Antología grupo 1 Usac Fid

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Travesías inesperadas

ANTOLOGÍA

Grupo No.1

Universidad de San Carlos de Guatemala

Facultad de Humanidades

Profesorado de Educación Primaria Intercultural

Plan Diario/Matutina

Docente del Curso: Licda. Marylinda Ruiz Valenzuela

EFS60 - Educación Física y Salud

Ciclo 3

ANTOLOGÍA GRUPO NO.1
Cynthia Betzabé Cruz Hernández - 202208100 Jimena Monserrat Morales Bámaca -202212389 Claudia Gabriela Juárez Bernardo.-202212519
Coordinadora:
ÍNDICE 1. Introducción............................1 2. Rondas.....................................2 3. Cuentos.....................................7 4. Fábulas.....................................12 5. Poemas.....................................17 6. Adivinanzas.............................. 22 7. Trabalenguas........................... 24 8. Retahílas ...................................26 9. Rimas......................................... 28 10. Chistes...................................... 30 .

iNTRODUCCIÓN

En esta antología se podrá encontrar una breve recopilación de rondas infantiles, cuentos, fabulas, poemas, adivinanzas, trabalenguas, retahílas, rimas y chistes dirigidos para niños, que los transportarán a nuevos mundos mágicos llenos de aventuras.

Esta diseñada para acompañar a los niños en momentos de lectura solitaria o para compartir en familia.

1

Rondas Infantiles

Que llueva, que llueva

Que llueva, que llueva. La virgen de la cueva. Que llueva, que llueva. La virgen de la cueva. Los pajaritos cantan, la luna se levanta.

Que llueva, que llueva. La virgen de la cueva. Que llueva, que llueva. La virgen de la cueva. Los pajaritos cantan, la luna se levanta.

2

Arroz con leche

Arroz con Leche me quiero casar, con una señorita de la capital, Que sepa coser, que sepa bordar, que sepa abrir la puerta para ir a jugar. Yo soy la viudita del barrio del rey, me quiero casar, y no sé con quién. ¡Con ésta sí! ¡con ésta no!, con esta señorita me caso yo.

3

El patio de mi casa es particular se moja y se seca como los demás.

Agáchense y vuélvanse a agachar las niñas bonitas se saben agachar.

Chocolate, molinillo, chocolate, molinillo, estirar, estirar que la reina va a pasar.

Dicen que soy, que soy una cojita y si lo soy, lo soy de mentiritas, desde chiquita me quedé, me quedé padeciendo de este pie padeciendo de este pie.

El patio de mi casa es particular se moja y se seca como los demás.

Agáchense y vuélvanse a agachar las niñas bonitas se saben agachar.

Chocolate, molinillo, chocolate, molinillo, estirar, estirar que la reina va a pasar.

Dicen que soy, que soy una cojita y si lo soy, lo soy de mentiritas, desde chiquita me quedé, me quedé padeciendo de este pie padeciendo de este pie.

El patio de mi casa es particular se moja y se seca como los demás.

El 4

Caminito de la escuela

Caminito de la escuela apurándose a llegar, con sus libros bajo el brazo, va todo el reino animal.

El ratón con espejuelos, de cuaderno el pavo real, y en la boca lleva el perro, una goma de borrar.

Cinco gatitos, Muy bien bañados, alzando los pies, van para el kínder entusiasmados de ir por primera vez.

Caminito de la escuela, pataleando hasta el final, la tortuga va que vuela, procurando ser puntual.

Caminito de la escuela, porque quieren aprender, van todos los animales, encantados de volver.

El camello con mochila, la jirafa con su chal, y un pequeño elefantito da la mano a su mamá.

No falta el león, monos también y hasta un tiburón, porque en los libros siempre se aprende cómo vivir mejor.

La tortuga por escrito ha pedido a Santa Clos sus dos pares de patines para poder ir veloz... para poder ir veloz..

5

A la vibora de la mar

A la víbora, víbora de la mar, de la mar

Por aquí pueden pasar

Los de adelante corren mucho

Y los de atrás se quedarán, tras, tras, tras

Una mexicana que fruta vendía

Ciruela, chabacano, melón y sandía

Una mexicana que fruta vendía

Ciruela, chabacano, melón y sandía

Verbena, verbena, jardín de matatena

Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva

Campanita de oro, déjame pasar

Con todos mis hijos, menos

el de atrás, tras, tras, tras, tras

Será melón, será sandía

A la víbora, víbora de la mar, de la mar

Por aquí pueden pasar

Los de adelante corren mucho

Y los de atrás se quedarán, tras, tras, tras

Una mexicana que fruta vendía

Ciruela, chabacano, melón y sandía

Una mexicana que fruta vendía

Ciruela, chabacano, melón y sandía

Verbena, verbena, jardín de matatena

Que llueva, que llueva, la virgen de la cueva

Campanita de oro, déjame pasar

Con todos mis hijos, menos el de atrás, tras, tras, tras, tras

Será melón, será sandía

Será la vieja del otro día, día, día, día

Será la vieja del otro día, día, día, día 6

Cuentos

El pastorcito mentiroso

Había una vez un pastorcito que cuidaba su rebaño en la cima de la colina. Él se encontraba muy aburrido y para divertirse se le ocurrió hacerles una broma a los aldeanos. Luego de respirar profundo, el pastorcito gritó:

—¡Lobo, lobo! Hay un lobo que persigue las ovejas.

Los aldeanos llegaron corriendo para ayudar al pastorcito y ahuyentar al lobo. Pero al llegar a la cima de la colina no encontraron ningún lobo. El pastorcito se echó a reír al ver sus rostros enojados.

—No grites lobo, cuando no hay ningún lobo —dijeron los aldeanos y se fueron enojados colina abajo. Luego de unas pocas horas, el pastorcito gritó nuevamente:

¡Lobo, lobo! El lobo está persiguiendo las ovejas.

Los aldeanos corrieron nuevamente a auxiliarlo, pero al ver que no había ningún lobo le dijeron al pastorcito con severidad:

No grites lobo cuando no hay ningún lobo, hazlo cuando en realidad un lobo esté persiguiendo las ovejas.

Pero el pastorcito seguía revolcándose de la risa mientras veía a los aldeanos bajar la colina una vez más.

Más tarde, el pastorcito vio a un lobo cerca de su rebaño. Asustado, gritó tan fuerte como pudo:

¡Lobo, lobo! El lobo persigue las ovejas.

Pero los aldeanos pensaron que él estaba tratando de engañarlos de nuevo, y esta vez no acudieron en su ayuda. El pastorcito lloró inconsolablemente mientras veía al lobo huir con todas sus ovejas.

Al atardecer, el pastorcito regresó a la aldea y les dijo a todos:

El lobo apareció en la colina y ha escapado con todas mis ovejas. ¿Por qué no quisieron ayudarme?

Entonces los aldeanos respondieron:

—Te hubiéramos ayudado, así como lo hicimos antes; pero nadie cree en un mentiroso incluso cuando dice la verdad.

7

La liebre y la tortuga

Había una vez una liebre muy vanidosa que se pasaba todo el día presumiendo de lo rápido que podía correr.

Cansada de siempre escuchar sus alardes, la tortuga la retó a competir en una carrera.

—Qué chistosa que eres tortuga, debes estar bromeando—dijo la liebre mientras se reía a carcajadas.

—Ya veremos liebre, guarda tus palabras hasta después de la carrera— respondió la tortuga.

Al día siguiente, los animales del bosque se reunieron para presenciar la carrera. Todos querían ver si la tortuga en realidad podía vencer a la liebre.

El oso comenzó la carrera gritando:

¡En sus marcas, listos, ya!

La liebre se adelantó inmediatamente, corrió y corrió más rápido que nunca. Luego, miró hacia atrás y vio que la tortuga se encontraba a unos pocos pasos de la línea de inicio.

Tortuga lenta e ingenua pensó la liebre . ¿Por qué habrá querido competir, si no tiene ninguna oportunidad de ganar?

Confiada en que iba a ganar la carrera, la liebre decidió parar en medio del camino para descansar debajo de un árbol.

La fresca y agradable sombra del árbol era muy relajante, tanto así que la liebre se quedó dormida.

Mientras tanto, la tortuga siguió caminando lento, pero sin pausa. Estaba decidida a no darse por vencida. Pronto, se encontró con la liebre durmiendo plácidamente. ¡La tortuga estaba ganando la carrera!

Cuando la tortuga se acercó a la meta, todos los animales del bosque comenzaron a gritar de emoción. Los gritos despertaron a la liebre, que no podía dar crédito a sus ojos: la tortuga estaba cruzando la meta y ella había perdido la carrera.

8

El patito feo

En la granja había un gran alboroto: los polluelos de Mamá Pata estaban rompiendo el cascarón. Uno a uno, comenzaron a salir. Mamá Pata estaba tan emocionada con sus adorables patitos que no notó que uno de sus huevos, el más grande de todos, permanecía intacto. A las pocas horas, el último huevo comenzó a romperse. Mamá Pata, todos los polluelos y los animales de la granja, se encontraban a la expectativa de conocer al pequeño que tardaba en nacer. De repente, del cascarón salió un patito muy alegre. Cuando todos lo vieron se quedaron sorprendidos, este patito no era pequeño ni amarillo y tampoco estaba cubierto de suaves plumas. Este patito era grande, gris y en vez del esperado graznido, cada vez que hablaba sonaba como una corneta vieja. Aunque nadie dijo nada, todos pensaron lo mismo: “Este patito es demasiado feo”. Pasaron los días y todos los animales de la granja se burlaban de él. El patito feo se sintió muy triste y una noche escapó de la granja para buscar un nuevo hogar.

El patito feo recorrió la profundidad del bosque y cuando estaba a punto de darse por vencido, encontró el hogar de una humilde anciana que vivía con una gata y una gallina. El patito se quedó con ellos durante un tiempo, pero como no estaba contento, pronto se fue. Al llegar el invierno, el pobre patito feo casi se congela. Afortunadamente, un campesino lo llevó a su casa a vivir con su esposa e hijos. Pero el patito estaba aterrado de los niños, quienes gritaban y brincaban todo el tiempo y nuevamente escapó, pasando el invierno en un estanque pantanoso. Finalmente, llegó la primavera. El patito feo vio a una familia de cisnes nadando en el estanque y quiso acercárseles. Pero recordó cómo todos se burlaban de él y agachó la cabeza avergonzado. Cuando miró su reflejo en el agua se quedó asombrado. Él no era un patito feo, sino un apuesto y joven cisne. Ahora sabía por qué se veía tan diferente a sus hermanos y hermanas. ¡Ellos eran patitos, pero él era un cisne! Feliz, nadó hacia su familia.

9

El león y la zorra

Un viejo león tenía los dientes y garras tan gastados que ya no le resultaba fácil conseguir alimentos. Sin más que hacer, fingió estar enfermo. Luego, se encargó de avisar a todos los animales vecinos acerca de su pobre estado de salud y se acostó en su cueva a esperar sus visitas. Cuando los animales se presentaban a ofrecerle su simpatía, él los devoraba de un solo bocado.

La zorra también acudió a visitarlo, pero ella era muy astuta. Estando a una distancia segura de la cueva, le preguntó cortésmente al león cómo se encontraba de salud. El león respondió que estaba muy enfermo y le pidió que entrara por un momento. Pero la zorra se quedó afuera, agradeciendo al león por la amable invitación:

Me encantaría poder hacer lo que me pides dijo la zorra, pero veo que hay muchas huellas de los que entran a tu cueva y ninguna de los que salen. Por favor, dime, ¿cómo encuentran tus visitantes la salida?

El león no dijo nada, pero la astuta zorra tampoco se quedó a esperar la respuesta y así evitó ser devorada.

10

El perro y su reflejo

Un perro muy hambriento caminaba de aquí para allá buscando algo para comer, hasta que un carnicero le tiró un hueso. Llevando el hueso en el hocico, tuvo que cruzar un río. Al mirar su reflejo en el agua creyó ver a otro perro con un hueso más grande que el suyo, así que intentó arrebatárselo de un solo mordisco. Pero cuando abrió el hocico, el hueso que llevaba cayó al río y se lo llevó la corriente. Muy triste quedó aquel perro al darse cuenta de que había soltado algo que era real por perseguir lo que solo era un reflejo.

11

Fábulas

El lobo con piel de oveja

Érase una vez un lobo muy oportunista que encontró una piel de oveja abandonada en el campo:

“Con esta piel podré disfrazarme de oveja, caminar entre ellas y hacerlas presa fácil. ¡Qué gran banquete me voy a dar!”, pensó el malvado.

De esta manera, se colocó la piel sobre el lomo y acto seguido se dirigió hacia el rebaño.

Ninguna de las ovejas notó su presencia. Todas seguían pastando y disfrutando del día. ¡Su plan funcionaba a la perfección!

El pastor tampoco advirtió su presencia y llegado el atardecer llevó el rebaño al corral. El lobo se lamía y relamía pensando en su fabulosa cena.

Pero antes de cerrar la puerta, el pastor, sin saber de quién se trataba, apartó al lobo del rebaño para cortarle la lana. ¡Menuda sorpresa se llevó cuando con el primer halón, la piel de oveja cayó al suelo y dejó al lobo al descubierto!

Furioso, el pastor echó al lobo a palos y este nunca volvió a acercarse a sus ovejas.

Moraleja: Los engaños nunca te harán exitoso.

12

La mosca y la polilla

Una noche cualquiera, una mosca se posó sobre un frasco rebosante de miel y comenzó a comerla alrededor del borde. Poco a poco, se alejó del borde y entró desprevenida en el frasco, hasta quedar atrapada en el fondo. Sus patas y alas se habían pegado con la miel y no podía moverse.

Justo en ese momento, una polilla pasó volando y, al ver la mosca forcejear para liberarse, dijo:

¡Oh, mosca insensata! ¿Era tanto tu apetito terminaste así? Si no fueras tan glotona estarías en mejores condiciones. La pobre mosca no tenía cómo defenderse las certeras palabras de la polilla y sigui luchando. Al cabo de unas horas, vio a la Po volando alrededor de una fogata, atraída p las llamas; la polilla volaba cada vez más ce de estas, hasta que se quemó las alas y n pudo volver a volar.

¿Qué? dijo la mosca. ¿Eres insensata tamb

Me criticaste por comer miel; sin embargo, toda tu sabiduría no te impidió jugar con fuego.

Moraleja: Piensa en tus propios errores antes de criticar a los demás.

13

Tio tigre y tio conejo

Una calurosa mañana, se encontraba Tío

Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo. De repente, escuchó un rugido aterrador: ¡era Tío Tigre!

—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un delicioso bocadillo. En ese instante, Tío Conejo notó unas piedras muy grandes en lo alto de la colina e ideó un plan.

Puede que yo sea un delicioso bocadillo, pero estoy muy flaquito dijo Tío Conejo. Mira hacia la cima de la colina, ahí tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por qué conformarte con un pequeño bocadillo, cuando puedes darte un gran banquete?

Como Tío Tigre se encontraba de cara al sol, no podía ver con claridad y aceptó la propuesta. Entonces le permitió a Tío Conejo ir colina arriba mientras él esperaba abajo. Al llegar a la cima de la colina, Tío Conejo

gritó:

Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy arreando la vaca más gordita.

Entonces, Tío Conejo se acercó a la piedra más grande y la empujó con todas sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.

Tío Tigre estaba tan emocionado que no vio la enorme piedra que lo aplastó, dejándolo adolorido por meses.

Tío Conejo huyó saltando de alegría. Moraleja: Más vale ser astuto que fuerte.

14

La cigarra y la hormiga

Durante todo un verano, una cigarra se dedicó a cantar y a jugar sin preocuparse por nada. Un día, vio pasar a una hormiga con un enorme grano de trigo para almacenarlo en su hormiguero.

La cigarra, no contenta con cantar y jugar, decidió burlarse de la hormiga y le dijo:

¡Qué aburrida eres!, deja de trabajar y dedícate a disfrutar.

La hormiga, que siempre veía a la cigarra descansando, respondió:

Estoy guardando provisiones para cuando llegue el invierno, te aconsejo que hagas lo mismo.

Pues yo no voy a preocuparme por nada dijo la cigarra—, por ahora tengo todo lo que necesito. Y continuó cantando y jugando.

El invierno no tardó en llegar y la cigarra no encontraba comida por ningún lado. Desesperada, fue a tocar la puerta de la hormiga y le pidió algo de comer:

—¿Qué hiciste tú en el verano mientras yo trabajaba? —preguntó la hormiga.

—Andaba cantando y jugando —contestó la cigarra.

—Pues si cantabas y jugabas en verano —repuso la hormiga—, sigue cantando y jugando en el invierno.

Dicho esto, cerró la puerta.

La cigarra aprendió a no burlarse de los demás y a trabajar con disciplina.

Moraleja: Para disfrutar, primero tienes que trabajar.

15

El gallo y la joya

En la granja, un gallo muy hambriento escarbaba la tierra buscando algo de comer para él y las gallinas con las que compartía su gallinero, cuando descubrió un diamante que la esposa del granjero había perdido.

¡Qué desilusión! dijo el gallo . Sin duda eres una prenda muy costosa y quien te perdió daría mucho por encontrarte. Pero yo prefiero un solo grano de maíz o de trigo antes que todas las joyas del mundo.

Moraleja: Aquello que no es útil no tiene valor.

16

poemas

Promesa a las estrellas

Ojitos de las estrellas abiertos en un oscuro terciopelo: de lo alto, ¿me veis puro?

Ojitos de las estrellas, prendidos en el sereno cielo, decid: desde arriba, ¿me veis bueno?

Ojitos de las estrellas, de pestañitas inquietas, ¿por qué sois azules, rojos y violetas?

Ojitos de la pupila curiosa y trasnochadora, ¿por qué os borra con sus rosas la aurora?

Ojitos, salpicaduras de lágrimas o rocío, cuando tembláis allá arriba, ¿es de frío?

Ojitos de las estrellas, fijo en una y otra os juro que me habéis de mirar siempre, siempre puro.

Poema escrito por Gabriela Mistral 17

El congreso de los ratones

Juntáronse los ratones para librarse del gato; y después de largo rato de disputas y opiniones, dijeron que acertarían en ponerle un cascabel, que andando el gato con él, librarse mejor podrían.

Salió un ratón barbicano, colilargo, hociquirromo y encrespando el grueso lomo, dijo al senado romano, después de hablar culto un rato:

¿Quién de todos ha de ser el que se atreva a poner ese cascabel al gato?

Poema escrito por Lope de Vega 18

El lagarto está llorando

El lagarto está llorando. La lagarta está llorando.

El lagarto y la lagarta con delantalitos blancos. Han perdido sin querer su anillo de desposados.

¡Ay, su anillito de plomo, ay, su anillito plomado!

Un cielo grande y sin gente monta en su globo a los pájaros.

El sol, capitán redondo, lleva un chaleco de raso.

¡Miradlos qué viejos son!

¡Qué viejos son los lagartos!

¡Ay cómo lloran y lloran, ¡ay!,¡ay! cómo están llorando!

Poema escrito por Federico García Lorca 19

La plaza tiene una torre

La plaza tiene una torre, la torre tiene un balcón, el balcón tiene una dama, la dama una blanca flor. Ha pasado un caballero, ¡quién sabe por qué pasó!, y se ha llevado la plaza con su torre y su balcón, con su balcón y su dama, su dama y su blanca flor.

Poema escrito por Antonio Machado 20

Paisaje

La tarde equivocada se vistió de frío.

Detrás de los cristales turbios, todos los niños, ven convertirse en pájaros un árbol amarillo.

La tarde está tendida a lo largo del río.

Y un rubor de manzana tiembla en los tejadillos.

Poema escrito por Federico García Lorca 21

AdIvInanzas

No es cama, ni es león , pero parece en cualquier rincón.

Verde como un loro y bravo como un toro ¿Dime quién es?.

Vuelo entre las flores, vivo en la colmena, fabrico ahí la miel y también la cera,

R El camaleón R El chile
22
R: LA ABEJA

Tengo rabo y no soy un perro.

Tengo cabeza y no pienso.

Tengo dientes pero no muerdo,

Tengo tinta pero no tengo plumas y brazos tengo de más, pero no puedo escribir porque no aprendí jamás.

R: El Pulpo
23
R: El ajo

trabalenguas

Tres tristes tigres comen trigo en un trigal Tanto trigo tragan que los tres tigres tragones con el trigo se atragantan

La bruja piruja prepara un brebaje con cera de abejas dos dientes de ajo, cuatro lentejas y pelos de pura oveja

¡ Que maja es la bruja piruja!

24

El ajo pico a la col la col picó al ajo

ajo, col, caracol

caracol, col, ajo

Gallo y grillo, gritan, gozan. Gritan, gozan, grillo y gallo.

Pica, pica, pica, perico. Pica, pica, pica la rana. perico pica, pica la rana.

25

retahílas

Sana, sana

Sana, sana, colita de rana

Si no sana hoy sanará mañana.

Quien se fue a Sevilla

El que se fue a Sevilla

Perdió su silla,

El que se fue a León

Perdió su sillón.

Me encontré con Pinocho

A la vuelta de mi casa, Me encontré con Pinocho, Y me dijo que contara hasta ocho.

Pin, uno, pin, dos, pin, tres, pin, cuatro, pin, cinco, pin, seis, pin, siete, pin, ocho

26

En la casa de Renato

En la casa de Renato

todos cuentan hasta cuatro:

uno, dos, tres y cuatro.

Todos cuentan hasta cinco

en la casa de Francisco:

uno, dos, tres, cuatro y cinco.

Pito pito, colorito, ¿Dónde vas tu tan bonito?

A la era verdadera, pin, pan, fuera.

Pito, pito
27

RIMAS

Dice el gato elegante que te estires como un gigante.

El ratón glotón dice que le gusta la tarta un montón.

El pato Honorato descansa un rato, cuando se quita el zapato.

28

Orejas largas rabo cortito corre y salta muy ligerito.

Estaba la nuez como el número diez, jugando en la lluvia con su amiga la rubia.

29

cHISTES

¿Qué le dice un pez a otro pez?

-Nada

¿Qué baile le gusta más al tomate?

-¡La salsa!

¿Qué le dice un semáforo a otro semáforo?

-No mires hacia acá, ¡me estoy cambiando! 30

¿Qué época del ano es la que menos le gusta a los libros?

-El otoño, por se caen las hojas.

Cuando Superman sale de la ducha,¿qué se echa?

-Super-fume

31

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