Tú, Eres raro.
Confío en tí, No desconfíes.
El veintidós es mágico, Sé que habrá una revelación. Es completamente un misterio, Quizás hoy no, pero, mañana sí. Ya comprenderás la razón de tu luz.
Sé que tú sabes, que uno nunca sabe.
Pero, yo sé que tú sabes, que, yo quiero que sepas.
Te quiero demasiado.
Tanto, que es complicado.
Tanto que parece torpe.
Tanto que lo supones. Se sabe.
Se sabe que no tengo que decirlo. Se sabe que ya tú lo sabes.
Y se sabe que yo hago como que no sé, Porque que tú haces como que no sabes.
Se sabe que tengo que decirlo para que lo sepas.
Porque si no lo sabes, entonces ni yo sé
Y de pronto, nadie sabe nada.
PERO,
Me pregunto si leerás mis horas de sueño, porque, hola, es de madrugada.
¿Ves? Es complicado, se enredan los dedos como se enreda la lengua. Lo mío son las palabras, pero, todavía hay cosas difíciles.
Últimamente he sido testaruda con mis emociones al punto de reprimirlas y querer dejar de sentir, porque creo que soy débil y que son algo que me hace menos fuerte, pero, me has enseñado tantas cosas, al punto de creer que las emociones son más fuertes que el puñetazo de alguna de tus amazonas.
Si te has rodeado de amazonas y kryptonita masculina, estoy segura, que te has hecho mejor persona, más fuerte, más valiente, con menos miedo y más resistencia.
¿Cuánto más puedes cargar sobre tus hombros?
¿Quién te ha dicho que tienes que hacerlo?
¿Cuántas de esas balas no han sido por tí?
Si quiera, ¿has podido recuperarte?
Necesitas paz, hombre de guerra. Levanta tu campamento en las nubes y hasta entonces, por favor, abre los ojos.
Mira el atardecer en las montañas y quédate ahí hasta que el sol esté dormido. Ya encontrarás una razón, créeme.
Vaya, debería incluirte en mi autobiografía. Eres increíble, sujeto del sombrero rojo. No eres Luffy, pero igual eres un sol.
Nika, el de la liberación.
Eren, el que fue libre.
Roger, el de la mar.
Tú, ¿quién eres? Liberación.
Libre.
Mar. Tú ?
Por algún motivo, el aire fresco de la mañana arropa tu cara y con su leve brisa, arrulla los cabellos suavemente al compás de una canción compuesta por tus notas de felicidad a causa de la cría de zargazos. Los cabellos bailarines en cada hebra, arrullados hasta quedarse dormidos a la mitad de una parcela escondida enmedio de tu universo, uno con tierra, plantas y corrientes de metano, uno con más objetos que personas, y es así porque te equivocaste de mar, navegante cabeza de musgo.
¿Has plantado tu inicial en la tierra?
¿Han florecido tus letras verdes?
¿Has reunido tus hortalizas?
¿Cuánto más hay de eso?
S E R E N D I P I A
Manos de jardín.
Vigía del páramo carmesí. Escondite secreto, komorebi.
Reverdece siempre, por favor, te lo pido. No te apagues, sé sol de media noche. Si te da paz, sé la luna de mediodía.
O el manto oceánico de estrellas.
El tapete floral de los elíseos.
Navegante de las nubes. Hombre sonriente.
Manos de jardín.
Alma libre.
Tú.
Duerme. Descansa. Desaparece, Busca ahí tu sueño.
Necesitas paz, hombre de guerra.
Uno, dos, tres, ¿cuánto más hay que esperar para soplar la vela? Cuatro, cinco, seis.
Disculpa, no está encendida.
Siete, ocho, nueve, y, bien ¿cómo se siente?
Diez, once, doce. Vamos a la mitad, no te rías.
Trece, catorce, quince, ¿cuántos cumples?
Dieciséis, diecisiete, dieciocho.
Tranquilo, no eres tan viejo.
Diecinueve, veinte, veintiuno.
Al fin la he encendido.
Veintidós. No eres demasiado viejo.
Muévete de la cama.
Suelta ahora la sábana.
Abre los ojos, pequeño zargazuelo.
No es insulto, de tanto dormir pareces conejo. Si miras por la ventana, habrá sol en tus ojos.
Sube a tu barco, navegante de nubes.
Orienta tu camino y no te pierdas.
Estírate, seguro estás cansado.
Respira, no olvides hacerlo.
Pon pies firmes en tierra.
Mira cerca el horizonte.
Hoy el cuarto huele a cerillos, ¿por qué será?, ¿habrá polvo en algún lado?
Mmm, no lo creo.
Por cierto; Una parte de tí, anoche se ha ido.
Me alegro tanto de abrazarle antes. Te ha dejado otra cicatriz de guerra. Es tan triste, pronto sanará, lo prometo.
Tus pestañas continúan dormidas y tu pensamiento sigue en el sueño.
Hoy esos ojos brillan más.
Al fin, has despertado. Respira, solo hazlo.
Hoy tienes paz.
Y eres libre.
Al fin.
Tú.
Se ha encendido algún tipo de fogata.
Qué distraída, olvidé la velita.
La flama chisporrotea. Está humeando. Vamos, sopla. Uno, dos. ¡Tres!
feliz cumpleaños. <3
Príncipe, caballero de guerra: