálogo franco y respetuoso es posible crear ambientes donde cada persona sea respetada en su integridad e individualidad. Los prejuicios, construidos culturalmente y reproducidos a través de la educación y los medios de comunicación, son una barrera que provoca distanciamiento y violencia. Los emprendedores apuestan a crear nuevas narrativas a partir de lo grupal, escuchando y debatiendo sobre las distintas perspectivas para sentir e interpretar la realidad, e incidir en ella. Los emprendedores promueven espacios donde no hay una única visión de la realidad con la que todos deberían coincidir; por el contrario, la visión es construida a partir de las perspectivas de todas las personas. Los emprendedores ubican a la habilidad de la empatía en el centro del diálogo y la convivencia.
A través del diálogo –debates en escuelas y en las comunidades, concursos y documentales– las personas toman contacto con ideas y perspectivas del mundo diferentes de las propias, y de este modo se promueve la inclusión. Cada persona tiene algo único para aportarle a la sociedad, y para que ello suceda se requiere de sistemas que reconozcan a todos los individuos y grupos y que los incluyan: la escuela, los sistemas de salud, el trabajo, la vida política y cultural. Los emprendedores también crean oportunidades de diálogo, ofreciendo información nueva y relevante sobre los temas que los ocupan, propiciando espacios de debate con distintos interlocutores y utilizando herramientas como la consulta pública. Los emprendedores generan condiciones propicias para el diálogo entre públicos que suelen excluirse entre sí de manera sistemática.
Derechos Humanos en Latinoamérica: Impulsando la transformación
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