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nuestra gente
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eguramente, al transitar cerca de la Parroquia Nuestra Señora de la Caridad del Cobre en Barranquilla, has podido ver una hermosa casa amarilla con blanco, con frondosos árboles en su terraza, con un largo balcón en el segundo piso. Lo que tal vez algunos no saben es que ella, en medio del silencio del barrio Nuevo Horizonte, alberga a 5 sacerdotes muy importantes para la historia de la Iglesia del Atlántico: Monseñor Carlos José Ruiseco Viera, el Arzobispo Emérito de Cartagena, de 79 años; Monseñor Luis Villabona Hernández, de 88 años; el padre Luis Alberto Martínez Macías, de 81 años; Luis Casa sacerdotal, el espacio digno de la plenitud ministerial Losada Guerrero, de 92 años; y Por DIANA QUINTERO ACOSTA Marco Aurelio Asistente de Comunicaciones y RRPP Arquidiócesis de Barranquilla Lopera Cuartas, asist.comunicaciones@arquidiocesisbaq.org de 78 años; hombres de edad avanzada, que reposan digna- Luis Alberto Martínez. “Esta es una modalimente sus últimos años de vida en la dad de servicios de una diócesis o de una comunidad religiosa, que después de un casa sacerdotal Luis Calixto Leiva. “Aquí vamos a vivir los que no tenemos ministerio, llegan por edad prolongada o por algún impedimento para seguir casa, ni familia cercana”, dice el padre ejerciendo”, comenta Monseñor Ruiseco, quien desde ahí dirige y tiene la sede de la Fundación Febiana, la cual ayuda académicamente a los futuros y actuales ministros de la Iglesia. La casa sacerdotal también sirve como hogar de paso para sacerdotes que vienen a la ciudad por asuntos personales o académicos. Los presbíteros que la habitan aún son útiles para el pueblo de Dios, ellos no están en un asilo de ancianos sin hacer nada. “Para mí es agradable, la gente me busca Padre Luis alberto Martínez. para orientación espiritual. Aún no estoy acabado. Yo celebro eucaristías aquí en la capilla”, dice el padre Martínez. “Un día mi sorpresa no solo encontré uno, sino a un estaba desesperado, necesitaba confe- Arzobispo. Me llevó a una capilla, me sarme, fui a dos parroquias pero no indicó cómo hacer mi examen de encontré sacerdote disponible. Pasé por conciencia. Ha sido la mejor confesión de la casa sacerdotal, pregunté si había mi vida”, compartió el feligrés Antonio Franco. alguien que me pudiera confesar y para Monseñor Carlos José Ruiseco.
10 años cuidando a los forjadores de la fe en el Atlántico