El Muro de John Lennon ubicado en Malá Strana, se siguen nutriendo los graffities inspirados en la ideología del que fuera el líder de los Beatles.
Praga
DONDE NO TODO ES TAN GÓTICO NI TAN BARROCO Por Alfredo Padilla B.
El río Moldava y parte del centro (lado derecho), vista desde el Castillo de Praga.
En la mayoría de los viajes es muy común sorprenderte por lo que tus ojos ven. Sin embargo, la proeza no está ahí; la proeza está en que no hayas perdido la consciencia después de 14 horas de vuelo, después de pasar aduanas de esas en donde te tratan como criminal (aunque tu aspecto pueda despertar dudas razonables) y que además te hablen en idiomas que jamás habías escuchado más que en películas gringas, en las que son los malos quienes los hablan. Al final todo se olvida. Praga se encarga de hacerte olvidar. En esta clase de aventuras, incluso las llantas de los autos se ven diferentes. Cada detalle va atrayendo
tu atención; sin embargo el cansancio no se puede olvidar del todo, hay que ir a dejar la maleta porque cargarla como mula siempre es una traba para comenzar la fiesta. Llegamos a Praga cuando el sol ya se había ocultado. Afortunadamente la ciudad tiene tantas cosas que ofrecer, que no importa la hora o lo destruido que estés, siempre hay algo por hacer. En el centro de la ciudad te encuentras a un artista callejero que hace música con copas de cristal llenas de agua. De estos improvisados instrumentos, emanan sonidos que se conjugan con la más perfecta sincronía para formar hermosas piezas musicales. No es de extrañar la cantidad de público en tal lugar. En poco tiempo te das cuenta que la ciudad está repleta de gente que va y viene por sus diminutas calles, no sé si sean turistas o tal vez residentes que van de regreso a casa. La plaza de la Ciudad Vieja es la primera parada. En este lugar se encuentra el famoso Reloj Astronómico, a un costado la Iglesia de Týn. Este marco también sirve como escenario para que más artistas callejeros hagan alarde de lo suyo.
Artista callejero en la zona centro hace que las copas de cristal canten con un poco de agua y la pericia de sus manos.
PRAGA 1
Después de algunas horas y ya entrada la noche, sabes que la fiesta es uno de los grandes atractivos de este lugar. Como niños en confitería pasamos de un bar a otro queriendo tomarnos toda Praga de un
sólo sorbo. Caminamos por las calles en la madrugada con el mismo temor que sentimos todos en México, pero rápidamente nos dimos cuenta que las cosa no funcionan de la misma manera. En un abrir y cerrar de ojos ya estaba saliendo el sol mientras nosotros apenas dejábamos el último bar; este se encontraba enclavado en un sótano que a algún genio se le ocurrió convertir en un bonito centro de esparcimiento nocturno. Ya más lúcidos y con los ánimos renovados, salimos a disfrutar lo que Praga tiene más allá del centro. Caminar a la orilla del río Moldava es una grata experiencia que permite observar la vida que tienen sus habitantes, quienes después del invierno están ávidos de tomar el sol, por esto suelen dar paseos por los parques que bordean el río. Felices de haber superado los terribles fríos, rentan pequeñas embarcaciones que comparten con los amigos o la familia. Caminamos sobre la calle Dvořákovonábřeží hasta encontrar el Puente de Carlos, un ícono de la cuidad, que además conduce directamente a la Catedral de San Vito en el Castillo de Praga. Este imponente conjunto de construcciones se encuentra enclavado en la parte alta de la ciudad. La zona céntrica es realmente pequeña, aunque con las múltiples paradas obligadas, te toma días recorrer todos los puntos de interés. El Muro de John Lennon es el sitio donde todo mundo pasa a tomarse la foto pero pocos reflexionan el valor histórico que tiene para esta ciudad siempre cambiante. Los famosos puentes llenos de candados son donde las parejas dejan un tributo obligado (un candado) y que resulta sumamente vistoso para todos los paseantes, enamorados o no.
Un grupo de jóvenes festejan un cumpleaños ya muy entrada la madrugada en un bar de la calle de Dlouhá, dentro de la zona de Praga 1.
La Casa Danzante y su extraña arquitectura sobresalen del resto de las construcciones que la rodean. Uno de los lugares más impresionantes es Josefov, en los tiempos de la Segunda Guerra mundial fungía como un gueto Judío. Este lugar te hace pensar que no hace mucho tiempo este bello sitio estuvo ocupado por la Alemania nazi para después formar parte de la Unión Soviética. Al ver a tu alrededor es inevitable mirar que las cosas cambian de una manera impresionante, radical y en este caso, para bien. Al final y después de mucho caminar, comer, fiesta y demás placeres de la vida, sales de Praga con un sabor de boca insuperable y con la convicción de que regresarás algún día. De cualquier modo ya sabes de antemano que será una de las mejores experiencias de tu vida.
Jóvenes pasean en el río Moldava disfrutando los primeros rayos de sol que les regala la primavera.
PRAGA 2
El Reloj Astronómico en la plaza de la Ciudad Vieja. No importa la hora, los visitantes siempre abarrotaran el lugar.
En una ciudad caracterizada por su total estilo gótico y barroco, resalta de una manera muy peculiar La Casa Danzante, un edifico de estilo desconstructivista.
PRAGA 3
El Tranvía de Praga con 140 años de historia, ofre 24 horas del día.
Vista nocturna del puente de Carlos, es el más antiguo de Praga y conecta la Ciudad Vieja con la Ciudad Pequeña.
ece un eficiente servicio moviendo a la ciudad las
Vista posterior de La Catedral de San Vito, símbolo del Praga y de toda la República Checa.
PRAGA 4