SOBRE ARCHIVOS, ARCHIVEROS Y ALGO MÁS... N° 10 Trujillo (Perú), 13 de junio de 2019 Editor: César Gutiérrez Muñoz (sumacmajta@yahoo.com) Los autores son los únicos responsables de sus opiniones y textos
Atentos a la clase (Prohibido usar celulares) LA CAPACITACIÓN ACERTADA... Por lo que la costumbre nos muestra, se cree en el Perú que capacitar es hablar, hablar, hablar acerca de un tema determinado. Muchas veces con un lenguaje enrevesado que ni el mismo docente entiende. Para capacitar en archivos hay que determinar, previamente, dos realidades: la de los que no saben ni pío y la de los que saben por ciencia o experiencia. Sobre la base de la respuesta que surja hay que diseñar la enseñanza. Si obedece a la primera, se comienza de lo básico, asegurándose que cada paso esté bien comprendido. Si hay que corresponder a los que han estudiado para ser archiveros o a los que a lo largo de los años han aprendido el quehacer con la práctica, las novedades se ofrecen a un mayor nivel sin perder los criterios de la didáctica. Por eso, la capacitación debe estar bien planificada y orientada a unos fines concretos. Con profesores preparados y educados. Nunca multitudinaria: máximo entre 25 y 30 asistentes por curso. No únicamente en la Lima abarcadora, sino en todo el país. Tampoco costoso para los matriculados. Me acuerdo mucho cuando una autoridad regional me avisó contentísima que un curso que ella organizó resultó un éxito porque asistieron 170 personas. Le contesté si me hablaba de un partido de fútbol o de un concierto de rock. Días después, me tocó visitar el Archivo y conversar con su gente: 'participaron' choferes, jardineros, vigilantes y otros trabajadores extraños a la materia, quienes, como es natural, se quedaron dormidos hasta los aplausos finales. La conversación es fundamental en ambos casos, en la que valen tanto las preguntas como las contestaciones bien formuladas. Sin una animada conversación no hay un aprendizaje completo. Toda capacitación requiere de una ajustada evaluación para seguir en lo mismo o para mejorar el procedimiento. No hay que enseñar por enseñar, sino enseñar con clase, con novedades, con esperanza. (CGM)