Actuar
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Con las cosas que se enchufan >> >> >> >> >> >>
No olvidar apagar la luz al salir de una habitación y aprovechar la luz natural. Utilizar las bombillas de bajo consumo. Duran ocho veces más y aunque son más caras, al final se ahorra, consumen un 70% menos que una incandescente. No dejar los aparatos eléctricos en espera (stand–by) ¡siguen consumiendo! Lo típico es la tele y el cargador del móvil. Los aparatos de climatización consumen la tira. Lo ideal es poner el tope en 26 grados en verano y 20 grados en invierno. La calefacción eléctrica es la más ineficiente y cara. Usar el lavavajillas cuando esté lleno, lo mismo que la lavadora. Además ponerla a tempe‑ ratura baja y sin prelavado. Si es posible olvidarse del calentador eléctrico y pasarse a uno de gas. Y aun mejor, instalar colectores solares.
De todo un poco >> >> >> >> >> >> >>
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Tapar la cazuela mientras se cocina, y mejor todavía: usar ollas a presión y vaporeras. Ducharse en lugar de bañarse (se ahorra cuatro veces más). No olvidar cerrar el agua al enjabonarse. Poner difusores en grifos y duchas, ahorra y aumenta la presión. Cerrar el grifo mientras se cepilla los dientes o se afeita. Reparar el grifo que gotea. Aislar bien la casa. El calor se escapa por las rendijas de ventanas y puertas. Para el verano instalar toldos y cortinas como las de toda la vida. Utilizar papel reciclado. Gran parte de la madera es de talas ilegales. Cuando se compran muebles hay que exigir el certificado FSC. Quiere decir que proviene de bosques gestionados ecológicamente. Procurar comprar productos locales. Nos lo ahorramos en transporte.
Muy importante. A la hora de votar estaría bien fijarse, no en quien promete, sino en quien lleve una trayectoria de trabajo por la sostenibilidad.
Por último, organizarse en asociaciones de consumidores, ecologistas o futuros achicharrados. En la vida real nada se obtiene sin esfuerzo.