AREQUIPA CAMBIA - Tabatha

sin ir muy lejos podemos observar a los escolares o personas que se dirigen a sus escuelas y trabajos todas las mañanas, ellos tienen que ir parados y aun así pagar un pasaje.

También vemos que los asientos reservados para gente mayor están ocupados y nadie se digna a cederlos, y que para variar los autobuses vayan repletos y aun así hacen subir a más personas poniendo en riesgo las vidas de aquellos en su afán de llegar temprano a sus centros de actividades o no perder tiempo en esperar al siguiente autobús acceden a movilizarse en esas condiciones y los choferes lo permiten por llevarse un poco más de dinero.

La economía no es igual para todos, algunos ganan un salario mínimo y tienen que salir a movilizarse en los autobuses, además de levantarse temprano para viajar por horas y llegar a tiempo a sus actividades; hay aquellos que ganan un poco mejor y pueden tomar un taxi, aunque la realidad es que los taxistas muchas veces se aprovechan en cobrar la tarifa ya te lleven un par de cuadras o distancias más largas. Y tenemos aquellos que tienen un vehículo privado, que les ofrece mejores condiciones de traslado en cuanto a comodidad y economía.

Todas estas circunstancias personales como el nivel de ingresos, edad y género, así como la calidad y adecuación a un modelo de vida o servicios, condicionan las posibilidades de las personas para usar los distintos modos de desplazamiento y generan una fuente de desigualdad social.

En lugar de seguir contaminando o llevar un mal manejo de nuestras pistas, mejor ponemos ciclo vías. Arequipa no tiene ciclo vías, es más cuando vemos ciclistas en las calles los conductores no los respetan, ya que ellos no cuentas con su propio carril para poder circular libremente y muchos son atropellados, es por eso que la gente ya no anda mucho en bicicletas por miedo a exponer sus vidas, pero si hacemos que si haya más gente en bicicleta mejoramos en todo los aspectos económico, ambiental, salud, etc.

Para concluir me gustaría decirles que la movilidad urbana es una necesidad del ser humano para moverse a distintos puntos, y los embotellamientos aprisionan a la población diariamente en las calles. Los congestionamientos gigantes son cada vez más comunes en las zonas más transitadas de la ciudad, en esta situación las principales arterias de la ciudad quedan totalmente obstruidas y detienen el corazón de nuestra metrópoli. Y así como un corazón con las arterias obstruidas, el transito congestionado provoca en la ciudad un infarto diario.

Las soluciones existen, la importante aquí es si estamos dispuestos hacer lo necesario, y solo debes responderte esta pregunta ¿qué tipo de vida me gustaría tener? Y la respuesta será la clave que ayudará a conseguir una movilidad sostenible.