Con siglos de historia a sus espaldas, la música clásica merece un lugar destacado en la lista de reproducción de todo pianista. He aquí algunas de las piezas de piano más célebres; desde el Barroco hasta el Romanticismo.
por Michael LaneLa música clásica tiene un lugar ganado de antemano en el repertorio de todo pianista. No solo por cuestiones de tradición, sino porque su influencia es fundamental en todos los géneros musicales. A Schubert, por ejemplo, se le atribuye haber compuesto la primera canción con la estructura de verso y estribillo que todos conocemos tan bien. Incluso, los orígenes del jazz se pueden remontar a Bach (juego de palabras). Aprender música clásica no solo te ayudará a ampliar tu conocimiento sobre distintos géneros, sino que mejorará drásticamente tu técnica con el piano.
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Nota: Por simplificar, usaremos el término clásica para referirnos a la música de las épocas barroca, clasicista o romántica. Para muchos académicos, esto puede ser poco menos que una blasfemia pero para ti, músico en ciernes, es una forma sencilla de abreviar.
Aquí tenéis una selección de catorce piezas que comprenden desde el Barroco hasta el Romanticismo. Si has retomado el piano después de haber aprendido de niño, muchas de estas canciones te resultarán familiares. Con esto no pretendemos cubrir todos de compositores de estas épocas, pero te puede servir como resumen de piezas clave para ir conformando tu repertorio. Como siempre, podrás aprender todas estas piezas en la app de flowkey.
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Canon en re mayor - Johann Pachelbel
Un canon es una pieza en la que una melodía principal es imitada por una o más voces. La voz o voces que imitan realizarán esa melodía nunca de forma simultánea a la voz principal, sino algo retardada respecto a esta. Esta pieza en concreto es técnicamente un «canon acompañado», ya que incluye otras melodías que se desarrollan para crear una rica textura, incluso cuando se tocan solas en el piano.
El Canon de Pachelbel gozó de popularidad durante la vida del compositor a finales del siglo XVII, pero cayó en el olvido hasta que se redescubrió en los años 60 del siglo XX. La inconfundible progresión de los ocho compases que componen la pieza ha sido adoptada por infinidad de artistas de pop y rock; ¡y seguro que has escuchado su versión original en más de una boda! (Echa un vistazo a nuestro artículo sobre canciones de boda para descubrir cómo el Canon en re mayor ha sido adoptado en algunas célebres canciones para hacerlas especiales).
Preludio n.º 1 en do mayor - Johann Sebastian Bach
Si queréis avanzar en vuestra técnica pianísitica, es esencial aprender algo de Bach. No solo por su maestría con las teclas, sino por su habilidad para insipirar a generaciones de nuevos pianistas. El Preludio n.º 1 en do mayor es la primera obra de su colección El clave bien temperado, compuesta según el autor "para el provecho y disfrute de los jóvenes músicos deseosos de aprender".
Si estás leyendo estas líneas, es porque tú también tendrás "deseos de aprender". Tocar esta pieza te ayudará a desarrollar un sentido natural del ritmo, a mejorar tu digitación y a ir ganando velocidad. Es mucho más que un simple ejercicio: el fluir de esta pieza, compuesta de acordes rotos ascendentes, es de una hipnótica belleza.
PSonata en do mayor - Wolfgang Amadeus Mozart
Mozart fue un niño prodigio y creció hasta convertirse, probablemente, en uno de los compositores clásicos más respetados de todos los tiempos. Tuvo una vida frenética que se apagó a los treinta y cinco años; y muchas piezas como esta se quedaron sin publicar hasta décadas después de su muerte.
El mismo Mozart describió esta pieza como "para principiantes", por lo que no es de extrañar que haya aparecido en libros de aprendizaje para novatos
durante siglos. La combinación de acordes rotos que toca la mano izquierda con la melodía que toca la derecha te ayudará a mejorar tu coordinación.
Eine Kleine Nachtmusik - Serenata n.º 13 -
Wolfgang Amadeus Mozart
La lista quedaría coja si incluimos una pieza de Mozart solamente, por eso vamos a añadir esta otra que escribió para un cuarteto de cuerda, pero adaptándola al piano. El título se encuentra a menudo traducido como Pequeña serenata noctura. La inconfundible melodía de esta pieza vibrante y alegre rezuma Mozart por los cuatro costados.
Sonata para piano n.º 14 (Claro de luna) -
Ludwig van Beethoven
Beethoven también está considerado como uno de los compositores más célebres de todos los tiempos. Una hazaña asombrosa, considerando que compuso gran parte de su obra después de haberse quedado sordo. Claro de luna (no confundir con la pieza de Debussy) es delicada y ensoñadora; de hecho, su título original es «Casi una fantasía». También es la comidilla de muchos pianistas actuales a la hora de abordar cómo se deben usar los pedales para tocarla. Siguiendo las indicaciones de Beethoven, si la tocamos con un pedal de resonancia moderno se puede generar cierta disonancia al cambiar de acorde. Por lo tanto, debes tener cuidado (a menos que tengas en tu haber un piano de doscientos años de antigüedad) al pisar el pedal. También puedes probar a no pisarlo a fondo.
Para Elisa - Ludwig van Beethoven
Beethoven también merece ser incluido por partida doble en esta lista. Su obra fue evolucionando considerablemente durante su vida, que abarcó tanto el Clasicismo como el Romanticismo, adelantándose siempre a su tiempo. Para Elisa es una «bagatela», es decir, una "composición musical ágil y corta, sin mayores pretensiones". Esta pieza dulce, con arpegios escurridizos que necesitan una perfecta coordinacion entre ambas manos, encaja perfectamente en esta descripción. Al igual que Sonata en do mayor de Mozart, esta pieza fue publicada de manera póstuma, cuarenta años tras la muerte de Beethoven. No se conoce la identidad de la tal Elisa, ni tampoco si llegó a escuchar en vida esta obra maestra compuesta especialmente para ella.
Preludio Op. 28 (en mi menor) - Frédéric Chopin
Chopin era un maestro en transmitir emociones a través de su música, y esta pieza en concreto suena a desesperación absoluta. La última marca dinámica es un smorzando, que significa algo así como "desvanecimiento". Sin ir más lejos, Chopin pidió que fuese tocada en su funeral y, aunque dicho así puede sonar algo macabro, no debes dejar que esto te confunda a la hora de apreciar esta bella y elegante pieza.

Liebestraum n.º 3 - Franz Liszt
El título Liebestraum significa "sueño de amor", que es precisamente lo que Liszt evoca en esta pieza. Un fluir ensoñador y mágico nacido de un poema de Ferdinand Freiligrath al que Liszt puso música. Aparte de varias referencias a la pérdida, también incluye unos versos que dicen algo así como, "Asegúrate de que tu corazón arda y resguarde el amor. Mientras otro corazón lata cálidamente de amor por ti."
Canción de cuna - Johannes Brahms
Esta canción es todo un hit en todos los rincones del mundo a la hora de acurrucar a los bebés. Lo que quizá no sepas es que Brahms la compuso para el nacimiento del segundo hijo de una amiga de su infancia Brahms estuvo enamorado de ella e incluyó una contramelodía oculta basada en una canción que ella le cantaba cuando eran jóvenes...
El lago de los cisnes - Piotr Ilich Chaikovski
Chaikovski es probablemente conocido por sus grandes y opulentas composiciones operísticas. Por ejemplo, El lago de los cisnes, un cuento de hadas sobre una princesa que pasa sus días convertida en cisne en un lago de lágrimas, y que vuelve a su aspecto humano verdadero por las noches. Dicho esto, el tema de esta obra maestra resiste la prueba del tiempo por su belleza melódica, incluso en su forma simplificada para piano solista.