Domingo 25.11.2018
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Barroco 3
HABLEMOS CLARO
...pero no estamos solas A pinceladas de realidad, un movimiento artístico ilustra a Querétaro sobre cómo prevenir y erradicar la violencia de género, retrazando los paradigmas de un estado que ocupa los primeros lugares en agresiones hacia las mujeres, pero “no registra feminicidios”
E
JUAN PABLO ARREDONDO
El colectivo #NoEstamosTodas ha dignificado la memoria de 528 mujeres víctimas de la violencia machista en todo América Latina desde su fundación, en noviembre de 2017. /Ilustración: Gabriela Sánchez
n Querétaro no las matan por “ser mujeres”, dicen autoridades, pero las callan, las amedrentan, las controlan y les fulminan el espíritu a base de golpes. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), el estado ocupa la primera posición nacional en lesiones dolosas contra niñas, adolescentes, mujeres adultas y mujeres de la tercera edad, con 2 mil 432 casos registrados en lo que va del año. También es el sexto territorio donde más se les hiere de manera culposa, la sexta región con más posibilidades de que las secuestren, y la cuarta demarcación con mayor número de incidentes de acoso u hostigamiento sexual reportados por ellas ante la línea de emergencias. Pero no hay feminicidios, aluden los Gobiernos, y con ese indicador en ceros bastó para que sepultaran la Alerta de Género en 2017 o que el Congreso local soterrara la Comisión de Igualdad de Género, Grupos Vulnerables y Discriminados (sustituyéndole en octubre por una de Desarrollo Social, Grupos Vulnerables ¡Y de Vivienda!).
“Entonces ¿Qué tienes que pasar? ¿Hasta que no mueran un par, tres, cinco o una centena de mujeres no es importante? Ósea, hasta que no exista una mujer victimizada en un 100 por ciento, ¿Lo demás no cuenta?”, reclama Lyda Naussán, ilustradora de formación, feminista de carrera, e integrante del colectivo internacional que pone el reflector sobre las personas de las que nunca se volverá a tener noticia en el estado de Querétaro y, sobretodo, sus agresores: #NoEstamosTodas. Fundado hace un año, en noviembre de 2017, el proyecto visibiliza que ellas sí se cruzan las banquetas para evitar las manadas masculinas, que poco se aventuran a caminar de noche en autonomía, que no despegan la mirada de sus vasos en los clubes, que tienen que inventarse un novio para frenar a los “Donjuanes”, que traen desenfundado el gas pimienta cada que abren el coche, que escogen su atuendo en función de la luna y el sol, que en los audífonos han encontrado un sedante al acoso callejero normalizado (porque llamarlo “piropos” es un romanticismo), y que ensayan todos los días una “cara de maldita” antes de abrir la puerta de entrada a ninguna parte.