Este libro está dedicado a las millones de familias, locatarios y productores que siguen manteniendo vivos los mercados públicos, fortaleza del abasto popular, de la economía local y de la cohesión social de la Ciudad de México.
Son los mercados patrimonio cultural intangible, reconozcamos ahora su valor tangible, el concepto de los mejores ingenieros y arquitectos que diseñaron las naves de nuestros 329 mercados y la Central de Abastos más grande del mundo, quienes retomaron la esencia del gran mercado prehispánico.