Progresando a contracorriente

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Progresando a contracorriente

Ariana Secchi Tarrés

Este artículo tiene un propósito claro, y que creo que lo mejor sería ponerlo en evidencia des de un principio, quizás así, el destinatario se preocupará un poco más por pasar del primer párrafo. Mediante las palabras que vendrán a continuación, quiero poner de manifiesto la situación del río Onyar a su paso por Girona y, por lo tanto, están claramente dirigidas al Ayuntamiento de Girona. Por otro lado, creo que los ciudadanos tampoco harían mal en seguir leyendo. Dicho esto, empecemos:

El río como precursor: Creo que está bastante claro que el río, como fuente de agua dulce, ha permitido que en los inicios de la humanidad se crearán los primeros asentamientos sedentarios, aportando lo necesario para que estas comunidades pudieran regar, lavar, beber, pescar, transportarse y comerciar. Por lo tanto, los ríos han sido los precursores de muchas de las grandes civilizaciones antiguas y también de muchas de las ciudades actuales. Los habitantes de estos asentamientos y antiguas civilizaciones tenían una profunda conexión con esos ríos, puesto que su vida dependía directamente del agua que transportaban.

El olvido: No obstante, a medida que la humanidad ha ido progresando, los ríos que, en un inicio habían sido tan imprescindibles para la ciudad, acabaron siendo olvidados. Las razones de este descuido fueron varias, pero entre ellas cabe destacar, el rápido crecimiento de la población y el avance de la tecnología. La primera provocó la contaminación por aguas grises y un descenso de los cauces debido al aumento del consumo del agua dulce, la segunda, nos proporcionó otras fuentes de agua, limpia y en abundancia, que sustituyeran al río, por lo que “podíamos” olvidarnos de éste, como los acueductos y los pozos, bombas y filtros para extraer el agua de

Vistas del rio Onyar a su paso por Girona, en verano. (GOOGLE STREET VIEW)

otros lugares más alejados, o bien del mismo lugar, pero pasado por un sistema de depuración y potabilización. Es decir, las ciudades han ido progresando en detrimento del río. Para poner un ejemplo de ciudad que dio la espalda a su río está Seúl (Corea del Sur) con el río Cheonggyecheon. Entre 1910 y 1945, a las orillas se asentó parte de la población más pobre de la ciudad, que se sirvió del agua para lavar, evacuar aguas grises y beber. Aunque, para entonces el río ya estaba en malas condiciones. Más tarde, en la década de los 50, se derribaron estas casitas y se entubó el agua para construir una colosal autopista de 7 carriles encima, acabando con lo que quedaba de río y partiendo la ciudad en dos, dado que los habitantes ya no podían cruzar de un lado al otro con tanta facilidad. Otro ejemplo es el del río Támesis en Londres. Éste, alrededor de 1840, estaba en tan mal estado que fue el causante de la gran epidemia de cólera, aunque esto no fue advertido hasta más adelante. Las aguas estaban enormemente contaminadas, tanto que, en el verano de 1858, el calor provocó que se intensificara el mal olor proveniente del Támesis, la magnitud de los olores fue tal que este evento fue llamado el Gran Hedor, y las viñetas de la época comenzaron a mostrar al río con ca-

dáveres de animales flotando o lo representan con la figura de la Parca*. Cuando la administración londinense se percató de los problemas que estaba causando el agua contaminada, se realizaron algunas mejoras en el sistema de alcantarillado para reducir los vertidos fecales. En su momento esto permitió que se redujera un poco la contaminación, pero durante la segunda guerra mundial se destruyó gran parte de las alcantarillas de la ciudad, volviendo al punto inicial de mal estado del río, hasta que en 1957 el río fue declarado biológicamente muerto por el Museo de Historia Natural de Londres**.

El reencuentro: Afortunadamente para estos ríos, las respectivas administraciones tomaron medidas para sanarlos. En el primer caso, el Ayuntamiento de Seúl, inició un proyecto paisajístico que consistía en el derribe de la autopista para recuperar el río con un cauce adecuado. Esto también incluía un ajardinamiento de las orillas para permitir que los ciudadanos pudieran disfrutar de las aguas. En el segundo caso, la recuperación del Támesis se vio influenciada por una mejora del sistema de alcantarillado, evitando que las aguas grises se mezclen con el agua fluvial. Además, la creciente preocupación de los

ciudadanos por la contaminación y los vertidos de pesticidas y fertilizantes dio lugar a una reforma en las normativas y a mejores controles sanitarios. De esta manera, se consiguió que la flora y la fauna ribereñas regresaran, pudiéndose avistar hoy en día desde, patos y cisnes a focas y delfines. Como se puede apreciar, en este segundo caso, las actuaciones fueron más indirectas, pero igual de eficaces. En ambos casos los ciudadanos volvieron a conectar con sus ríos, que ahora los utilizan para pasear y disfrutar de un reencuentro con la naturaleza en medio de la ciudad. Además, los ríos sanos atrajeron a turistas y empresas que fortalecieron la economía de las dos ciudades (lo digo por si la mejora de la biodiversidad les parece poco).

El río Onyar: A pesar de que la tendencia actual es la de recuperar y reencontrarse con los ríos, Girona todavía se encuentra en la fase de olvidarse de sus ríos. Concretamente, en este artículo se habla del Onyar, pero no es el único de Girona que se encuentra en este estado. Las condiciones en las que se encuentra este río gerundense son deplorables. El caudal es muy reducido, principalmente en verano, cuando, en su parte más estrecha hay menos de un palmo de profundidad. De hecho, es tan redu-

cido que, en realidad, parte del caudal es bombeado desde el río Ter. Los márgenes se suelen ver rebosantes de algas verdes y plásticos, que dificultan el desarrollo de la fauna y de la flora. Además, varias especies invasoras se encuentran en el Onyar, una de ellas es la carpa, un pez de considerables dimensiones, que tiene la capacidad de vivir en condiciones bastante extremas de mala calidad y escasez de agua. Otra de las especies invasoras es la Gambúsia, un pequeño pez que fue introducido para acabar con los mosquitos, pero que su gran voracidad también ha contribuido al desplazamiento de especies autóctonas. También cabe considerar a los perros como fuente de contaminación del río. Pues la falta de educación y papeleras y, el hecho de que ya de por sí el río esté contaminado, provoca que los dueños de perros que pasean por allí sean más descuidados que en otros parques En los días más calurosos del verano se combinan todos los factores y se intensifican. El caudal se reduce y se combina con un aumento de las algas verdes, esto provoca la muerte de las carpas, cuyos cadáveres quedan en el río expuestos al sol y al calor. A esto hay que sumarle el hecho de que hay más perros paseando por el río debido al calor, pero sus desechos no se recogen y acaban en el río o en los márgenes, donde las altas temperaturas intensifican el mal olor. Lo peor de todo, es que el Ayuntamiento de Girona es consciente de lo sucedido. La ANG (Asociación Naturalista de Girona) ha avisado reiteradamente del gran problema ecológico que sufre el Onyar, pero no se han tomado medidas al respecto.

Los beneficios de un río sano: Las ventajas de tener un río en correctas condiciones en la ciudad son muchas. Para comenzar, el río tiene una gran capacidad conectora, ya que su longitud le permite tener contacto con una gran cantidad de puntos de la ciudad desde los que se puede acceder, y si éste esta en buenas condiciones, los ciudadanos serán más susceptibles de utilizarlo para ir de un punto a otro. Otras de las ventajas son, por un lado, el aumento de la superficie verde en la ciudad que cuando se encuentra en buenas condiciones mejora la calidad de vida de los habitantes y, por el otro, la reducción del efecto isla de calor, ya que grandes masas de agua equilibran la temperatura ambiente, reduciendo el calor que se acumula en las ciudades a causa de las grandes extensiones pavimentadas. Además, una de las claras ventajas es el aumento de la biodiversidad, ya que cuando las aguas del río están descontaminadas y se han limitado las especies invasoras, las especies autóctonas vuelven a poblar el hábitat, formando un ecosistema más estable. Como fue en el caso del río Támesis. Esto a su vez atrae a los turistas y a nuevas empresas, que establecen sus negocios en los locales próximos al río para atraer a los clientes, como ocurrió tanto en Seúl, como en Londres, dónde ahora los turistas gustan de dar un bonito paseo en barco. Otra ventaja, y que podría funcionar muy bien en el Onyar, es el hecho de que un río recuperado provoca que la gente prefiera desplazarse a pie o en bicicleta por las orillas del río para ir a

trabajar, hacer las compras, ir a estudiar, etc. Reduciendo el uso del coche o autobús, y por lo tanto el tránsito en horas punta. Esto también ocurrió en Seúl cuando se recuperó el río Cheonggyecheon, disipando las preocupaciones de la administración cuando derribaron la autopista que pasaba por el lecho de la riera. Esta ventaja sólo se obtiene con un río limpio y con varios puntos de acceso, cosas de las cuales carece el Onyar.

El río como indicador de modernidad: Hoy en día, el cambio climático, el medioambiente y la biodiversidad están en boca de todos. La sociedad en la que vivimos ha evolucionado ideológicamente frente al inminente desastre ecológico causado por la acción humana. Entendemos que el agua no sólo es un recurso limitado para nosotros, sino también para todos los seres vivos del planeta de los cuales nos estamos aprovechando. El cambio climático se hace cada vez más evidente para todos, ya no podemos negar que el futuro que nos espera es desolador si no tomamos medidas. Por ello, casi todas aquellas actuaciones llevadas a cabo por la administración, dirigidas a mitigar o evitar las consecuencias de nuestros actos sobre el medio ambiente son ampliamente aplaudidas por la sociedad, y son percibidas como una actuación moderna, encaminada a cumplir con las preocupaciones de los ciudadanos, especialmente cuando se trata de recuperar áreas naturales degradadas, como lo son los ríos a su paso por las ciudades. Las ciudades ribereñas del mun-

do desarrollado actuaran en beneficio de sus ríos, de la misma manera que muchas otras ya lo han hecho, para cumplir con las exigencias de la sociedad y del medio ambiente. Sin duda Girona, llamada la ciudad de los 4 ríos, todavía tiene mucho trabajo por hacer para ser considerada una ciudad moderna, empezando por el Onyar, que pasa por el casco antiguo, la zona más emblemática de la ciudad. Es lamentable que a estas alturas no se haya llevado a cabo algún proyecto para solucionar el problema de este río, cuando en otras ciudades (como Londres o Seúl), han podido realizar tales transformaciones partiendo de situaciones mucho peores en cuanto a dimensiones y estado inicial del río. Y, aunque estas ciudades son mucho mayores, equitativamente, Girona debería poder recuperar el Onyar.

Río nuevo, vida nueva: Si Girona se pusiera manos a la obra con el Onyar, éste no sólo aportaría todas las ventajas nombradas anteriormente, sino que también sería una oportunidad para reconectar a los habitantes con el medio natural, y para crear un espacio de educación enfocada en el respeto de la naturaleza y, de la fauna y flora con la que debemos aprender a convivir. Todas las ciudades que han recuperado sus ríos se han visto enormemente beneficiadas, y sus habitantes han reconectado con la naturaleza de una manera, que yo creo, es mucho más profunda que si fuera un parque común y corriente. Se trata de aprovechar un recurso natural existente, para, con un solo proyecto, aportar todas estas virtudes a la ciudad en la que vivimos. * Lemon, J. (s.d.). The Great Stink. The Cholera and the Thames, recuperado de: (http:// www.choleraandthethames. co.uk/

** Hardach,S.. (2015). How the river Thames was brought back from death . BBC, recuperado de: http://www.bbc.com/ earth/story/20151111-howthe-river-thames-was-broughtback-from-the-dead Progreso del estado del rio Cheonggyecheon (imagen en blanco y negro FARJADO, J., imágenes en color: FLOR, O.)


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