Mapa 2023

Page 1

contenidos 01 EL MAPA ANTES DE MAPA —009 02 CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA —037 03 MÚLTIPLES VOCES PARA MAPA —105 04 CARTOGRAFÍA DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO —147
P A
M
A

Presentación

Este libro nos muestra la trayectoria y proceso de uno de los desa os más grandes que hemos enfrentado como compañía: el Proyecto de Modernización y Ampliación de Planta Arauco (MAPA), el cual implicó la inversión más grande de toda nuestra historia.

Su ejecución coincidió con periodos complejos, como la crisis de la pandemia, la cual nos obligó a trabajar con inteligencia y adaptarnos a una nueva realidad.

Después de casi 10 años de trabajo, celebramos su construcción y puesta en marcha. Un logro que nos llena de orgullo y satisfacción, ya que nos permitirá no sólo aumentar significativamente nuestra capacidad de producción de celulosa, fortaleciendo nuestra competitividad y liderazgo en los mercados globales, sino que también nos ayudará proyectar nuestro negocio al futuro para seguir desarrollando productos que mejoren la vida de las personas.

MAPA ha significado un esfuerzo gigantesco, pero también ha demostrado que es posible hacer bien las cosas y en forma colaborativa. La capacidad de llevarlo a cabo es muestra clara del espíritu de nuestra compañía: una mirada de largo plazo, la práctica permanente de la innovación y el enfrentar las adversidades con responsabilidad y convicción. Elementos que forman parte de nuestro ADN y que son vitales para responder a los desa os actuales en términos de competitividad y sustentabilidad.

Este es un hito importante, en un lugar muy significativo para nosotros. Y es que la comuna y provincia de Arauco están estrechamente a nuestra historia. Aquí nacimos hace más de 55 años y compartimos el nombre con la permanente voluntad de honrarlo.

Somos parte de esta comunidad y tenemos la convicción de que nuestro destino depende de la capacidad que tengamos de actuar en conjunto, para ser un verdadero impulso para el desarrollo local y fortalecer el capital humano de la región.

Es por eso que nos alegra ver todo lo que hemos logrado: el crecimiento de la empleabilidad, la profesionalización del emprendimiento local y la inversión social a través de diversas iniciativas que nos permitieron contribuir con la comuna en temas relativos a educación, economía, turismo y cuidado del medio ambiente.

En este proyecto participaron miles de personas. Cada una con una responsabilidad distinta, pero con un mismo fin, aportaron para que MAPA fuera posible. Agradezco la confianza y el compromiso de cada uno de ellos.

A nuestros colaboradores, por su esfuerzo y dedicación.

A nuestros vecinos, por acogernos y respaldarnos. A las empresas contratistas y proveedores que realizaron un trabajo de excelencia y calidad. A las autoridades locales y regionales, por entender el valor de un proyecto de esta envergadura. En definitiva, a todos quienes nos apoyaron y trabajaron con nosotros para dar impulso a esta nueva etapa.

MAPA es un claro ejemplo de que Chile puede aportar a los desa os de un mundo sostenible. Compartimos la experiencia e historia de este proyecto y queremos incorporar sus aprendizajes a los nuevos desa os que emprenderemos, y así poder seguir desarrollándonos en un entorno en permanente evolución y, como dice nuestro propósito, desde la naturaleza y lo renovable, contribuir a las personas y al planeta.

ARAUCO y Arauco, la empresa y la comunidad, unieron sus esfuerzos hace medio siglo, luego de que toda una pequeña ciudad se hiciera escuchar para conseguir que una industria nueva se desarrollara en su comuna. Aún hay quienes recuerdan la celebración en grande que hubo cuando se anunció la decisión final.

Su llegada cambió la vida y la forma de vivir de sus vecinos. En ese avanzar, con aciertos, errores y aprendizajes, se estrechó un lazo más allá de la planta.

Hoy, a través de MAPA (Modernización y Ampliación de la Planta Arauco), esa relación se proyecta por muchos años más. El mosaico de historias reunidas entrega pinceladas de lo que ha sido esta unión, desde que se inauguró la Línea 1 hasta esta nueva etapa de crecimiento con la puesta en marcha de la Línea 3. Todo el largo y complejo proceso ha sido junto a la comunidad. Es lo que esperaban los vecinos y ha sido lo que ha buscado la empresa en estos años.

De las numerosas obras realizadas en el transcurso de estas cinco décadas, hay dos que muestran, con especial claridad, la importancia que ha adquirido este vínculo: el Colegio Arauco, que rápidamente se hizo un lugar entre los mejores de Chile, y el Campus Arauco DuocUC, que ya es un referente para la educación superior.

Durante la realización de esta publicación, las restricciones sanitarias derivadas de la pandemia no estuvieron ausentes, pero siempre ayudó la buena memoria de muchos.

La puesta en marcha de MAPA es para la comuna, la región y Chile, un hito importante al que este libro intenta rendir un pequeño homenaje. Gracias a las personas que transformaron a MAPA de una cartogra a a una realidad.

Introducción
001
←Línea 1, 1972 —002
003
005

movimientos de tierra. Septiembre 2019

—006
Inicio
007
01
—008
Diario El sur , 1972

01

EL MAPA ANTES DE MAPA

La historia se escribe con hechos y resultados, pero también con la experiencia de lo vivido.

La llegada de ARAUCO supuso un impulso que cambió drásticamente la vida de una comunidad y, luego de un profundo aprendizaje, la empresa pudo propiciar una integración con ella.

EL MAPA ANTES DE MAPA 01 009
El sur , 1973
Diario
«Tengo fe en el hombre, en la mujer, en el joven de Arauco.
Tengo fe en esta provincia que tiene para nosotros la producción indómita de los albores de nuestra lucha»
Salvador Allende.

Discurso

inaugural de Planta Arauco, Horcones. Febrero 1972

Discurso inaugural, febrero 1972→

pueblo y ciudad

La ciudad que tomó un nuevo impulso. Así lo recuerdan testigos y protagonistas de esta historia compartida con Horcones y la planta, que ya cruza el medio siglo.

Arauco cumplió 170 años desde su fundación como ciudad, pero cuando recibió la Línea 1 de la planta Arauco se preparaba para celebrar «recién» sus 120 y, más allá de una historia rica en tradiciones, en la práctica todavía era un pequeño pueblo con más carencias que abundancia.

«Por cierto que sí, todo ha cambiado. Era un pueblo pobre, subdesarrollado, que en invierno quedaba aislado. La comunicación era difícil y a algunos sectores había que llegar en balsa. Todo se transportaba en carretas. Apenas había dos calles con pavimento. Y para que la plaza estuviera limpia, el alcalde (Luis) Yuri le pagaba a una persona de su bolsillo. No había recursos en el municipio, por eso el cambio que produjo la nueva industria fue notable», relata Jaime Gayoso, por entonces gobernador elegido del departamento que conformaban las comunas de Arauco y Curanilahue.

Desde mediados del siglo XIX, el trabajo de miles de mineros chilenos potenció una de las redes de ferrocarril más extensas de Sudamérica, así como los vapores que convirtieron a Valparaíso en un puerto de recalada mundial. Pero también el trabajo minero ayudó a implementar el alumbrado público a gas, que hasta ese momento solo iluminaba las principales ciudades como Concepción y Santiago.

De la gran industria del carbón, con Lota como polo de un desarrollo que se extendió hacia el sur por toda la vertiente occidental de la Cordillera de Nahuelbuta, no hubo grandes efectos en las inmediaciones de Arauco. Sin embargo, sus habitantes supieron aportar al progreso de las vecinas ciudades de Lota y Coronel, que fueron mercados importantes para los productos agrícolas y ganaderos provenientes de una comuna todavía predominantemente rural.

La explotación del carbón en Lota desarrolló la zona y al país entero, lo que propició el orecimiento de otras actividades productivas, como la primera fábrica de vidrios en 1881, la construcción del ferrocarril de Curanilahue en 1888 y la central hidroeléctrica Chivilingo, en 1897, la primera que tuvo Chile. Fundiciones, fábricas de cerámica, ladrillos y las primeras plantaciones forestales de Chile, destinadas a la fabricación de vigas para las minas del carbón. Estas datan de la década de 1880, cuando la Compañía Carbonífera de Lota decide reproducir, a gran escala, el pino insigne que la familia Cousiño introdujo, de manera experimental, en el país. Ese hito marca el punto de partida del bosque como principal fuente de trabajo para la gente de la zona.

1 Arauco,
—0010
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0011

La industria forestal en Chile nació en la primera mitad del siglo XX como parte del esfuerzo del Estado y de la ciudadanía por frenar los fuertes procesos de erosión de la tierra. Desde la conquista, y hasta 1950, la deforestación del bosque nativo a gran escala para uso agrícola, especialmente trigo, había generado una profunda erosión de los suelos. Bajo este escenario, a partir de la segunda mitad del siglo XX, comienza a tomar fuerza la reforestación con especies nativas o exóticas. Cabe destacar que en esa época la forestación se vio prácticamente como una cruzada nacional, pues se pensaba que estos árboles eran el mejor medio para frenar la erosión.

Las plantaciones de especies de crecimiento rápido como pino insigne y eucalipto signi caron además un medio para elevar la productividad de los suelos y satisfacer la demanda internacional de productos derivados del bosque, tales como la madera y la celulosa. Ya a mediados de los años 60 existían enormes reservas de bosque de pino insigne, en los alrededores del Golfo de Arauco. Sin embargo, fue la promulgación de la ley de bosques en 1931 y la creación de la Corporación de Fomento de la Producción (CORFO), durante el gobierno de Pedro Aguirre Cerda, en 1939, dieron el principal impulso a la industria de la madera en Chile. Esta institución tuvo entre sus principales objetivos el fomento de la estructura productiva del país, entre los que se encontraba el área forestal.

Un elemento que hizo atractiva la posibilidad de desarrollar desde el Estado esta área fueron los diagnósticos de los organismos internacionales hacia las décadas de 1930 y 1940, que presagiaban una escasez mundial de madera y de celulosa en el mediano plazo. A esto, se sumaron las misiones de especialistas forestales internacionales enviadas en esos años a Chile, las que concluyeron que, con un buen manejo, el potencial del país en materia forestal era más que prometedor. La industria forestal chilena quedaba, entonces, avalada por técnicos de reconocimiento mundial y lista para dar un salto.

Uno de los principales impulsores de este desafío fue Federico Albert, cientí co alemán que desarrolló una amplia carrera en Chile, sentando las bases de la modernización de la gestión de los suelos forestales y proponiendo una serie de medidas que permitieron impulsar las plantaciones forestales como un medio de protección contra la erosión de los suelos al mismo tiempo de promover su condición productiva.

Las forestaciones realizadas al amparo de estos procesos se encontraron disponibles para producir hacia las décadas de 1950 y 1960. Se contaba, entonces, con abundante materia prima, pero faltaban los medios necesarios para impulsar su desarrollo industrial.

—0012
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0013
Diario El sur , 1971

Sobre esta base, CORFO elaboró en 1954 un plan de desarrollo silvo-industrial que debía concluirse en 1962, con la puesta en marcha de siete plantas de papel y celulosa. Arauco surgía como un lugar promisorio.

Los bosques, unidos a una permanente necesidad de nuevas fuentes de trabajo, inclinaron la balanza en favor de la decisión de CORFO de instalar en Horcones una planta de celulosa que abriera un nuevo frente de desarrollo.

La futura inauguración de la Línea 1 fue noticia durante semanas. El diario El Sur de Concepción incluso llegó a titular: «La esperanza de un pueblo se encuentra en Horcones». Hasta que, en febrero de 1972, el presidente Salvador Allende cumplió el rito tradicional del corte de cinta y dio el vamos al primer proyecto industrial de envergadura establecido en Arauco, uno que cambiaría el futuro de un pequeño pueblo que anhelaba convertirse en ciudad.

«Arauco, su nombre emerge desde los albores de nuestra historia y su presencia en el futuro de Chile la queremos más pujante, más fuerte, para cambiar y mejorar el nivel de vida de sus habitantes, y para aprovechar íntegramente sus riquezas materiales», dijo el mandatario durante su discurso y casi medio siglo después de estas palabras, que marcaron el rito inaugural de la primera línea de producción de celulosa en la provincia de Arauco, el proyecto de Modernización y Ampliación de la Planta Arauco (MAPA) continúa el camino iniciado en ese verano de 1972.

También, como podemos apreciar a la luz de estos años, las plantaciones fueron una buena solución, pues además de ayudar a la recuperación de los suelos y a frenar la deserti cación, se constituyeron como un recurso renovable relevante para Chile, una fuente importante de biodiversidad y un aporte de productos forestales no madereros (PFNM) para la economía de las comunidades locales, además de contribuir a reducir los efectos negativos del cambio climático a través de la captura de CO2.

Historia y presente se encuentran hoy aquí, como muchos otros fragmentos, anécdotas, recuerdos, visiones, momentos. No nos enfrentamos a una memoria sino a muchas. Tampoco a una historia o una sola voz, sino a múltiples voces de una empresa, una comunidad y un pueblo devenido en ciudad.

—0014
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0015
Operador Línea 1, c. 1972

Jaime Gayoso Monsalve fue parte de ese momento histórico y supo de cerca lo que signi có la instalación de la planta en la comuna. No fue nada sencillo llegar a ese día, recuerda, evocando la intensa competencia entre los alcaldes de los municipios de la provincia que hicieron lo posible por llevar el proyecto a su territorio administrativo.

«El alcalde de Arauco de la época, Luis Yuri, hizo poner un letrero que decía: “Aquí se construirá la gran planta de celulosa”, y rápidamente aparecieron avisos parecidos en Lebu y Carampangue. Todos querían recibir esta industria, con la esperanza de generar más trabajo, desarrollo y bienestar para sus habitantes», rememora. Nacido y criado en Arauco, Jaime Gayoso ha sido testigo y partícipe de la metamorfosis de pueblo a ciudad, como gobernador provincial primero y luego como alcalde y concejal durante varios periodos: «La llegada de la industria creó necesidades nuevas y eso obligó al Estado a invertir en comunicaciones, caminos y mejoramiento urbano. Esas demandas sentaron las bases para una expansión que, sin la planta, tal vez nunca habríamos alcanzado», comenta.

Los ingenieros y técnicos que llegaban a establecerse en Arauco transformaron el panorama: el comercio local debió adaptarse para satisfacer las necesidades de quienes llegaban. Se abrieron restaurantes, se instaló el primer supermercado. Esta pequeña explosión demográ ca incorporó a la riqueza agrícola y pesquera, la representada por el trabajo de su industria forestal.

Con el impulso de la planta Arauco, fueron surgiendo viviendas, un colegio, un club deportivo y, a medida que se arraigaba el vínculo con las personas, nuevas infraestructuras comunitarias como un centro educacional de nivel universitario. El plano urbano, por supuesto, se extendió y ello supuso también otros desafíos. Con el aumento de la población y el desarrollo llegaron muchos vehículos a reemplazar las antiguas carretas, al punto que hoy es difícil encontrar donde estacionar. Son cosas que acompañan el progreso.

3 La botica fue farmacia

En este rápido recorrido, la memoria de Ita Ferrand (1946-2023) es un recurso envidiable. Llegó desde Valparaíso en 1978, contratada para hacerse cargo del casino, la hostería y la casa de huéspedes de la planta. En las más de cuatro décadas que trabajó en Arauco, vivió los cambios del día a día, como el crecimiento de la industria y la evolución del pueblo, en torno a nuevas áreas que prestaban servicios a la planta.

2
Desde ese primer día
—0016
Diario El sur , 1972
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0017
Jaime Gayoso

De esos primeros años, Ita recuerda su impresión al llegar y ver que había que sacar los difuntos de las carrozas y cruzarlos en andas por el río, porque los puentes de troncos y tablones viejos no soportaban el peso. Lo mismo ocurría para el traslado del personal.

«Ahora tenemos puentes de cemento, muchas más calles pavimentadas. Se arregló el camino y ya no hay que sacudir el polvo en las casas tres veces al día. Los pequeños almacenes campesinos, donde se podía encontrar desde clavos a porotos, fueron remplazados por supermercados. La botica fue farmacia y llegaron los primeros bancos. Ya no fue necesario ir hasta Concepción. Se levantaron poblaciones con jardines, mejoró el hospital, que hasta entonces era poco más que un consultorio», reconoce Ita Ferrand.

Y agrega que la llegada de la industria también abrió espacios laborales para las mujeres: «En el casino, todo el servicio era local y uno veía mujeres trabajando en la planta, en el policlínico, en todas partes. Recuerdo que hubo una capacitación para la correcta recolección de hongos comestibles. La vida cambió en Arauco con la planta. Hubo apoyo en lo cultural, libros para el liceo y la biblioteca, la construcción del Centro Cultural».

«Más de la mitad de mi vida la hice aquí», concluye Ita, quien se retiró después de 28 años trabajando para la planta y se quedó en el pueblo.

4 Será distinto y será mejor

Con cerca de 500 personas y 350 toneladas diarias de capacidad, la Línea 1 de ARAUCO hoy puede palidecer al compararse con las dimensiones de MAPA. Sin embargo, en sus inicios originó impactos profundos en el pueblo. Bien lo sabe Héctor Araneda, Gerente de Operaciones del Negocio Celulosa y Energía y otro protagonista en primera persona de este mosaico de historias. Recién salía de la universidad cuando se integró a la planta en Horcones, viviendo en la ciudad de Arauco entre 1990 y 2002. Después de casi dos décadas llevando adelante proyectos de la empresa en Valdivia y Montes del Plata, Uruguay, en 2018 Héctor volvió a la planta de Horcones y a vivir en la ciudad.

En su regreso, el desafío es mayor: el proyecto más grande en la historia de la compañía ARAUCO. Y con él nuevas transformaciones, nuevas tecnologías, ideas, relaciones de trabajo y compromisos con la comunidad.

«No se trata de mejorar un poco en algunas cosas y quedarnos tranquilos. Hoy el trabajo con la comunidad es mucho más profundo que antes, porque las personas tienen que sentirse implicadas y para eso hay que tener conciencia de que como industria no tenemos el derecho a afectar su calidad de vida. En ese sentido, estamos con ados en que MAPA será un caso ejemplar. Queremos ser un aporte y no una burbuja», concluye con entusiasmo.

—0018
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0019
Ita Ferrand (1946–2023)

En Arauco, fueron varias las generaciones que dieron sus primeros pasos en la vida escolar de la mano de la «Tía Luz». Ella ya no alcanza a recordar a todos los que fueron sus alumnos y alumnas, pero sí sabe que muchos llegaron a ser médicos, profesoras, folkloristas y trabajadores de la planta de celulosa.

Luz Cartes Fredes (85) fue la primera parvularia normalista que ejerció en Arauco, donde empezó a trabajar en 1961. Nacida y criada en la ciudad, la primera vez que salió fue a completar sus humanidades (actual enseñanza media) en Concepción, luego en la Escuela Normal de Angol. Y lo hizo en tren.

«Eran viajes hermosos. Los ricos iban en primera o segunda clase y en tercera los comerciantes y campesinos, con chanchos, pollos y todos los productos del campo que llevaban para vender en las ciudades grandes. Nunca se debió levantar la línea férrea», relata Luz, con un asomo de nostalgia.

«A mediados de los años 60, éramos un pueblo chiquito donde todos nos conocíamos, sin pavimento y con unos pocos autos. Solo se veían carretas y caballos. Había poco comercio, pero sí un hospital y escuelas primarias separadas para hombres y mujeres. Los mapuches venían a comerciar sus cosas y todos, huincas y mapuches, éramos como una familia», evoca Luz.

«Con la instalación de la Línea 1», continúa, «mucha gente llegó a vivir acá y eso hizo que se encarecieran algunas cosas. Otras se fueron perdiendo, como la costumbre de saludarnos cuando uno se cruzaba con otra persona, pero se hicieron poblaciones, se construyó un colegio, pavimentaron las calles y hasta instalaron los primeros semáforos. Llegó el progreso».

6 El camino a los acuerdos

Pablo Pelén García dio sus primeros pasos cuando la Línea 1 de la planta ARAUCO era ya una realidad. Hoy se desempeña como Subgerente de Asuntos Públicos, el área que vincula a la empresa con la comunidad en la que creció este ingeniero forestal, para quien su ingreso a la empresa fue una opción natural.

El ser nacido en Arauco y trabajar en la empresa ARAUCO le con eren una perspectiva clara de lo que ha sido este medio siglo de desarrollo industrial, periodo dentro del cual distingue entre las expectativas y los verdaderos cambios producidos en el curso de tres etapas, a su juicio muy marcadas.

«En los años 60, cuando el presidente Eduardo Frei Montalva anuncia la construcción, la gente trabajó mucho para que se quedara en Arauco, frente a opciones como Lebu y San Pedro de la Paz. Fue muy importante para la comuna, por la esperanza puesta en la generación de empleo, y aunque ese efecto no fue instantáneo,

5 Nos conocíamos todos
—0020
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0021
Operación Línea 1, c. 1972

se notó cierto impacto», explica Pelén, citando un titular del diario

El Sur de la época, que gra ca la gran expectativa levantada.

La segunda etapa que identi ca se sitúa entre los años 80 y 90, una época que él vivió en primera persona y en la que pudo advertir cómo se iban profundizando diferencias entre quienes se desempeñaban en la empresa, sus familias y el resto de la comunidad local.

Para atraer a los trabajadores, la empresa entregaba bene cios a los que el común de la población de Arauco no necesariamente accedía: espacios deportivos cerrados, un colegio del mejor nivel, buenas viviendas. «Esa brecha, señala Pelén, llevó a la comunidad a distanciarse de la empresa».

«Desde esos años y hasta 2010, sin quererlo, se profundizó esa diferencia. La empresa no era realmente parte de la comunidad local y muchos de sus integrantes así lo sentían», lamenta.

En ese contexto adverso, a partir del año 2010 comienza una transformación, impulsada también por los cambios que la misma sociedad chilena empezaba a levantar. «Comienza un camino duro y difícil, que poco a poco fue abriendo espacios de diálogo y mutua colaboración. La empresa se replanteó su relación con la comunidad y desde entonces se han logrado acuerdos y muchos avances. Tal es así que hoy ARAUCO se ha convertido en una referencia nacional de buenas prácticas en el relacionamiento con las comunidades», concluye Pelén, no sin antes subrayar la importancia de mantener fuerte este vínculo entre las personas y la empresa para el desarrollo futuro de la ciudad.

7 Una mística que perdura

Más allá de sus dimensiones inéditas, para la compañía, uno de los aspectos que distinguen a MAPA de anteriores grandes proyectos emprendidos por ARAUCO fue su mística interna.

Lo anterior es mucho más relevante de lo que puede parecer a simple vista, porque señala una marca de madurez. Como cuando al niño que ya ha aprendido a dominar una bicicleta, le llega el día en que es capaz de desamarla, repararla y volver a unir sus piezas.

Este paso gigantesco no llega como resultado del azar. Por el contrario, señala un horizonte de desarrollo respecto del cual —aunque inicialmente lejano— hubo necesidad desde el día uno, cuando los primeros técnicos e ingenieros recién ponían en marcha la planta en Horcones.

Eran años en que todos los que se desempeñaban en la Línea 1 hacían lo imposible por mantenerla funcionando con normalidad: «Fue una época complicada, porque en el país faltaba de todo y nosotros teníamos que mantener un determinado nivel de producción», recuerda José Vivanco, uno de los jefes que tuvo la planta en ese tiempo.

—0022
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0023
Operación Línea 1, c. 1972

Presentaba complejidades que hoy son difíciles de imaginar, especialmente en cuanto a los tiempos y plazos que requería cada decisión. No era solo que los repuestos se tuvieran que pedir por teléfono o por correo: el camino entre Arauco y Concepción era de tierra y el ferrocarril era la forma más segura. La ciudad tenía una sola calle pavimentada.

«Cuando nos faltaba algo, había que intentar repararlo. Veíamos la forma de corregirlo y para eso usábamos el alambrito, el pernito, la huinchita… Claro, lográbamos mantener la planta en servicio, pero esa precariedad nos ocasionaba grandes problemas porque los equipos no estaban hechos para funcionar así», relata Vivanco.

Al mejorar las condiciones de operación, el proceso de cambio interno tuvo un solo resultado: el adiós a la cultura del alambrito. «Fue entonces cuando nos dijimos que esta planta tenía que funcionar con estándares de calidad mundial», recuerda Vivanco.

Edison Durán, gerente de operaciones en el área de Celulosa (desde 2016 a 2022), se incorporó recién salido de la universidad y recuerda con claridad cómo se fue dando la transformación: «Había una preocupación especial para que entendiéramos todas las etapas del proceso de producción. Yo fui asistente del asistente del operario y ese tipo de entrenamiento me sirvió mucho después, porque conocer bien el ciclo completo ayuda mucho a trabajar y da una visión panorámica», sostiene.

El cambio se fue re ejando en los primeros rompimientos de marcas de producción, que se celebraban en el boletín interno como verdaderos récords. Y esa mejora tuvo otro efecto virtuoso, que perfectamente se podría decir «dominó».

«La planta adquirió otro ritmo al ser más e ciente y producir más, lo que después nos permitió hacer nuevas cosas. Aserraderos, la planta de paneles, una segunda línea en 1989, todo lo que fue convirtiendo a ARAUCO en el complejo industrial y forestal que es hoy y que se re eja en MAPA».

«Y todo esto en una dinámica interna de rápido aumento del conocimiento de la ingeniería en general y de las ciencias forestales, lo que hoy permite llevar adelante proyectos con ingenieros chilenos, siendo que antes todo venía de afuera», concluye.

Para Gunars Luks, el efecto dominó se explica primero por las desventajas relativas y desafíos obligados que signi có operar la Línea 1 en los primeros años, lo que redundó en la formación de equipos que además de conocer al dedillo todo el proceso, trabajaban de un modo muy coordinado.

«Los pioneros en esto son Estados Unidos y Canadá, ellos eran los que llevaban el pulso de la celulosa a nivel mundial, tenían los ingenieros, fabricaban los equipos, todo. En Chile estábamos muy

—0024

Línea 1, c. 1972

EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0025
Operación

lejos de eso, y por eso era muy importante que todas las personas —así fueran de mantención, de producción o de ingeniería— conocieran de cerca todo el proceso. Eso nos hizo ser mejores».

Esta manera de hacer, anclada en la idea de proyectar ese trabajo hacia el futuro y relevar el conocimiento propio, se asentó rmemente en la cultura de ARAUCO.

La valoración de ese conocimiento, la resolución efectiva de los problemas y el desarrollo de equipos unidos son algunos de los rasgos iniciales que hasta hoy perduran, desde esa época cuando los repuestos se pedían por correo y la ciudad recién instalaba sus primeros semáforos.

8 Ha llegado carta a Purranque

Entre los hitos que ya habían ocurrido al comenzar marzo de 1971, se pueden mencionar la llegada del hombre a la Luna y la primera vuelta al mundo —sin recaladas— de un submarino atómico.

Un pedacito de esta modernidad llegó a Purranque ese mismo mes, dentro de un sobre que contenía una carta certi cada dirigida a Sergio Fernández, un joven dedicado temporalmente a la agricultura en el campo de sus padres, como casi todos en ese pueblo de la Región de Los Lagos.

«Purranque tenía unos 5 mil habitantes y casi todos vivían de la agricultura y la ganadería. Había también muchos alemanes, algunos muy buenos para las estas, que compartían bastante con la gente local. Era un pueblo chico, yo hice la escuela primaria allá y a los 14 años me fui a Temuco, desde donde volvía a mi casa cada vez que podía, aunque me demorara ocho horas en tren».

En ese mismo tren debe haber llegado la carta, con toda la rapidez que permitía un siglo XX, que en buena parte del sur aún era de carbón y vapores.

Sergio había esperado el sobre con ansias desde que viera un aviso en el diario de Temuco, la ciudad donde estaba terminando su formación técnica. El aviso ofrecía trabajo en Arauco. Se estaba construyendo una planta nueva y necesitaban gente.

En el Chile de 1971, industrias había solo en las grandes ciudades como Santiago, Valparaíso y Concepción, que tenían fábricas, tranvías, astilleros. Hacia el sur, llegando a la zona que aún se denominaba La Frontera, había fundos trigueros, algunas cooperativas lecheras y aserraderos, pero nada comparable a lo que pasaba más al norte.

Por eso, cuando se instala la nueva planta en la provincia de Arauco, esta última compartía con Purranque la misma realidad rural, agrícola-ganadera y, hasta cierto punto, ajena al desarrollo del país.

—0026
José Vivanco →
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0027
↑ Revista Celarauco , 5 de enero 1975

Más allá de su familiaridad con la operación de alguna maquinaria, Sergio Fernández no pudo dejar de sorprenderse al enterarse del tamaño que tenía el proyecto de Línea 1. Pocas veces se había visto algo así tan al sur: «Por su magnitud, era una tremenda empresa. Los colegas de la papelera en Laja, que ya tenían cierta experiencia, decían que iba a ser una planta muy moderna, porque allá no se conocían las válvulas automáticas. ARAUCO incluso tenía su propia subestación eléctrica, todo estaba cableado», recuerda.

Después de un año trabajando en la amante planta —la famosa carta no lo había defraudado—, Sergio decidió trasladarse de nitivamente y vivir en Arauco, su pueblo adoptivo, tan parecido en mucho a su Purranque natal. Y así fue como se convirtió en uno de los pioneros de aquella primera generación de ingenieros y técnicos afuerinos llegados a la ciudad junto con la nueva industria. Hoy, al recordar la historia de la carta recibida por ferrocarril, no puede dejar de observar: «Es un mundo diferente».

—0028
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0029
Operación Línea 1, c. 1972

Como ingeniero, José Vivanco Rodríguez se mantuvo durante casi medio siglo ligado a la planta y tomó parte en cada una de las etapas que la llevaron a situarse entre los grandes productores de celulosa a nivel mundial.

Ya retirado, hoy no se le ve en la planta; pero es como si estuviera, porque de don José, o Pepe, todos guardan un recuerdo indeleble.

Llegó en mayo de 1974, a una planta que, habiendo iniciado operaciones en diciembre de 1971 aún no lograba despegar. «Yo vivía en Vitacura y me vine a establecer a la única calle pavimentada que había en Arauco. Y no es broma. Todas las demás eran de tierra y se convertían en un barrial durante el invierno. No había supermercados, solo pequeños almacenes. Y una bomba de bencina donde vendían para na para la calefacción de las casas. Fue una época muy difícil, en la que todos la pasaron dura», recuerda. Imaginada como la gran esperanza para la entonces empobrecida zona de Arauco, los problemas iniciales de la Línea 1 fueron innumerables. De instalación, de funcionamiento de la maquinaria, de mantenciones. Con la perspectiva del tiempo, Vivanco observa que al principio era una planta operativamente muy débil y eso impedía mantener una producción regular y constante. A dos años de su puesta en marcha, la Línea 1 estaba produciendo 280 toneladas, en promedio, por día, aunque el diseño original contemplaba 350 diarias. Se veía difícil alcanzar esos niveles, si bien admite que todos eran muy novatos también.

José Vivanco recuerda que iniciaron una campaña interna para lograr que la planta cumpliera con la capacidad para la que había sido diseñada. Día a día iban anotando la producción diaria, la promedio y la anual, con el objeto de implicar a todos en el objetivo. En octubre de 1975, a casi cuatro años de la puesta en marcha, por n se produjeron 400 toneladas en un día, superando así la capacidad del diseño original. Después, lograrían mucho más que eso.

El registro histórico de las páginas de Celarauco, la revista interna, da cuenta de la importancia que tenía alcanzar una determinada producción y, número a número, de esos hitos solían dar cuenta los titulares principales de la publicación.

«Él manejó las cosas con astucia y formó un gran equipo», es otra frase que, con ligeras variantes, se repite entre quienes conocen de su largo paso por ARAUCO.

9
Hacer escuela
Trabajadores Línea 1, c. 1972 → —0030
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0031

Siendo la única industria importante de la zona, Vivanco entendió tempranamente que se requería atraer no solo ingenieros, sino también mandos medios, trabajadores, técnicos y operarios, para capacitarlos. Su idea siempre fue hacer un trabajo de calidad a la primera, sin improvisar, sino pensando antes de actuar. Esa fue su escuela.

De personas como él surgió lo que hoy muchos llaman la cultura interna de ARAUCO, re ejada en una determinada manera de hacer las cosas. Así, por ejemplo, se le atribuye un plan de capacitación muy especial para los ingenieros que se incorporaban en los primeros años, a los que se preparaba para que en algún momento pudieran manejar la planta.

«Los entrenábamos en cada una de las posiciones del proceso de producción, por eso todos partieron como ayudantes de operador en su primera semana. Tenían que entender y conocer el trabajo completo, compenetrarse con la gente, conocer a quienes iban a supervisar después», explica.

Todo el aprendizaje iniciado a partir de entonces, en esa pequeña planta llamada Línea 1, se aplicaría en la Línea 2 a través de ingenieros propios de ARAUCO, quienes tras capacitarse en Canadá diseñarían la planta inaugurada a nes de 1992. Después vendrían Valdivia y Nueva Aldea. Hasta hoy, donde el camino tiene como destino el proyecto MAPA.

Jorge Serón es otra de las personas que sabe sobre la historia de la compañía. Es Ingeniero Forestal y trabajó en ARAUCO por más de cuatro décadas, en distintas áreas y cargos. Ha sido un largo camino, en el que se han tenido que especializar para estar a la vanguardia y sostiene que eso les ha permitido llegar hasta donde están, con un producto tan importante como este. «Sin celulosa, no tendríamos papel ni tampoco diarios, libros, cuadernos. O pañales y pañuelos desechables, cartón y muchos productos más que, por su cotidiano uso, son tan familiares que no nos preguntamos cómo ni con qué se hacen».

—0032
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0033
—0034
EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0035
02
—0036
Construcción Línea 2 de Planta Arauco.

02 CARTOGRAFÍA

DE UNA OBRA

En sus 296 hectáreas de super cie, MAPA condensa el pasado, presente y futuro de una industria chilena en constante evolución, que hoy se desarrolla en condiciones , cualitativa y cuantitativamente , muy diferentes a las de sus comienzos, a principios de los años setenta.

EL MAPA ANTES DE MAPA 01 0037

1

De MOPA a MAPA

Repasando su historia profesional como ingeniero civil químico, de la Universidad de Concepción, Claudio Iglesias Riquelme recuerda con nitidez aquel verano de 1976 en que llegó a hacer su práctica en la antigua planta de Horcones. Una vez terminada, y como tantos otros, al enterarse de que se abrirían nuevas contrataciones, postuló. Y quedó.

Al saberse aceptado, puso una condición: acceso al laboratorio para trabajar en su memoria de grado, que versaba sobre la recuperación del tall oil , un subproducto del proceso industrial de la celulosa que en aquel entonces en Chile no se conocía, pero que hoy es recuperado en muchas plantas.

«Al principio me preguntaban si acaso me habían desterrado, porque viví allá desde el año 1977. Viajar a diario desde Concepción signi caba pasar una hora o una hora y media arriba de un bus, dos veces al día», recuerda.

En la planta, literalmente hizo de todo y estuvo en todas partes: supervisor del área bra, jefe de turno, posteriormente en las máquinas y, por un par de años, en los dos extremos de la línea de producción.

En total, fueron 44 años en los que no solo aprendió todos los procesos, sino que participó en cada nuevo «estirón» que iba ampliando la planta. Por eso sus recuerdos se entrecruzan con la historia de una planta que hasta hoy no para de crecer: «Cuando empecé era muy chiquitita y su diseño estaba pensado para producir 350 toneladas diarias, hoy en día es imposible que existan plantas tan pequeñitas», dice.

En 1988, se anunció la ampliación de la Línea 1 a través de un proyecto bautizado MOPA (Modernización Planta Arauco) en el que se desempeñó como coordinador. Las 350 toneladas originales aumentaron a 525 toneladas de producción diaria, a lo que siguió una nueva transformación de la Línea 1, para producir eucalipto y hacerla alcanzar las 800 toneladas por día.

Más adelante, la empresa emprendería la construcción de la Línea 2, en la que también fungió como coordinador de aquel proyecto. Gracias a su capacidad de 1.500 toneladas diarias, el incipiente complejo llegó a una producción de 2.300 toneladas por día, «lo que era una brutalidad respecto a lo que se podía hacer inicialmente», destaca.

El ingeniero Claudio Iglesias culminó su carrera en la empresa como superintendente de ingeniería, trabajando hasta nes del 2017. Sin embargo, después de cuatro décadas todavía le quedaba algo por hacer: «Ese año, la empresa me pidió ir a trabajar en el proyecto de pulpa textil en Valdivia, donde estuve hasta julio de 2020. Es un proyecto muy bonito que ha sido muy exitoso».

—0038

↑ Secuencia de imágenes: construcción Línea 2, 19xx

↑ Claudio Iglesias
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0039

Agrega, además, que una de sus últimas satisfacciones profesionales fue su participación en la construcción del área de tratamiento de e uentes, en los inicios del proyecto MAPA, que hoy valora a la distancia:

«Además de multiplicar la capacidad de producción, cuenta con las últimas tecnologías a nivel mundial, lo que signi ca que, de aquí en adelante, las personas que trabajen en la Línea 3 de ARAUCO lo harán con estos avances, lo que representa una ventaja muy grande para cualquier profesional que quiera desarrollarse».

2 El espíritu de los tiempos

La relación de Gunars Luks con ARAUCO y la celulosa había comenzado de manera indirecta. «Éramos de Santiago y mi padre llegó a trabajar en el montaje de la planta ARAUCO 1, luego fue contratado por la empresa y, en ese momento, toda la familia se vino a vivir a Arauco, donde yo terminé el colegio».

Sus estudios universitarios los hizo en Santiago, pero durante el verano volvía a realizar prácticas laborales en la planta, que le signi caban un contrato temporal de apoyo en distintos trabajos de mantención y proyectos de ingeniería. Finalmente, en agosto de 1982 rmó su contrato de nitivo.

Fueron casi 40 años, en los que pasaría de ayudante en terreno a operador, lo que le permitió conocer de cerca cada una de las áreas de la planta. Fue supervisor, jefe de turno, jefe de operaciones, superintendente, subgerente y gerente, desempeñándose en las líneas 1 y 2. Después en Valdivia, Nueva Aldea y Montes del Plata, en Uruguay. En la actualidad, será quien tome las riendas de MAPA. Como varios otros ingenieros que se curtieron al rigor de esos primeros años, Gunars Luks llegó a ser el gerente de la Planta Arauco Linea 3. «Lo interesante es que en mi recorrido pasé por cada una de las áreas operativas, aprendiendo de los propios operadores los aspectos prácticos del trabajo, al tiempo que yo compartía con ellos algunos conocimientos teóricos útiles para sus funciones. Fue un aprendizaje mutuo inolvidable», recuerda.

«El conocimiento transversal era necesario, más allá de la motivación que teníamos y de nuestro compromiso con la empresa. Si nuestro equipo humano no tenía esa capacidad, no podíamos estar ahí», evoca Luks.

Entre las anécdotas, no olvida las veces en que, al asistir a eventos de la industria y conversar con personal de otras plantas, muchas veces se daba cuenta de que esas personas no tenían idea de algunas cosas que para él resultaban vitales.

—0040
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0041
↑ Gunars Luks

«Hacíamos preguntas que ellos no tenían cómo responder, porque en sus plantas no necesitaban saberlo. Frente a cada problema, siempre encontraban la respuesta en alguien que tenían cerca o llegaba un ingeniero especialista que les ayudaba a solucionarlo. Nosotros no funcionábamos bajo los mismos estándares y, gracias a eso, incorporamos un conocimiento profundo que después nunca se olvida».

Las profesiones y los títulos podrán variar —ingenieros, arquitectos, eléctricos, electrónicos, mecánicos—, pero como señala Luks: «A ARAUCO puedes entrar y desarrollarte en un mundo donde todas las vocaciones tienen cabida y encuentran un horizonte de carrera interesante».

No disimula una cierta nostalgia al referirse a los viejos tiempos, cuando los métodos de aprendizaje eran en terreno. A partir de esa manera de hacer las cosas, rememora, surgía también otro tipo de conocimiento: el del equipo humano que se iba formando. «Cuando se era supervisor o gerente, uno se sabía el nombre de toda su gente. Si había nacido un hijo o si la hija mayor había entrado a estudiar, si alguien tenía un problema en la casa o alguien de la familia enfermaba. Existía un gran cariño por la empresa y la gente trabajaba con la camiseta bien puesta, porque el sentido de pertenencia era muy grande».

Con ese mismo espíritu de equipo, todos estaban en todas. Podía haber diferencias de rango, pero el gerente estaba con el mecánico del contratista revisando el eje de una bomba y conversando de tú a tú: «No era que el gerente fuera a dar una vuelta para mostrarse, había una preocupación genuina por cada quien, independientemente de la posición que ocupara. Gracias a todo eso, nos convertimos en muy buenos fabricantes de celulosa a nivel mundial».

3 Mujeres marcando el camino

En el inicio, era noticia cada vez que aumentaba la producción diaria de celulosa. Algo parecido ocurría cuando una mujer llegaba a ocupar una nueva posición en la planta. Así fue quedando registrado en páginas de El Celarauco, el periódico impreso que por más de cuatro décadas recogió el quehacer de la empresa y de su gente.

Como María Streeter, cuando fue designada jefa del laboratorio central bioquímico y de los laboratorios de área. O Elisa Espinoza, al asumir las comunicaciones de la empresa con el mundo, vía télex.

Con titulares como: «Yo la vi con mameluco, botas y traje de agua», se destacaban también las salidas a terreno de Nancy Acuña, quien había ingresado a ARAUCO para dirigir el Departamento de Bienestar Social de la empresa.

—0042
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0043

Las mujeres siempre han estado presentes en ARAUCO, en distintos roles y desafíos. Una de ellas es Alejandra del Río, quien con 25 años en ARAUCO integra el equipo de la Gerencia de Ingeniería y Construcción, también conocido como «los gitanos», pues se trasladan a cada lugar donde haya proyectos nuevos que realizar. Alejandra estuvo antes en Valdivia y Nueva Aldea, y aunque en MAPA ahora las magnitudes son de otro orden, asegura que cada etapa le ha aportado un nuevo aprendizaje: «En Valdivia aprendimos mucho. Fuimos madurando como organización y, gracias a ese aprendizaje, este proyecto en particular se abordó de una manera muy diferente», señala.

Jefa Administradora de Obras de MAPA, Alejandra se declara «araucana de tomo y lomo» y estudió construcción civil en la Universidad Austral. Sin embargo, cuando niña, nunca pensó que llegaría a trabajar en la planta: «Mis padres se dedicaban a la agricultura. En mi familia, y en el entorno cercano, nadie tenía algo que ver con la celulosa, pero al entrar a la universidad empecé a trabajar durante los veranos y ya en tercer año conseguí una práctica en la construcción de la Línea 2. Estuve dos años trabajando en ese proyecto y fue entonces que empezó mi relación de nitiva con la empresa».

Sobre MAPA, dice que hubo una coordinación con todos los entes que trabajan para una planta de celulosa. «En cuanto a logística, adquisiciones y suministro de energía, se desarrolló un trabajo conjunto de todas las áreas de ARAUCO involucradas, lo que permitió avanzar en forma muy ordenada y que todos tuvieran un cabal conocimiento del proyecto anticipadamente. Antes de MAPA, nosotros construíamos y, cuando la obra estaba lista, entregábamos una planta nueva para que la operara gente que recién entonces se integraba al proyecto. Así las cosas, la puesta en marcha resultaba mucho más compleja. Ahora, todos los participantes se incorporaron desde el comienzo del proyecto y eso ayuda muchísimo», explica.

«Mi abuelo trabajó en ARAUCO, en el área forestal, mi tío también. Cuando salí de la universidad, me vine a hacer la práctica acá y, de una u otra forma, ya conocía las dinámicas», cuenta Marisol Rabanal, Subgerenta de administración y costos y quien, hace más de 30 años, también llegó a fortalecer la presencia femenina en ARAUCO. «Llegué en 1989 al área de abastecimiento, en tiempos en que en Horcones sólo estaba la Línea 1 y me quedé», relata. Ese año, ARAUCO comenzó los trabajos en la Línea 2 de Horcones y un proceso de crecimiento que la llevó a levantar más plantas en el sur del país en las siguientes dos décadas. Marisol trabajó en todos estos proyectos.

—0044
Alejandra del Río Ingrid Cárdenas
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0045
Marisol Rabanal

4

«El 95 ingresé a un proyecto de ampliación, ARAUCO 21, para modernizar la Línea 2. Después vinieron otros proyectos menores, en torno a las únicas dos plantas que había, Arauco y Constitución. Hasta que llegó Valdivia. Ahí nos fuimos con Alejandra a “colonizar”, porque no había nada», recuerda.

«Este camino ha sido de mucho aprendizaje, personal y para la empresa, en todo ámbito. Es cosa de pensar que en el proyecto de Valdivia teníamos un encargado del área ambiental y un encargado de prevención de riesgos. En MAPA estas áreas son prioritarias, hay equipos de 15 personas en cada caso. Es otra cosa». Al igual que Alejandra, a Marisol le tocó iniciar su carrera en un entorno donde la presencia masculina era mayoritaria, pero que asumió positivamente como un desafío. «Hay un reto, claro, el de adecuarse al lugar en que estás trabajando. Y en ese proceso vas aprendiendo, se abre un camino, sobre todo en un área donde había muchos más hombres que mujeres. Pero la empresa evalúa resultados, y en ese sentido, en los cargos que hemos ido ocupando, se han ganado espacios».

Así como Alejandra y Marisol, y antes María, Elisa o Nancy, en ARAUCO las mujeres se han granjeado un espacio que en la empresa cada vez se nota más. Hay electricistas, mecánicas, ingenieras en terreno, supervisoras en obras, prevencionistas de riesgo y un amplio etcétera.

Trabajando en el área de la construcción, Alejandra ha sido parte de esta evolución, para la cual se sintió preparada desde la universidad. Recuerda que, en la carrera de ingeniería, si entraban cien estudiantes, no más de quince eran mujeres. «En ese contexto, se va forjando el carácter. Mi equipo de trabajo siempre ha sido de hombres, a veces mucho mayores que yo, pero se aprende a tratar con ellos siendo asertiva».

Todos los caminos

llevan a MAPA

Existen unidades de longitud para medir distancias y la envergadura del proyecto MAPA también puede re ejarse en distancias que simbolizan ese alcance. Están, por ejemplo, los 13.950 kilómetros entre Horcones y Espoo, ciudad situada en la misma región de la capital de Finlandia, Helsinki. En Espoo tiene sus o cinas Valmet, empresa con una larga historia en la industria de la celulosa, y hoy también enfocada al desarrollo de tecnologías de automatización. «Ya hemos colaborado con ARAUCO anteriormente y nos satisface mucho participar en MAPA con tecnología clave para la nueva planta. Esta colaboración es muy signi cativa para nosotros, pues la llevamos adelante desde Finlandia y los componentes han sido producidos en nuestros propios talleres», cuenta Bertel Karlstedt, presidente de la línea de negocio de celulosa de Valmet, compañía encargada de fabricar parte de la maquinaria de última generación que operará en la planta.

—0046
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0047

Entre Espoo y Graz, la segunda ciudad más grande de Austria, hay 1.980 kilómetros. Es la distancia que existe entre Valmet y Andritz, la empresa austriaca que suministró a MAPA los sistemas para trabajar con bra y licores, como se denominan los líquidos que son parte de la producción de celulosa.

Tanto Valmet como Andritz enviaron equipos de trabajo a Horcones, donde asesoraron la instalación y la puesta en marcha de sus máquinas en la nueva planta. Al llegar, otras latitudes y países se sumaron a la tarea, como São Paulo, en Brasil, ciudad ubicada a 4.200 kilómetros de la nueva Línea 3, desde la cual una serie de especialistas de los procesos de celulosa han viajado a MAPA a contribuir con su experiencia en escalas de producción de alta capacidad.

Héctor Araneda explica que, en la industria de la celulosa, los brasileños funcionan con magnitudes similares a MAPA. «Generan proyectos de gran escala y plantas con capacidades por sobre el millón de toneladas anuales, una experiencia que enriquece nuestra operación inicial. Son especialistas en varios aspectos y vienen con buenos consejos», cuenta.

Algo más cerca de Horcones, a 1.900 kilómetros hacia el este, en Conchillas, Uruguay, ARAUCO ha desarrollado otra de sus numerosas experiencias previas internacionales. Allí se ubica la planta de Montes del Plata, desarrollada en conjunto con Stora Enso, multinacional de origen sueco. «Las organizaciones tienen procesos bastante propios de trabajo, que están bien arraigados en su cultura. Para nosotros, la colaboración con Stora Enso nos dio un nuevo impulso. El efecto es similar a lo que ocurre al conversar con otras personas, de otros lugares y otras culturas. Es lo mismo», cuenta Gunars Luks.

Esta amalgama de experiencias y formas de trabajar, agrega Luks, siempre ha sido parte de ARAUCO: «Hay que recordar a todos los americanos que llegaron a nes de los años 60 a construir la Línea 1 y lo importantes que fueron», recalca.

La historia de los americanos llegados a Arauco, al construirse la planta original en Horcones, es conocida en la zona. José Vivanco, jefe de planta de la Línea 1, en ese entonces, la recuerda bien. «Al principio eran varios, venían de Canadá y Estados Unidos. Aprendimos bien rápido de ellos, eso sí, por eso después de un par de años operando la planta seguíamos con dos de ellos solamente, y en cosas bien puntuales».

—0048
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0049

Al propio Vivanco le correspondió, a mediados de la década de 1980, sumar kilómetros en representación de ARAUCO. Junto con otros ingenieros, viajó 10.790 km hasta Vancouver, Canadá, donde se integraron al equipo de trabajo de una compañía de ese país encargada del diseño principal de la futura Línea 2, que ahora ha sido modernizada a través de MAPA.

A diferencia de hace medio siglo, cuando los 60 kilómetros que separan a Horcones de Concepción podían parecer interminables, las distancias dejaron de ser un obstáculo para el desarrollo de proyectos de alcance global.

5 Mirando hacia adelante

MAPA contempla estándares de clase mundial en términos de producción y gestión ambiental, lo que la pone a la vanguardia de la actual evolución en la industria de la celulosa, rati cando así uno de los pilares conceptuales del proyecto: construir pensando en su capacidad de adaptarse.

Entre las más de ocho mil personas que en promedio han transitado por el sitio de construcción, hay gente de Concepción, de Arauco, de Lota y de otras comunas de la Región del Biobío, como también las hay de otras zonas del país y del mundo, entre brasileños, argentinos, nlandeses y más.

Como una pequeña Babel, la Línea 3 se va levantando a un costado de la Línea 1 y de la ya modernizada Línea 2. En enero de 2022, varios meses antes de la producción del primer fardo de celulosa en MAPA, la planta original cesó su operación, poniendo n a un largo ciclo de medio siglo que ha sido espejo no sólo del desarrollo de la actividad forestal en Chile, sino de uno de los procesos más recientes de industrialización en la zona centro sur del país.

La Línea 1 se plani có como polo de desarrollo para una de las zonas más postergadas del país en esos años. Al alcanzar su capacidad máxima de producción, se proyectó la construcción de la segunda. Ahora, con los trabajos de la Línea 3 avanzando a toda marcha a sus espaldas, Héctor Araneda, re exiona sobre las diferencias epocales: «Este proyecto da cuenta de cómo han evolucionado los procesos de la celulosa a lo largo de los años. La Línea 1 era un sistema muy poco automatizado, cuya operación apenas requería apretar un par de botones. Recién con la Línea 2 se consideró en el diseño una sala de control», relata.

«Comparativamente, esta tercera línea es una verdadera nave espacial. Su foco está puesto en la automatización, lo que trae consigo un importante cambio de paradigma operativo: si alguna vez fue necesario que todos en la planta supieran hacer de todo, hoy cada función es altamente especializada. En ese, y en muchos más sentidos, la Línea 3 ha sido construida con una mirada de futuro».

—0050
Marcelo Subiabre Brenda Gutiérrez Karina Soto Jaime Neira Simona Lanata
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0051
Manuela Peña

En sus casi tres años de construcción, más del 80 por ciento de los trabajadores asociados al proyecto han sido provenientes de la zona, algo que se ha traducido en un fuerte impulso para las economías locales.

Patricio Henríquez, gerente de ingeniería y construcción de ARAUCO y jefe de la construcción de MAPA, tiene su o cina a pocos pasos del escritorio que ocupa Araneda. Eso, en un proyecto que nada ha dejado al azar, forma parte del diseño de la obra: las personas que se desempeñarán en la operación de la Línea 3 han estado observando, testeando y comprobando los sistemas desde el momento mismo de su instalación, familiarizándose con las nuevas dependencias desde los cimientos.

La idea es, a la larga, minimizar lo que de otro modo sería una costosa marcha blanca: «Además de construir, hay temas de ajuste, de sintonía na. Las personas que estarán a cargo de la maquinaria que se ha ido instalando tienen que calibrarla, dejarla a punto», explica Henríquez, agregando que este enfoque de trabajo viene siendo aplicado desde hace algún tiempo.

«Como compañía, venimos de años de mucha construcción, con plantas en Valdivia, en Uruguay, de ahí que se viera la necesidad de hacer crecer este equipo. Esa experiencia nos permitió abordar todo lo que representa MAPA, el proyecto más ambicioso y la inversión más grande emprendida por ARAUCO», continúa.

El proyecto implicó instalar casi 10 mil equipos de instrumentación y otros 2.500 equipos mecánicos, que los operarios harán funcionar una vez completada la construcción.

Una idea que siempre ha acompañado la construcción de la Línea 3, y que en parte explica las dimensiones del proyecto, es minimizar la participación física de los operarios en aquellos procedimientos que los expongan a riesgos de cualquier índole para su seguridad.

«Al operario hay que despejarle el terreno, organizando todo el trabajo de la planta para que él haga lo que hace mejor, operar los equipos. Para eso hay que limpiar los palos del camino», explica Héctor Araneda, insistiendo en que se trata de un cambio trascendental en la manera de trabajar de una planta donde, antiguamente, la necesidad obligaba a que todos, desde el jefe de planta al obrero, entendieran cómo mantener funcionando la línea de producción. «MAPA será manejado por especialistas. Se trata de proceso de automatización basado en la robótica, la inteligencia arti cial y una serie de herramientas de procesamiento y análisis de datos. Es importante subrayar que esto no signi ca que vayamos a trabajar con menos gente, sino que la gente debe estar preparada para trabajar bajo esta nueva visión», aclara Araneda.

—0052
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0053
↑ Patricio Henríquez

Navegar este barco, completa el gerente de MAPA, requiere de trabajadores con más competencias y más formación: «Las plantas antiguas estaban hechas pensando en la máquina, ahora están hechas pensando en las personas y en la capacidad de reaccionar rápido a lo que demande el mercado. Es un salto grande. Ya estamos vislumbrando los próximos cinco, siete o diez años, en los que seguramente iremos incorporando tecnologías que hoy no están, pero van a ir emergiendo».

6 El estándar del futuro

Son varias las claves que subyacen a MAPA y en todas ellas la tecnología juega un rol importante, lo que explica la magnitud de la inversión hecha por la compañía para situarse como actor determinante en el negocio de la celulosa a nivel mundial.

Como señala Franco Bozzalla, Vicepresidente del Negocio de Celulosa y Energía, en ese momento, ese rol protagónico pasa por la competitividad que anticipa para ARAUCO la puesta en marcha de una línea completamente nueva, construida incorporando los más recientes avances en automatización y autonomía para triplicar la capacidad total del complejo en Horcones.

Admite que «las expectativas son muy altas en relación con el proyecto, por el aumento de participación en el mercado de celulosa que representa y porque consolida nuestra posición como segundo productor global».

Una de las claves consistía en aumentar la capacidad a través de una producción de primera calidad, permitiendo además generar energía limpia y renovable a partir de la propia biomasa forestal acumulada. Para esto, subraya Bozzalla, la tecnología es fundamental. Por eso MAPA será la planta más moderna del mundo, la primera en su rubro concebida desde el concepto de autonomía, que deja atrás el de automatización y hoy está dando mucho que hablar.

La autonomía se diferencia de la automatización en aspectos bastante sutiles. Mientras esta última se describe como una secuencia de tareas preprogramadas que requieren supervisión e intervención humanas, la autonomía agrega capas de monitoreo y análisis arti cial para anticiparse y adaptarse a circunstancias imprevistas, reduciendo la necesidad operarios en la toma de decisiones en tiempo real.

«Para ARAUCO esto va en serio. La nueva línea se construyó desde cero, y eso signi ca que es más factible tomar algunos riesgos, como ser más proactivos en la implementación de nuevos procesos, llámese machine learning o análisis de big data », continúa Bozzalla. «Pero esto no signi ca que deje de haber personas

—0054
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0055

operando la planta, sino que se va a contar con el personal idóneo y preparado para hacer realidad esta idea. Estamos contratando un tipo distinto de ingenieros y de técnicos, con una forma distinta de pensar su trabajo», añade.

Más allá de la autonomía, las plantas industriales modernas deben incorporar también en su diseño el cómo se relaciona con el entorno físico, en varios niveles.

«La expansión productiva que signi ca MAPA nos permite generar energía limpia y renovable a partir de biomasa forestal, con la cual se suministran las necesidades de la planta y se genera al mismo tiempo un excedente que se entrega al Sistema Eléctrico Nacional», destaca el vicepresidente de Negocio Celulosa y Energía. «Y así también, a través de su diseño se ha buscado asegurar procesos más e cientes, mejorar nuestro desempeño ambiental, consumir menos agua y menos químicos durante el proceso de obtener lo mejor de la madera».

—0056
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0057

El desafío logístico

Hasta el más breve recorrido por la obra en construcción basta para comprender cuánta razón tenían quienes, al referirse al proyecto, hablaban de una obra colosal, por sus dimensiones.

Una inédita coreografía se desplegó en el sitio de construcción de MAPA durante los años que duraron las faenas. La palabra viene bien para describir cómo llegaron a ser parte de la nueva Línea 3 los 8.000 contenedores cargados de maquinaria y equipos, las 34.300 toneladas de barras de refuerzo o los casi 2 millones de metros lineales de cable eléctrico.

Cientos de buses trasladaron a los más de ocho mil trabajadores que, en el punto más álgido de la construcción, ingresaban a la obra diariamente. A ellos hay que sumar los cientos de operarios trabajando en las líneas 1 y 2, así como el personal de servicio, de casino y el de los puntos de vacunación contra el COVID-19.

Según Jorge Beyer, director del Centro de Investigación Marítimo Portuaria (CIMP), el puerto de Coronel, el más cercano a la planta y punto de desembarque de la mayor parte de los insumos utilizados, vio aumentado su movimiento de carga en un 10 %, pasando de 2,9 millones de toneladas anuales a 3,2 millones durante el año que MAPA comenzó la parte más activa de su construcción.

Christian Molina, especialista en obras públicas e infraestructura de la Universidad Católica de la Santísima Concepción (UCSC), señala que «varios meses antes de la obra, ya se estaba generando una coordinación, con ferrocarriles en particular, porque el movimiento de maquinaria iba a ser gigantesco. Hubo reuniones, se rmaron convenios y se hizo todo pensando en el movimiento que iba a generar el proyecto».

El arduo trabajo de plani cación mostró también sus frutos frente a la pandemia. El coronavirus instaló di cultades que iban desde restricciones al movimiento del personal a perturbaciones en el comercio internacional que volvieron más lentas y menos con ables las líneas de suministro. Si bien la obra redujo el ritmo de avance, solo se detuvo un par de semanas.

El aumento de producción que asegura MAPA es un desafío en sí mismo, señala Beyer: «Los puertos están preparados. Si hay un aumento de trá co, hay decisiones que sus dueños deben tomar El desafío más complejo es para la infraestructura terrestre, porque construir un nuevo puente lleva tiempo y tender una vía férrea también», a rma.

7
—0058
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0059
↑ Sala de control MAPA.

Los especialistas consultados comparten una visión optimista. Probablemente nunca se había levantado en la Región del Biobío una obra de la envergadura de MAPA. Como la plani cación de las obras públicas se hace con los ujos a la vista, confían en que la planta en Horcones no solo generará movimiento de carga, sino que también reabrirá una discusión por otras necesidades de obras civiles en la zona.

«Con MAPA funcionando, temas como el puente ferroviario o el industrial van a cobrar relevancia y se va a volver a hablar de opciones como el double stack , que es el transporte ferroviario de dos contenedores por vagón», aseguró Jorge Beyer, director del CIMP de la UCSC.

«Antes de que partiera MAPA, se suponía que se debía haber contado con el puente industrial y el ferroviario, así como mejoras en la ruta 160 y la conectividad interportuaria, entre otras. Para poder solventar el aumento de cargas, hay que hacer varias correcciones, aumentando en algunos tramos la capacidad de las vías y de la autopista», dijo Christian Molina, académico especialista en OO. PP. de la UCSC.

8

Visita guiada

Ya está dicho: se trata de la mayor inversión en la historia de la compañía: 2.800 millones de dólares que convertirán a ARAUCO en la segunda productora de celulosa a nivel mundial. También es la obra más grande en ejecución dentro de la Región del Biobío y una de las diez más importantes desarrolladas en el último tiempo en el país.

Antes de ingresar al recinto, a la altura del kilómetro 50 de la Ruta 160 que une a Concepción y Arauco, sobre una enorme explanada se extiende una hilera incontable de buses, a la espera del n de jornada para trasladar a sus casas u hospedajes a los trabajadores de la obra. Para hacerse una idea, son «tantos como los pasajeros que mueve en un día el terminal de buses de Santiago», gra ca Jaime Neira, jefe administrador de obra, al recibirnos.

—0060
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0061
—0062
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0063
—0064
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0065

Durante el recorrido, nuestro guía va identi cando cada recinto por su nombre y su destino, corroborando con datos y cifras la magnitud de lo que va apareciendo frente al visitante.

La Línea 3 es cinco veces más grande que la antigua Línea 1, que dejó de operar el 3 de enero de 2022. Para preparar al terreno, el primer paso fue despejar 296 hectáreas, equivalentes a más de 350 canchas de fútbol, que se limpiaron completamente antes de iniciarse las faenas.

A simple vista, las personas trabajando en ese momento se cuentan por cientos, tal vez sean miles. Desde los que están construyendo veredas de tránsito peatonal para unir las distintas dependencias, hasta los que, en las alturas, siguen levantando las estructuras que le darán forma nal al complejo.

A otros se les ve a lo lejos, instalando grandes tuberías o tendiendo gruesas líneas de transmisión directa que, además de abastecer de energía limpia a la planta, aportará un excedente de aproximadamente 166 MW al Sistema Eléctrico Nacional.

Así son las jornadas y sus turnos, desarrollados en una gran coreografía, las 24 horas del día y los 7 días de la semana, que coordina la labor de personal de empresas contratistas, grandes y pequeñas, provenientes de todo el país. Gente de primerísimo nivel, con un compromiso a toda prueba.

Quienes lideran la ejecución de la obra, coinciden en resaltar que, si bien antes se contrataban empresas o personas externas a la empresa para desarrollar proyectos como este, en el caso de MAPA se optó por mirar al interior.

Y si bien el número de trabajadores disminuirá signi cativamente una vez completada la construcción de la nueva Línea 3, cada año, las obligadas mantenciones generales de planta recordarán la complejidad del trabajo desarrollado en el transcurso de tres años y el trabajo incesante de miles de personas.

Desde Finlandia, China, Brasil y otros países, durante la fase constructiva, llegaron al país cerca de 8.000 contenedores con equipos y unas 120 mil toneladas más de carga suelta.

Por todas partes se ven grúas de todos los tamaños e incluso, desde ciertos ángulos, podrían parecer más de las que hoy mismo se dibujan en el per l urbano de la cercana ciudad de Concepción.

Al alero de esas grúas, sobre los más de 250 mil metros cúbicos de hormigón usado en las fundaciones, comienzan a erguirse construcciones que con el tiempo se convertirán en una más de las postales características de Arauco.

—0066
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0067

Entre varias estructuras gigantescas, e instalaciones enormes, destacan las que dan forma a la nueva Planta de Tratamiento de E uentes, primera obra de MAPA terminada. Más que piscinas, son verdaderas lagunas preparadas para cumplir en ellas las sucesivas etapas del proceso. Las hay de aireación, de derrame, de aguas lluvia y de homogenización de los e uentes, pasos previos a su descarga de nitiva en el mar.

Al avanzar se ven también tres estanques monumentales, donde mediante un proceso biológico se realiza el tratamiento secundario de los e uentes, dejando el agua tratada con una calidad su ciente para ser utilizada en labores de regadío.

A la distancia, otra construcción de proporciones increíbles está destinada a recibir los fardos de celulosa listos para ser embarcados hacia cientos de destinos en el mundo. La Bodega de Producto Terminado (BPT) se extiende sobre una super cie de 3,5 hectáreas, algo así como nueve canchas de fútbol profesional. Su construcción se inició en mayo de 2019 y marcó el comienzo de las obras civiles de la Línea 3.

Siguiendo el recorrido, más allá aparecen alineados varios tanques, que a lo lejos recuerdan los tradicionales silos graneleros. En este caso, almacenan los diversos químicos que se utilizan en el proceso de la celulosa y el más grande de todos es el digestor que recibe la madera fragmentada en chips o trozos —de eucalipto en el caso de la nueva Línea 3—, a través de una huincha transportadora que asciende desde el suelo a gran altura para proveer de la materia prima que se convertirá en pulpa y luego en celulosa.

A los pies de ese trayecto, una gran cantidad de maquinaria transita de un lado a otro. Camiones, camionetas, grúas oruga, aljibes y otras con funciones más especí cas, como el stacker para apilar contenedores o los bobcat para trasladar cargas más pequeñas.

Otra curiosa estructura en altura, que bien podría ser un túnel excavado con ángulos rectos, es una galería con una cinta transportadora en su interior que conduce la biomasa hacia la caldera de poder.

Movilizando todo este proceso, una extensa vía férrea recorre el perímetro de la planta. Por ella ingresarán los carros con rollizos, insumos químicos y petróleo, para luego devolverse con las más de dos millones de toneladas anuales de celulosa producida, rumbo a los puertos de Coronel, Lirquén y San Vicente para su despacho al exterior.

—0068
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0069
—0070
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0071
—0072
0073

NÚMEROS QUE

IMPRESIONAN

No es solo el monto de inversión, la cantidad de trabajadores o las metas de producción que se espera alcanzar ; del proyecto MAPA impactan también la magnitud de los movimientos de tierra, las excavaciones, los rellenos de suelo, los erros, el hormigón y tuberías.

US$

2.800 millones de dólares.

8.500 trabajadores en promedio durante la construcción.

2.100.000

toneladas anuales de celulosa, posicionando a ARAUCO como el segundo mayor productor a nivel mundial.

120.000

metros lineales de escalerillas portaconductores (sistema para acomodar todo tipo de cables), equivalentes a la distancia entre Santiago y Quillota.

31.000

toneladas de estructuras de acero: 22 veces el usado en la construcción del Viaducto del Malleco.

2.416

equipos mecánicos con un peso total de 47.261 toneladas: más de 80 aviones Airbus A380.

34.300

toneladas de barras de refuerzo y en erraduras: algo así como el peso de 2.250 buses de dos pisos.

3.332.720

metros cúbicos de excavaciones: el volumen necesario para construir más de 850 piscinas olímpicas.

262.131

metros cuadrados de asfaltos: 30 kilómetros de carretera de 7 metros de ancho.

244.494

metros cúbicos de hormigón estructural: 3, 4 veces el utilizado en la torre del Costanera Center.

170.000

metros lineales de bra óptica: la distancia entre Concepción y Linares.

33 km

de línea de transmisión y 108 torres soportantes (la más alta, de 57 metros y 7.000 kilos de peso).

166

MW

excedente de energía que será entregado al Sistema Eléctrico Nacional (SEN).

38.614

metros de tuberías subterráneas de acero, PVC y otros materiales: la distancia entre Concepción y Coronel.

—0074
0075
—0076
0077
—0078
0079
—0080
0081
Sala de control de la Línea 3
—0082
Detalles de la infraestructura de MAPA, 2019—2021
0083
—0084
0085
Sala de control de la
3 —0086
Línea
0087
—0088
0089
—0090
0091
Bodega
de Corteza en el Área de Preparación Madera.
—0092

PLANIMETRÍA DE UN DESAFÍO:

COVID-19

Desde sus orígenes, el proyecto MAPA se ha propuesto representar la evolución de la compañía, pero la pandemia de COVID-19 agregó nuevas e inesperadas complejidades.

← Centro de toma de muestras PCR instalado dentro del proyecto.

0093

Hasta principios de 2020, MAPA se había desarrollado como una coreografía meticulosamente plani cada, en la que se orquestaban personas, vehículos, contenedores, máquinas y cientos de kilómetros de cables y tuberías. Sin embargo, la irrupción de un antagonista totalmente inesperado cambiaría rotundamente el panorama, justo cuando el avance total de las obras entraba a la segunda mitad de su ejecución.

La pandemia, detectada en China hacia nales de 2019, desembarcó en Chile con sus primeros contagios en marzo del año siguiente. Semanas después ya se había extendido a todas las regiones del país, mientras seguían llegando noticias poco alentadoras: ciudades cerradas en China, colapso de hospitales en Italia, contagios al alza en Estados Unidos, Brasil e India. Como en todo el mundo, en Chile se instaló la incertidumbre y se agotaron los elementos de protección en las farmacias, cerraron las escuelas y muchas actividades económicas se vieron obligadas a detenerse.

MAPA no fue una excepción y debió hacer su propia pausa.

Patricio Henríquez, gerente de ingeniería y construcción en ARAUCO, y jefe de la construcción de MAPA, cuenta que la emergencia sanitaria impuso la necesidad de suspender faenas. «Durante quince días nos detuvimos a plani car una respuesta efectiva ante la situación que enfrentaba el país en general y las obras de MAPA en particular. Evidentemente, no se podía seguir sin implementar cambios operativos que evitaran los riesgos de un nivel alto de contagios», comenta.

Fue una re exión compleja. La Organización Mundial de la Salud admitía que el nuevo coronavirus era un tipo de patógeno casi desconocido, del que aún se sabía muy poco y, por lo mismo, las recomendaciones sobre cómo actuar al respecto variaban mucho de país en país.

En Chile tampoco había un criterio claro. Las opiniones iban desde quienes abogaban por medidas extremas como el cierre total de fronteras, cese de la movilidad dentro del país y suspensión inde nida de las clases, hasta quienes preferían medidas que no impactaran tanto la economía.

Por eso, cuando ARAUCO decidió interrumpir las obras de MAPA, el rango posible de decisiones estaba completamente abierto. Según Marisol Rabanal, Gerente de Administración y Costos del Proyecto MAPA, «lo único que teníamos claro era que el cuidado de las personas debía ser prioritario, lo que había que de nir era el cómo».

Parte importante correspondía a la información generada por la propia empresa: número de trabajadores en turno, ujos de circulación en horas de ingreso y salida, cantidad de personas reunidas en horarios de colación, etcétera.

—0094

Centro de toma de muestras instalado dentro del proyecto.

CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0095

En cuanto al virus, hasta ese momento se sabía que era contagioso, que requería de cuidados intensivos en los casos más graves y que la prevención era clave para contener su propagación, es decir, el distanciamiento entre las personas, el uso de mascarillas certi cadas, desinfectante. Poco se sabía aún sobre posibles vacunas.

¿Cómo actuar en una situación con tantas interrogantes no resueltas? ¿Cómo seguir adelante con un proyecto que implica miles de empleos y que tiene compromisos importantes con las comunidades locales?

En la disyuntiva, la empresa optó por ser coherente con la losofía que subyace a MAPA desde su gestación: conversar con la mayor cantidad posible de personas, representantes de todos los ámbitos involucrados. Se estableció así una mesa de trabajo con participación del Colegio Médico de la Región del Biobío, con el n de asesorar a la empresa en la implementación de los protocolos y medidas que se tomaron en MAPA.

Germán Acuña, presidente regional del organismo gremial, señala que «nos mostraron sus planes, les hicimos un acompañamiento, y lograron bajar a menos de diez positivos a la semana». Un logro no menor. Acuña a rma que la cantidad de personas trabajando en torno a MAPA se asimilaba a una comuna de tamaño mediano, como Tomé en la Región del Biobío, que tiene unos 40 mil habitantes.

«Cada trabajador viene de una familia y, si tomas ese total, resulta en una cantidad importante de personas. Ahora, se destinaron muchos recursos a tomar medidas preventivas y eso permitió que los casos que se detectaban fueran relativamente escasos: menos del 1 % de los test que se hacían arrojaba positivo. El promedio de contagios fue mucho menor a la media nacional, pese a tratarse de un lugar con una concentración importante de personas», naliza Acuña.

Los turnos se modi caron para ajustarlos con los tiempos de la enfermedad. Además, se concientizó a los trabajadores y contratistas sobre cómo prevenir los contagios.

Entre las medidas incorporadas, vale la pena destacar la coordinación establecida con la Seremi de Salud de la región, para facilitar las scalizaciones. Además, se implementó una búsqueda activa de casos, con foco en la detección temprana de asintomáticos. Junto con esto se adaptaron instalaciones y turnos en las faenas, además de realizarse capacitaciones en prevención sanitaria para todos los trabajadores. Un equipo de profesionales recorrió a diario los distintos sectores de las obras para asegurar el cumplimiento de los protocolos internos.

—0096

Control de ingreso de las obras.

CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0097
—0098
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 0099
Toma de muestras de PCR.

Cada 15 días se revisaba la situación general y se analizaban medidas a implementar o reforzar. Por otro lado, la empresa se sumó a mesas de trabajo con la comunidad en Laraquete y Arauco, y fue precisamente a partir de estos espacios que se delineó un programa de Búsqueda Activa Comunitaria (BAC), gracias al cual se dispusieron test diarios para las comunas de Arauco, Curanilahue y Lota. Esta iniciativa se realizó en conjunto con las municipalidades respectivas y el Hospital de Arauco.

Otras medidas que se fueron profundizando o ajustando al correr de las semanas tenían que ver con el transporte de personas, ingresos diferidos para evitar aglomeraciones y control de los desplazamientos al interior de las instalaciones, sin contar la sanitización de baños y otros espacios de aseo personal, puestos de trabajo y comedores.

Las precauciones tomadas en forma interna, apoyadas en el diálogo permanente con autoridades y especialistas, fueron el derrotero seguido por MAPA frente a la pandemia y permitió que la obra siguiera su curso.

—00100

PCR y test antígeno en Búsqueda Activa Comunitaria. Testeos gratuitos en comunas de Arauco, Lota, Los Álamos y Curanilahue.

45.000 550.000

Tomas de PCR a trabajadores MAPA.

8.000

Horas comunitarias del equipo PREVIENE.

353

Visitas del equipo PREVIENE a Hospedajes.

CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 00101
—00102
CARTOGRAFÍA DE UNA OBRA 02 00103
03 —00104

03 MÚLTIPLES VOCES PARA MAPA

MAPA ha sido posible también gracias a una colaboración permanente con las comunidades de Arauco y su entorno, como resultado de una evolución en la manera de relacionarse con las actividades de la zona. En las siguientes páginas, descubriremos algunas de las voces, historias y tradiciones que se han ido tejiendo en ese camino.

00105

Compromiso con todos

Los programas colaborativos desarrollados en el contexto de MAPA se han orientado a establecer otro tipo de relación con la comunidad local, en todos los niveles. No solo se ha abordado la construcción de una gigantesca obra de infraestructura, sino también la oportunidad de acompañar, capacitar y reconocer el valor de las diversas actividades económicas locales impulsadas en torno al proyecto.

Como Gladys Hernández, Claudio Azócar y Oriel Martínez, son muchas las personas y familias que, gracias a su esfuerzo y sentido de oportunidad, han sabido aprovechar la presencia de la industria en la comuna.

Oriel Martínez Vergara es uno de los vecinos de Horcones más próximos a la planta, que la conoció muy bien durante las más de cuatro décadas en que trabajó en ella. Oriel estudió en la Escuela Industrial de Lota y, motivado por la necesidad de su familia, durante el verano trabajaba en la planta. Empezó como ayudante de topógrafo, después pasó a montaje, participó en la construcción de la hostería y como bodeguero.

«Hice de todo y de todo aprendí. Un contratista me ofreció sacar arena, pero le dije que no había estudiado para eso y me cambiaron a erros. Ahí estuve dos años hasta que me llamaron ‘los gringos’ y entré de nitivamente a la empresa, en el área de bra».

Con varios cambios y ascensos en el camino, pasaron 45 años. «Incluso tuve la oportunidad de ver a mi hijo mayor, Ricardo, ingresar a la planta y trabajar un tiempo juntos hasta que decidí retirarme», cuenta.

Oriel vive a 2 kilómetros de la planta, entre pavos, gallinas, patos y colmenares de abejas que mantiene. Dice que los vecinos de Horcones, con casas muy dispersas, se han bene ciado con el programa de agua potable rural y la construcción de los centros vecinales, entre otras iniciativas.

También se han desplegado programas para emprendimientos avícolas, horticultura y apicultura. La idea es que, a futuro, parte de los pequeños productores de esa zona cuenten con un mercado como proveedores de la empresa.

1
—00106
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00107
Oriel Martínez, vecino de la planta Horcones

Gladys Hernández Moraga es la actual presidenta de la agrupación Palomitas Blancas de Laraquete, continuadoras del o cio de vendedoras de tortillas de rescoldo en las paradas de los trenes, una tradición que se remonta al auge de los antiguos ramales ferroviarios en la zona Centro sur de nuestro país.

La especialidad local de las palomitas blancas es un contundente sándwich hecho de tortilla de rescoldo rellena con mariscos, que representa la cocina mixta de una comunidad asentada entre el campo y el mar. Y Gladys representa cabalmente a las palomitas, de hoy y del pasado. Su bisabuela, su abuela y su madre también desempeñaron el o cio, evidenciando la importancia histórica que ha tenido en las economías familiares de la comuna. Ella siguió con la tradición y a los 15 años comenzó a vender tortillas. Se siente orgullosa y motivos no le faltan.

En el año 2016, la agrupación que preside fue nominada para formar parte de la lista de Tesoros Humanos Vivos de Chile. El reconocimiento, otorgado por el Ministerio de las Culturas las Artes y el Patrimonio, se logró gracias al trabajo de vecinos y vecinas con el propósito de reforzar la identidad local de Laraquete, donde una escultura del artista Ildefonso Quilempán rinde homenaje permanente a las pioneras de la tradición.

Si bien Gladys Hernández se resigna a que nada puede ser exactamente como antes, se declara al mismo tiempo convencida de la importancia de mantener la tradición como patrimonio cultural. Por eso, sigue elaborando las tortillas al rescoldo tal como aprendió a hacerlo de su madre, y ésta de la suya, por más que otras etapas del proceso ya no se hagan necesariamente igual.

Con la construcción del bypass en la carretera, hoy son menos los autos particulares y buses interubanos que entran a Laraquete. «Y si lo hacen siempre pasan apurados», comenta Gladys. Dice que los 10 puestos de venta instalados en la Ruta 160 superan la demanda y que, por eso, las 47 mujeres y el único hombre integrante de la agrupación deben turnarse para trabajar.

Con todo, la esperanza está puesta en el restaurante que fueron autorizados a levantar, como compensación por parte del Estado por la construcción del bypass .

Como dirigenta de la organización comunitaria por más de 13 años, incluyendo dos periodos como presidenta, ha participado muchas veces en instancias donde se han acordado proyectos de desarrollo social que las involucran como comunidad.

A su juicio, Laraquete sería prácticamente un pueblo fantasma si no estuviera en marcha el proyecto MAPA. «Como muchas otras

2
Un tesoro patrimonial
—00108
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00109
Gladys Hernández Moraga, Laraquete

Fabricación tradicional de tortillas en Laraquete

—00110
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00111

familias, la mía se sustenta gracias a la posibilidad de ofrecer hospedaje a los trabajadores de la planta, porque la venta de tortillas solamente ya no da para vivir».

Su inquietud, como la de muchas personas en la zona, es qué pasará cuando se completen los trabajos de construcción de la obra y se reduzca en gran parte esa población otante de miles de personas, que en los últimos años ha llegado a duplicar la de residentes. Por eso confía en los programas de capacitación y apoyo al turismo contemplados en las iniciativas acordadas con ARAUCO en el marco de proyecto MAPA.

3 Vocación emprendedora

Durante cinco años, Claudio Azócar Sáez trabajó como operador de grúa en la planta de paneles de ARAUCO, hasta que pudo más su vocación de emprendedor y afán de independencia. Desde 2008, integra la lista de proveedores locales de la empresa. Claudio nació en Arauco y antes de entrar a la planta era conocido como artesano en cuero y por la fabricación de calzado de diseño propio. Sus años en la planta lo ayudaron a identi car necesidades de mercado relacionadas a su o cio y, en su búsqueda de soluciones, comenzó a crecer. Lo primero que ofreció a ARAUCO fueron pecheras de cuero, a razón de unas 30 unidades mensuales. Con el apoyo de la empresa, formalizó su actividad y amplió su oferta de productos. Así por ejemplo surgieron, como producto exclusivo, las fundas para cabezales que protegen a los trabajadores de cortes por el lo de las sierras.

Al respecto, Claudio Azócar se declara «orgulloso de inventar y desarrollar nosotros mismos un producto para una empresa tan grande, un sistema que evita la manipulación directa de cuchillos que son de alto riesgo. Con la propia gente de ARAUCO, en terreno, fuimos mejorando su grado de protección, porque para la empresa la seguridad siempre ha sido importante», explica. Se trata de hacer un producto ciento por ciento seguro y con una vida útil de unos cinco años. «La idea es que el producto dure y que el prestigio que hemos ganado se mantenga, porque gracias al programa Juega Local estamos entre los proveedores locales».

Además de abastecer a todas las plantas de ARAUCO, su mercado se ha visto expandido: «Hasta de Uruguay nos pidieron, pero en ese momento no prosperó por las exigencias que debemos cumplir para exportar».

Aunque Claudio es el creador del producto, siempre habla de «nosotros» y reconoce que el apoyo de su familia es crucial en sus emprendimientos, que con el apoyo también de ARAUCO lo han llevado a diversi carse. Precisamente, fue gracias a su papá y

—00112
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00113
Claudio Azócar
—00114
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00115

su hermano que decidió incursionar en otro rubro que también lo mantiene ligado con la empresa: «Hace poco empezamos a fabricar material para la apicultura y ya estamos llegando a todo Chile con cajones para colmenas y otros suministros. ARAUCO nos asegura una camionada mensual de madera seca, que está muy difícil de conseguir», agrega con satisfacción.

4 El despertar de Laraquete

Tres mil seiscientas camas de hotelería es una cantidad inusitada en una localidad cuya población local apenas dobla ese número. Pero todo tiene una explicación y Laraquete, además, tiene una historia larga como destino turístico regional.

A principios del siglo XX ya era uno de los balnearios favoritos de los habitantes de Concepción, que lo elegían por su llamativa playa de arena blanca, su artesanía en piedra cruz y naturalmente, sus pescados y mariscos. Por si fuera poco, la estación de tren quedaba justo al frente de la playa.

Alex Araneda, dueño del centenario Hotel Laraquete —el establecimiento más antiguo— re ere que «casi siempre era gente de Concepción, de Chiguayante, de los alrededores, que venían sobre todo en verano». Su abuelo compró el hotel en 1965 y, para entonces, los visitantes se concentraban en los meses de enero y febrero.

Sin embargo, el mismo año que la familia de Alex Araneda compró el hotel, con algo más de veinte habitaciones, las cosas en Laraquete comenzaron a cambiar. La inminente construcción de la Línea 1 de la planta de ARAUCO aumentó drásticamente la demanda de alojamiento temporal y para dar abasto se abrieron nuevos hoteles, residenciales y las propias casas particulares destinaron piezas a pensión.

Aparecieron restaurantes, panaderías y todo tipo de comercio, impulsado por una población otante que ya no se limitaba a los meses estivales. Y si bien la construcción de la Línea 1 terminó en 1972, en las décadas siguientes la actividad hotelera de Laraquete se convirtió en el correlato natural de la historia de la planta.

Jaqueline Alvial, dueña de una pensión con cinco habitaciones en su casa, ha sido testigo del impacto que cada nuevo proyecto y cada «parada de planta» representa en términos de huéspedes para los hostales. «Mi mamá partió en esto y llegó a tener 60 literas, lo que signi caba mucha gente. Mis hermanas y yo la ayudábamos a servir la comida, a lavar la ropa; era un trabajo que no terminaba nunca, pero de eso vivíamos», relata. «Cuando ampliaron la planta por primera vez, después cuando hicieron la Línea 2 y ahora, con MAPA, siempre hemos sabido que nos va a llegar más gente», a rma Jacqueline.

—00116
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00117
Jaqueline Alvial

El futuro después de MAPA

El proyecto de Modernización y Ampliación de la Planta Arauco es el desafío más grande que Álex, Jacqueline y toda la comunidad dedicada al hospedaje en Laraquete hayan enfrentado.

Previendo el impacto que el consiguiente aumento de los ujos de personas tendría en la zona, ARAUCO decidió involucrarse en el tema tanto con los contratistas como con los propios hoteleros. Con los primeros, estableció códigos de conducta y de políticas de pago para no afectar negativamente a la comunidad, mientras que con los segundos se trabajó en la elaboración de estándares de servicio.

Karina Soto, encargada de la Agencia de Empleabilidad y Emprendimiento creada por ARAUCO, explica que una de las aristas de la iniciativa es fomentar el «uso prioritario de servicios locales de alojamiento y alimentación», para lo cual se creó un programa de desarrollo de proveedores locales de hospedaje:

«La idea era elevar el estándar de servicio, capacitar a los emprendedores que se han dedicado a esto toda la vida y co nanciar proyectos nuevos. Entregamos equipamiento, contribuimos a la regularización de varios hostales y capacitamos en distintas áreas, desde diseño y administración de hospedajes hasta habilidades blandas, entre lo más importante», cuenta Karina.

En total se invirtieron unos 211 millones de pesos, pero lo más importante ha sido la transformación de fondo que ha ido ocurriendo en la manera de desarrollar la actividad: «Cambió su modelo de negocio. En verano siguen llegando los turistas, como siempre, pero lo más relevante es cuando hay proyectos nuevos en ARAUCO o ”paradas de planta“, porque ahí vienen hasta dos mil personas a alojar», relata.

En Laraquete ya están pensando en lo que vendrá una vez terminada la construcción de MAPA. Algunos apuestan a profundizar el turismo, otros a ofrecer nuevos servicios, pero todos están programándose y plani cando su siguiente paso.

Alex Araneda, por ejemplo, levantó un nuevo pabellón con habitaciones y pretende especializarse en turismo dirigido a empresas. Jacqueline Alvial tiene proyectos de expansión que incluyen más habitaciones y un restaurante tipo picada en la parte de su terreno que da hacia la costanera.

6 Frente a frente con los pescadores de Arauco

A unas diez cuadras de la plaza de Arauco, una cincuentena de botes de colores alumbrados por el sol ilustra la que actualmente es la única caleta de la ciudad, al menos desde que el terremoto de 2010 cambiara el curso del río Carampangue, redibujando la ribera donde hasta entonces los pescadores varaban sus embarcaciones.

5
—00118
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00119
Alex Araneda, dueño del Hotel Laraquete

«No quedaba muy lejos», explica Raúl Lagos, presidente del sindicato de pescadores de esta caleta: «Antes estaba en el río, más cerca de la planta», agrega indicando la silueta de la planta que se divisa a lo lejos.

Su padre, su abuelo y su bisabuelo hacían lo mismo que él. Y antes que ellos, durante siglos, los Lafquenche que habitaban el territorio costero de Arauco.

Cuando comenzó la construcción de la Línea 1, Raúl todavía era un niño, pero a estas alturas tiene claro lo mucho que ha cambiado todo desde 1972, el año de su inauguración. «Antes, del mar aquí se sacaban especies que ahora no se dan», dice, «pero habría que ser ciego para echarle la culpa de eso solo a la planta, porque nosotros sacamos harto pescado también», añade.

Por eso el dirigente valora que la nueva planta, dibujada al fondo del paisaje, haya contemplado un nuevo esquema de tratamiento de e uentes antes de su vertido al mar.

«A mí no me interesa que me regalen algo o me den cosas, lo que me interesa es seguir pescando, ese es mi trabajo y me gusta. No tengo jefe y yo decido si tengo que trabajar un día o no… ¡aunque siempre me toca trabajar!», razona.

Respecto al agotamiento de los recursos del mar, Raúl Lagos está consciente de que se trata de un fenómeno que afecta a gran parte del litoral del país. Los pescadores artesanales en Chile tienen exclusividad sobre todos los recursos marinos hasta la tercera milla desde la costa, pero deben salir cada vez más adentro en el mar para encontrar su sustento.

La alternativa, dicen los entendidos, pasa por cambiar la mirada y avanzar del paradigma recolector al de cultivador. En ese contexto, los derechos a la zona más cercana a la costa presentan ventajas ineludibles y, por tal motivo, en la provincia de Arauco se están generando algunas experiencias en ese sentido.

Por ejemplo, ya hay arrecifes arti ciales para el cultivo de mitílidos, nombre cientí co del chorito: «Hay que ponerse creativo. Mi papá y todos hacia atrás en mi familia eran pescadores de bote, nunca se metieron al agua. Yo en cambio soy más bien buzo ahora, hay que saber buscar», concluye Raúl.

7 Diálogo fructífero

La relación formal más larga que existe entre pescadores artesanales y una empresa productora de celulosa se o cializó en 2007, antes de MAPA, con la creación de la mesa de diálogo público-privada de la pesca artesanal, en la comuna de Arauco. La instancia está integrada por las caletas de Punta Lavapié, Tubul, Arauco y Laraquete, entre otras, en un trabajo conjunto que busca promover el conocimiento

—00120

de pescadores, Arauco.

MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00121
Caleta

el objetivo de generar conocimiento cientí co de los ecosistemas marinos y estuarinos Golfo de Arauco, el 2016 surge el Programa de Estudios Ecosistémicos del Golfo de Arauco, PREGA, una iniciativa asociada al Proyecto MAPA que ha permitido llevar adelante proyectos de investigación y colaboración, con participación de un consorcio prestigiosas universidades nacionales y desarrollar un trabajo conjunto con organizaciones sociales y públicas.

cientí co y ambiental para el desarrollo de la pesca sostenible en el Golfo de Arauco, junto con implementar proyectos de desarrollo productivo.

Es un desafío trascendente, al decir de Hugo Arancibia (1955-2023), histórico presidente de la Federación Regional de la Pesca Artesanal (Ferepa), organización que representa a las caletas en la mesa de diálogo. A su juicio, la instancia partió con buen pie y por una razón que tiene muy clara:

«Acá no se puso en primer lugar el bienestar de los pescadores o los bene cios para la empresa, sino la salud del mar, que es con lo que nos ganamos la vida», explica. «La mesa nace desde una perspectiva ambiental técnica y de un tema de política de buen vecino por parte de ARAUCO».

«La actualización que representa MAPA, permitió renovar también la relación de medio siglo entre la empresa y las caletas ribereñas del Golfo de Arauco». Para ello tomaron como ejemplo el trabajo de una mesa similar instalada en la Región de Ñuble, cuando se construyó el complejo de Nueva Aldea, también de ARAUCO.

«En Arauco estaba funcionando desde hace tiempo la planta y tenía una relación bastante distante con los pescadores, bien básica. Lo que hicimos a través de Ferepa fue exigir la creación en Horcones de una instancia como la que había en Nueva Aldea, que nos permitiera ir revisando los componentes tecnológicos ambientales necesarios y de ir avanzando a temas más complejos», señala Arancibia. Tan complejos como la planta misma, cuyo funcionamiento el dirigente sindical conoce como lo haría un técnico en procesos.

«Lo primero que se conversó tuvo que ver con los tratamientos de la madera antes de que se vuelva pulpa y celulosa: primario, secundario, terciario. El primario da como resultado un chocolate oscuro, el secundario agua turbia y el terciario es como agua. Nosotros queremos sentarnos a de nir con la empresa cuál es el estándar que nos conviene», explica el pescador.

El trabajo conjunto con los pescadores y actores del entorno también dio pie a otras iniciativas de resguardo ambiental, como el Programa de Estudios Ecosistémicos del Golfo de Arauco (PREGA). El PREGA es una iniciativa que surge de la Resolución de Cali cación Ambiental del proyecto, con el objetivo de generar conocimiento cientí co acerca de los ecosistemas marinos y estuarinos del Golfo de Arauco. El programa comenzó a funcionar en 2016 y hoy cuenta con siete proyectos de investigación y cuatro de colaboración.

Adicional a lo anterior, PREGA desarrolla iniciativas que tienen como n colaborar con organizaciones sociales y públicas de la comuna de Arauco, que se involucren en temas medioambientales, generando

—00122
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00123
Raúl Lagos
—00124

Santuario de la naturaleza

«Humedal Arauco Desembocadura Río Carampangue».

MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00125

8

conocimiento y espacios de colaboración que contribuyan a la sustentabilidad del Golfo de Arauco. Las palabras clave en este proceso fueron participación y anticipación.

«Las conversaciones más fructíferas se produjeron al momento de gestarse el proyecto MAPA. Ahí nos metimos en el diseño, en los temas ambientales relacionados con el funcionamiento de la nueva planta. No hay otra empresa que haya actuado así y eso da garantías», asegura Arancibia, «porque lo que queremos no son motores o botes, que no sirven de nada si se acaba el recurso. Nos interesa cuidar el mar y sus recursos, porque los pescadores artesanales estamos acostumbrados a ganarnos el pan con nuestro propio esfuerzo», concluye.

Hacer bien las cosas

Charles Kimber, Gerente Corporativo de Personas y Sustentabilidad de ARAUCO, entró a trabajar a la compañía en 1985, cuando venía saliendo de ingeniería comercial en la Universidad Católica, y ha sido testigo de cómo han cambiado los procesos con el paso de los años.

Lo que se esta gestando, ciertamente, es algo muy diferente a la industria que comenzó a operar en Horcones a principios de la década de los 70. El extenso proceso que ha permitido transformar aquella primer planta en el actual complejo, con gura una evolución que Kimber esboza de entrada: «Por una parte, es una trayectoria, una historia que desemboca en una mirada de futuro y a largo plazo. Y por otra, es un compromiso con la región donde se ha desarrollado esta inversión, en la que llevamos medio siglo de presencia.

Hoy todo tiene que ver con los impactos del cambio climático, el uso e ciente de los recursos en los procesos productivos y muy particularmente con el cuidado del agua, pilar biológico de nuestra relación con el medioambiente. Ante esta realidad, en la que ARAUCO ha tenido signi ctivos avances, Charles Kimber señala que «el contexto nos desafía a cambiar la manera de convivir con nuestro entorno, modi cando nuestros patrones de consumo y producción, y la forma en que hacemos las cosas. Y es justmente esta ambición la que nos ha llevado a ser la primera empresa forestal del mundo carbono neutral».

Además, «hubo que anticiparse a muchas cosas y, sobre todo al comienzo, fueron meses de intenso trabajo con la comunidad local. La verdad es que no existía mucha con anza. Nos escuchaban, todo les parecía muy bien, pero siempre estaban pensando que por algún lado, más adelante, las cosas no serían como se acordaban», recuerda Pablo Pelén, Subgerente de Asuntos Públicos de ARAUCO.

En este escenario, desde el primer día no se escatimaron esfuerzos ni recursos para hacer partícipe del proyecto a la gente. Se implementaron buzones y foros para conversar en Arauco, Laraquete

—00126
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00127

campo de aplicación de la celulosa pulpa de madera es tan amplio es muy difícil poder acotar sus usos. muchas líneas de desarrollo y mejor es que es totalmente renovable porque se usa madera como materia prima. Y los árboles para producir celulosa utilizan dióxido de carbono atmósfera con lo cual contribuyen positivamente a disminuir el efecto invernadero. Y no es todo porque, como subproducto de la fotosíntesis, eliminan oxígeno entonces la verdad es un buen aporte de todo punto de vista». Osses, ingeniero civil químico. Durante años estuvo a cargo de los temas ambientales en distintas plantas de ARAUCO.

y Horcones. Se hizo puerta a puerta en todas las localidades cercanas. Se emplearon todos los canales imaginables para facilitar una nueva relación con las comunidades locales y así nalmente acordar, con los propios vecinos, las obras complementarias que se ejecutarían.

Mauricio Leiva, sociólogo y Gerente de Asuntos Públicos de ARAUCO, explica que, llegado un punto, la empresa entiende que ya no basta con ser competitivo, controlar costos y aprovechar sus ventajas comparativas, como tampoco es su ciente pagar los impuestos al sco y generar puestos de trabajo. «Es muy importante la legitimidad que eres capaz de construirle al proceso», sostiene.

Quienes trabajaron en los primeros años de MAPA, lo hicieron desde el convencimiento de que no se trataba únicamente de llevar adelante un proyecto histórico, sino de ser capaces de construir redes genuinas en el lugar donde se desarrolla. Es la única manera de entender las aspiraciones de la gente, de conocer sus expectativas y también de colaborar juntos en ideas y proyectos que ellos mismos tienen para su territorio.

En ese contexto, el tema ambiental siempre fue materia de preocupación. Hubo personas especialmente reacias a MAPA, porque la antigua planta tiene una historia de décadas de operación, con eventos que indudablemente fueron minando la con anza. Y así también, normas ambientales concebidas para estándares de los años 70 fueron quedando obsoletas con el tiempo, largamente superadas por los nuevos parámetros exigidos.

«Los comienzos fueron bastante difíciles. Seis meses conversando y los por qué se repetían. Cientos de reuniones, visitas, encuentros y todas las instancias posibles de participación», recuerda Pablo Pelén.

«Muchas personas sabían lo que signi caba vivir junto a una planta industrial diseñada en ese tiempo, por eso, cuando se les dijo que íbamos a levantar una 3 o 4 veces más grande que lo ya existente, había mucho que explicar», agrega Mauricio Leiva. «Cuando se logró hacerles ver que se trataba de tecnología nueva muy superior, con un tratamiento de e uentes de última generación, y que las instalaciones más antiguas se cerraban, los vecinos dieron vuelta la página», reconoce Leiva.

«La gente volvió a creer. Mirándola a los ojos, conseguimos restaurar los fundamentos de la con anza. No se trata únicamente de hacer la inversión de 30 millones de dólares en obras complementarias, sino de haber sentado las bases para proyectar hacia el futuro la relación con la comunidad», completa Pablo Pelén.

Un importante trabajo y despliegue que fue reconocido por las autoridades, también por lo que signi ca este proyecto para la zona. «El cierre de la Línea 1 y el inicio de la operación de MAPA signi can

—00128

Santuario de la naturaleza «Humedal Arauco Desembocadura Río Carampangue».

MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00129

concluir una etapa, pero también una oportunidad para escribir 50 años más de historia. Los tiempos han cambiado, son nuevos desafíos e indudablemente por el bienestar y desarrollo de la comuna de Arauco es un deber proponer innovación en conjunto», dijo Elizabeth Maricán Rivas, alcaldesa de Arauco.

El tema del empleo fue otro aspecto clave. La comunidad de Arauco esperaba oportunidades similares a las que signi có la construcción de las Líneas 1 y 2, por lo que, si empezaban las faenas sin gente local trabajando, iba a ser una primera promesa incumplida. De ahí que se haya puesto un énfasis muy importante en la empleabilidad y el apoyo al emprendimiento local.

Se trataba de trabajar con gente especializada, más que de contratar a un ejército de personas, de generar convenios con entidades como Sercotec, Sence, Cámara Chilena de la Construcción, Irade y Corparauco, entre otras. Para asumir el liderazgo en esa trascendental tarea, se requería de una persona que supiera tanto de capacitación como de la industria de la construcción, con la habilidad de articular distintas voces y organizaciones.

En ese momento, aparece Karina Soto con una valiosa experiencia sectorial en su haber, y una idea clara de lo necesario para hacer las cosas bien: «En 2011, nos propusimos que el futuro desarrollo de MAPA representara un real aporte para el territorio. Por eso, desde un comienzo, el proyecto consideró un amplio programa de inversiones en tecnología, infraestructura y desarrollo local», explica.

Karina se hizo cargo de E+E, la Agencia de Empleabilidad y Emprendimiento creada por ARAUCO con la misión de fomentar capacidades locales, para que más personas pudieran acceder a las oportunidades laborales de MAPA y, en el futuro, optar a mejores puestos de trabajo.

El proceso se inició con un amplio programa de participación social, canalizado a través de tres entidades denominadas Casa Abierta, centros de reunión creados especí camente como espacios de diálogo con los vecinos de Arauco, Laraquete y Horcones. La participación en estas instancias fue mayoritariamente femenina y, en total, mujeres de todas las edades y adultos mayores de ambos sexos representaron el 80 % de los participantes.

A medida que avanzaba el proyecto y se iban tomando decisiones sobre las futuras obras y programas, el recambio generacional se fue haciendo más evidente: «ARAUCO cambió. Y no solo como resultado de un trabajo del equipo de Asuntos Públicos, sino de toda la empresa, porque en el concepto de trabajar con la comunidad estuvo la clave», resume Marisel Márquez, encargada de acción comunitaria, quien vivió en primera persona esos complejos comienzos de MAPA como an triona en la Casa Abierta de Laraquete.

—00130
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00131
Elizabeth Maricán Rivas, alcaldesa de Arauco

La tarea, por supuesto, está muy lejos de terminar. El relacionamiento con la comunidad es un proceso continuo, que ARAUCO sigue impulsando más allá de los nuevos desafíos que van emergiendo. En tal sentido, Karina Soto recuerda de forma especial el intenso despliegue realizado para sostener el avance de los proyectos durante la pandemia:

«No podíamos detenernos, por lo que, para seguir avanzando de forma virtual, hubo que incorporar algo de alfabetización digital para las personas mayores y menos familiarizadas con las tecnologías. Contra viento y marea, el programa tenía que seguir y recibimos varios reconocimientos por haber logrado sostener los avances».

9 Un modelo que perfeccionar

Hoy no es posible pretender instalar una industria sin la participación ciudadana anticipada de la comunidad, como lo hizo MAPA. Fue un proceso inédito en la historia reciente de los grandes proyectos de inversión en nuestro país.

«La gente valora lo que ha ocurrido porque se siente partícipe de bene cios que son comunes, no por ver a alguien llegar con un gran presupuesto para repartir. Es una valoración que se construye frente a una mesa donde las partes se sientan cara a cara, de igual a igual», relata Mauricio Leiva.

El modelo ha funcionado y lo ha hecho bien. Hoy no existe otro proyecto en Chile con los índices de participación laboral local de MAPA. Más del 80 % de las personas que trabajaron en la construcción provienen de la misma Región del Biobío, eso no se da en ninguna parte. Por eso, en otras industrias ya se están preguntando: si ARAUCO lo hizo, ¿por qué no nosotros?

El desafío era hacerlo bien, desarrollar un modelo de trabajo, documentarlo y que pudiera servir en el futuro. «Las experiencias de éxito para grandes proyectos de inversión industrial, en Chile y América Latina, tienen que salir de acá», sostiene Leiva.

Proyecto MAPA es una página más en la historia de una comunidad que ya tiene a ARAUCO en su ADN. Son pocas las familias locales que no tengan un abuelo, padre, tío o hermano vinculado a la empresa.

En el pasado, la comunidad de Arauco dio batalla por esta industria. Todavía hay vecinos que fueron parte del comité procelulosa y que llegaron hasta La Moneda a recordarle su compromiso al presidente. Cuando se hizo el anuncio o cial, la fiesta fue completa en la ciudad. Hoy, en otro escenario económico y bajo nuevos estándares ambientales, el propósito del trabajo con la comunidad local es generar oportunidades. No es posible ser independiente de la realidad de los territorios.

—00132
↑ Charles Kimber ↑ Mauricio Leiva
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00133
↑ Pablo Pelén

«Los destinos de la compañía y la comunidad de Arauco están unidos desde hace 50 años y van a seguir por otros 50 más. La llegada de MAPA marca un rumbo y por eso se debe perseverar en el nuevo modelo de hacer bien las cosas», a rma Leiva.

Hace muchos años, el Gerente Corporativo de Personas y Sustentabilidad de ARAUCO, Charles Kimber, marcó el rumbo en una entrevista: «Nuestra empresa, nuestra compañía, no puede ser exitosa si la comunidad aledaña a ella no lo es también». El equipo de Asuntos Públicos lo sabe y trabaja en ello desde los comienzos de MAPA.

10 Mil preguntas y una certeza

La idea se discutió mucho y había voces que sostenían que se trataba de un riesgo innecesario para el proyecto, puesto que nadie estaba pidiendo una cosa así, pero MAPA se transformó en el primer proyecto de gran magnitud que llevó adelante una consulta indígena. Los estándares de participación ciudadana del proyecto ya eran bastante más altos que los exigidos, pero también constituían un requisito para ingresar a mercados internacionales clave. Por eso, ARAUCO se propuso cumplirlos en todos sus puntos, incluyendo aquel que en ese entonces no era obligatorio: la consulta indígena.

En los mercados en los que se desempeña, la compañía visualizó que la participación iba a cobrar un valor relevante al mediano plazo, en particular desde la mirada de la sostenibilidad de sus operaciones. En otras palabras, si no se lograba alcanzar una relación sostenible con las comunidades del entorno en que se opera, un proyecto como MAPA resultaba inviable.

«Me correspondió en ese minuto liderar tres instancias de consultas con diferentes comunidades indígenas de la zona y uno de los aspectos que nos llamó la atención —entendiendo que el tema indígena en nuestro país tiene sus propias particularidades— fueron las muchas similitudes que tenían sus inquietudes con las del proceso de participación ciudadana en el entorno de las plantaciones. De esta manera, la integración de vecinos, stakeholders y comunidades locales se fue convirtiendo en un proceso muy valioso, incluso más allá de MAPA, porque empezamos a internalizar en nuestro mindset el tema de la participación», recuerda Francisco Zamorano, actual Gerente de Personas del Negocio Celulosa y Energía y quien en ese entonces se desempeñaba como subgerente de Asuntos Públicos de la zona.

«Por eso también decidimos emprender un proceso de participación general temprana, incluso antes de ingresar el EIA, en la misma lógica utilizada anteriormente. El objetivo era identi car, a través de los encuentros con las comunidades locales, cómo estas se podían ver afectadas», prosigue.

—00134
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00135
Casa Abierta en Laraquete

El diseño se tomó de distintas experiencias previas y se estableció formato de diálogo con las 33 comunidades de Arauco, muy en la lógica de ir avanzando por pasos: establecer un espacio de con anza, conocer su realidad especí ca, entablar un diálogo e ir conversando con todas y cada una.

¿Cuál es el principal impacto del proyecto? ¿Cómo lograr que las comunidades indígenas se integren en este proceso? De estas dos preguntas surgió la invitación inicial. Algunas personas llegaban con una visión más política, otras con una más asistencialista, pero con todas ellas se estableció un diálogo franco y abierto, entendiendo que toda conversación parte de expectativas desde las cuales es posible construir visiones comunes a trabajar en forma colaborativa. De esos primeros contactos se trazaron las líneas de trabajo.

Por tratarse de una consulta indígena sin precedentes, el equipo de MAPA se propuso documentar y dejar registrado todo el proceso, en aras de la transparencia y como respaldo para futuros estudios. Francisco Zamorano cuenta que esta formalidad fue clave para concitar las con anzas, tanto de las propias comunidades como de las autoridades de gobierno, que seguían el proceso con atención.

Otro aspecto clave fue reunir a las jerarquías de todas las partes involucradas. Si se invitaba a los Lonkos de las comunidades mapuche, los recibía la máxima autoridad de la planta.

«Todo se hizo con un equipo de ARAUCO que llevaba tiempo en la comuna y conocía el mundo mapuche. Por nuestra parte, una persona siempre muy estimada en la comuna es el jefe de planta. Es un cargo de mucha ascendencia en la gente y por eso, en ese proceso, Edison Durán fue nuestro Lonko», continúa el actual Gerente de Personas del Negocio Celulosa y Energía. «Él mismo lo decidió. Era el más consciente de la importancia que tenía todo, por lo que se sumó a todas las reuniones, incluso a los trawunes , que se hacían literalmente en la punta del cerro».

Esta implicación de jerarquías equivalentes fue otra de las claves. Si al principio hubo bastante escepticismo y recelo, la responsabilidad con la que se abordó la tarea fue instalando con anza mutua y asentando una gobernabilidad que acompañaría toda la consulta.

La estricta formalidad desplegada afrontaría su prueba de fuego al llegar del proceso de participación a los tribunales de justicia. Así lo cuenta Francisco Zamorano, para quien la judicialización del proceso vino de cerca:

«Con el dirigente de la comunidad que demandó yo tenía una relación bastante cercana, conversábamos tardes enteras. Y fue complejo, porque ellos habían participado desde el comienzo y luego a medio camino resolvieron restarse. Después, al aprobarse MAPA, pasó casi un año antes de que presentaran la demanda, asesorada

—00136
↑ Héctor Araneda ↑ Francisco Zamorano
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00137
↑ Edison Durán

por gente que quizás tenía sus propios intereses en el tema. Nosotros nos sentíamos tranquilos justamente por eso, porque la misma parte demandante había formado parte de todo el proceso, desde el comienzo».

«Cuando la Corte Suprema termina rati cando la buena fe de todo lo que se había hecho, fue la con rmación de que como empresa habíamos sido plenamente transparentes. Estaba todo documentado, desde las cartas de invitación y las minutas de trabajo, hasta las propuestas concretas a las comunidades».

El proceso participativo llevado adelante por MAPA ha sido uno de los desafíos más grandes. El éxito alcanzado hasta aquí se ve re ejado en que, puesta a prueba por un proceso inédito de participación ciudadana, la relación con las comunidades locales hoy cuenta con un capital de con anza y colaboración sobre el cual se sigue avanzando.

A veces se dice que hay dos momentos clave para que una comunidad determinada a hacerlo logre detener un proyecto: cuando este se evalúa y cuando se construye. MAPA ha superado ambas etapas y, esta vez, con la participación de ellos mismos.

—00138
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00139
Valle de Elicura
—00140
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00141
Láminas de celulosa
—00142
MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00143
—00144
00145
04 —00146

04

CARTOGRAFÍA

DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO

El presente de MAPA conversa con el futuro y así está plani cado, como un proyecto sustentable , con espacio para nuevas oportunidades de seguir optimizando la cadena de procesos transformativos que se inicia con el árbol y concluye en nuestro diario vivir.

MÚLTIPLES VOCES PARA UN MAPA 03 00147

Compromiso con Chile y el futuro

El proyecto MAPA inicia su puesta en marcha y Franco Bozzalla es parte de quienes mejor entienden lo que signi ca la entrada en operación de la que será la planta de pulpa de madera más moderna del mundo.

Entró a trabajar a la compañía hace más de 30 años, lo que signi ca que ha sido parte del equipo que le ha tocado enfrentar los cambios y desafíos que ha experimentado la industria. Hoy es parte del equipo a cargo de modernizar las instalaciones, al mismo tiempo que se pone n al ciclo de vida de la histórica Línea 1, un punto sobre el que Franco Bozzalla no tarda en precisar que, con su cierre, la historia no desaparece: «Deja un legado, una cultura, una forma de hacer las cosas y un equipo».

Lo que se está gestando, ciertamente, es algo muy diferente a la industria que comenzó a operar en Horcones a principios de la década de los 70. «Estamos hablando de la puesta en marcha de una línea totalmente nueva, construida incorporando los más recientes avances en automatización y autonomía para triplicar la capacidad total del complejo en Horcones».

MAPA representa la planta más moderna del mundo, la primera en su rubro concebida desde el concepto de autonomía, algo que Bozzalla destaca que se ha vuelto muy importante.

«La autonomía sera el estándar del futuro y si bien falta bastante todavía para llegar a eso, en MAPA es parte del diseño original. Nuestra nueva planta podría legar a ser completamente autónoma en un plazo de cinco años, funcionando con tecnologías completamente diferentes a lo que teníamos ahora», explica.

Más allá de la autonomía, las plantas industriales modernas deben incorporar también en su diseño el cómo se relaciona con el entorno físico, en varios niveles.

Una mirada similar tiene Cristián Infante, Gerente General de ARAUCO, quien también ha sido parte del desarrollo de la planta. Como líder de la compañía, destaca otro de los elementos que a su criterio ha sido crucial y que ha buscado impulsar desde que llegó a la compañía el año 1996 : la relación con los vecinos y el poner a las personas en el centro.

«Nuestro crecimiento, nuestra e ciencia, el mejoramiento de nuestra productividad, sólo son posibles si se basan en el desarrollo de los que trabajan en ARAUCO. Los balances suelen ser ciegos, pero el capital humano es lo que nalmente tiene mayor valor».

Son justamente estos atributos —que ambos ejecutivos señalan— los que les han permitido posicionarse donde hoy están y dar un nuevo salto, tal y como lo hicieron los fundadores de la

1
—00148
↑ Franco Bozzalla ↑ Cristian Infante
CARTOGRAFÍA DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO 04 00149
↑ Matías Domeyko

compañía hace cerca de 50 años en esta región que, para ellos, tiene tanta historia.

«Competimos con los mejores del mundo y somos considerados entre los mejores del mundo. MAPA también responde a la capacidad de ARAUCO en el escenario mundial y lo estamos haciendo con mucho orgullo desde nuestro propio país, desde la misma zona donde hemos ido generando arraigo por varias generaciones. Hoy, el avance que signi ca MAPA permite que nuestras raíces se compenetren aún más profundamente en este territorio. Desde la comuna de Arauco nos levantamos para competir mejor en el mundo», comenta Infante.

Orgullo es una de las palabras que más se repite al plasmar lo que está por venir. Infante no solo habla de competitividad, también incorpora la dimensión social y ambiental que «en la actualidad cruza todo el accionar de nuestra industria».

Hoy todo tiene que ver con los impactos del cambio climático, el uso e ciente de los recursos en los procesos productivos y muy particularmente con el cuidado del agua, pilar biológico de nuestra relación con el medioambiente. Ante esta realidad, en la que ARAUCO ha tenido signi cativos avances, Franco Bozzalla señala que «el contexto nos desafía a cambiar la manera de convivir con nuestro entorno, modi cando nuestros patrones de consumo y producción, y la forma en que hacemos las cosas. Y es justamente esta ambición la que nos ha llevado a ser la primera empresa forestal del mundo carbono neutral».

En los trascendentales cambios que los nuevos estándares operativos imponen a las industrias, mucho tienen que ver la formación y el desarrollo laboral de las personas que se van incorporando a esas industrias. En ese sentido, explica Bozzalla, la plani cación de MAPA abarca toda una estrategia de atracción de talento y movilidad laboral dentro de la empresa. Y junto con ello, agrega que el proyecto contempla la incorporación de grados más altos de tecnología y nuevas herramientas tales como la inteligencia arti cial y la robótica.

«Lo renovable, lo ambientalmente responsable, lo sustentable con todas sus variables cobra cada vez más importancia y MAPA incorpora todos esos factores en su genética como proyecto. Se trabajó mucho para abordar en profundidad todos los aspectos que lo dotarán de mayor competitividad y lo posicionarán de buena manera hacia el futuro».

Y en relación a ese futuro, Cristián Infante subraya que la sustentabilidad de las empresas ya no depende únicamente del factor económico, sino que ella viene fuertemente asociada a la calidad de su integración con las personas y de su vinculación con el medio ambiente.

—00150
CARTOGRAFÍA DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO 04 00151

«Desde un comienzo entendimos que debíamos ser capaces de ser un aporte concreto al desarrollo sostenible. Jugar un rol estratégico en temas ambientales y ser un participante clave en los territorios de los que formamos parte. Esto es algo que está muy presente en los pilares de MAPA y un claro ejemplo son los programas e iniciativas que se han desarrollado en torno a este proyecto, como el Programa de Estudios Ecosistémicos del Golfo de Arauco (PREGA) y la Agencia de Empleabilidad y Emprendimiento (E+E), lo que nos permite tener una mirada de largo plazo y proyectarnos hacia los mercados internacionales».

La carrera de Cristián Infante en ARAUCO ha sido larga. Le tocó hacerse cargo de las liales en Argentina y Brasil, y participar en el proyecto de Montes de Plata, en Uruguay, y en base a todo el conocimiento que ha adquirido en estos años, cree elmente que este proyecto fortalecerá su posición con los clientes.

2 Adaptación y aprendizaje, siempre

Matías Domeyko, Vicepresidente Ejecutivo de ARAUCO, fue una de las personas que dio el vamos a este gran proyecto de inversión, el mayor en la historia de la compañía, y bien sabía que el proceso tardaría y traería consigo etapas complejas.

«Nuestra primera prioridad es y ha sido siempre cuidar de nuestras personas, pero teníamos que hacer que nuestra empresa siguiera funcionando, por eso tuvimos que tomar una serie de medidas y, con el apoyo de todos los que forman parte de ARAUCO, pudimos seguir adelante. A paso lento, pero seguro», sostuvo.

A este inesperado evento, se suman los desafíos propios de una transformación compleja como lo fue la del relacionamiento con comunidades locales y los grupos de interés nacionales, en un entorno tan dinámico como el actual.

Domeyko es Vicepresidente Ejecutivo de la compañía desde hace más de 11 años y antes de eso trabajó en diversas áreas de la misma, por lo que conoce muy bien cómo se han hecho las cosas tanto interna como externamente. A su juicio «la experiencia ha demostrado que para que una empresa pueda desarrollarse con éxito, es clave la relación con el entorno. Y sin duda, el que hayamos podido desarrollar un proyecto de esta envergadura, en un ambiente complejo político, social y económicamente, demuestran una habilidad de gestión y el desarrollo de muchas prácticas y políticas relativas a temas mapuche, diversidad de género, inclusión, entre otros».

Él mismo cuenta que ha participado de los talleres que impulsan internamente para entender mejor, por ejemplo, la cultura mapuche. Hoy conoce de cerca su cosmovisión y ha establecido una relación

—00152
CARTOGRAFÍA DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO 04 00153

cercana con algunas comunidades. En cuanto a la relación con la comuna de Arauco y sus habitantes, Domeyko resalta el compromiso mutuo con las personas, la participación y el involucramiento. Menciona la organización de diversas instancias para identi car las preocupaciones e intereses de los locales, buscando entender mejor cómo el proyecto podía integrarse positivamente y profundizar las raíces que unen a la empresa y la zona.

«ARAUCO tiene cultura en resolver problemas, en saltar la valla y anticiparse. Una empresa como esta, que ha tenido la oportunidad de desarrollarse de manera importante en Chile y en otros países del mundo, de salir y competir de igual a igual en mercados diversos, ha requerido por nuestra parte de un alto nivel de adaptación. Esto nos hace capaces de sortear di cultades y ser más resilientes. Creo que eso está en el ADN no solo de MAPA, sino de toda la compañía. Por eso el proyecto ha sabido afrontar escenarios tan complejos como una pandemia o un estallido social: hay capacidad de gestión y ante situaciones adversas logramos seguir adelante».

3 Un mundo sostenible, un futuro con MAPA

La multiplicidad de usos que tiene la celulosa, más aún en un futuro próximo sin plástico, es uno de los escenarios nuevos en los que se inserta MAPA, plani cada para atender la demanda de una industria que se transforma, a través de nuevos materiales, nuevos productos, nuevos envases y nuevas aplicaciones.

«Nos sentimos muy orgullosos con este proyecto, pero al mismo tiempo sentimos una gran responsabilidad por lo que implica el desafío de aprovechar los atributos de esta nueva planta y añadir valor agregado a la cadena completa, de cara a nuestros clientes, cada vez más exigentes», cuenta Cristián Infante.

Necesidades cada vez más complejas, por ejemplo, del retail , están convirtiendo empaques y embalajes en componentes esenciales de cualquier producto, con materialidades que ofrezcan características que permitan imprimir en líneas a alta velocidad. O la industria de la moda, de los relojes, de los celulares y otros dispositivos electrónicos, que al momento de abrirlos nos muestran distintos tipos de celulosa.

En ARAUCO lo tienen muy claro: la innovación es la clave para que una empresa se mantenga vigente, sea más competitiva y al mismo tiempo atractiva para atraer y retener talento. Y cuando hablamos de innovación no sólo se trata de un cambio operativo, sino que de un modelo de negocios que apunta a ir creciendo cada vez más.

Franco Bozzalla re exiona sobre el cambio de mentalidad que se ha dado en un escenario que demuestra «mayor madurez» para comprender que la sostenibilidad y la innovación deben ser ejes prioritarios de una compañía para el éxito de su crecimiento. Recalca

—00154
CARTOGRAFÍA DEL FUTURO… UN CICLO VIRTUOSO 04 00155

que: «Toda crisis es una oportunidad y también lo fue la pandemia, porque marcó un punto de in exión en distintos ámbitos de la cotidianeidad de las personas, que han enfrentado di cultades cuyas consecuencias están lejos de desaparecer. Esto nos demostró la importancia de innovar, adaptarnos, reinventarnos, crear un círculo virtuoso para tener mayor productividad, mayor ciencia y mayor tecnología que le entregue a las empresas más habilidades y conocimiento hacia el futuro».

Matías Domeyko naliza con un llamado a continuar este camino: «El futuro es de innovación. Es muy importante que haya innovación, que se invierta en proyectos con mirada de futuro como lo ha hecho MAPA, porque se basan en un recurso renovable. Se están abriendo nuevas oportunidades y creo que están muy en línea con una economía más sustentable. A mi juicio, estamos trabajando para convertirnos en ejemplo de una empresa que gestiona recursos renovables, que quiere mejorar la calidad de vida de las personas y que también reconoce que opera en ciertos territorios donde debe ser responsable con el entorno. Eso es el futuro».

—00156
00157
—00158
00159
—00160

Concepción de la publicación

Flavia Berger

Eugenio Marcos

Conrado Muñoz

Juan F. Mercerón M.

Producción Editorial TIRONI-Ediciones ABIERTA

Investigación y textos

Pilar Espinosa

Sebastián Henríquez

Edición y corrección de textos

Hernán Diaz

Alberto Sáez

María Soledad Vial

Ricardo Rioseco

Diseño

Juan F. Mercerón M.

Conrado Muñoz

Fotografías

Juan Pablo Sierra

Claudio Cánovas

Sebastián Silva

Daniel Eloz

Gino Zavala

Agradecimientos

Hugo Molina (Investigador División Celulosa, Bioforest S.A.)

Gonzalo Ariel Salas Saez (Jefe de Control Documental)

Impresión

Ograma

1000 ejemplares

Papeles

Stora Enso 80 g

Bond blanco 90 g

Olin Rough White 150 g

Arauco EKP celulosa 950-1000 g/m ² *

Tipografías

Zeitung Pro

Maiola

Diciembre 2023

* Para la realización de las cubiertas de este libro, se utilizaron planchas de celulosa provenientes de la última producción realizada por la Línea 1 de Planta Horcones, la que cerró su funcionamiento el día 3 de enero del año 2022, para dar paso a MAPA.

Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.