Revista La Magia Azul/Vamos La U Especial 89 años

REVISTA VAMOS LA U - LA MAGIA AZUL MAYO 2016 SANTIAGO Y REGIONES: $2.000 RECARGO I, II, XI, XII, XV: $500

Ediciรณn Especial 24 DE MAYO 2016

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EDITORIAL: Aniversario de lecciones Un año más de pasión, de eso no queda duda. Nuestra Universidad de Chile da un paso a su nonagenario tras cerrar la temporada con dos títulos (Copa Chile frente a Colo Colo y Supercopa) que no lograron esconder las variadas frustraciones y decepciones en la cancha.

cumplidos, aún cuando muchos de ellos tengan contratos vigentes, detenten plena identificación con el club, y no se les pueda poner una sola mancha en su historial, pero, simplemente, hay situaciones particulares que dependen de la idea que quiera consolidar el DT.

Luego del paso de Martín Lasarte, que no pudo volver a conseguir el asombroso rendimiento del equipo en su primer campeonato, llegó Sebastián Beccacece con la ilusión de replicar la labor hecha junto a Jorge Sampaoli, tanto en la U como en la selección chilena. Había ilusión y un acuerdo general de que era el momento para que el rosarino comenzara su aventura en solitario como director técnico, pero el resultado no fue el esperado y la campaña estuvo marcada por múltiples conflictos, realzados por la falta de resultados.

Beccacece tiene la oportunidad de redimirse, en un contexto mundial en el que la paciencia cada vez se agota más rápido. Dejar de vivir de sueños y ser más pragmáticos puede ser un buen consejo para armar un grupo reducido de leones que estén preparados para ejecutar una idea futbolística. No importa si un equipo es defensivo u ofensivo , importa que sea efectivo, y que incluso con jugadores de poco renombre puedan regalar sorpresas (si no, pregúntenle a los ciudadanos de Leicester, fenómeno de la Premier League).

Lecciones hay muchas, para todas las partes, pero ahora es tiempo de prepararse para un nuevo ciclo.

Comienzan los 89 años del Romántico Viajero; no como quisiéramos, pero sí con la certeza de que somos privilegiados por tener una pasión que no descansa, que se respira día a día y que se ejercita domingo a domingo.

Al equipo que se le ha llamado, tímidamente, como “la nueva U”, ahora corre con la ventaja de tener plena libertad para sumar refuerzos, a diferencia de lo que pasó en la primera parte del año. Sin embargo, eso no resuelve todo. Cuesta ser ingratos y reconocer que hay jugadores con ciclos

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7:00 p.m.

Aristeo Andrés Alarcón, director.

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Aviso página 3 FDF.pdf

¡Vamos la U!

BALLET AZUL BICAMPEONATO 94-95 BICAMPEONATO 99-00 TÍTULOS 2004-2009 TRICAMPEONATO ‘11-’12 COPA SUDAMERICANA TITULO a2014

17 COPAS CHILE 18 8 EQUIPOS LEGENDARIOS 22 9 GOLES INOLVIDABLES 23 RANKING PRESENCIAS 24 RANKING GOLEADORES 26 RESUMEN TEMPORADA c2016.

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Años

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Ballet Azul, parte I:

El nacimiento de una leyenda Por Cristóbal Cruz M.

La hazaña de 1940 era el único resquicio de gloria al que aferrarse. Con el mítico Eduardo ‘’Pulpo’’ Simián en el arco y el goleador Víctor ‘’Cañón’’ Alonso como pilares del equipo, la U de Luis Tirado levantó el trofeo de campeón luego de apenas tres temporadas en el fútbol profesional. En los años posteriores, los seguidores, casi como un consuelo ante la sequía de éxitos, podían sólo rememorar la copa del ‘40, la primera de su historia. Y así lo harían durante casi 20 años.

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partida, un joven y zurdo goleador comenzaba a asomar como figura: Leonel Sánchez.

En 1956, Luis Álamos tomó el primer equipo de la U. El ‘’Zorro’’ -apodado así por su astucia- dedicó al club toda su carrera como jugador. Entre el ‘46 y el ‘55, jugó 86 partidos en el profesionalismo, y fue dirigido precisamente por Tirado, hasta entonces, el único DT campeón con la U.

Para 1959, el “Zorro” ya tenía tenía una oncena con varios nombres fijos.

A los más experimentados como Leonel Sánchez, Braulio Musso, Sergio Navarro y Carlos Campos, se sumó la juventud de Carlos Contreras, Luis Eyzaguirre y Alfonso Sepúlveda. René Pacheco se mantuvo bajo los tres palos hasta que Manuel Astorga le arrebató el puesto, y la incorporación del rosarino Ernesto Álvarez, proveniente de Green Cross, cerró la columna de un equipo que estaba para pelear el título. Tras 26 fechas, y luego de una increíble racha de diez victorias en los últimos once partidos, los azules terminaron en el primer puesto junto a Colo Colo, ambos con 38 unidades.

Los laicos venían de quince mediocres temporadas y Álamos no logró superar la irregularidad en su primer año. La U finalizó undécima, con 21 puntos. Al año siguiente, la copa estuvo muy cerca, pero sólo tres puntos faltaron para alcanzar a Audax Italiano en la cima. En 1958, fiel reflejo de esta intermitencia, el equipo volvió a restarse de la pelea por el campeonato, pero en contra-

El partido de definición terminó con la segunda fiesta azul de la historia, para alivio y delirio de los hinchas. El 11 de noviembre, en el Estadio Nacional, la U se impuso por 2-1 al equipo del brasileño Flavio Costa, con goles de “La Vieja” Álvarez y un impresionante tiro libro de 35 metros de Leonel. Aquella noche de miércoles daría a luz a dos importantes hitos: la eterna rivalidad con los

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Por Cristóbal Cruz M.

albos y el nacimiento del Ballet Azul.

Tres años tendría que esperar la U para alcanzar su tercera estrella.

Luego de perder la definición contra Católica el año anterior, el Ballet se tomaría revancha el 1962 al vencer por 5-3 a los cruzados en el partido por la gloria. Meses antes, ocho jugadores de aquel equipo hacían historia como la base de la selección nacional que alcanzó el tercer lugar del Mundial jugado en Chile. Una gira por Europa con triunfos ante el Standard de Lieja, Inter de Milán, y Botafogo (todos campeones de sus ligas) volvería a probar la valía del grupo. Poco a poco, la U se imponía como el mejor equipo de la época.

En 1964, el Ballet conservó a sus figuras y sumó nuevos valores, como Rubén Marcos, Humberto Donoso y Pedro Araya. Luego de un empate sin goles ante la UC, se gritó campeón con tres fechas de anticipación y con “Siete Pulmones” como figura y goleador. En la siguiente temporada, vino el primer bicampeonato: La U se probó la corona nuevamente con antelación (a dos fechas del final de torneo), y luego de vencer por la mínima a Santiago Wanderers. Roberto Hodge, Juan Rodríguez, Hugo Villanueva y Adolfo Nef sumaron partidos y se vislumbraban como el recambio generacional de un Ballet que aún tenía cosas por ganar…

Ballet Azul, parte II:

El fin de una época gloriosa Ya no estaban el “Beto” Donoso, el “Checho” Navarro, “La Vieja” Álvarez ni el “Chepo” Sepúlveda. Astorga comenzaba a cederle el arco al “Gringo” Nef, mientras que Braulio Musso y el “Pluto” Contreras jugaban cada vez menos. El artífice de todo, el “Zorro” Álamos, también se había marchado. Sin embargo, el Ballet Azul se negaba a poner fin a su reinado.

Alejandro Scopelli, el primer crack extranjero que tuvo la U, regresó al club en 1967, esta vez convertido en entrenador, y supo renovar una escuadra que había perdido a grandes baluartes de sus recientes éxitos. En cada

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puesto aparecía un jugador igual de capaz que el anterior: En la zaga, Alberto Quintano y Juan Rodriguez reemplazaron a Donoso y Contreras; como lateral izquierdo, Hugo Villanueva fue el recambio de Navarro; Roberto Hodge tomó el mediocampo y Pedro Araya supo brillar ante el declive de Musso.

Así, el Ballet no tuvo que esperar mucho para sumar otro éxito y celebró el título a final de temporada con una histórica diferencia de doce puntos por sobre el subcampeón, Católica. Aun con tanta renovación, algo permanecía inalterable: la fórmula centro de Leonel y cabezazo de Campos, que seguía dando réditos.

El mítico equipo siguió siendo protagonista a nivel nacional, pero se quedó sin festejos hasta 1969, cuando Ulises Ramos, campeón como jugador en el ‘40, se puso el buzo de técnico. De su mano,

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los universitarios ganaron un intrincado campeonato de dos fases de competencia interzonal y una liguilla final, en la que el DT tocopillano se consagraría como el primer azul en levantar un título como jugador y entrenador. Eso sí, algo había cambiado. Pese a obtener la séptima estrella, se hacía evidente que el nivel no era el de antaño.

Nadie lo sabía en ese momento, pero aquel título marcaría el fin del Ballet Azul. Las partidas de Sánchez, Campos, Contreras y Rodríguez dejaron vacíos que costaron la revalidación del título en 1970. Sí se avanzó en Copa Libertadores, donde creció la ilusión de los hinchas que soñaban con que se saldara la única gran deuda del Ballet: la obtención un éxito a nivel internacional. Tras superar la primera fase y luego vencer Nacional de Montevideo, los últimos sobrevivientes del histórico plantel se aprestaron a dar batalla ante

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Peñarol, en semifinales. Pero el desenlace sería triste. En un tercer partido de definición en el Cilindro de Avellaneda, un empate 2-2 le dio la clasificación a los uruguayos, gracias a la diferencia de goles.

Sólo el tiempo permitió dimensionar la magnitud de lo logrado en un proceso excepcional no sólo para el club, sino que también para el medio nacional.

Los seis títulos en diez años marcaron la mejor época en la historia de la Universidad de Chile y consagraron a un grupo de jugadores que quedó para siempre en la memoria deportiva del país. Sus deslumbrantes actuaciones aún mantienen el debate respecto si se trata del mejor equipo en la historia del fútbol chileno. El título del ‘69 fue la última gloria de una época sublime. Se terminaba el Ballet Azul, y con el fin de un ciclo majestuoso, se dio inicio a una espera que ni los más pesimistas creerían tan larga.

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Bicampeonato 1994-95:

25 años de sequía terminan en el desierto Por Jonás Romero S. Para quienes nacieron a comienzos de los ‘90, es difícil dimensionar la hazaña realizada en 1994. Es que muchas cosas sucedieron en Chile entre el último título de la U y la vuelta olímpica en El Salvador: la presidencia de Salvador Allende, la nacionalización del cobre, el Golpe Militar y una dictadura que se estiraría por 17 años, la campaña del No, la democracia “en la medida de los posible” y hasta el segundo gobierno de la Concertación. Todo eso cabe en 25 años.

La disputa de ese torneo fue reñida desde el comienzo hasta el pitazo final. Universidad Católica, poderoso de billetera, se reforzó con dos monstruos del fútbol: Néstor Gorosito y Alberto Acosta, quien luchó palmo a palmo el título de goleador con un jovencito recién aparecido: un tal Marcelo Salas. El mayor susto se vivió a la mitad del torneo, con una caída precisamente ante la UC y otra ante O’Higgins, además de la salida de Arturo Salah del banco.

Pero llegó Jorge Socías y, ya en la segunda rueda, la U no volvería a perder.

El acaudalado plantel cruzado se mantuvo líder hasta el tramo final del torneo, cuando se dejó cazar tras un sorpresivo traspié frente a Regional Atacama, dando rienda a las aspiraciones azules. ¿Sería posible alcanzar la punta en tan sólo cinco fechas? La respuesta llegaría a comienzos de diciembre, en la revancha del clásico universitario. Todo concluyó con un emotivo 1-0 y uno de los goles más recordados de José Marcelo. Caballo pillado es caballo pasado.

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Hasta que llegó el día. El 18 de diciembre estaba la chance de acabar con 25 años de sequía. Se viajó al corazón del desierto de Atacama, con la misión de quitarle al menos un punto al ya descendido Cobresal. Desde la semana previa, los hinchas azules peregrinaban en masa hacia El Salvador; una diáspora bien documentada, que ha sido motivo de películas, cuentos y libros que narran la aventura. Una generación que nunca había visto a su equipo ser campeón dejó ocupa-

ciones y familia de lado por estar aquel fin de semana en la cancha, frente al mismo rival –no podía ser de otra forma- que había enviado al Romántico Viajero al descenso.

El solitario gol de Patricio Mardones desató una fiesta en el campamento minero y en todo Chile. La invasión a la cancha terminó con trozos de pasto y retazos de malla de los arcos como trofeos personales de una histórica jornada. El recibimiento en Santiago también fue una locura. Sergio Vargas, el “Superman”, lo recuerda así: “Cuando llegamos, las calles estaban abarrotadas, el micro no podía ni avanzar. Nunca he vuelto a ver algo parecido. Me quedaría para siempre con esa imagen”.

Pero la gesta continuaría. Un año después, otro penal de Patricio Mardones sellaría un nuevo título. El rival de turno fue Deportes Temuco, que visitó un Nacional abarrotado con 78 mil personas.

Horas antes, la UC había ganado y ponía presión: sólo un triunfo azul servía para amargar las opciones cruzadas.

Ese 1995 no comenzó bien, pero la llegada de Leonardo Rodríguez en el descanso de la primera rueda, lo cambiaría todo. Los “Leones” tomaron un segundo aire y superaron las excelentes campañas que llevaban Colo Colo y la Católica. Al final, con aquel penal de Mardones y otro del “Huevo” Valencia, la U superó a Temuco y dio la postergada vuelta olímpica en la cancha de Ñuñoa.

Aquel bicampeonato no sólo califica de histórico por el rompimiento de una malhaya racha de 25 años, sino porque además se trató de un proyecto serio, llevado a cabo por dirigentes y jugadores comprometidos con sacar adelante a un club que había caído en un sitial que no se merecía. En las manos de Vargas, los pases de Castañeda, los centros del “Huevo”, y los goles de José Marcelo –que se movía como el Puelche en la Araucanía-, la U conformó un plantel que hasta el día de hoy enamora y conmueve, por la simpleza y humildad de sus jugadores; por el pundonor y la entrega.

Bicampeonato 99-00:

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El llanto del Superman y las glorias de Vaccia Por Jonás Romero S.

La escena es así: Corren 20 minutos de juego en uno de los partidos decisivos del octagonal final del torneo. Sergio Vargas decide dejar su arco para interceptar un centro desde la izquierda, y antes de que sus manos alcancen la pelota, la cabeza de un jugador de Huachipato lo impacta con violencia a la altura de sus guantes. El Estadio Nacional completo se levanta en alerta, mientras el “Superman” permanece en el suelo, visiblemente adolorido, rodeado por sus compañeros.

El rostro de Vargas confirmaba mejor que un parte médico lo que a esas alturas todos en el recinto de Ñuñoa sospechaban, una fractura en la mano.

El partido estaba caliente y mientras todos le pedían al portero que abandonara la cancha -a todas luces, la decisión más sensata-, el argentino gritaba desaforado al médico del plantel: “¡apretá mejor, poneme la venda!”. Al final, y tras un sentido llanto, Vargas terminó siendo remplazado por Roberto “Tomatín” Rojas. Pero su punto ya estaba hecho. El equipo tomó nota de su sacrificio y, a pesar de haber comenzado perdiendo, el partido terminó 3-1 en favor de la U. Ese equipo era el de César Vaccia, quien había llegado a comienzos del último año del siglo para hacerse cargo de la banca del Romántico Viajero, luego de la problemática salida de Rober-

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to Hernández. Con varios años de trabajo en las inferiores del club, el nuevo técnico estaba convencido de poder sacarle rendimiento a un grupo de jugadores compuesto por algunos de los estandartes del último bicampeonato y canteranos que hace rato estaban pidiendo cancha en el primer equipo.

Una sucesión de partidos espectaculares en la recta final del campeonato (como el 5-4 con O’Higgins, luego de ir perdiendo 2-4 en el segundo tiempo, la goleada por 5-0 sobre Palestino, o la remontada por 2-1 en los descuentos ante Coquimbo) hicieron soñar a los fanáticos con el título, el cual se definiría en la liguilla con los ocho mejores de la temporada. Pero fue el partido frente a Huachipato y las ganas de Sergio Vargas de jugar pese a la fractura, lo que convenció a todos de que el equipo del chuncho se encaminaba otra vez a lo más alto.

Tan alto se llegó, que no sólo se festejó en ese campeonato, sino también al siguiente, inscribiendo el tercer bicampeonato en la historia del club. En ambas ocasiones, la gesta se ratificó fechas antes del final de campeonato.

La primera coronación fue ante Santiago Morning, con un empate a cero que era suficiente, y luego de uno de los mejores recibimientos de los que se tenga memoria. La segunda vino con la llegada del nuevo milenio, cuando se

ratificó el título con una igualdad ante Santiago Wanderers en el Estadio Nacional, tras un torneo que se presentó cómodo para un equipo que no tenía parangón.

El período de César Vaccia dejó increíbles registros como el invicto de 33 fechas en el campeonato nacional, todavía inigualado, o las tres victorias ante Colo Colo en el Estadio Monumental, las últimas que se escribieron en ese recinto. Pero los recuerdos que más perdurarán de esa época bendita serán, sin duda, los tantos goles que convirtió el “Heidi” González, la infranqueable defensa comandada por un jovencito Rafael Olarra, la experiencia de un crack total como el Leo Rodríguez y los huevos del “Superman”, que lloró por no poder defender a la U con una mano fracturada. Son el testimonio de dos de los títulos más emotivos en la historia azul.

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campeonatos 2004-2009:

El factor Johnny y la escuela de “Don Marka” Por Nicolás Hermosilla A.

¿Cuál será el origen de la determinación de Johnny Herrera? ¿Cuánto habrá de deseo por trascender, y cuánto de amor por la U que lleva en el pecho? Seguramente, es un perfecto balance. Tanto quiere ser inmortal y tanto ama a su club, que siempre se las arregla para sumar sus impresionantes gestas.

Es un personaje complejo el angolino.

Tan solitario como polémico, y con una mezcla entre obstinación y profesionalismo que siempre lo destacó. Habrán eternos debates en torno a su figura, pero lo que es indiscutible es el sitial que se tiene ganado en los registros azules y del fútbol nacional.

Los relatos en los que terminó de héroe son muchísimos, pero quizás ninguno que explique mejor de qué madera está hecho como el del título del 2004, que se ganó en la cancha de Cobreloa a pura garra y coraje, en años difíciles para el club. Ahí el pueblo azul conoció lo que era el Factor Johnny.

No fue una campaña con demasiadas luces. Empezó de manera arrolladora, con un triunfazo ante Colo Colo por 4-0, en una jornada que se recuerda como el Día del Baile Nacional, pero, en general, se cuajó un campeonato muy desprolijo, que terminó con una final casi de milagro, conseguida más a los empujones que con buen fútbol.

Así y todo, el Municipal de Calama fue el escenario de la duodécima estrella del club, lo que celebró con euforia. Es que pocos auguraron que el equipo de Héctor Pinto llegaría tan lejos. Que la cercanía con el cobre trajo buenas sensaciones, dirían algunos, pero lo cierto es que Herrera tuvo mucho que ver con ese especial desenlace.

Eran años decisivos para el joven portero, que debía probar su valía luego de

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la controversial salida de Sergio Vargas.

Ese puesto era el que debía llenar Johnny, quien en más de una ocasión se había enfrentado verbalmente con el “Superman”, en una puja desatada por la titularidad. Ahora tocaba demostrar que todo ese atrevimiento venía respaldado de talento.

cido al clásico enemigo del hombre murciélago, se configuró un elenco guerrero, que sabía emocionar a los hinchas con hazañas construidas a base de esfuerzo colectivo y arrebatos de talento individual. Con esa tónica, se firmó el segundo lugar de la fase regular, a siete puntos del líder, la Unión.

Bastante claro lo dejó en esa inolvidable serie de penales, tras el 0-0 de la ida y el 1-1 en la vuelta. Ahí fue cuando jugó a favor el Factor Johnny, pues quien llevaba los guantes en la visita provocó el desnivel necesario para terminar la historia, tapando el primer penal loíno y convirtiendo el propio, el del título, pateado con una frialdad pletórica. Ahí nació nuevo superhéroe para la Universidad de Chile, o, como él prefiere denominarse, un Samurai Azul.

Ya no estaba el Matador, pero había varios nombres a destacar. Miguel Pinto vivía un momento extraordinario; Rafael Olarra lideraba una zaga que también exhibía a José Rojas y Osvaldo González, dos que recién empezaban a jugar juntos; Marco Estrada y Felipe Seymour eran pilares del mediocampo, mientras que Walter Montillo, a quien el propio Markarian denominó como el “buque insignia” del equipo, daba las primeras muestras del talento que lo desbordaba.

Y arriba, más arriba que todos, la figura de esa campaña: el uruguayo Juan Manuel Olivera.

La sorpresa del “Pingüino” y el “Palote” Cuatro años más tarde, Sergio Markarian reflotaría un viejo debate en el fútbol acerca de cuál es la mejor manera de ganar un partido. El técnico uruguayo dirigió a la U por seis meses, tiempo suficiente para implantarle su sello a un equipo que al año siguiente se consagraría a nivel continental con una formidable Copa Libertadores. Para la frustración de ese excepcional grupo, el sueño acabaría otra vez en semifinales.

Por eso fue tan importante lo que sucedió en la época de “Don Marka”; porque sin ese título ante Unión Española, que llegó de manera épica, con un fútbol pragmático -a ratos, mezquino-, la gloriosa época de Montillo y Olivera en el club habría terminado sin éxitos tangibles; una absoluta injusticia deportiva.

La institución no atravesaba por sus mejores días, pero con todo el orden que exigió ese uruguayo de asombroso pare-

El “Palote” fue quien mejor entendió la disciplina y esfuerzo que requería el proyecto del “Pingüino”. Se ganó el puesto y a la fanaticada dejando el corazón en la cancha, precisamente lo que más se necesitó para clasificar en las dos duras llaves de playoffs, ante Audax Italiano y Everton (con globales de 6-5 y 3-2, respectivamente). Así de comprometido lució también en la final definitiva ante los hispanos (luego del empate 1-1 de la ida), cuando terminó entregado por completo al trabajo defensivo, incluso sacando una pelota de la línea en el último tramo del partido, tras haber anotado el único gol de la jornada, el que selló el título, con una palomita que pareció empalmar a cinco centímetros del suelo. ¿Del suelo?

Más bien del cielo, desde donde también cuelga ahora la decimotercera estrella del club.

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La era Sampaoli:

Tres coronas para el genio de Casilda

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Por Cristobal Cruz M.

Un don nadie. Eso pensó cada hincha de la Universidad de Chile cuando fue elegido en 2010 como entrenador. Sonaron varios nombres para reemplazar a Gerardo Pelusso, pero finalmente se redujeron a dos: Jorge Sampaoli y Diego Simeone. Los hinchas se decantaron unánimemente por el “Cholo” como la mejor opción, pero el designado fue el declarado discípulo de Marcelo Bielsa.

La decisión fue repudiada. El casildense había mostrado buen fútbol en O’Higgins y venía de ser subcampeón con Emelec en Ecuador, pero nada de eso importaba. Nadie quería a un don nadie como entrenador de la U. Si la gente ya resistía su llegada, la marginación de Rafael Olarra y Manuel Iturra lo empeoró todo, pero pese a la tensión, Sampaoli siguió trabajando. El Torneo de Apertura 2011 arrancó con algunas dudas, y además de cualquier cuestionamiento futbolístico, se sumó otro problema. Ante los pocos minutos de Rivarola, la hinchada cargó otra vez contra el DT. Pero el 30 de abril, “Gokú”, con un cabezazo perfecto en el último minuto, hizo estallar al Nacional y regaló la primera de varias victorias ante Colo Colo. Ahí comenzó todo.

Luego de finalizar segundos en la temporada regular, los azules entraron a playoffs para superar a San Felipe en cuartos y aplastar a O’Higgins en semis. En la final, esperaba Universidad Católica, un adversario duro, que tenía el título en el bolsillo luego de la victoria 2-0 en San Carlos. ‘’No nos den por muertos’’, decían, sin embargo, los azules, cuando nadie creía.

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En la vuelta, los leones lograron una de las remontadas más espectaculares de la historia del fútbol chileno. Con Gustavo Canales como caudillo, la epopeya finalizó con una victoria 4-1 y la estrella número 14 de la Universidad de Chile.

De pronto, ya no había más dudas.

ronda de los cuatro mejores. Lo sufrió Colo Colo, que recibió dos goleadas históricas: un 5-0 en fase regular, y un 4-0 en la revancha de semifinales, que valió el pase de la definición. El rival: el O’Higgins de Eduardo Berizzo. Los mejores del año, frente a frente.

En el Torneo de Clausura, la U fue un espectáculo. El equipo de Sampaoli deslumbraba a todo el continente con sus actuaciones en Copa Sudamericana, y en Chile parecía no tener rival. Iban por el bicampeonato, y así lo probó el invicto de 36 partidos, que se convirtió en el mayor invicto en la historia del club. El título llegó –extrañamente-, sin sufrir, luego de golear por 3 a 0 a Cobreloa en el Nacional, cuando todavía se festejaba la obtención del primer trofeo internacional. Muchos decían que el Ballet Azul había vuelto.

La crónica fue dramática. En Rancagua, el local vence 2-1 y complica las opciones estudiantiles, y en la vuelta, el gol de Ramón Fernández silencia al Estadio Nacional. Otra vez, a esperar el milagro. El empate de Charles Aránguiz lanza a los azules a buscar por todos los medios el gol que fuerce los penales, pero el tanto no llega. La luz roja del tablero del cuarto árbitro hiela la sangre en el estadio: cinco minutos de partido.

Ya no hay silencio, sino murmullos. El título se escapa. Y en el último suspiro, Guillermo Marino clava una volea al fondo de la red y el coliseo explota.

Vienen los penales, pero está Herrera.

Johnny tapa todo y el título es azul. La U consigue el primer tricampeonato de su historia. Jorge Sampaoli ya no es un don nadie.

En 2012, la Universidad de Chile mantuvo su frenético ritmo. Pese a la partida de Eduardo Vargas, Gustavo Canales y Marcos González, los azules no paraban de ganar, incluso en Copa Libertadores, donde nuevamente se alcanzó la

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Copa Sudamericana:

oda a los mejores del continente Por Nicolás Hermosilla A.

“¿Es ahora?”, se pregunta el relator televisivo cuando la U va por enésima vez en busca del arco de Liga de Quito. Van 79 minutos, y con el 1-0 de Eduardo Vargas (a los 3’, cuando todavía nadie se acomodaba) alcanza para imponerse en la definición, pero está la sensación de que falta el tiro de gracia para que empiece la fiesta más grande de la historia del club. “¿Es ahora?”, se preguntan también los hinchas azules, ansiosos.

Sí, lo es. Gustavo Lorenzetti termina con éxito una jugada colectiva y el partido, como expresión de lucha, se acaba. El Nacional revienta, los fuegos artificiales salen disparados, y mientras todos se abrazan, en la televisión intentan poner en palabras lo sucedido: “No es la búsqueda de este momento, que veníamos anunciado que en cualquier minuto llegaba. Poca gente defendiendo, y pasan tres, pasan cuatro, pasan cinco; y finalmente llega con una jugada clásica: apertura a la punta, centro atrás, rebote, Lorenzetti que se acomoda para la zurda, y convierte. No es la búsqueda de este momento, es la búsqueda de toda la Copa Sudamericana.

Se ratifica lo hecho por la Universidad de Chile, el mejor equipo de Sudamérica, sin ninguna duda”.

Pocas veces se vieron actuaciones tan contundentes de un club chileno en una competencia internacional. No sólo la final, en una noche en la que la U dominó sin contrapesos y no se sufrió en absoluto (¿alguien recuerda siquiera que Matías Rodríguez terminó expulsado?), sino a lo largo de toda la campaña, la más efectiva en 47 años de torneos Conmebol.

Quizás, la primera fase fue la que gozó de menos espectacularidad, con una oficiosa clasificación sobre el Fénix uruguayo. Sus compatriotas de Nacional de Montevideo no debieron haber visto venir lo que vino a continuación: fueron arrollados por un equipo ya desatado, y de no ser por el orgullo charrúa, que obligó a la suspensión en el partido de vuelta, la llave pudo terminar con mayor escándalo.

Después vino Flamengo. Ese maravilloso partido ante otro gigante sudamericano, digno de ser visto mil veces. Fue un robo total (dos goles mal anulados, un penal no cobrado, y una expulsión inventada), y aun así, terminó con una goleada que ruborizó incluso al mismísimo Ronaldinho, quien sólo se paseó impotente por la cancha. Es la obra cumbre de la U de Jorge Sampaoli; una verdadera pieza de arte.

No todo fue fácil. Así lo probaron Arsenal de Sarandí y Vasco da Gama, que elevaron la dificultad de la competencia, aunque no tanto como para poner nervioso a un equipo que ya tenía plena conciencia de lo que era capaz de hacer. Gustavo Canales y Osvaldo González fueron las puntas de lanza con las que el León superó esas etapas finales antes de ir a luchar por la gloria en la llave definitiva.

Hubo más figuras: Johnny Herrera, que exhibió el mejor nivel de su carrera, o Marcos González, tan soberbio en defensa que el propio Flamengo no se resistió a ir por él una vez que pudo. Sin embargo, es Eduardo Vargas, Varguitas querido, quien se lleva el premio gordo.

Tantos estragos causó, tantos rivales apiló, que fue imposible evitar su partida a Europa. Prueba de la desesperación que causaba en sus oponentes es el manotazo de ahogado, intentando cazar sus ágiles pies, que lanzó el último hombre de Liga de Quito, desde el suelo, en la final de ida, cuando el renquino ya tenía cocinado su gol. Y para qué hablar de lo que hizo en la revancha. Que alguien enmarque, por favor, ese gol, segundo personal y tercero de la noche, con el que le puso el moño a la campaña que firmó un grupo inolvidable, el mejor equipo de Sudamérica, sin ninguna duda.

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Torneo de Apertura 2014:

Don Martín y un título con gusto a mate Por Jonás Romero S. El día en que Martín Lasarte dejó la banca de Universidad Católica, hizo gala de su ya famosa elegancia para explicar el motivo de los tres subcampeonatos que cosechó en San Carlos de Apoquindo: “A la UC le falta algo para ser campeón, y ese ‘algo’ no es futbolístico”. Al año siguiente, “Machete” llegó a la Universidad de Chile con la misión de enmendar el rumbo que dejó la nefasta dirección de Marco Antonio Figueroa.

Así se gestó el último título azul, que tuvo un innegable sabor uruguayo.

En la banca, Lasarte trabajó con hombres que serían clave para mantener el rendimiento y la mística en el plantel.

Llegó Rodolfo Neme, brazo derecho del estratega al mando, y también el preparador físico Marcelo Tulbovitz, de destacada experiencia en la selección de Costa Rica, donde alcanzó la categoría de ídolo, algo más bien improbable para hombres en su puesto. El también ex PF de Nacional de Montevideo le aportó la humildad necesaria al equipo. Llegaba todos los días al CDA en un auto pequeño y poco pretencioso, muchas veces confundido con el de los funcionarios del lugar, saludaba de

la mano a cada trabajador del complejo y, mate en mano, jamás dejó pasar la oportunidad de discutir sobre fútbol con quien se le cruzara.

En la cancha, el arribo de Guzmán Pereira y Mathías Corujo aportó garra y empuje al mediocampo de un elenco que no había vuelto a celebrar en un torneo nacional desde la partida de Jorge Sampaoli. La dotación charrúa, sumada a la brillante temporada de Gonzalo Espinoza y el retorno del decisivo Gustavo Canales, ayudaron a que la U se mantuviera como líder durante todo el torneo, incluyendo un arranque arrollador configurado por diez fechas en las que no se supo de derrotas.

Eso sí, el epílogo no resultó nada de fácil. Luego de caer en el Superclásico, el propio Colo Colo y Santiago Wanderers comenzaron a acercarse peligrosamente al primer puesto. Ese escenario estiró la definición hasta la última fecha, la cual tuvo que ser disputada en simultáneo: En Valparaíso, aún con esperanzas, albos y caturros jugaban con un ojo atento a lo que pasaba en Santiago, donde la U dependía de sí misma.

Pero el gol no salía. El portero de La Calera, Lucas Giovini, se estiraba una y otra vez para evitar que la pelota entrara en su arco. Canales parecía impotente, y el goleador Patricio Rubio no encontraba la forma de penetrar en el área. El equipo cementero se defendía con los dientes, y parecía que ni todo el empuje del mundo sería suficiente para marcar el gol. Mientras, en el puerto, Colo Colo era vapuleado y, a falta de cinco minutos para el pitazo final en ambos encuentros, Wanderers se calzaba la corona.

Entonces, falta en el área. Frente al arco sur, Gustavo Canales toma la pelota, da unos pasos atrás, y la coloca con clase en una pared del arco para sellarlo todo. La U baja la 17, el hito por el que “Machete” y todo su cuerpo técnico serán recordados. Un éxito a la uruguaya, sufriendo hasta el final, alargando hasta la agonía el suspenso y dando el golpe de gracia a último momento.

Siendo sinceros, ¿hay algo más lindo que un título así? Durante la celebración, un atinado periodista le recordó a Lasarte las palabras expresadas hacía un semestre en Católica. El charrúa sólo atinó a sonreír. A la U no le faltaba nada.

SUPERCAMPEONES En medio de una mala campaña, el cuadro de Martín Lasarte tuvo la oportunidad de alzar un inédito -y pesado- título, al vencer por 2-1 a Universidad de Concepción en el Estadio Germán Becker de Temuco, recinto que ya parece una nueva “Tierra Santa” para la U. El defensor Christián Suárez abrió la cuenta tan sólo a los 9 minutos, mientras que Matías Rodríguez colocó el 2-0 a los 82’. Fernando Manríquez descontó al minuto 90 para instalar una pequeña incertidumbre que no alcanzaría a arrebatarle el título a los azules.

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La U se quedó con la tercera edición de este novel torneo, que no pudo conseguir en su primera versión ante Unión Española en 2013. La copa alzada el 30 de septiembre de 2015 no fue indiferente al medio, pero los abrazos poco duraron, ya que el desempeño del equipo no mejoró y cosechó pobres resultados.

El Romántico Viajero se apoderó del apodo de “Supercampeón” por un año y el DT uruguayo completó las tres coronas que consiguió en sus tres semestres al mando.

CIELO MAGIA AZUL AZUL

Copa Chile:

La 5 gestas por la otra gloria nacional Por Mariana Ríos P.

1979: La primera corona ante el archirrival En la Copa Polla Gol, como se denominaba en ese entonces, participaron sólo equipos de Primera División. La U era dirigida por Fernando Riera, un técnico de talla mundial, y el plantel estaba formado por joyas como Alberto Quintano, Mariano Puyol, Héctor Hoffens, Jorge Socías y Luis Alberto Ramos. Ante un Estadio Nacional repleto (74 mil espectadores), el “Chico” Hoffens le dio el título a la U, dándose el gusto de marcar el 2-1 definitivo ante nada menos que Colo Colo, rival de lujo que sucumbió en la final.

1998: De la mano del “Huevito” Bajo el nuevo nombre de Copa Apertura, la U consiguió el segundo título de la competición en su historia al vencer a Audax Italiano en la final. La definición tuvo suspenso: empate a 1 en la ida y triunfo 2-0 en la vuelta. La figura indiscutida en ambos encuentros fue Esteban Valencia, quien marcó dos goles claves en la llave. Una copa más que merecida que coronó una gran campaña, sólo opacada con una derrota ante el archirrival, única mancha en el expediente.

2000: La otra fiesta de Vaccia En otra campaña brillante, la U lideró su grupo en la fase inicial (uno a uno, cayeron O’Higgins, Deportes Concepción y Unión Española) y llegó invicta a la final. En otra gesta del iluminado equipo de César Vaccia, el mismo año en que se logró el tercer bicampeonato del club, los azules dejaron a Colo Colo en el camino, y se enfrentaron a Santiago Morning en la final. Fue un partido dramático, que se definió en el alargue con gol de Clarence Acuña.

2012-13: La especial revancha de Franco Escenario de la final: Estadio Germán Becker de Temuco. La U de Darío Franco, que no tuvo una temporada tranquila, se sacudió sus frustraciones al vencer por 2-1 a la Universidad Católica de Martín Lasarte. Eran los últimos partidos con el buzo azul del primerizo DT, principal apuntado en una pésima campaña. Sin embargo, el argentino se despidió con un importante título que tuvo un sabor especial, debido al oponente al que tocó amargar. Isaac Díaz abrió el marcador y Juan Ignacio Duma marcó el 2-1 en un final de infarto.

2015: El último lujo del Samurai Azul En la más reciente versión de la Copa Chile, la U se reencontró, 36 años después, con los albos en la final. En La Portada de La Serena, otra vez el festejo fue azul. El marcador terminó 1-1 en tiempo reglamentario, lo que forzó a una dramática tanda de penales, en la que los leones no fallaron ningún tiro. El encargado de dar el tiro de gracia, quien entregó la corona, no fue otro que Johnny Herrera, quien se dio el gusto de su vida, y agregó otro capítulo inolvidable a su leyenda.

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MAGIA Equipos AZUL legendarios

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con más jugador l r la e s e n o levanta apitá p c u l s E . o z e il ra b ad de Ch ta en el Universid lub y con la jine e d o im . c s Es sinón unidade toria del co oport en la his s in c o id n e rt l a p naciona l torneo copa de

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Sergio Vargas: Voz de mando y el primer pase en nuestro ataque. Un caudillo.

Cristián Castañeda: Gol y temperamento.

Ronald Fuentes: Calidad.

Cristián Traverso: Fuerza y personalidad.

Mauricio Aros: Marca y buena salida.

Luis Musrri: Buen juego, temperamento.

Patricio Mardones: Por todo lo que me enseñó y por definir momentos claves.

Esteban Valecia: Pura calidad.

Leonardo Rodríguez: Jerarquía.

Marcelo Salas: El mejor.

Pedro González: Ganaba solo los partidos.

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0 ‘8 s lo s la fore la U de l ascenso. Esta e d r o s n fiero defe ó para pelear e ” fue un to a p se qued re a “C el club y n o c ió descend ero: del zagu mación

Hora

Sergio Vargas: Por lo que significó, ganador de partidos y campeonatos.

Luis Eyzaguirre: El Fifo marcó una historia y fue el mejor siempre.

Alberto Quintano: El Mejor zaguero, lamentablemente lo opacó Elías Figueroa.

Horacio Rivas: Nací en el club, me identifiqué con el y puse la cara en un momento difícil. Aunque el mejor acá, fue Ronald Fuentes por sus condiciones exquisitas para el puesto.

Sergio Navarro: Don Checho fue capitán de La Roja en el Mundial de 1962, con eso lo digo todo.

Luis Musrri: Por todo lo que fue y significó y porque su trayectoria siempre fue de la mano con la U. Orlando Mondaca: Jugador diferente, condiciones de crack.

Carlos Tapia: Jugó poco en la U, pero era un tremendo jugador. También nombro a Leo Rodríguez, un espectáculo.

Marcelo Salas: Por lejos el mejor delantero que vi, técnico, lo vi crecer y era extraordinario.

Carlos Campos: Hombre clave.

Leonel Sánchez: El símbolo del club, el mejor puntero izquierdo que ha tenido Chile.

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Equipos MAGIA legendarios AZUL tec

l apodo le valió e a re á l e s tencia en elantero 0. Su po de esos centrod ‘8 ó: g s ju lo s e uno uiene zos d q n e ie n fu o m r, c o o c ” d 1 la U a cabecea es su “1 Brilló en ”. Buen lón. Este ro a e b rd l a e b n de “Bom sabían jugar co ue hábiles q

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Hugo Carballo: Un arquero tremendo, lo comparé con Fillol. Su achique era extraordinario.

Pato Reyes: Potencia.

Alberto Quintano: Uno de los mejores de la historia, nada más que decir.

Luis Mosquera: Me daba confianza, luchador.

Wladimir Bigorra: Jerarquía.

Esteban Aránguiz: Un quitador innato, mucho corazón. Voz de mando en la cancha.

Orlando Mondaca: Técnico Jorge Lulo Socías: Desiquilbrante.

Héctor Hoffens: Rápido, encarador.

Sandrino Castec: Goleador con habilidad para pegarle con ambas piernas. No era tronco.

Mariano Puyol: Habilidoso, buena pegada.

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Puy o n a i Mar

os este no de ell U .

U la miseta en en su ca rmados ro fo e s por e m d ú n n ismo los gra gar, pero m l ju ra e i a v n p o a ro n a e ad Salas, us unos qu ta. tá destin La 11 es n como Leonel y lo azul. “Hay alg en u c s o eb uié ”, n zurdo, q de alegrías al pu e dejaron huella ar n los qu para llen n la U so o c a ri to su his Sergio Vargas: Es lejos lo mejor que he visto como arquero en la U. Fifo Eyzaguirre: Fue el mejor lateral derecho por muchos años en Chile, no solamente en la U. Un adelantado a su época.

A. Quintano: Jugué con él. Fue el mejor defensa central que tuvo la U en su historia, mundialista del 74, ídolo.

Ronald Fuentes: Pese a que no se formó en la U, su calidad técnica y futbolística lo hacen uno de los mejores centrales.

Sergio Navarro: Fue uno de los mejores laterales izquierdos de Chile, mundialista, capitán de esa selección y una gran carrera con la U, campeón en la época del ballet.

Ruben Marcos: No lo vi jugar, pero era el pulmón del equipo, de gran carácter.

Luis Musrri: jugué con él, un jugador que dejó muchas huellas en la U. Campeón, capitán, gran jugador.

Jorge Socías: Mi ídolo, me marcó mucho, tuve la suerte de jugar con él, era de esos 10 que se ponía el equipo al hombro. Para mí gusto, el mejor 10 que ha tenido la U. Leonel Sánchez: Toda una historia en el club, tercero en el mundial.

Carlos Campos: Gran goleador, jugó siempre en la U. Marcelo Salas: Por la importancia que tuvo en los campeonatos ‘94 y ‘95 y toda su carrera con la U que fue espectacular. También su carrera como jugador en otros clubes.

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MAGIA Equipos AZUL legendarios nes ardo M o equipo i c i r e de un t a rt a a p P r a na vuelt Luis para form o tenía u

1994 que n un club Chile en a e d a d iv a rt niversid ria depo a en la Llegó a U e entrarí ho lver la glo u o q v e ó d in o g a ud oc que le p nunca im que lo gritaron os. ul Azul, ñ l z a o tado ante A g 5 u e 2 c n d u je ía r r e a l to a c hac rc n e a e ir m p ”, hoy D a, sí, un radas, al El “Pato letras do rica a la Antártid n o c l u z a A historia s desde e hincha d s e bresal. n C lo mil ro de o e u rq a , érez Vargas: Un gol menos por partido.

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Castañeda: Coraje Fuentes: Calidad y seguridad.

Delgado: Experiencia y seguridad.

Guevara: claridad por izquierda.

Musrri: Inteligente,ubicación.

Mardones: Volante mixto,inteligente, entendía el juego.

Valencia: Talento,dinámica.

Aredes: Pase gol para Salas.y todos los delanteros.

Salas: Goleador, calidad.

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Astorga: Plástico y ágil, jugador con una simpleza total.

Eyzaguirre: Rápido, con fuerte marca y de los primeros laterales que se proyectaba. Jugadorzo.

Humberto Donoso: Fuerte, duro, bravo, pillo, pegaba y nunca lo pillaban.

Alberto Quintano: Elegante defensor.

Sergio Navarro: Hábil con mucha marca y anticipación.

Ruben Marcos: Impresionante lo que corría, todoterreno y con gol. Su vitalidad era envidiable.

Braulio Musso: Un señor del fútbol. Ubicación perfecta y polifuncional. Inspiraba respeto Ernesto Álvarez: Lujos, dribbling, extraordinario, técnicamente seguramente el mejor.

Pedro Araya: El chico debe ser el mejor win derecho del fútbol chileno, hábil, rápido y con mucha personalidad.

Carlos Campos: Jugador útil que lo tenían en el medio para que hiciera goles.

Leonel Sánchez: El mejor jugador que vi. Le pegaba perfecto al balón, insuperable.

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Sergio Vargas: Carácter, Liderazgo innato.

Cristián Castañeda: Persona positiva, completo en temas defensivos y ofensivos.

Ronald Fuentes: Confianza, Técnica.

Rafael Olarra: Seguridad arriba y abajo.

Mauricio Aros: El mejor tirador de centros que vi en la U. Luis Musrri: Un líder muy aguerrido.

Marcelo Díaz: Pura técnica.

Charles Aránguiz: Jugador completo Leo Rodríguez: Simplemente el 10.

Diego Rivarola: Lo di todo por esta camiseta.

Marcelo Salas: El más grande.

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ax 4 a Aud fue el ‘8 aceptó e s , 0 8 de los a, pero ia de la U e dolió la partid n ig s in e L l buqu nces. . o” fue e irectiva de ento en 1989 El “Chic d ascenso la l e e d n n e ió o por decis 986 y fue decisiv 1 volver en

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Sergio Vargas: por ser campeón, prenda de seguridad, un líder absoluto en la U. Lo atajaba todo.

Luis Eyzaguirre: el único jugador FIFA en los años 70, identificado con la U y una técnica exquisita y un físico extraordinario.

Alberto Quintano: jugador completo, identificado con la U y presencia técnica maravillosa, por algo fue elegido como uno de los mejores centrales.

Vladimir Bigorra: casi tiene el récord de partidos jugados en la U, una zurda maravillosa, uno de los mejores laterales izquierdos que he visto.

Ronald Fuentes: muy dotado técnicamente sin tener un gran físico.

Luis Musrri: lo conozco de sus inicios y toda su carrera, con un temperamento espectacular, gran despliegue físico.

Pedro Araya: el mejor puntero derecho del fútbol chileno.

Carlos Campos: insigne goleador de toda la vida a pesar de sus limitaciones técnicas por su físico.

Jorge Socías: un jugador con mucha técnica, fuerza y temperamento, nunca se lesionó y jugó siempre por la U Marcelo Salas: de él ni hablar, espectacular Leonel Sánchez: el mejor de los mejores

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MAGIA AZUL

Goles idables v ol In Severino Vasconcellos a Magallanes Resultado: UNIVERSIDAD DE CHILE 2 – 0 MAGALLANES

El “10” brasileño era todo un símbolo del archirrival a principios de los ‘80. Sin embargo, aseguró no dudar cuando la U lo llamó en 1989 para jugar en Segunda División. Inteligente, hábil, y un gran generador de fútbol, “Vasco” fue vital en el equipo que logró el retorno a la categoría de honor.

En enero de 1990, se enfrentaba a Magallanes en el Estadio Nacional. Con el coliseo lleno, los azules ganaban gracias al gol de Marcelo Silva en el primer tiempo. Se jugaba el complemento cuando Marcos Fajre ejecutó un tiro libre con un potente disparo desde la izquierda que fue contenido a medias por el arquero de la Academia, Eduardo Fisher. El rebote fue aprovechado por Vasconcellos, que de cabeza marca el tranquilizador 2-0 y deja a la U con un pie en Primera.

Leonel Sánchez a Colo Colo Resultado: COLO COLO 1 - 2UNIVERSIDAD DE CHILE

En 1959 comienza la época dorada del Ballet Azul. El Colo Colo de Jorge Toro y Mario Moreno, el “Superclase”, era un equipazo.

Los albos arrasarían en la primera ronda de ese torneo, mientras que la U respondió y atropelló en la segunda parte, incluyendo una racha de 10 partidos ganados de 11 en la recta final.

En ese contexto, en la penúltima fecha se llevó a cabo el partido que recién en los años venideros se llamaría “Superclásico”. El 3-2, con goles de Leonel Sánchez, Osvaldo Díaz y Carlos Campos, deja a los protagonistas igualados en puntaje, al tope de la tabla.

El empate se mantiene en la última jornada, con los albos derrotando a Everton, y los azules a Unión Española. Sin más torneo por delante, la definición debe ser a partido único, a jugarse el 3 de noviembre de 1959, ante un Estadio Nacional lleno a más no poder.

Leonel tenía dinamita en su pie izquierdo, y esa noche lo demostró. Minuto 39, y el delantero avanza con balón dominado desde media cancha, hace una diagonal, y desde 30 metros saca un misil que literalmente le dobla las manos al arquero mundialista Misael Escuti.

Arturo Salah a Colo Colo, 3 de enero de 1981 Resultado: COLO COLO 1 -1 UNIVERSIDAD DE CHILE

En las últimas fechas del torneo nacional de 1981, la U estaba golpeada por dejar escapar el título a manos de un nobel Cobreloa. Por eso, todos apostaban a que, desde lo anímico, era imposible que se le ganara a Colo Colo en la final de la liguilla por Copa Libertadores.

No obstante, los azules darían dura batalla. El encuentro estaba empatado 1-1, cuando el árbitro del cotejo marcó el punto penal para determinar pena máxima en favor de los albos. Un especialista como Carlos Rivas se paraba frente al balón, y la parcialidad colocolina ya se frotaba las manos, sin sospechar que Hugo Carballo les aguaría la fiesta con una notable contención. El meta argentino no esperó los aplausos y aprovechó que los jugadores rivales aún se tomaban la cabeza para jugar rápidamente el balón a mediocampo. Allí recibe Arturo Salah, quien recibe y cambia de frente. Hoffens controla y llega a línea de fondo, enganchando y apilando rivales. Centro atrás y el que aparece en el segundo palo es Salah, el mismo que había comenzado la jugada, para definir y desatar la algarabía en las huestes azules.

Patricio Mardones a Cobresal Resultado: COBRESAL 1 -1 UNIVERSIDAD DE CHILE

La U fue una tromba en la segunda rueda del torneo de 1994. Ganó casi todos sus partidos y el peak de rendimiento lo obtuvo en el tramo final, con una racha de victorias ante O’Higgins, Universidad Católica, Rangers y Coquimbo.

Con un empate ante Cobresal en la última fecha bastaba para coronarse campeón. Era el momento que se esperó por 25 años, pero los mineros sorprendieron a través del “Fito” Ovalle, que venció al “Superman”.

En desventaja, los nervios hicieron presa de varios azules que se veían descolocados.

La U vacilaba, hasta que un penal sobre Marcelo Salas hizo que el estadio de El Cobre retumbara. Frente al balón, Patricio Mardones. El arquero de Cobresal intentaba desconcentrar, ofreciendo un lado de su portería, pero el “8” tomó distancia sabiendo de su responsabilidad con terminar el calvario. Remate fuerte al medio y el “Pato” Mardones corre buscando el abrazo de cualquiera que se cruce por el medio. Era el grito que dejaba atrás años de frustraciones y decepciones, era el grito de campeón otra vez.

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Goles MAGIA Inolvidables AZUL Marcelo Salas a Colo Colo, 10 de abril de 1994 Resultado: UNIVERSIDAD DE CHILE 4 – 1 COLO COLO

Por norma, el Campeonato de Apertura de 1994 obligaba a los equipos a utilizar un sub 20 en sus oncenas. El juvenil de la U era José Marcelo Salas. En su segundo clásico, y primero en el Estadio Nacional, el “Matador” terminaría anotando tres goles.

El primero de ellos cayó luego de un error del defensor Eduardo Vilches, quien no logró amortiguar el balón en zona propia. La opción es aprovechada por el temuquense, que, de primera y desde unos 25 metros, vence al histórico portero albo, Daniel Morón.

Aún con tantos goles importantes del “Matador” en la U, el remate mágico en dicho Superclásico destaca del resto por ser el punto de partida de una carrera extraordinaria y una campaña que terminaría con un título ausente por 25 años.

Rodrigo Goldberg a Corinthians Resultado: UNIVERSIDAD DE CHILE 1 – 0 CORINTHIANS

Se juega la fase de grupos de la Copa Libertadores 1996 y la U enfrenta al poderoso Corinthians en el Estadio Nacional. Los paulistas hacen su negocio y aguantan el empate sin goles hasta el minuto 89, cuando Miguel Ponce aparece por izquierda, centra atrás para Walter Silvani, quien aguanta la marca y toca a un lado. Ahí está “Polaco” Goldberg, que con su zurdazo rasante bate al portero del Timao.

Es el relato de un gol que no significó nada en términos de títulos o rachas, pero que se volvió inolvidable por la explosión de las 70 miles personas que colmaron el Nacional y no dejaron de creer hasta el último suspiro de partido.

Arturo

Pedro González a Colo Colo Resultado: UNIVERSIDAD DE CHILE 3 – 1 COLO COLO

Diego Rivarola avanza en diagonal a 30 metros del arco de Colo Colo, ve que el “Heidi” pica de izquierda a derecha, a espalda de toda la retaguardia alba. El delantero valdiviano caza el envío a media altura y cuando parece que el balón se le escapa, realiza un enganche que hace pasar de largo a Marcelo Ramírez. Con arco descubierto, el “18” sólo tiene que rematar para culminar su obra de arte. El arquero albo hizo su último esfuerzo para lanzarse sin ninguna posibilidad.

González recuerda así ese partido: “Es el clásico que más recuerdo. Quizás no fue el más importante en la historia de la institución, pero fue muy lindo y siempre la gente de la U me lo recuerda. Con eso a mí me basta. Quedará para siempre en el recuerdo de los hinchas. De hecho ese partido lo ganamos de punta a cabo con un Colo Colo desorientado”.

Johnny Herrera a Cobreloa Resultado: COBRELOA 1(2) – 1(4) UNIVERSIDAD DE CHILE

Luego del 1-1 entre loínos y azules en los 90’, el Torneo de Apertura de 2004 se debió definir desde los doce pasos.

Johnny Herrera iniciaba su historia dorada, primero, atajando el lanzamiento del experimentado Fernando Cornejo, y luego marcando el penal que le daría la 12° estrella la a Universidad de Chile, en una cancha que sólo había visto al local Cobreloa dar la vuelta olímpica.

Aún queda en la retina la distancia que tomó el Samurai Azul antes de rematar, fuera de la media luna y con una convicción digna de imitar. Su disparo casi bota el arco sur del ex Estadio Municipal de Calama.

Eduardo Vargas a Liga de Quito Resultado: LIGA DE QUITO 0 - 1 UNIVERSIDAD DE CHILE

La primera final de la Copa Sudamericana se jugó en Quito, y ofreció un partido cerrado en una cancha difícil, en altura, y ante un equipo que venía de ganar en los últimos años la Copa Libertadores y la propia Sudamericana.

El cuadro de Edgardo Bauza no era cualquier equipo y la U, que se paseó por todo el continente desplegando su fútbol, esta vez tomó ciertas medidas defensivas y esperó por el momento propicio.

La oportunidad llegó cuando el primer tiempo expiraba: Albert Acevedo le gana al argentino Ezequiel González y se junta con Marcelo Díaz, quién acaricia el balón y manda un pase al vacío, con toda la seguridad de lo que sucederá a continuación. Eduardo Vargas traza una digonal a toda velocidad y en pocos metros se saca al arquero, esquiva a un marcador, y empuja el balón al arco. Era el 1-0, gol que le daba la mitad del primer trofeo internacional a Universidad de Chile.

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MAGIA Ranking: AZUL Presencias

AZULES C ON MÁS PA RTIDOS

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Ranking: MAGIA Goleadores AZUL

S E R O D GOLEA S E L U Z A

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MAGIA Resumen Temporada AZUL 2015/16

Resumen Clausura 2016:

¡Bulla, levanta la cabeza!

Por Nicolás Hermosilla A.

“…Y verás, que esta hinchada no te va a abandonar”. ¿Quién podría dudar de esto, luego de ver las galerías llenas del Nacional durante todo el campeonato?

De principio a fin, la fanaticada azul acompañó al equipo en una campaña que generó expectativas, con el arribo de Sebastián Beccacece al banco.

estará acompañado por un hombre de experiencia como Luis María Bonini, la primera contratación del semestre. En su segunda oportunidad, ya no habrá excusa que valga. La fiel hinchada lo espera.

pronósticos. Ante un Estadio Nacional con más de 20 mil hinchas, el equipo de Beccacece vapulea por 8-1 a O’Higgins, con lo que firma la segunda mayor goleada de la historia y se ilusiona con luchar por el título.

LOS HITOS DE LA CAMPAÑA

Pero, qué duda cabe, la fiesta no alcanzó a bajar de la grada a la cancha, donde abundaron los malos resultados. No se clasificó a fase de grupos en Copa Libertadores, no se luchó el título nacional y ni siquiera alcanzó para ingresar a la postemporada, para buscar el cupo a la Copa Sudamericana. Nadie se salva de la crítica, menos aún quienes hicieron más noticia por razones alejadas de lo deportivo. El equipo, sencillamente, no se encontró y quien fuera presentado como salvador quedó al borde del despido tras su primera aventura como técnico.

[11/01] VUELTA A CASA: Luego de una compleja negociación, Sebastián Beccacece al fin es presentado como nuevo técnico. El ex ayudante de Jorge Sampaoli vivirá su primera experiencia como DT y regresa al CDA con la promesa de reditar los éxitos que vivió en su primer paso por el club. “Me he preparado casi 17 años para este momento”, expresa en su arribo.

[09/02] LA PRIMERA ALARMA: Si ya había algunas dudas en torno al proceso, el llamado de alerta llegó en serio en escenario internacional, con la eliminación en primera fase de Copa Libertadores ante River Plate de Uruguay.

Con un 2-0 global que ni siquiera se pudo discutir, Beccacece sumó su primer fracaso al mando del club.

Son muchas las preguntas que giran en torno al proceso, ratificado para el inicio de la temporada 2016-2017, pero la principal es si la pesadilla que se vivió es, realmente, todo lo que Beccacece podía aportar. La respuesta sólo está en el rosarino, que tiene la opción de empezar de cero y con un plantel armado a su medida. Además, ahora

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[19/01] ARMADOS PARA EL DESAFÍO: La U remece el mercado con el fichaje de Gonzalo Jara, quien asegura estar “cumpliendo un sueño” en su llegada al club. Al defensor de la “Roja” se sumará el volante creativo Luis Fariña y el lateral izquierdo Fabian Monzón, todos provenientes de Europa, una prueba de la ambición del nuevo proyecto azul.

[24/01] GOLEADA PARA SOÑAR: El torneo comienza con un deslucido empate ante Antofagasta, pero lo que viene a continuación destroza todos los

[20/02] LA GRADA RECUPERA EL RITMO: Hasta que un día volvió. Después de un largo exilio, el bombo recupera su lugar en la galería, en medio de la fanaticada azul, de donde nunca debió salir. La U es uno de los primeros clubes que hace oficial su vuelta, como fondo del 2-2 con Audax Italiano que protagoniza un equipo que anda a los tumbos.

[17/03] AZULES POR SIEMPRE: Viejos cracks de la U crean la “Corporación Románticos Viajeros” para colaborar con el club y fortalecer el vínculo con los hinchas. Quienes engrandecieron a la institución desde dentro de la

Resumen Temporada MAGIA 2015/16 AZUL

cancha, ahora buscan hacerlo desde fuera de ella.

[20/03] SUPERBOSTEZO: Por la 11° fecha del torneo, y dos semanas antes de lo dispuesto en el calendario original, Colo Colo visita a la U en la versión 179 del Superclásico del fútbol chileno. El resultado, eso sí, es algo decepcionante. En un duelo de pocas emociones, azules y albos igualan sin goles por primera vez en nueve años.

[06/04] LA FIESTA MÁS INOPORTUNA: Un grupo de jugadores de la U organiza una fiesta de cumpleaños que es considerada un desacierto por la opinión pública. La hinchada que llega al CDA lo desaprueba y a la dirigencia tampoco le hace gracia. Gonzalo Espinoza, Cristián Suárez, Leonardo Valencia, Joao Ortiz y Luis Felipe Pinilla terminan separados del equipo.

[08/04] ABRAZOS Y DESAHOGO:

Entre indisciplinas y pobres resultados, la U de Beccacece vive su peor momento. Algo de calma trae al ambiente la angustiante victoria por 2-1 ante Deportes Iquique, que al menos aleja definitivamente el fantasma del descenso.

En un acto de unidad, cada gol es festejado con abrazos entre jugadores y cuerpo técnico.

[23/04] SÓLO CALAMIDADES En la 13° fecha del torneo, el equipo de Beccacece corona una campaña para el olvido con la caída como visitante por 2-1 ante Universidad Católica, que va como firme candidato al título. Para peor, cuatro días después, Luis Felipe Pinilla vuelve a hacer noticia con un accidente automovilístico.

[29/04] UN FINAL OSCURO: El semestre termina de la peor manera posible. Una U irreconocible pierde por 4-2 ante Huachipato, se queda sin opciones de ingresar a la liguilla, y para colmo, Sebastian Ubilla termina grave-

mente lesionado, con fractura de tibia y peroné. La primera aventura en solitario de Beccacece termina en desastre.

[06/05] ¡INCONDICIONALES!: La mejor hinchada del país recibe su reconocimiento. Pese a una temporada para el olvido, la U termina como el equipo con mejor asistencia de público en el torneo, con un total de 137.490 hinchas contabilizados, al menos 20 mil más que el resto de los clubes.

[11/05] POR LA REVANCHA: “No fue nada fácil”, dice Carlos Heller cuando anuncia que Beccacece seguirá al mando del equipo. En efecto, la incertidumbre se mantuvo hasta último momento, pero finalmente se falla a favor del argentino, que tendrá su revancha. La novedad es Luis María Bonini, el ex PF de Marcelo Bielsa en la selección chilena, que se integra al cuerpo técnico.

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