ARTECONTEXTO Nº 29

Page 123

WILLIE DOHERTY. Unfinished PAMPLONA GAlERÍA MOISÉS PÉREZ DE ALBÉNIZ

ahora, y durante varios días sufrió todo tipo de humillaciones y sevicias; sin saber que querían ni de que le acusaban sus secuestradores, poco a poco se fue sintiendo culpable de algo ignorado y desconocido, y semejante a esos otros secuestrados y capturados que vemos, indolentes y quizás insensibles, en los telediarios y otros medios de información.

MARIANO NAVARRO

La primera ocasión para ver la obra del irlandés Willie Doherthy (Derry, 1959) en nuestro país la propició la institución donostiarra Koldo Mitxelena hace más de una década, en la exposición Dark stains, comisariada por Ana Salaberría, en 1999. Desde entonces hasta ahora no han sido muchas las ocasiones para contemplar y conocer la obra de este artista –nominado por dos veces para el Premio Turner, en 1999 y 2003, y representante de su país en la Bienal de Venecia de 2007–, la más reciente durante la Manifiesta 8 en Murcia. El trasfondo de todas sus obras, o al menos de todas las que yo tengo noticia, son la historia, la idiosincrasia, la lucha por la independencia y las circunstancias políticas, civiles, sociales y Unfinished, 2010. Video-instalación con dos proyecciones. Cortesía: Galería Moises Pérez de Albéniz. personales del conflicto de Irlanda del Norte y, por extensión, las nuevas perConmueve tanto al espectador el espantoso y terrible, por cocepciones sobre el terrorismo y la capacidad de manipulación de las imágenes de la realidad por los media o la simple ambigüedad de lo nocido o imaginado, monólogo del secuestrado, como la premiosa narración visual que lo sostiene y su extraordinaria calidad de realique vemos sin conocer todo el marco implicado en la visión. Moisés Pérez de Albéniz, en lo que constituye un esfuerzo poco zación. Casi no pasa nada –otra de las características del trabajo de habitual en tiempos prolongados de crisis, presenta ahora en Euro- Doherty–, pero todo lo que sucede, las puertas tapiadas, las deslumpa, en una inteligente remodelación temporal del gran espacio de la brantes filas de fluorescentes, los accidentes y manchas del suelo, el galería –que permite entremezclar una adecuada sala de proyeccio- gotear de un tubo de aceite (o de una vena), el correr de una mancha nes con otra dedicada a la fotografía–, su última obra, Unfinished (Sin (¿de aceite o de sangre?), lo subyugan y someten a su hipnótica conterminar), vista hasta ahora únicamente en su galería neoyorquina fesión. Al salir, cegados momentáneamente, vislumbramos una numeAlexander & Bonin, el pasado mayo. En la oscuridad del recinto, dos pantallas emiten bien las imá- rosa secuencia de fotografías de inmaculados cielos tachonados de genes en travelling de su recorrido por un gigantesco hangar o garaje nubes, sobre los que se superponen, en inglés, los términos “Sumero lugar que suponemos subterráneo, con todas sus puertas tapiadas gido”, “Semiconsciente”, “Jadeando”, “Desaparecido”, “Descome iluminado por hileras de tubos fluorescentes, bien la imagen de un puesto”, “Embrujado”, “Sin rastro”, “Enterrado vivo” y “Olvido”, una hombre, que todo hace sospechar que está atado o prisionero en el nomenclatura de lo sucedido a la víctima y un espectáculo, el del cielugar, y al que la cámara recorre, pausada y meticulosamente, el rostro lo, que jamás volvió a ver encerrado en su gigantesca celda. La muestra se completa con la emisión del vídeo realizado a oriy sus accidentes, ojo, nariz, pómulos, boca… Mientras, lentamente, con voz semisusurrada, narra lo que le sucedió hace mucho tiempo, llas del río Segura para su participación en Manifiesta 8, en el que, una hasta el punto de que no lo recuerda del todo bien: le secuestraron vez más, las aparentemente idílicas imágenes de un paisaje –aquí la a unos minutos de llegar andando hasta su casa, le metieron en un basura, el agua sucia y las plantas emponzoñadas parecen elementos coche, vomitó en el suelo y se comió el vomito para no empeorar las dorados de un paisajista oriental– ocultan u hospedan un pasado o cosas, le metieron en una casa, quizás ese espacio en el que está presente de violencia, manipulación coercitiva o salvaje despilfarro. CRÍTICAS · ARTECONTEXTO · 123


Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.