La casa que habito

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Un proyecto de

Araceli Corbo

Belén Cerezo Carmen González Monica Miguel Aurora Sacristán


Créditos Textos © Los autores Fotografías: Antonio Almaraz Maquetación y diseño: ja!diseño Agradecimientos: Antonio Almaraz, Adora Calvo, Txema Martín, Elías Santos y por supuesto a las artistas: Belén Cerezo, Carmen González, Mónica de Miguel y Aurora Sacristán Dedicatoria: A mi madre, a mi tía Manuela, a Elías, a las artistas y a todas las mujeres.



Araceli Corbo

La casa que habito Texto para la exposici贸n La casa que habito. Galer铆a Adora Calvo, Salamanca, Marzo 2013.


«La casa que habito» es una exposición inspirada en las Femmes Maison (Mujeres-Casa) de la artista francesa Louise Bourgeois, figuras femeninas formadas parcialmente por casas. Estas imágenes generan un impacto visual y remueven al espectador para hacerle reflexionar sobre la condición social de las mujeres y su asignación al territorio doméstico .1 Esta relación entre lo público y lo privado desde una perspectiva de género, ha generado un debate que no parece finalizar y donde las mujeres a menudo son las que tienen que marcar las diferencias, ofrecer las reflexiones y comunicar avances con respecto a una problemática de suma importancia, ya que están en juego valores de género en torno a las divisiones espaciales y derechos sociales. 2 Planteamientos popularmente conocidos como: lo doméstico y la esfera social, el trabajo exterior frente al interior, son cuestiones que pueden marcar diferencias en la situación de la mujer en el mundo actual. Los valores de género son un producto del entorno social y de la educación, más que de la naturaleza y de la interacción con los demás, que nos sirven para definir nuestra identidad. Es lógico, por tanto, que muchas mujeres trabajen en sus proyectos artísticos y reflexionen de manera crítica sobre el ámbito doméstico y el privado, la casa y los roles que ha desarrollado habitualmente la mujer en dicho espacio. Eso es lo que se plantea en esta exposición, no es tanto una referencia explícita a cuestiones de género, como una muestra que recoge diferentes acercamientos por parte de cuatro artistas a la idea de la casa como arquitectura, refugio, cuerpo, prisión, aislamiento, seguridad, identidad, sueño y reclusión. Nos encontramos con obra de Carmen González, que a nivel formal tiene muchas similitudes con la obra de la artista francesa Louise Bourgeois. Sus esculturas son seres híbridos, antropomórficos, que producen misterio e inquietud. Aparentemente son seres inertes, pero lo que se intuye con una segunda mirada, es un encerramiento, una reclusión personal o emoción encapsulada de entes que sí viven. Esto sucede con sus esculturas policromadas, que parecen haber perdido vida por su delicado tono velado. En su obra escultórica también nos encontramos con la serie «La espera», piezas de cerámica blancas o negras con función de jarrón o florero, cuya base no se asienta sin más, sino que se prolonga en formas de piernas de mujer que adoptan diferentes posturas, sutilmente sexuales. Estas piezas son expuestas con flores naturales, que comienzan con vida y color para fundirse en un ocre monocromo perdiendo su estado vital y erguido hacia una caída lánguida que sugiere la pérdida de vitalidad de quien espera algo que nunca acaba de llegar.


En ninguna de las piezas hay cabeza o gesto alguno, sí las flores vivas o marchitas parecen dibujar un carácter y personalidad para cada mujer representada. Si volvemos a la obra referente aquí de Louise Borgeois, comprobamos que al igual que en las Femmes Maison, en estas obras de Carmen González el sexo de la mujer ha quedado al descubierto, libre... y lo desaparecido es el rostro y sus miembros superiores. La reflexión sobre el tiempo también es una constante en la obra de esta artista, la cual ha profundizado en este concepto3 de manera teórica. En la muestra, también se recogen dos series de dibujos. Uno de ellos, bajo el título «Femina Vita» donde se representa la figura de una mujer ya completa, esto es, con brazos y piernas y caminando erguida. Aunque esta mujer es aparentemente libre, podemos comprobar un encerramiento, opresión y sufrimiento debido a una gran carga que va sobre sus hombros representada en forma de casas o un círculo cerrado con este mismo icono desde el cual tiene impedido salir. La obra que aquí presenta Aurora Sacristán es una obra intimista y crítica. Con su obra denuncia la educación impartida a las niñas en los años 80, que a diferencia de los sujetos varones, estaba relacionada con la costura, el cuidado y la creación de un ajuar. Esta caduca educación marcó una generación que se hallaba rebelde y confusa ante la no desobediencia y el rechazo a estereotipos que ya no eran propios de la época o representaban a las futuras mujeres que ya no querían ser. Repetir frustraciones y cierta sumisión observada en casa, era un motivo de ira y de rechazo, que en este caso la artista ha representado con costuras enfrentadas y rebeldes. No obstante, la obediencia y el amor también se ven reflejados por la delicada reivindicación de las sábanas escritas y acumuladas sin ningún fin concreto. Su ordenación no se verá revuelta porque no ocupará un hogar de roles estipulados, o sí. Esta aceptación siempre será expresada con una acción de desacuerdo. … «Nunca antes de ahora había habido tanta gente desarraigada. La emigración, forzada o escogida, a través de fronteras nacionales o del pueblo a la metrópoli, es la experiencia que mejor define nuestro tiempo, su quintaesencia». John Berger, Y nuestros rostros, mi vida, breves como fotos.

Estas palabras podrían resumir la obra «Un lugar en el mundo» de Belén Cerezo. Para esta muestra se ha seleccionado una de las fotografías de la serie. Es la imagen de la propia artista cubierta por una manta en la que se dibuja un atlas. Su mirada es seria y su postura cabizbaja. La biografía de esta artista está llena de desplazamiento y transitoriedad. Desde su infancia ha viajado de país en país, del medio urbano al medio rural […] En esta situación, las relaciones de la artista con las personas, se transforman en compromisos y los refugios, dejan de serlo. Ha tenido que afrontar los afectos, el entorno en incesantemente cambio y muchas veces carente de referencias estables, en el que todo es relativo y provisional .4 Es una realidad que actualmente las personas ya no maduran encapsuladas en el seno de la familia,


diríamos que es al contrario, ya que reciben el influjo de numerosos agentes ajenos y sus aspiraciones pueden ser modificadas por esta influencia. Los conceptos de residencia y territorio han sido erosionados en Belén Cerezo, aunque la artista ha superado el desconcierto, la inestabilidad y la incertidumbre. En la serie de fotografías en blanco y negro, donde la artista aparece camuflada en una casa blanca de papel, se aprecia como a pesar del nomadismo, la casa-hogar pesa y se compone como elemento inevitable que llevar a cuestas. Otra autora seleccionada es Mónica de Miguel. Esta artista señala que la dualidad ha sido un objetivo constante en su obra. Este aspecto es evidente a nivel formal, ya que sus obras objetuales se vuelven elemento dibujado y sus acciones performativas tornan a fotografías. Esta dualidad también es evidente cuando la propia artista es creadora y materia, ya que utiliza su propio cuerpo como transporte de sus piezas. Mónica crea objetos con materiales del hogar que presenta como adornos de diseño sobre un cuerpo estático. Esta apariencia final, en vez de proyectar una supuesta imagen de belleza y de protección, muestra un ser torturado por la opresión de los elementos. El protagonismo de la artista como sujeto en sus fotografías, se disuelve en el dibujo, ya que las mujeres que en este caso soportan los objetos, son otras.

Araceli Corbo

1 2 3 4

GALÁN SERRANO, Julia. «Mujeres artistas y arquitectura» En ASPARKÍA, 21; 2010, 25-46. Ibidem. Sobre la obra de Carmen González, una lectura recomendada es el texto realizado por José Gómez Isla para ADACYL (MUSAC). CLAVER, Víctor en «Otras miradas» Madrid: Injuve, 2002.




Carmen González García

Construir una casa Texto para la exposición La casa que habito. Galería Adora Calvo, Salamanca, Marzo 2013.


Persianne Cajas de los cubiertos. 10x32 cm. aprox

Caja de cristal con marco de hierro (una mujer persiana) 12x58cm

Existe un juego al que todos hemos jugado siendo

encuentre su mejor expresión en la infancia, pero no

niños: construir una casita y meterse dentro. Da igual

parece descabellado pensar que en buena parte de

que sea debajo de una mesa o encima de un árbol, el

nuestra actividad creativa no hacemos sino continuar

juego consiste en utilizar los materiales más a mano

la búsqueda de esos lugares donde la vida se hace un

para acorralar un espacio y tomar posesión de él. El

nudo que nos permite conectar con algo que, de una

truco está en hacer que aparezca un lugar dentro del

u otra manera, ya conocemos.

cual nuestro yo niña o niño se inserta con la ilusión de

Cuando me pregunto por qué todas esas referencias al

vivir en una dimensión diferente; un espacio feliz,

espacio doméstico, a la casa, a los objetos cotidianos

confortable y propio en el que nos instalamos con la

aparecen de manera recurrente en mi trabajo de los

certeza de que dentro de sus límites la vida no es igual

últimos años me doy cuenta de que el cultivo de la

que fuera, que en su interior existe la posibilidad de

intimidad me ha servido en muchos casos para

vivir una experiencia que puede enseñarnos algo más

ensimismarme en la actividad creativa y encontrar así

de nosotros mismos. Un lugar que, a pesar de su

nuevas formas de salvaguardar y reanudar experien-

estructura extremadamente simple, será capaz de

cias, incluidas las de la memoria y las del compromiso

hacer que la vida se anude y condense con especial

con los otros. Así es; sumergida en la cotidianeidad, en

intensidad.

el mundo íntimo y subjetivo, me resulta reconfortante

Esta comprensión existencial del espacio tal vez

distinguir entre las formas habituales aquellos matices



La espera Dibujos 29x39cm 6 piezas

La espera

que normalmente pasan desapercibidos y, casi sin

empuja a mi hija a construir su casita, y del que el

proponérmelo, proyectar en el trabajo una cierta

auténtico producto son los intentos por delimitar y

distorsión en la percepción de los entornos y del paso

adentrarse cada vez más profundamente en una región

tiempo.

de mí misma en la que soy consciente de pertenecer a

Los interiores de la casa, tan bien lo dijo Bachelard, son

un mundo que merece ser conquistado.

centros de condensación donde se acumula un ensueño que es germen de imagen poética. Es desde ese ensueño, en el que el cuerpo y el territorio propio se confunden, desde donde surgen otras construcciones de lugares en los que la intimidad se resguarda y se adentra lo más posible en ese espacio primario hasta incrustarse. El resultado -formas antropomórficas de jarras y persianas, muebles con piernas, flores de papel pintado, mujeres soportando casas sobre el cuerpo, o alojadas en mangos de antiguas cuberterías de plata…son los subproductos del impulso existencial del espacio íntimo, como el que antes me llevó a mí y ahora




Belén Cerezo

Hacer espacio

Texto para la exposición La casa que habito. Galería Adora Calvo, Salamanca, Marzo 2013.


Casa Blanca 3 imáganes 100x120cm. Impresión digital

Hacer espacio

significa/implica pertenecer a un lugar? Podemos estar

En un primer momento me da un poco de vértigo

de acuerdo en entender esta pertenencia tanto como la

ponerme delante de estas primeras obras. Después de

carga de pertenecer a un lugar como un síntoma de

reflexionar junto a estas obras compruebo con agrado

protección que aporta seguridad y confianza. Asimismo

que es posible aproximarse a ellas desde el concepto

aparecerían, como indica Irit Rogoff, el fantasma de no

de ubicación. Entendiendo este concepto de ubicación,

pertenecer a un lugar y la tragedia de no pertenecer a

y también su opuesto, como las distintas posibles

otros lugares. La siguiente pregunta sería qué sucede

relaciones entre el sujeto y los espacios y lugares,

cuando abordamos este asunto de la pertenencia

incluyendo tanto los lugares deseados como los

desde el concepto de la casa, ¿qué sucede entonces? La

habitados y vividos.

casa puede ser entendida como refugio, espacio de

Esta revisión de mis obras iniciales también refleja que

deseo, espacio de construcción de subjetividad… Así

la fotografía funciona en mi investigación artística

funciona la pequeña casa blanca de papel que aparece

como un método explorando diferentes tácticas:

en la obra Un lugar en el mundo, 2000. Esta obra

tácticas performativas, de puesta en escena y collage.

formada por tres imágenes fotográficas constituye una narrativa en torno a esa búsqueda de un lugar (al que

1. Buscar(se) espacio: la pertenencia.

pertenecer) en un momento histórico caracterizado por

Ligado al concepto de ubicación que ya ha sido

los desplazamientos y los viajes. Los desplazamientos,

mencionado aparece el concepto de pertenencia, ¿qué

motivados por múltiples causas factores: comenzando


Un lugar en el mundo Impresión digital montada sobre aluminio

por la curiosidad, las oportunidades, las elecciones, el

pías fotográficas, intersecciones entre la casa ideal y el

azar, los deseos y las necesidades..., que caracterizan la

espacio público. Algo no iba bien, de ahí la confusión

época actual han desencadenado la desubicación de

entre sueños y realidades, entre lo público y lo privado

los sujetos junto con ruptura de las narrativas colectivas

que caracteriza estas imágenes producidas en el

y familiares. De ahí la importancia social, económica y

encuentro entre una casa 'ideal', construida por y para el

afectiva de la reflexión sobre el asunto de la pertenen-

consumo en las tiendas de muebles, y la calle, en este

cia. Junto a la casa aparece el cuerpo tanto en Un lugar

caso mucho más cotidiano y vivo que la casa. Las

en el mundo como en una serie de fotografías Sin título,

imágenes de esta serie intentan contaminar, recontex-

2000. Un cuerpo situado y fragmentado, un cuerpo que

tualizar y desestabilizar los imaginarios vinculados al

explora activamente esa relación con la casa examinan-

espacio público y al espacio privado.

do ese concepto de refugio ya mencionado, pero también rompiendo y expandiendo las paredes de la

3. Atravesar espacios,

casa.

desterritorializar, desubicar(se),

2. Desestabilizar espacios.

habitar el mundo,

Tras estas exploraciones artísticas alrededor del concep-

habitar la vida,

to de pertenencia y en un momento en el que la

mover el mundo,

construcción de viviendas en España corría en paralelo

moverse.

al incremento de los precios comencé la serie Heteroto-





Aurora Sacristán Álvarez

La casa que habito Texto para la exposición La casa que habito. Galería Adora Calvo, Salamanca, Marzo 2013.


Currículum Instalación

Currículum

Foto detalle bordado paño costurero

La casa que vivo, que muero, mi casa/ataúd Frontera con los demás y conmigo laberinto con ventanas, Plomo anclado a los tobillos No existe

la rutina frases hechas.

Mis recuerdos, exiliada al fondo del jardín (inconsciente). Ahora dejo mi rastro, desgasto mi alrededor deambulando, ritual mágico para olvidar, todos los días cosas qué repetir, patrón indefinido, desgranando el año cambia la estación, tiempo en movimiento.



Sin título

Foto detalle bordado

La espera” Dibujos 29x39cm La espera” Dibujos 29x39cm

Sin título Instalación

pasado todo aquello recuerdo. Dolor agarrado a las tripas (infancia) tesoros en un cajón que muevo, subo y bajo, miro, ordeno mi paisaje, mi medida para todo lo grande y lo pequeño. Distancia cercada por una puerta con cadena.

Ahora ya no. Dónde acabo, empezó aquí ni una imagen para recordar todos esos sitios extraordinarios.

Recoger y cerrar. Limpiar y olvidar me roba el tiempo y se lo agradezco. No puedo pensar, me lo quita todo y me gusta está obligación inútil




M贸nica de Miguel Rub铆o

El cuerpo en mi obra Texto para la exposici贸n La casa que habito. Galer铆a Adora Calvo, Salamanca, Marzo 2013.


Spring armlets (Brazaletes de muelles), 2011 Serie de 9 objetos Ensamblaje (muelles, cuerdas de plástico)

El cuerpo, lugar del ser, ha sido durante toda mi trayectoria artística herramienta fundamental en mi obra plástica. Ya en 1993 inicié una serie de esculturas tomando la figura humana como referente. Comencé entonces a utilizar prendas de vestir como material principal, en base a su vinculación directa con el cuerpo en calidad de límite. Manteniendo la estructura propia de las prendas, las cerraba y llenaba con diferentes materiales, como arena o escayola, con el fin de recobrar la presencia humana. Tal aproximación al cuerpo, partiendo de la piel, era motivada por mi interés en todo lo concerniente a los límites del individuo: cuestiones en torno a la constitución personal y la relación con el entorno. Escribiría entonces: La ropa es como una pantalla donde proyectamos nuestra personalidad, un escenario para el acto de aparecer, cobrar forma, identidad. Aunque la representación directa de la figura no se mantendría en todas las facetas de mi obra durante su

posterior desarrollo, la alusión a lo corporal sí es constante: tras un par de años, el cuerpo deja de ser construido escultóricamente para convertirse en lugar de experiencia. Empiezo así a explorar un nuevo aspecto en la noción de límite: más que como elemento definidor, la piel funcionaría como campo de relación, al ser tanto agente como elemento de percepción: Mi obra se desarrolla en confrontación sensorial y emotiva con el material: es una especie de exploración sensual de la realidad más cercana. La piel es el lugar de encuentro, la zona de contacto. Utilizo elementos corrientes del entorno cotidiano, sobre todo objetos o materiales que guardan una relación directa con el cuerpo, como ropa, jabón, cabello... y por otra parte materiales capaces de aludir a lo corporal o de provocar una reacción a ese nivel. Transformo, combino, o simplemente utilizo y fotografío este tipo de elementos para examinar sus cualidades físicas y realzar los matices corporales; tal manipulación les


Topical accessories (Accesorios tópicos), 2003 Serie de 4 fotografías. Impresión inkjet de archivo en pvc (edición 1/5), 40x60 cm.

confiere a su vez una carga psíquica añadida. Mi intención es suavizar los límites entre sujeto y objeto para proponer así una íntima relación entre ellos. Una relación que se torna compleja, ambigua, cuando surgen aspectos opuestos capaces de provocar sentimientos inconciliables -como atracción y repulsión, identificación y extrañamiento- de forma que se hace difícil definir el objeto y fijar la distancia hacia el mismo. Busco terrenos comunes, confluencias al nivel de los sentidos, que hacen del objeto un elemento de identificación generador de reacciones, más que de definiciones. En el punto de fuga confluirían la obstrucción de las pautas de relación con el objeto y su apertura significativa. La confluencia cuerpo-objeto llega a definir un eje

fundamental en mi obra. Los objetos del ámbito doméstico, íntimo, especialmente los objetos de cuidado y adorno del cuerpo (material cosmético, médico, deportivo...) con frecuencia elementos pertenecientes o asignados al mundo femenino (frascos de

perfume, pinzas del cabello...) y utensilios o herramientas de trabajo manual, doméstico (estropajos, agujas de tejer...) son manipulados a través de técnicas de ensamblaje, constituyéndose en mediadores en mi relación como sujeto con el entorno, objetualizándose el mundo interior, subjetivo. Este tipo de interacción sujeto-objeto me ha llevado a centrarme más y más en los aspectos utilitarios del objeto. En algunos casos la funcionalidad que propongo es sólo aparente; muchas de mis piezas pueden ser en cambio usadas por o adaptadas al cuerpo, que se ve transformado por los elementos que lo rodean y actúan sobre sus límites. Todo objeto participa de lo humano, ya que responde a una necesidad, y por tanto nos completa. Me interesan sobre todo aquellos objetos que, bien por sus características físicas, o por su uso, más se aproximan a nosotros. En el objeto que se dirige, se asemeja o suplanta al cuerpo encuentro el medio adecuado para establecer un vínculo




entre la fenomenología y cualidades del material, y ciertos atributos y procesos individuales. El carácter utilitario del objeto original puede determinar una relación específica con el cuerpo; una vez manipulado, su funcionalidad es pervertida, pero no eliminada: permanece una vaga noción de uso, el cuerpo se ve implicado pero su rol es pasivo. Los objetos resultantes son instrumentos que desempeñan un papel como sensores, o como demarcadores de estados psíquicos en torno a la problemática de la construcción y expresión del individuo. Este es también el trasfondo de las obras presentadas en la exposición «La casa que habito». El tipo de estados psíquicos a los que se refieren estas obras guardan

Neck piece (Pieza collar), 2011 Objeto Ensamblaje (pinzas y alfileres metálicos, cuerda de plástico)

relación con la idea de límite personal como soporte de tensiones: la lucha en la superficie entre fuerzas internas y externas, la tensión entre flexibilidad y constricción; los límites como proveedores de protección y seguridad, pero también de dependencia o fijación. En concreto, se muestran aquí una serie de objetos, «Spring armlets» (brazaletes de muelles), así como «Neck piece» (pieza collar). Recientemente he empezado a indagar el estatuto de los objetos portátiles en relación al diseño. En estas piezas cruzo la frontera hacia el campo de la joyería como fenómeno: adopto ciertos códigos y convenciones, tales como el uso de elementos tradicionales (anillo, brazalete, collar) en las zonas del cuerpo habituales (dedo, muñeca, cuello…) Utilizo pues el idioma de las joyas, buscando sin embargo expresiones que no encajan fácilmente dentro de esta categoría: estos objetos, a la vez que atractivos, son en su relación con el cuerpo demasiado incómodos, pesados, agresivos, para en la práctica funcionar como joyas. Por otro lado, se muestra una serie de fotografías, «Accesorios tópicos», en las que este tipo de relación ambigua con el objeto es fundamental: Muchos de mis objetos son utilizables sobre el cuerpo, y esta posibilidad se traduce en obras fotográficas que, más allá del mero registro del uso, tratan de investigar la directa relación surgida entre cuerpo y objeto. Una relación que se sitúa allá donde los límites entre diferentes términos se diluyen: la frontera entre lo artificial y lo orgánico, entre lo esencial y lo accesorio, en objetos que pueden parecer necesarios como prótesis pero a la vez superficiales como un adorno; el cuerpo en tensión entre belleza e imperfección, salud y decaimiento, sensualidad y dolor, autoprotección y constricción, exhibición y ocultación. La dualidad es objetivo constante en mi obra: trato de posicionarme en el espacio entre definiciones, generar formas que pertenecerían al terreno de lo indeterminado, lo impuro. Ese límite es para mí el espacio de la búsqueda, de la creación. Pienso además que lo ambiguo es capaz de poner en evidencia la, a mi entender, inevitable subjetividad de la mirada.

Por último, se presenta una serie de dibujos, «Minor protection». Centrados en el binomio protecciónconstricción, dan muestra de una relación contradictoria con el objeto, una relación conflictiva con el entorno. La figura, el cuerpo, es una vez más territorio metafórico de este conflicto. Mientras que en la obra fotográfica mi propio cuerpo actúa como soporte, en los dibujos y pinturas aparecen representadas otras figuras femeninas, por lo que la noción de identidad es manejada de forma más amplia. El carácter de las figuras es definido a través de la indumentaria y los objetos que portan, y además mediante los gestos y las posturas que adoptan. Jugando con estas variables busco establecer posibles definiciones de la individualidad femenina, tratando nociones tan opuestas como sensualidad, inocencia, o violencia, a través de mujeres en un momento vital en el que la identidad está pujando particularmente por manifestarse, una identidad evidentemente en proceso, a punto de pasar a un nuevo estado, tendiendo constantemente a lo indefinido, al límite. La preocupación por la identidad es evidente en mi obra. Pese a que la identidad que ésta refleja puede caracterizarse sin duda como femenina, lo que hace que en muchos momentos aparezcan en mi obra cuestiones de género, no me planteo como objetivo ofrecer crítica o comentario explícito, mi inscripción en este contexto es simplemente producto de mi propia condición, de mi ser mujer.



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