Casi un mes sin papá

Ciudad de México, 11 de febrero de 2018 Por, Carlos Dominguez Ramírez Esta carta no es una acusación para ningún individuo en particular, es solo un análisis y pensamiento realizado de forma particular por el autor de la misma sin la más mínima intención de ofender a terceras personas o actores que se sientan señalados; pero que tampoco los inhibe de sentirse culpables, asesinos.

Ha pasado ya casi un mes desde el asesinato de mi padre Carlos Dominguez Rodríguez en pleno de centro de Nuevo Laredo, Tamaulipas; a tan solo 250 metros de distancia del C4 municipal repleto de soldados y policías de Fuerza Tamaulipas, el cuartel general de protección civil y bomberos, la presidencia municipal y ante la mirada de decenas de ciudadanos y automovilistas que circulaban por el cruce de las transitadas calles Morelos y Perú del corazón de la ciudad fronteriza; y ante todas estas peculiares condiciones donde los asesinos tomaron la decisión de arrancarle la vida a papa me pregunto: ¿Por qué los asesinos no temieron realizar un acto de tal salvajismo a tan solo 250 metros de las narices de decenas de soldados y policías? ¿Existía ya una conspiración para matarlo o es mera coincidencia que todos estuvieran ocupados sin las mas mínimas posibilidades de darse cuenta de lo que sucedía frente a ellos? Eso solo lo sabremos si el caso merece el lujo que en este país es recibir justicia. ¿Por qué nadie en el C4 se percató de lo que estaba sucediendo hasta después de 12-15 minutos? Los homicidas tardaron alrededor de dos minutos realizando su miserable acto mientras mi padre luchaba por su vida recibiendo una a una las 27 puñaladas dentro de su vehículo. Ya de por si asestar menos cantidad de puñaladas a una persona de 1.87 m de altura con un peso de más de 80 kilos y que se está defendiendo debe de ser una labor muy tediosa para cualquier asesino experto, así que dos minutos parece un tiempo demasiado breve para realizar su cometido, por lo que supongo debieron ser poco más de dos minutos. ¿Por qué nadie le brindo los primero auxilios aun cuando a 250 metros de distancia se encuentra el cuartel general de protección civil? ¿No debieran estar estos en guardias permanentes y listos para cualquier emergencia?

¿Por qué sus compañeros periodistas llegaron unos instantes después del ataque de los asesinos solo para tomarle fotografías cuando aún estaba vivo y muriendo por las heridas, huyendo después como cobardes en lugar de llevarlo al hospital más cercano a tan solo dos minutos de distancia? Mi padre tardo más de 5 minutos desangrándose, agonizando por las 27 heridas producidas por arma punzo cortante. Cabe recalcar que como los hechos sucedieron a una cuadra del Periódico El Mañana de Nuevo Laredo, poco más de 50 metros de distancia, los reporteros de este medio fueron los primeros en llegar al lugar de los hechos, se podría decir que al instante pero solo para tomar sus fotos exclusivas, ignorando las suplicas de piedad de mi padre para que lo ayudaran ya que manifestaba una tremenda dificultad para respirar evidencia de que moría por un infarto. ¿Por qué tanta mezquindad y cobardía de parte de toda la ciudadanía? Este acto de indiferencia no me podría sorprender de parte de gente que no lo conocía o de aquellos a los que no les simpatizaba, pero, ¿por qué de parte de sus amigos y colegas periodistas? ¿La cobardía los invadió o tenían órdenes?

Son demasiadas preguntas sin resolver más coincidencias sospechosas que solo Dios algún día me podrá revelar, por que las autoridades enterraran el caso en lo más profundo de un mar de casos similares que brillan de impunidad.

CUANDO UNA PESONA MUERE IMJUSTAMENTE, MUERE CON EL LA HUMANIDAD ENTERA.

El día que la violencia triunfo; ES UNA REALIDAD TRISTE, PERO ES NUESTRA TRISTE RELIDAD. Para mi padre el día 13 de enero del 2018 era un día normal, se levantó muy temprano a publicar su muy famosa columna política para después darse un baño y prepararse para realizar algunas otras actividades cotidianas a las que él ya estaba acostumbrado, podria ser algún desayuno con amigos o simplemente sentarse a tomar un café para platicar con gente de su agrado, pero por ser sábado procuraba siempre estar en casa entes del medio día por que disfrutaba el tiempo con sus dos nietos que lo acompañaban en casa, si algo mi padre disfrutaba más que jugar futbol bajo el sol, la lluvia o el frio era estar con sus adorados nietos, a quien el mismo decía querer mucho más que a sus propios hijos, ya que siempre manifestó ver en ello su propio reflejo. Mi padre salió de casa después de publicar la que sería su última nota en favor del deporte y ex atletas de la frontera, abordo su auto en compañía de su joven nuera y sus dos nietos, uno de 8 meses y otro de 4 años, poco después del medio día con rumbo al famoso Parque Viveros, donde llevaría a su nieto a ver los animales del zoológico regional y realizar un paseo que a mi padre le gustaba tratándose de ver sonreír a su nieto consentido y disfrutar quien se había convertido en los últimos meses en su más grande orgullo, su nieto el Gordito, tal como él lo llamaba y que por cierto era el más pequeño de todos con apenas 8 meses de nacido.

Mi padre en compañía de su familia planeo una rutina normal, como cualquier ciudadano que se siente libre, en un país donde llevan años diciéndonos que vivimos seguros y que la delincuencia está siendo mermada con discursos y estrategias de secundaria que lejos de generar resultados general burlas y risas de parte de los delincuentes.

Después del paseo en el zoológico mi padre planeaba llevar a sus nietos a la exposición permanente de dinosaurios del museo regional de Nuevo Laredo que se encuentra en el bulevar Colosio, a solo unos minutos del zoológico si se toma el antes mencionado bulevar que también te lleva a la carretera a Monterrey o los puentes internaciones en dirección contraria.

Pero, antes y durante su paseo en el zoológico mi padre recibió muchas llamadas, todas con la misma insistencia, un grupo de amigos querían verlo en un café para presentarle a unas personas que querían conocerlo por su trabajo periodístico, así argumentaban. A mi padre saber eso debió parecerlo absurdo ya que desde que recuerdo jamás me había mencionado de ningún caso parecido donde personas que acostumbrasen a leerlo de pronto quisieran conocerlo en persona. No debió tomar en serio las primeras insistencias y por estar de paseo con sus nietos seguramente rechazo la reunión, pero las llamadas siguieron hasta que una persona que se hacía llamar buen amigo de él lo llamo, para de igual manera citarlo en el mismo lugar con insistencia, logrando que mi padre cambiara de parecer y accediendo tras estar seguro de que si su amigo lo llamaba debía ser algo serio y las personas que lo esperaban podrían ofrecer algo o representar algo de interés. En el camino al lugar donde lo citaron las llamadas continuaron, ya que mi padre no sabía bien donde estaba el lugar, pero después de un momento llego, se trataba del céntrico café de “mala muerte”, Café D* Arturo, lugar famoso por ser concurrido por homosexuales y parejas del mismo sexo, situación de la que mi padre debió percatarse desde que arribo al lugar.

Al momento de llegar al café de la cita mi papa se dio cuenta de que el local estaba cerrado, situación que debió parecerle extraña y que inmediato lo hicieron cambiar de opinión, pero, afuera lo estaban ya esperando un grupo de personas que lo conocían y quienes no cedían en sus intenciones de hacer que mi padre ahora entrara al lugar, cosas que el rechazo, les pidió que lo disculparan y que si querían podían reunirse otro día en algún otro lugar marchándose de inmediato, tomando la avenido Madero avanzando solo dos cuadras y media para girar a la derecha con dirección hacia el sur por la calle Morelos pasando por el C4 repleto de militares y el cuartel de protección civil y bomberos, solo avanzando 5 cuadras más, alrededor de 250 metros, hasta llegar al semáforo de la calle Perú para detenerse por un

semáforo en rojo, donde se da el inicio de los cobardes y

brutales hechos. Inmediatamente que detiene el vehículo en marcha para respetar la luz roja una camioneta lo choca por la parte trasera, dentro del pequeño Focus modelo 2001 de mi papa el golpe debió sentirse fuerte, como suele suceder en

estos casos, de inmediato papa decidió quitarse el cinturón de seguridad y bajar para ver que todo estuviera bien, pero esa era la trampa; habían conseguido que mi padre se bajara de su auto y al verlo sobre el asfalto saltaron de la camioneta para abalanzarse sobre él, pero, a pesar de sus 69 años mi padre se dio cuenta de todo con una destreza admirable, al notar que tipos encapuchados iba sobre su persona de inmediato dio la vuelta y se refugió dentro de su auto poniendo seguro a su puerta, escudándose de los cobardes asesinos quienes desde afuera le apuntaban con un arma de fuego gritándole que no se moviera y que no intentara nada más mientras golpeaban fuertemente su venta logrando romper el cristal de tres fuertes golpes para después abrir la puerta y atacarlo a golpes y puñaladas, sacaron del asiento del copiloto con amenazas de muerte a su nuera con él bebe de 8 meses en brazos, sin darse cuenta que en la parte trasera del auto se quedaba atrapado otro de sus nietos, quien en asiento de primera fila presencio como mi padre luchaba por su vida e imploraba por piedad, pero a la misma ves los asesinos también luchaban por quitársela haciendo caso omiso a sus suplicas.

Bastaron unos minutos, donde ni los gritos de dolor y las suplicas de mi padre porque ya no lo lastimaran hicieron tambalear a los asesinos, tenían órdenes, y no cualquier tipo de orden, de esas órdenes que tampoco son lanzadas por cualquier tipo de personas; callar a un buen periodista con lujo de violencia, sin importar el lugar, sin importar la hora, sin importar que algunos miembros de su familia atestiguaran la crueldad, sin importar que destruían una familia completa, sin importar el dolor con que una persona estaba abandonando este mundo y a sus seres querido. ¡¡SIN IMPORTAR NADA, HABIA QUE ASESINARLO!!

Me dueles México; Con cada día que pasa se desvanecen poco a poco mis esperanzas de que se haga justicia en este caso tan cruel donde no solamente le arrebataron la vida a un padre, abuelo, amigo y ciudadano generoso que vivía con honestidad, sin hacerle daño a nadie ni exigirle nada a nadie, sino que también atacaron directamente a la libertad de expresión, acción que representa una ofensa directa contra el pueblo de México y envía un mensaje directo a quienes se

dedican hacer periodismo honesto y comprometido con las verdades completas y no a medias; el mensaje de parte de los asesinos es directo: nadie por encima de las mafias en México, nadie por encima de los intereses personales de los narcopolíticos mexicanos, nadie por encima de un sistema donde la ley no tiene cabida, pero sobre todo, nadie por encima de la corrupción y la IMPUNIDAD, única y real garantía de que quienes juegan a ser Dios y deciden hasta que día personas honestas y trabajadoras tienen la libertad de vivir, ya que en este país no existen las garantías para que estos crueles y cobardes personajes paguen por sus brutales crímenes.

IMPUNIDAD, es la única palabra que no voy a sacar de mi mente jamás, solo para recordarle al Gobierno Mexicano lo que son, lo que representan y de lo que están hechos; COBARDES Y ABSURDOS SERVIENTES DE INTERESES CONTRARIOS A LOS SENTIMIENTOS REALES DE UNA NACION QUE DESEA VIVIR EN PAZ Y CON DIGNIDAD, FIELES Y RUINES ALIADOS DE LOS ENEMIGOS DEL PUEBLO, LODRONES DE ESPERANZAS, GENOCIDAS CRUELES QUE MANCHAN CON SANGRE SU ALMA PARA LA ETERNIDAD POR INTERESES TERRENALES, HUMANOS DESPRECIABLES QUE JUEGAN A SER DIOSES. VERGEUNZAS DE LA NACION Y DE LA HUMANIDAD. He dicho.

Si por alzar enérgicamente mi voz y exigir justicia por la memoria de mi amado padre he molestado a sus COBARDES asesinos al grado que jugaran a ser Dios nuevamente ahora con mi vida, aprovecho para enviarles un mensaje con toda mi dignidad y respeto:

Vengan por mí, salvajes cobardes, podrán quitarme la vida en este mundo material, pero en algún momento de nuestras infinitas y perpetuas existencias nos volveremos a ver los rostros y será en aquel otro lugar donde sus brutales actos tendrán el efecto sobre sus miserables existencias, conocerán la justicia de

la cual se burlan en este lugar llamado planeta tierra, esta tierra llena de vanidades y de inmundicia, aquí donde pueden hacer uso de impunidad a sus anchas, pero solo lo que duren sus cortas y ya desdichadas vidas terrenales.

La vida no acaba con la muerte, si no que apenas comienza; y nos veremos del otro lado, donde también los estará esperando mi padre.

En honor a mi amado padre Carlos Dominguez Rodríguez; siempre te amé incondicionalmente, te respete y admire como el mejor de tus lectores, cosa que pienso hacer hasta el día que me toque alcanzarte hasta el lugar donde te encuentras ahora padre. Te extraño a reventar y me duele la forma en que arrancaron la vida, me dolerás siempre mientras viva en este mundo sin ti.

¡Te amo Papa!