Impresos Bogotanos
Fotografía de Arístides Ariza exhibida en la Exposición Nacional del Centenario de la Independencia de Colombia, realizada en el Parque del Centenario en Bogotá
Efectivamente, un elemento muy arraigado en la cultura colombiana es el de la fascinación por el arte de contar y conversar. Una preciosa joya de este rasgo, asociado a los libros, la encontré debajo de cientos de revistas en la Librería Artemisa de Darío Marín, ubicada en la calle 45 con carrera 17. Intuía que el pequeño volumen que llevaba conmigo, al que le hacían falta las páginas liminares, era algo especial. Sin embargo, el que esa colección de cuentos, poemas, refranes, motes y poemas, titulada en la cubierta como Silva Curiosa, tuviera entre sus páginas la novela cervantina del Curioso Impertinente, me tenía confundido. Mar adentro de Internet se despliega en la pantalla la primera edición de la Silva Curiosa de 1583, en París, por Nicolás Chesneau. No era esa la hallada; tampoco lo sería la segunda: edición crítica de Mercedes Alcalá Galán, N. York, Peter Lang, 1998. Pero la tercera sí:
Silva Curiosa curiosa de Iulian de Medrano, caballero Navarro: en que se tratan diuersas cosas sotilissimas, y curiosas, mui convenientes para Damas y Caualleros , en toda conversación virtuosa y honesta. Corregida en essta nueva edición, y reduzida a mejor lectura por CESAR OUDIN VENDESE EN Paris, En casa de Marc Orry, en la calle de Santiago, a la insignia de Lyon Rampant. MDCVIII
92