Boletín N°32 • Año • 27 diciembre 2020
La Sagrada Familia nos puede inspirar hoy… Colaboración de sacerdotes de Parroquia La Sagrada Familia
Para este domingo 27 de diciembre la Iglesia nos invita a celebrar la fiesta de La Sagrada Familia de Nazareth: Jesús, María y José. Y es necesario que tengamos muy en cuenta el Evangelio propuesto para nuestra reflexión, abarca tres momentos importantes en la infancia de Jesús que nos cuenta el evangelio de San Lucas. Mientras “nuestra cámara” (los ojos) está centrada en el pesebre de Belén porque allí hay un Niño recién nacido que necesita de la protección y cuidado. Es el Hijo de Dios que viene con toda su sabiduría, poder y gracia, pero también se ha revestido de nuestra carne y trae el amor posible en su máxima calidad y cantidad para repartirlo a quienes le tiendan la mano, le reciban y le acepten. Pero sigamos abriendo “nuestra cámara” y junto a ese Niño están
unas manos suaves, delicadas, tiernas llenas del cuidado maternal. Sí, se trata de una Mujer. Una mujer que quiso dar un “sí” al Señor con la confianza de que iba a permanecer Virgen y nunca iba a ser infiel a su amado esposo. Es María, la esposa de José. La Mujer Madre que José acompaña y que como esposo, no sólo la ama, sino la valora, la admira y sobre todo le guarda el extremo respeto, junto también con su virginidad total y espontánea ante la Palabra Divina que le comunicó el “Misterio de la Encarnación” y lo hizo el Padre del fruto de su esposa, sin haber sido el progenitor de ese Niño. Pero sigamos abriendo “nuestro lente” y veamos un candil sostenido por una mano fuerte recia, firme y protectora que sostiene con la otra mano el bieldo con que ha limpiado (Continúa en página siguiente)