ALICIA ARÉVALO

COMISARIADO

Alicia Arévalo (Salamanca, 1998) es artista, comisarie e investigadore centrade en género y tecnología. Es licenciade en Bellas Artes por la UCM y la Akademie der Bildenden Kunste Stuttgart, además de haber cursado el máster interuniversitario (UAM-UCM-MNCARS) en Historia del Arte Contemporáneo y Cultura Visual. Ha colaborado en la gestión cultural de ELAMOR y actualmente forma parte del equipo curatorial del project space Malpaís.
Su investigación y práctica artística gira entorno a la potencialidad de la construcción de ficciones queer en alianza con la tecnología. Estudia la construcción de futuros interespecie a través de prácticas que buscan desplazar lo humano del centro para percibir la urgencia que atraviesa el planeta en clave eco/xeno/feminista. Realiza un ejercicio de problematización de los marcos de conocimiento hegemónicos para llegar a unos saberes “otros” y desviados: el ritual y la creencia mágica. Así, traza imaginarios de fantasía como herramienta emancipadora para la disidencia. Desarrolla su exploración xenofeminista a través de performance, esculturas protésicas, lenguaje audiovisual y sonido. Su trabajo son composiciones múltiples, hibridaciones fantásticas, mutaciones que nos dinamitan en una pluralidad y nos llevan a configurar mundos de manera conjunta. Así, explora ficciones de un futuro que si escuchamos, sentiremos que ya está aquí.
Inkuybeta Tales es un relato que imagina relaciones interespecie en las ruinas del capitalismo, desde la ficción especulativa y desde una perspectiva eco/xenofeminista. Inkuybeta es un ser que vive en una gruta. Ya no puede habitar el exterior porque la contaminación del aire de este bosque enfermo pudre sus conductos de ventilación. Su cueva está llena de excrementos y esqueletos de seres a los que ha devorado, una gran cantidad de insectos comen sus restos. Hay un nido gigante en el que incuba un huevo del que han nacido musgo y líquenes.
Así, en una especie de meditación guiada de fantasía oscura nos adentramos en un relato que desplaza el concepto moderno de naturaleza romantizada. El potencial de transformación de realidad que reside en la ficción nos lleva a poder configurar escenarios que desplacen lo humano del centro. La idea es alejarnos de la humanización del bosque para entender sus propios ciclos con todos sus elementos como la muerte, el excremento y lo abyecto.
Es una prótesis/terrario para imaginar la posibilidad de vida en las ruinas capitalistas. Forma parte del proyecto Inkuybeta Tales una ficción especulativa sobre un bosque mágico y necroso. En este lugar habita Inkyubeta, una criatura que encuentra un huevo del que nacen musgo y líquenes (la prótesis/terrario) y cuida de él, estableciendo así una relación de interdependencia. La pieza es una escultura protésica que se puede poner en el torso a modo de barriga. El resultado de esta composición de cuerpos es una quimera híbrida de organismos que cohabitan. De este modo, desde el potencial de la fantasía, figuro posibles relaciones interespecie que nos pueden dar pistas sobre cómo habitar la crisis ecológica que nos acontece.
Es un proyecto performativo, sonoro y visual de Alicia Arévalo con Pau Jiménez y Alv Adina en el cual exploramos las relaciones interespecie a través de la creación colectiva. Experimentamos configuraciones simpoieticas como nuevas formas de co-habitar y expandir nuestras cuerpas en el contexto de crisis ecosocial que atravesamos.
Hice las prótesis sonoras que nos conectan cuando nos tocamos, Alv Adina el sonido que evidencia esas conexiones y Pau Jiménez los visuales que materializan digitalmente esta cuerpa en constante mutación. Los visuales funcionan en el mismo plano del sonido y varían según los movimientos y los contactos. Usamos cámaras kinéticas que leen los cambios en los cuerpos.
Performance sobre el trenzado de pelo y el trasvase a modo de ritual mágico. Un hechizo a través del sonido para entrar en nuevas dimensiones ficcionales
Una ficción especulativa sobre un futuro queer por venir. El trabajo parte de un texto narrativo que describe la sociedad en el año 2100. Es un tiempo en el que los seres del planeta vivimos en una alianza interespecie y nos organizamos bajo patrones de vida miceliales, el micelio es una estructura perteneciente a los hongos, que se vertebran como redes interconectadas, las cuales son capaces de generar simbiosis entre diferentes seres vegetales.
La hiperstición de una sociedad micelial genera una realidad deseable, un futuro hacia el que hoy debemos pensar en ir. La simbiosis entre plantas, máquinas y animales lleva consigo una reformulación del otre como unión. Un replanteamiento de la interfaz del cuerpo con relación al estímulo. El vídeo mostrado en la pieza, fue desarrollado en colaboración con una IA, partiendo de mutaciones de imágenes de micelio.
Un ritual para abrir un portal hacia un mundo mágico de fantasía. A través de música de bandas sonoras, videojuegos y animes, hice un spoken word a modo de conjuro para llegar a una ficción especulativa sobre un futuro queer por venir.