Textos "IBEROS"

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Textos

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Los textos de las secciones están señalizados con caracteres ibéricos. Las cartelas de los objetos están numeradas. Las estaciones de la audioguía están indicadas con el símbolo 2

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IBEROS La península ibérica, actuales España y Portugal, estaba habitada por numerosos pueblos de distintos orígenes en el I milenio a. C. Mientras que en el oeste y en el centro se asentaron tribus celtas, la región que abarca las costas de Andalucía en el sur, toda la costa este y el Languedoc, en el sur de Francia, estaba ocupada por varios pueblos que agrupamos bajo la denominación iberos. En la intersección entre el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, entre la tradición autóctona y las influencias extranjeras de Oriente, surgió una civilización fascinante entre los siglos VI y I a. C. La exposición, concebida como colaboración entre el Antiken­ museum Basel und Sammlung Ludwig y el Museu d’Arqueologia de Catalunya, presenta los últimos hallazgos sobre los iberos. «Con el nombre de Iberia, por ejemplo, los antiguos [griegos] denominaban todo el país a partir del Ródano [...]; mientras que los de hoy día colocan su límite en los Pirineos y dicen que las denominaciones de Iberia e Hispania son sinónimas». Estrabón, Geografía III, 4, 19 (63 a. C. – 23 d. C.)

«Se parece [Iberia] a una piel [de buey] tendida en el sentido de su longitud de Occidente a Oriente, de modo que la parte delantera mire al Oriente, y en sentido de su anchura del septentrión al Mediodía». Estrabón, Geografía III, 1, 2 (63 a. C. – 23 d. C.)

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CRONOLOGÍA Finales de la Edad del Bronce 1200 – 800 a. C. Cultura de la Edad del Bronce en el suroeste de la Península Ibérica Primera Edad del Hierro (800 – 550 a. C.) s. X a. C. Exploraciones fenicias Finales del s. IX a. C. Enclaves fenicios en Huelva y la Rebanadilla (Málaga) Principios del s. VIII a. C. Fundación de ʾgdr/Gadeira (Cádiz) 1.ª mitad del s. VIII a. C. Fundación de los primeros asentamientos fenicios en el sur de la península ibérica 814 a. C. Fundación de Cartago por los fenicios 753 a. C. Fundación de Roma Hacia el 725 a. C. Llegada de los fenicios a Ibiza A partir del s. VII a. C. Florecimiento de la expansión fenicia; cultura tartésica Hacia el 600 a. C. Fundación de Massalia (Marsella) por los focenses Periodo ibérico antiguo (550 – 400 a. C.) Principios del s. VI a. C. Auge urbano en el sur de la península ibérica Hacia el 550 a. C. Fundación de Emporion (Empúries) por los focenses Hacia el 500 a. C. Fin de la cultura tartésica A partir del s. V a. C. Primeros indicios de la escritura ibérica Periodo ibérico pleno (400 – 175 a. C.) s. IV a. C. Apogeo de la cultura ibérica 264 – 241 a. C. Primera Guerra Púnica entre Cartago y Roma 229 – 226 a. C. Fundación de Carthago Nova por el púnico Asdrúbal 219 a. C. Conquista de Sagunto por el púnico Aníbal 218 a. C. Desembarco romano en Emporion 218 – 202 a. C. Segunda Guerra Púnica entre Cartago y Roma 197 a. C. Establecimiento de las provincias romanas Hispania Ulterior e Hispania Citerior A partir del 195 a. C. Romanización del este y el sur de la península ibérica Periodo ibérico tardío (175 – 10 a. C.) 155 – 153 a. C. Expediciones romanas contra los celtíberos 133 a. C. Conquista de Numancia por Roma 123 a. C. Conquista de las Baleares por Roma 82 – 72 a. C. Guerra Sertoriana en la península ibérica 49 – 44 a. C. César y Pompeyo se enfrentan en la península ibérica 19 a. C. Toda la península ibérica está bajo dominio romano 6


1 Loba Piedra calcárea, 200 – 100 a. C. Necrópolis del Cerro de los Molinillos, Baena (Córdoba) Museo Íbero de Jaén 2 PREHISTORIA Los nuevos estudios paleogenéticos sugieren que los iberos fueron el resultado de una evolución basada en las poblaciones locales y sus contactos con otros grupos continentales en la prehistoria (5000 – 2000 a. C.). Existen pruebas de estructuras sociales complejas en el III milenio a. C. que trabajaban minerales metálicos (cobre) y mantenían contactos laxos con el norte de África y Oriente Próximo. Estos contactos se han demostrado con materias primas importadas, como marfil. 1. Ídolo placa Pizarra, 3000 – 2000 a. C. Antikenmuseum Basel und Sammlung Ludwig 2.– 3. Ídolos antropomorfos Marfil, 3000 – 2000 a. C. Antikenmuseum Basel und Sammlung Ludwig 3 LOS PRIMEROS IBEROS Los iberos no eran un pueblo inmigrante. La investigación actual cree que se trata de una evolución paulatina de la población local. En el siglo VII a. C., la sociedad ya revestía una creciente complejidad. Existen pruebas del surgimiento de líderes que vivían en señoríos separados y mantenían contactos privilegiados con comerciantes fenicios. A cambio de materias primas valiosas, como minerales metálicos, obtenían ánforas para vino y objetos de lujo. Los bienes de esta clase alta emergente nos han llegado a través de sepulturas. 1. Cadenas con colgantes zoomorfos Bronce, 600 – 450 a. C. Necrópolis de Mianes, Santa Bàrbara (Tarragona) Museu de les Terres de l’Ebre 2. Cuchillo Hierro, 600 – 400 a. C. Necrópolis de Mianes, Santa Bàrbara (Tarragona) Museu de les Terres de l’Ebre 7


3. Vasija de pie calado Cerámica fenicia a torno, 650 – 550 a. C. Sant Jaume - Mas d’en Serrà, Alcanar (Tarragona) Museu de les Terres de l’Ebre 4. Vaso en forma de cáliz Cerámica a mano, 650 – 550 a. C. Sant Jaume - Mas d’en Serrà, Alcanar (Tarragona) Museu de les Terres de l’Ebre 5. Cadena Bronce, 650 – 450 a. C. Necrópolis de Can Canyís, Banyeres del Penedès (Tarragona) Museu del Vendrell 6. Hebilla de cinturón Bronce, 600 – 450 a. C. Necrópolis de Can Canyís, Banyeres del Penedès (Tarragona) Museu del Vendrell

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¿Quiénes eran los iberos?

LA DIVERSIDAD DE LOS PUEBLOS IBÉRICOS Estrictamente hablando, no existía una etnia ibérica. Más bien, se trataba de un mosaico de pueblos con características comunes y diferencias. Sus nombres nos han llegado principalmente a través de autores grecorromanos, que a menudo describen cada una de las tribus de forma sesgada y plagada de prejuicios. Su evolución se manifestó con variaciones , lo que se debe a numerosos factores. El contacto con comerciantes y colonos de la región del Mediterráneo oriental constituyó una influencia importante, pri­ mero con los fenicios y más tarde con los griegos. Esta diversidad también se refleja en los distintos sistemas de lengua y escritura no indoeuropeas que utilizaban los iberos. «[...] la naturaleza del país no es apta para dar vida a un gran número de ciudades, siendo como es sumamente mísera, de una situación excéntrica y de un aspecto inculto; por otra parte, ni el género de vida de sus habitantes ni sus actividades [...] dan pie para ello». Estrabón, Geografía III, 4, 13 (63 a. C. – 23 d. C.) 4 INDIGETES «Después se extienden los rudos indigetes; pueblo este inculto, pueblo intrépido en la caza y habitante de guaridas». Rufo Festo Avieno, Ora Maritima, 160-163 (4 d. C.) Jarra Cerámica ibérica con pintura blanca, 400 – 300 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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5 LAYETANOS «Desde la desembocadura del Ródano, [Escipión] navegó rodeando el final occidental de los Pirineos y llegó hasta Emporion. Desembarcó aquí su ejército y, comenzando con los layetanos, atrajo a todos los pueblos marítimos, hasta el Ebro, a la esfera de influencia romana [...]». Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación XXI, 60 (59 a. C. – 17 d. C.) Jarra Cerámica ibérica, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6 COSETANOS «El territorio de Cessetania y el río Subi, la colonia de Tárraco, fundada por los Escipiones como Cartago por los púnicos». Plinio el Viejo, Historia natural III, 21 (23 – 79 d. C.) Plato Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Fontscaldes, Valls (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7 ILERCAVONES «El territorio de los ilergaones [ilercavones]; el río Ebro, rico por el comercio fluvial [...]. Por este río llamaron los griegos Iberia a toda Hispania». Plinio el Viejo, Historia natural III, 21 (23 – 79 d. C.) Jarra Cerámica ibérica pintada, 500 – 200 a. C. San Antonio, Calaceite (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 8 SEDETANOS «Entre ellos relucía con el resplandeciente brillo de sus corazas el regimiento edetano, procedente de las heladas aguas del Júcar y de la excelsa ciudadela de Játiva, su patria». 10

Silio Itálico, La guerra púnica III (I d. C.)


Tapadera Cerámica ibérica pintada, 200 – 100 a. C. Cabezo de Alcalá, Azaila (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 9 EDETANOS «[...] la randa costera que se extiende desde allí [Cartago Nova] hasta el río Ebro es casi igual en longitud y está ocupada por los edetanos». Estrabón, Geografía III, 4, 13 (63 a. C. – 23 d. C.) Tapadera Cerámica ibérica pintada, 325 – 275 a. C. Necrópolis de El Castellar, Oliva (València) Museu d’Arqueologia de Catalunya 10 ILERGETES «[...] Escipión invadió con sus fuerzas el territorio de los ilergetes después que el instigador de la revuelta se hubiera abandonado a su suerte. Los llevó a todos en Atanagro, su capital [...]». Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación XXI, 61 (59 a. C. – 17 d. C.) Cálato Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 11 BASTETANOS «El tramo de costa que va de Calpe, cuyo monte está sobre las Stelai, hasta Cartago Nova, mide una longitud de dos mil doscientos estadios, y en él viven la mayoría de los bastetanos —a los que se les suele llamar también bástulos— [...]». Estrabón, Geografía III, 4, 1 (63 a. C. – 23 d. C.) 1. Cálato Cerámica ibérica pintada con engobe rojo, 400 – 300 a. C. Cerro del Santuario (tumba 126), Baza (Granada) Fundació Privada Duran Vall-llosera 2. Cálato Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Sureste peninsular Museu d’Arqueologia de Catalunya

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12 CONTESTANOS «A continuación Contestania; la colonia de Cartagena, desde cuyo cabo, que se llama de Saturno, el trayecto a la ciudad de Cesárea de Mauritania, es de ciento noventa y siete mil pasos». Plinio el Viejo, Historia natural III, 19-20 (23 – 79 d. C.) Jarra Cerámica ibérica pintada, 150 – 50 a. C. Archena (Murcia) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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¿Qué tienen que ver los fenicios con los iberos?

FENICIOS EN LA PENÍNSULA IBÉRICA

Pese a su ubicación periférica en el margen más extremo del mundo antiguo, la península ibérica era un lugar importante para las interacciones interculturales y el intercambio transmediterrá­ neo. Los fenicios, que habitaban la costa mediterránea oriental (hoy en día el Líbano y Siria), desempeñaban un papel esencial. Las ciudades-Estado fenicias, como Tiro y Sidón, buscaban nuevos mercados y, sobre todo, recursos, como yacimientos de metales. La península ibérica, que era rica en metales, se convirtió en el objetivo de las estrategias de expansión fenicias. La fundación de establecimientos comerciales en la costa meridional, ya fuera en asentamientos ya existentes (Huelva) o nuevas fundaciones (Gadeiras/Cádiz), constituyó la base de un intercambio que duraría varios siglos. Gracias a este contacto estrecho, llegaron a la península ibérica no solo productos materiales procedentes de Oriente, sino también adelantos tecnológicos, como el torno de alfarero giratorio rápido, técnicas especiales de procesamiento de metales y el alfabeto fenicio, que sentó las bases de las escrituras ibéricas. «Y así, gracias a este comercio, los fenicios, con el pasar de los años, acrecentaron considerablemente su potencia y enviaron muchas colonias, unas a Sicilia y a las islas vecinas, y otras a Libia, Cerdeña e Iberia». Diodoro, Biblioteca histórica V, 35, 4 (siglo I a. C.)

«Hasta ahora, ni el oro, ni la plata, ni el cobre, ni el hierro nativos se han hallado en ninguna parte de la Tierra tan abundantes y excelentes». Estrabón, Geografía III, 2, 8 (63 a. C. – 23 d. C.)

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13 LOS PÚNICOS Los griegos llamaban colectivamente fenicios a los habitantes de las ciudades-Estado de Sidón, Bérito y Tiro. Los romanos latinizaron el nombre como púnicos, refiriéndose a los fenicios del Mediterráneo occidental bajo la égida de Cartago. En la terminología actual, denominamos fenicios a los primeros carta­ gineses y púnicos o cartagineses a partir del siglo VII a. C., cuando Cartago empezó a desarrollar una política y cultura propias. 1. Busto femenino con brazos incrustados Terracota, 600 – 400 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Collar Vidrio prerromano, 400 – 300 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Busto femenino Terracota, 400 – 300 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Cabeza femenina Terracota, 600 – 400 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Pebetero Terracota, 300 – 100 a. C. El Bordissal, Camarles (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya La pequeña cabeza de mujer, obtenida a molde, se denomina incensario por el ahondamiento pensado para alojar sustancias aromáticas. Dichos incensarios aparecieron en la región mediterránea occidental, casi exclusivamente en el territorio de influencia púnico. El tocado decorado con frutos y espigas señala a Deméter, la diosa griega de la fertilidad de la tierra, que halló su homóloga púnica en la diosa Tanit a partir del siglo IV a. C. Los incensarios se encontraron en santuarios, sepulturas y asentamientos. Desconocemos lo que los iberos asociaban con esta iconografía ajena. No obstante, se sospecha que representaba deidades propias de la población ibera que nosotros no conocemos.

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14 MATERIAL PÚNICO Los materiales fenicios y púnicos se han encontrado en todo tipo de yacimientos ibéricos. La presencia púnica más impresionante es la hallada en Ibiza, primero fenicia y después púnica, p. ej., en la necrópolis de Puig des Molins o la cueva santuario de Es Culleram. 1.– 2. Cabezas Terracota, 600 – 200 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Figura masculina Terracota, 600 – 200 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Máscara púnica Terracota, 300 – 200 a. C. Mas d’en Gual, El Vendrell (Tarragona) Museu del Vendrell 5. Colgante antropomorfo púnico Vidrio, 400 – 300 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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¿Había griegos en la península ibérica?

LA COLONIA GRIEGA DE EMPORION

Emporion (en la actualidad Empúries/Ampurias) se halla en la costa de Cataluña, al noreste de la península ibérica. Este asenta­ miento fue fundado a principios del siglo VI a. C. por los habitantes de Massalia, la actual Marsella. La propia Massalia era una colonia fundada una generación antes por griegos anatolios de Focea. El nombre de la ciudad proviene del término griego emporion, que significa mercado establecido en suelo extranjero, y hace alusión al significado original del asentamiento. De forma similar a la manera de proceder fenicia, por la cual un primer asentamiento se instalaba protegido en una isla o península, el núcleo de Emporion, la palaiópolis, se ubicó en la isla de Sant Martí d’Empúries, situada enfrente. A finales del siglo VI a. C. tuvo lugar el traslado a tierra firme, donde se fundó la neápolis. Emporion constituyó un nexo importante entre el mundo griego y el ibérico. A diferencia de los fenicios, que establecieron numerosos asentamientos, los griegos estuvieron mucho menos presentes en la península ibérica. «En la costa, [...] Emporiae, que son dos ciudades, una de los antiguos indígenas y otra de los griegos descendientes de los foceos [...]». Plinio el Viejo, Historia natural III, 22 (23 – 79 d. C.)

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15 HALLAZGOS DE EMPORION 1. Inscripción funeraria griega Piedra calcárea, 100 – 1 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Art de Girona Traducción: «Tespis, (hijo) de Aristoleo, de Massalia, ¡te saludamos!». 2. Vaso tipo askos Cerámica ibérica pintada, 400 – 300 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Figura femenina Terracota, 600 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Lecito. Botella para ungüentos Cerámica ática de figuras negras, 475 – 450 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Aríbalo. Botella para ungüentos Vidrio, 600 – 300 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Amphoriskos. Botella para ungüentos Vidrio, 600 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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¿Podemos leer y entender la escritura de los iberos?

LENGUA Y ESCRITURA DE LOS IBEROS La ibera es una lengua no indoeuropea que desapareció hace más de dos mil años como lengua escrita. Pese a los esfuerzos de la investigación y a que se logró una transcripción fonética aproxi­ mada, sigue siendo ininteligible en esencia debido a la ausencia de una lengua estrechamente emparentada. Sin embargo, conocemos algunos aspectos del idioma ibero gracias a comparaciones con inscripciones contemporáneas similares en lenguas conocidas. Además, se pueden identificar fácilmente nombres de personas mediante paralelos en inscrip­ ciones latinas. La lengua ibera se escribía con tres escrituras diferentes, en función de la región: la nororiental, la suroriental y el alfabeto greco-ibérico. La gran mayoría de inscripciones corresponden a la primera variante mencionada. Tanto la escritura nororiental como la suroriental están compues­ tas por signos con valor alfabético y signos con valor silábico, y provienen de un precursor común: el alfabeto fenicio. En el caso del alfabeto greco-ibérico, se trata de una adaptación del alfabeto griego jónico para la representación escrita del idioma ibero. La escritura ibera se utilizó entre los siglos V y I a. C. «Los demás iberos tienen también su arte de escribir; mas esta ya no es uniforme, porque tampoco hablan todos la misma lengua». Estrabón, Geografía III, 1, 6 (63 a. C. – 23 d. C.)

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16 Estela funeraria Piedra arenisca, 200 – 100 a. C. Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: -]śtaneśe[intaneś ebanen.au ŕuninkika oŕdinse ikika. siba ntin 17 Estela funeraria Piedra, 200 – 100 a. C. Cabanes (Castelló) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: Ildiŕbigis en : seldar ḿi 18 LÁMINAS DE PLOMO Las inscripciones iberas más largas se encuentran en láminas de plomo. Gracias a la comparación con paralelos griegos, se sabe que algunas son cartas relacionadas con actividades comerciales. En la parte exterior de estas láminas, originalmente enrolladas, figura el nombre del destinatario. Otros ejemplares podrían representar textos contables con listas de personas y los importes correspondientes. 1. Lámina de plomo con inscripción griega (réplica) Resina sintética, 530 – 500 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya La lámina que nos ocupa pertenece a la categoría de las cartas privadas. Se utilizaban láminas de plomo como material de escritura porque eran fáciles de rotular a la par que resistentes. Este ejemplar se halló en Empúries y estaba enrollado originalmente. En la carta redactada en dialecto jónico, el escritor da instrucciones comerciales.

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1 [–]ὠς ἐν Σαιγάνθηι ἔσηι, κἄν[–] [–] Ἐμππορίταισον οὐδ ἐπιβα[–] νες ἤ ἔκοσι κοἶνος οὐκ ἐλα[–]δ[–] 4 [– Σαιγ]ανθηῖον ὠνῆσθαι Βασπεδ[...]π[–] [–]αν ἄρσαν παρακομίσεν [..] εν[–] [–]ωνι τί τούτων ποητέον [..]ν[–] [–]α καὶ κέλευε σὲ Βασπεδ[..] ἐλκ[εν–] 8 [εἴρεσ]θαι [εἴ] τις ἔστιν ἕλξει ἐς δ[.]οστ[–] [–ἠ] μέτερον . κἄν δύο ωἶσι, δύο προ[έσ]θ[ω–] [διπ]λ[ό]ος δ’ ἔστω . κἄν αὐτὸς θέλη[ι–] [–τὤ]μυσυ μετεχέτω . κἄμ μὴ ὀ[–] 12 [–]τω κἀπιστελάτω ὀκόσο ἄν[–] [–]ν ὡς ἄν δύνηται τάχιστα[–] [–κεκ]έλευκα . χαῖρε. 1 (Hay que tener cuidado) para estar en Saiganthe, y si... ... para Emporitanos, pero no para pasajeros... ... más de veinte, y vino no para... 4 ... (que) la carga que estaba en Saiganthe y que Basped compró ... se hizo a la mar para transportar mercancías también en... ... à ... ... ¿qué debemos hacer con todo esto... ... e invita a Basped a remolcarle 8 ... (pregunta) si hay alguien que remolque nuestra... ... de nuestra (¿carga?, ¿barco?); y, si hubiera dos, que envíe dos... ... pero que sea él el (¿responsable?); y, si por su parte, quiere... ... que comparta la mitad; pero, si no está de acuerdo... 12 ... que se quede allí y me envíe una carta diciendo cuánto... ... lo antes posible para él... ... Aquí están mis recados. Adiós. 2. Lámina de plomo con inscripción ibérica Plomo, 300 – 200 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: uśtalar : ordinbeŕeteŕeikin : śalaiaŕgisdeŕokan : śalir [:] o III : neitiniunstir : aiuniguŕskate :

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3. Vaso ritual zoomorfo Cerámica ibérica gris, 500 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: neitiniunstir anbaikabalika ilbikon +ŕkelki koen [–] ekiaŕakerbikir [–] ban auskeikaŕ 19 INSCRIPCIONES Conocemos más de dos mil inscripciones ibéricas —con fre­ cuencia, muy breves— en un gran número de soportes. Suelen designar el nombre del propietario en vasijas de cerámica o nombres de lugares en monedas. Asimismo, nos han llegado epitafios en estelas de piedra, inscripciones rupestres religiosas, sellos de ánforas e inscripciones pintadas en cerámica. 1. Copa Cerámica ática de figuras negras, 500 – 400 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya, Barcelona Transcripción: ]letaŕ 2. Plato Cerámica ática de barniz negro, 400 – 300 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: kuleśuŕir 3. Ostrakon Cerámica ibérica (ánfora), 300 – 200 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: [.]+Igitibaś lauŕsu : turin aluŕtileis bilotigeŕei

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4. Bol Cerámica ibérica, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: sosian INSCRIPCIONES EN MONEDAS Las monedas iberas llevan una leyenda en lengua ibérica con el nombre del lugar en el que se acuñaron, aunque también aparecen ocasionalmente nombres de magistrados y marcas de valor, como sucede en las emisiones de undikesken. Sin embargo, es frecuente que los lugares de acuñación no se puedan identificar con precisión. 5.– 7. Monedas de undikesken Bronce, 200 – 50 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 8. Peso Piedra, hierro, 400 – 200 a. C. Puig Castellar, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Transcripción: ustainabaŕarban ENTREVISTA / JOAN FERRER I JANÉ Universitat de Barcelona ¿Qué lengua hablaban los íberos y cómo se escribía? «Los íberos hablaban una lengua no indoeuropea, como la vasca. A pesar de que se propuso que en algunos territorios, como Cataluña, fuera solo la lengua del comercio, en realidad se usó como lengua vernácula, ya que la encontramos también en inscripciones personales y religiosas. Además, no hay rastro de más lenguas y el impacto sobre la toponimia es similar en todo el territorio. La lengua ibérica se expresó en tres escrituras: nororiental, suroriental y greco-ibérica. El 95 % de los textos usan la nororiental que, como la suroriental, es híbrida, con signos alfabéticos y silábicos, y ambas comparten un ancestro que deriva de la escritura fenicia».

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¿Podemos descifrar la lengua ibérica? «No y sí. Las inscripciones se pueden transcribir porque conocemos el valor de los signos, pero no traducir, ya que no disponemos de lenguas suficientemente cercanas. Aun así, los paralelismos con otras epigrafías coetáneas y el análisis de los textos permiten avanzar en su desciframiento. Por los paralelismos latinos, iden­ tificamos los nombres de persona, como Sakaŕiskeŕ o Iskeŕadin. Y


por repetirse en inscripciones rupestres, los de divinidades como Balkar y Urdal. Algunos nombres comunes se identifican por aparecer siempre sobre el mismo objeto, como śalir en monedas y baikar en pequeños recipientes. Algunos verbos destacan por su complejidad morfológica, como eŕoke, propio de los textos comerciales. Por su uso en las marcas de producción, egiar era “hecho por”». ¿Hay parentesco entre la lengua ibérica y el vasco? «Seguro que sí, dado que los numerales ibéricos tienen corres­ pondencias casi exactas con los vascos, hecho casi exclusivo de lenguas emparentadas. Además, los numerales combinan entre ellos alrededor de las bases 10, abaŕ, y oŕgei, 20, y aparecen en contextos propicios a su presencia. Aun así, puede que ni el ibérico ni el vasco fueran lenguas unitarias, sino continuos dialectales, con pequeñas variaciones en zonas adyacentes, que podrían ser significativas en los dialectos más separados y que quizás conectaban con dialectos de transición. Sin embargo, esta relación no ha sido útil para interpretar textos, tal vez por la enorme distancia de más de quince siglos que separa los últimos textos ibéricos de los primeros en vasco». 20 Ánfora Cerámica ibérica, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 21 Ánfora púnica Cerámica púnica, 500 – 300 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 22 CERÁMICA IBÉRICA El torno de alfarero llegó a la península ibérica gracias al contacto con los fenicios. Al inicio, fueron decisivas para la producción cerámica ibérica las copias de las formas de vasijas fenicias, que ampliaron el repertorio ya existente, procedente de la Edad del Bronce tardía (finales del milenio II a. C.). También se imitaba a veces el recubrimiento rojo típico de las vasijas fenicias. 1. Jarra Cerámica ibérica, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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2. Jarra Cerámica ibérica, 475 – 225 a. C. Sitges de la Universitat Autònoma de Barcelona, Cerdanyola del Vallès (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Urna funeraria con restos óseos Cerámica ibérica, 350 – 250 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Jarra Cerámica fenicia del tipo Cruz del Negro, 700 – 500 a. C. Necrópolis de Can Piteu, Can Roqueta, Sabadell (Barcelona) Museu d’Història de Sabadell 5. Vaso en forma de toro Cerámica hecha a mano, 600 – 400 a. C. Tossal Redó, Calaceite (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 23 1. Vaso tipo askos Cerámica ibérica gris, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Vaso tipo dinos Cerámica hecha a mano, 425 – 375 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Vaso tipo askos Cerámica púnica pintada, 400 – 100 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Vaso tipo askos Cerámica ática de barniz negro, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Puig d’es Molins, Ibiza (Islas Baleares) Museu d’Arqueologia de Catalunya 24 1. Bol Cerámica ibérica, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 24


2.– 3. Boles Cerámica ibérica gris, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Bol Cerámica ática de barniz negro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5.– 6. Boles Cerámica ática de barniz negro, 400 – 300 a. C. Cerro del Santuario, Baza (Granada) Fundació Privada Duran Vall-llosera 25 En los siglos V y IV a. C. se importaban recipientes áticos a gran escala hasta la península ibérica. En ocasiones, las vasijas ibéricas se inspiraban en formas extranjeras. Sin embargo, la decoración solía quedar exenta de influencias externas. 1. Crátera Cerámica ibérica pintada, 400 – 300 a. C. Sureste (àrea Baza) Fundació Privada Duran Vall-llosera 2. Crátera de campana con escena de simposio Cerámica ática de figuras rojas, 350 – 300 a. C. Sureste (área Baza) Fundació Privada Duran Vall-llosera 26 1. Jarrita Cerámica ibérica hecha a mano, decorada, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort Cabrera de Mar (Barcelona), Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Jarra Cerámica ibérica gris, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Copa Cerámica ibérica pintada, 400 – 300 a. C. San Antonio, Calaceite (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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4. Copa Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Vaso pequeño Cerámica ibérica gris, 250 – 195 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Copa Cerámica barniz negro, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Bol Cerámica ática de barniz negro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 8. Escifo Cerámica ática de barniz negro, 425 – 400 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 9. Bol Cerámica ática de figuras rojas, 400 – 300 a. C. Cerro del Santuario, Baza (Granada) Fundació Privada Duran Vall-llosera 10. Bol Cerámica ática de barniz negro, 410 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA (218 – 201 A. C.) En el siglo III a. C., las tensiones entre Roma y Cartago, las mayores potencias militares y comerciales de la región mediterránea, des­ embocaron en la primera guerra púnica (264 – 241 a. C.), que acabó con la victoria romana. Veinte años después, el general cartaginés Aníbal Barca quiso vengarse. Abandonó Qart Ḥadasht (Cartagena), su base de operaciones en la península ibérica, con la intención de atacar Roma. Primero sitió la ciudad ibérica de Sagunto, que estaba aliada con Roma. A continuación, cruzó el río Ebro, lo que hizo que Roma declarara la guerra a Cartago. Las tropas romanas llegaron a Emporion en el 218 a. C. y derrotaron a los cartagineses en el 216 a. C. cerca de la actual Tarragona. Entre tanto, Aníbal había cruzado los Pirineos y los Alpes con infantería, caballería y elefantes. Entre el 218 y el 216 a. C. lideró una exitosa campaña contra las tropas romanas en Italia, pero, tras las derrotas en Siracusa y Capua, buscó refugio en el norte de África en el 211 a. C. En aquel mismo momento, Publio Cornelio Escipión había triunfado en el sur de la península ibérica. Finalmente, Escipión, después de ser enviado al norte de África, derrotó a Aníbal en Zama en el 202 a. C., resolviendo así el conflicto a favor de Roma. «Algunos de los historiadores de Aníbal, queriendo explicarnos por qué se reanudó la guerra entre Roma y Cartago, atribuyen el hecho a dos causas: la primera sería el asedio de Sagunto por los cartagineses, y la segunda, la infracción por parte de estos del acuerdo de no pasar el río que los indígenas llaman el Ebro». Polibio, Historias III, 6-8 (siglo II a. C.)

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LA SEGUNDA GUERRA PÚNICA (218 – 201 A. C.) 237 – 219 a. C. Presencia militar en la península ibérica. Demarcación de la zona de influencia entre Roma y Cartago 226 Acuerdo del Ebro entre Roma y Cartago 219 Sitio de la ciudad de Sagunto bajo el liderazgo del estratega púnico Aníbal 218 Aníbal cruza el río Ebro, los Pirineos y los Alpes. Declaración de guerra de Roma. Batalla junto al río Tesino. Batalla junto al río Trebia. Llegada a Emporion de un ejército romano dirigido por Cneo Cornelio Escipión 217 Aníbal vence a las tropas romanas en el lago Trasimeno. Publio Cornelio Escipión llega a Emporion con refuerzos. 216 Victoria romana en la desembocadura del Ebro. Aníbal derrota a ocho legiones romanas en Cannas (Apulia). 215 Los hermanos Cneo y Publio Cornelio Escipión vencen en la batalla de Íbera (Cataluña). 211 Batalla del Betis Superior. Victoria de los púnicos y muerte de los dos hermanos Escipión. 210 Publio Cornelio Escipión, hijo del fallecido jefe militar y posterior Escipión Africano, asume el mando romano en la península ibérica. 209 Conquista de Cartago Nova por parte de Escipión 208 Batalla de Baecula (Jaén). Victoria de Escipión sobre el hermano de Aníbal, Asdrúbal 206 Batalla de Ilipa (Andalucía). Victoria de las tropas romanas bajo las órdenes de Escipión. Gades (Cádiz) cae ante Roma. Fin del dominio púnico en la península ibérica. Primer levan­ tamiento contra la presencia romana en la península ibérica liderado por los jefes de los ilergetes Indíbil y Mandonio 205 Segundo alzamiento ibérico. Muerte de Indíbil y Mandonio 202 Batalla de Zama (norte de África). Victoria de Roma bajo Publio Cornelio Escipión. Rendición de Cartago. Escipión recibe el nombre honorífico Africano. 197 División de los territorios romanos en la península ibérica en dos provincias: Hispania citerior e Hispania ulterior. Levantamientos ibéricos

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195 Marco Porcio Catón el Viejo sofoca los levantamientos ibéricos.


EL FIN DE LA INDEPENDENCIA IBÉRICA El enfrentamiento entre Roma y Cartago sacudió la península ibérica. En el 197 a. C., los romanos victoriosos dividieron Hispania en dos provincias, mientras los iberos nororientales se rebelaban contra su dominio. El cónsul Marco Porcio Catón consiguió someterlos dos años después, obligándolos a renunciar a sus ciudades y pueblos. Los romanos fundaron otras ciudades y los iberos fueron adquiriendo las costumbres romanas paulatinamente. La fuerte resistencia de los demás pueblos de la península ibérica no pudo evitar que Roma concluyera su conquista a finales del siglo I a. C. Finalmente, las culturas locales desaparecieron bajo la presión de la lengua, la religión y la legislación romanas. 27 1. Ocho dracmas de Emporion Plata, 220 – 198 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2.– 3. Monedas púnicas Bronce, 218 – 200 a. C. La Palma, L’Aldea (Tarragona) Generalitat de Catalunya 4. Punta de flecha púnica Bronce, 250 – 150 a. C. Aixalelles, Ascó (Tarragona) Generalitat de Catalunya

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¿Cómo era la sociedad ibérica?

LA SOCIEDAD IBÉRICA

Las excavaciones de necrópolis revelan grandes cambios a partir del siglo VI a. C. El número de entierros parece decrecer intensa­ mente en comparación con el periodo anterior, lo que sugiere que los costosos rituales de cremación quedaron reservados a unas pocas personas. En Cataluña y Valencia surgieron tumbas de gue­ rreros, donde se dejaban joyas, vasijas de bronce y armas con los difuntos. En el sur de la península ibérica se crearon monumentos funerarios colosales. Todo esto se interpreta como el nacimiento de una clase aristocrática gobernante. En tal sociedad jerárquica, la mayoría de la población se encontraba en el extremo inferior de la pirámide. La clase baja estaba formada por un gran número de campesinos y ganaderos. Existen indicios de una apropiación intensiva de los excedentes agrícolas por parte de las élites, pero sabemos poco del nivel de autonomía o servidumbre de las familias campesinas. Muchas de ellas trabajaban simultáneamente como artesanos, como soldados en épocas de conflicto y, a veces, como mercenarios en el extranjero. 28 OFRENDAS VOTIVAS El Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC) posee una de las colecciones mejor documentadas de estatuillas de bronce ibéricas. Las figuras provienen de santuarios del sur y el sureste de la península ibérica, donde se erigían como ofrendas votivas. Documentan prácticas rituales en estos santuarios y, debido a su variedad, constituyen una fuente importante de la indumentaria, joyas y armas del pueblo ibérico. Exvotos Bronce, 400 – 50 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Santuario de la Luz, Verdolay (Murcia) Museu d’Arqueologia de Catalunya 30


29 LAS ARMAS DE LOS GUERREROS IBÉRICOS Los guerreros ibéricos utilizaban distintas armas defensivas y ofensivas, con diferencias regionales. El equipamiento defensivo estaba compuesto por un casco de cuero o metal, una coraza o peto, protectores de las piernas y un escudo redondo u ovalado. Las armas ofensivas eran lanzas, puñales y distintos tipos de espadas. Las lanzas, que se podían esgrimir o lanzar, eran importantes desde el punto de vista táctico. Las más ligeras se podían arrojar a grandes distancias. Entre las lanzas pesadas se encontraban las fabricadas íntegramente con metal, conocidas como soliferreum, y astas de madera con una punta de hierro larga. Las puntas de flecha solían ser de bronce y también podían utilizarse para la caza. Los proyectiles de plomo podían lanzarse con una honda. «Una vez [los iberos] hubieron lanzado sus soliferrea y faláricas, desenvainaron sus espadas y la lucha se volvió más furiosa. Ya no resultaron heridos por golpes imprevisibles desde la distancia, en el cuerpo a cuerpo contra el enemigo confiaban únicamente en su valor y en su fuerza». Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación XXXIV, 14, 11 (59 a. C. – 17 d. C.) 1. Espada tipo La Tène Hierro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Punta de lanza Hierro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Punta de lanza Hierro, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Punta de lanza Hierro, 400 – 200 a. C. Can Garrofa, Aiguaviva (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Lanza (soliferreum) Hierro, 400 – 200 a. C. Can Garrofa, Aiguaviva (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 31


6. Coraza Bronce, 400 – 200 a. C. Can Garrofa, Aiguaviva (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Umbo. Refuerzo de escudo Hierro, 300 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 8. Espolón Hierro, 500 – 200 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 9. Proyectiles de honda Plomo, 300 – 200 a. C. Sant Miquel d’Olèrdola, Olèrdola (Barcelona) Puig Castellar, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 10. Espada tipo falcata Hierro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya La espada de filo curvo, llamada falcata, fue un arma muy utilizada en el mundo ibérico entre los siglos V y I a. C. La falcata estaba extendida, principalmente, en la parte norte de Andalucía y en el sureste de la península ibérica. Con su hoja curvada, asimétrica y muy cortante, con un solo filo afilado, es similar a los modelos balcánicos, itálicos y griegos, pero se diferencia en la empuñadura en forma de cabeza de caballo, pájaro o grifo. Generalmente, la hoja estaba decorada con surcos longitudinales y en los ejemplares más lujosos, con insertos de plata. 30 Estela con lanzas Piedra, 200 – 50 a. C. San Antonio, Calaceite (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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31 Estela de guerrero de Palermo Piedra calcárea, 200 – 50 a. C. Palermo (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 32 Vaso de los guerreros Cerámica ibérica pintada, 325 – 275 a. C. Necrópolis de El Castellar, Oliva (València) Museu d’Arqueologia de Catalunya 33 JOYAS Y ACCESORIOS 1. Hebilla de cinturón Bronce, plata, 550 – 450 a. C. Necròpolis de Puig de Serra, Serra de Daró (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Hebilla de cinturón Bronce, plata, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Els Espleters, la Salzadella (Castelló) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3.– 4. Fíbulas tipo La Tène Bronce, plata, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Puig de Serra, Serra de Daró (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Pendientes Oro, 400 – 300 a. C. Sureste (área Baza) Fundació Privada Duran Vall-llosera 6. Collar tipo torques Bronce, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Els Espleters, la Salzadella (Castelló) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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34 Vaso Cazurro Cerámica pintada, 100 a. C. – 100 d. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya Esta vasija se encontró en una de las necrópolis griegas de Empúries y fue adquirida a principios del siglo XX por Manuel Cazurro en el mercado de arte. El motivo principal muestra la caza de venado, enmarcada por motivos geométricos. La vasija siempre fue objeto de discusión, tanto por su forma como por su iconografía, que es prácticamente descono­ cida en las representaciones del mundo ibérico. Las hipótesis van desde una influencia directa de la cerámica griega clásica del siglo V a. C. hasta un ejemplo muy tardío de la cultura material ibérica o celtíbera, o incluso una falsificación moderna (descartada ya en la actualidad).

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¿De qué vivían los iberos?

AGRICULTURA Y ARTESANÍA La variedad del mundo de los iberos también se manifiesta en sus estrategias económicas. La agricultura y la ganadería estaban extendidas en todos los territorios, aunque se observa una diversi­ ficación regional marcada. Las extensas zonas de granero que solo se encuentran en algunas regiones del norte se pueden explicar por una especialización en la producción excedentaria de cereales, en parte pensada para el comercio exterior. La presencia de almazaras de aceite de oliva en los asentamientos de los edetanos apunta a una especialización en la olivicultura y la viticultura en la actual región de Valencia. Se presume que en el oeste habría desempeñado un papel importante la ganadería. El procesamiento de recursos minerales y metalúrgi­ cos, incluidos el plomo y la plata, podría haber constituido la base económica principal de regiones como Ilercavonia (bajo Ebro) y, sobre todo, en el sur de la península ibérica. Además, se constata una gran especialización en el ámbito de la producción textil y cerámica. Cabe mencionar los vestigios de molinos de rotación con los que se optimizaba la eficiencia de la molienda de grano. Los ejemplos conocidos más antiguos en la región mediterránea —desde finales del siglo VI hasta principios del siglo V a. C.— provienen de yacimientos ibéricos. Los artesanos más especializados, como los alfareros o los orfebres, posiblemente ejercían estas profesiones como actividad principal y estaban controlados por las clases dominantes. 35 Tinaja ibérica (para fermentación de cerveza) Cerámica ibérica pintada, 250 – 200 a. C. Molí d’Espígol, Tornabous (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 35


36 PIEDRAS DE MOLINO 1. Molino de vaivén Piedra, 400 – 200 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Molino de vaivén Piedra arenisca, 700 – 400 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Molino de rotación Piedra arenisca, 500 – 300 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 37 1. Tinaja Cerámica ibérica pintada, 250 – 75 a. C. Archena (Murcia) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Tinaja Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Molí d’Espígol, Tornabous (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Urna Cerámica ibérica pintada, 200 – 50 a. C. Villaricos (Almería) Museu d’Arqueologia de Catalunya 38 PRODUCCIÓN TEXTIL 1. Fusayola de hilatura Terracota, 400 – 100 a. C. Molí d’Espígol, Tornabous (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Fusayola de hilatura Terracota, 400 – 200 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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3. Fusayola de hilatura Terracota, 200 – 100 a. C. Sant Miquel d’Olèrdola, Olèrdola (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Fusayola de hilatura Terracota, 500 – 300 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Peso de telar Terracota, 400 – 200 a. C. San Antonio, Calaceite (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Peso de telar Terracota, 400 – 200 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Peso de telar Terracota, 300 – 200 a. C. Coll del Moro, Gandesa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 39 TRABAJO DEL METAL 1. Lingote en forma de disco Plomo, 300 – 200 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Cospeles Plata, 500 – 400 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Tobera Terracota, 600 – 400 a. C. El Piuró del Barranc Fondo, Maçalió (Teruel) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Molde metalúrgico Piedra arenisca, 400 – 300 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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5. Molde de joyería Piedra, 400 – 50 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Molde de joyería Cerámica, 400 – 350 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Yunque de joyería Bronce, 400 – 200 a. C. Sant Miquel d’Olèrdola, Olèrdola (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 40 1. Urna Cerámica ibérica pintada, 200 – 50 a. C. Peal de Becerro (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Cálato Cerámica ibérica pintada, 300 – 200 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Jarra Cerámica ibérica gris, 375 – 200 a. C. Sitges de la Universitat Autònoma de Barcelona, Cerdanyola del Vallès (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Jarra Cerámica ibérica, 400 – 200 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Bol Cerámica ibérica pintada, 300 – 50 a. C. Villaricos (Almería) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Plato Cerámica ibérica pintada, 300 – 100 a. C. Fontscaldes, Valls (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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¿Qué ventajas ofrecía el procesamiento del hierro?

LA EDAD DEL HIERRO Cuando el hierro empezó a reemplazar al bronce paulatinamente como material dominante a principios del milenio I a. C., se produjo también un salto tecnológico. El dominio de la metalurgia del hierro fue un hito decisivo, sobre todo en su aplicación en ámbitos tan importantes como la agricultura. Las nuevas herramientas férricas permitieron un salto de calidad en la capacidad de producción. Así pues, ahora era posible mantener un crecimiento progresivo de la población, lo que, a su vez, favoreció el nacimiento de una sociedad urbana. 41 HERRAMIENTAS 1. Martillo de picapedrero Hierro, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Podón Hierro, 400 – 200 a. C. Tossal de les Tenalles, Sidamon (Lleida) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Sierra Hierro, 225 – 180 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Cuchillo Hierro, 400 – 200 a. C. Illa d’en Reixac, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 42 AGRICULTURA 1. Exvoto, yunta de bueyes Bronce, 300 – 200 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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2. Tridente Hierro, 290 – 220 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Azada Hierro, 400 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Conjunto de rejas de arado Hierro, 300 – 200 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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¿Qué posición ocupaban las mujeres en la sociedad ibérica?

LA MUJER EN LA SOCIEDAD IBÉRICA

Los autores clásicos, como Polibio, Tito Livio o Estrabón, hablan de las mujeres ibéricas solo como víctimas de guerra o en el contexto de alianzas matrimoniales. Sin embargo, su papel era mucho más amplio y dependía de su posición social. La mayoría llevaban una vida modesta en grupos de artesanos campesinos y combinaban sus tareas rutinarias (suministro de agua y combusti­ ble para calentar o cocinar, preparar la comida, cuidar de la casa y la familia...) con actividades agrícolas o la elaboración de textiles, artículos de cestería y alfarería hecha a mano. Los ajuares y esculturas funerarios demuestran que las mujeres acomodadas se vestían, se peinaban el cabello y se enjoyaban. La participación de las mujeres en ceremonias públicas, danzas en público, desfiles y el uso de instrumentos musicales eran otras actividades representadas. Además, existen numerosas figuras de bronce o terracota que aluden a la importancia que se atribuía a la maternidad. 43 1. Cabeza de dama ibera Piedra calcárea, 400 – 200 a. C. Santuario del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo (Albacete) Museu del Castell de Peralada 2. Cabeza femenina, Kore de Alicante Piedra calcárea, 525 – 500 a. C. Alicante (?) Museu d’Arqueologia de Catalunya 44 1. Dama oferente Piedra calcárea, 400 – 100 a. C. Murcia Museu d’Arqueologia de Catalunya

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45 1. Exvoto, figura femenina Bronce, 400 – 300 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Exvoto, Dama de Castellar Bronce, 400 – 300 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Exvoto, figura femenina Bronce, 400 – 100 a. C. Santuario de la Luz, Verdolay (Murcia) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Exvoto, figura femenina Bronce, 200 – 1 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 46 Dama de Elche (réplica) Ignasi Pinazo, 1908 Yeso Original: piedra calcárea, 500 - 300 a. C. La Alcudia, Elche (Alicante) Museu d’Arqueologia de Catalunya El busto femenino hallado en 1897 en La Alcudia, en Elche (Alicante), aproximadamente de tamaño real, constituye la obra de arte ibérica más famosa: la Dama de Elche. El busto tridimensional representa a una joven ricamente vestida con joyas lujosas en la cabeza y tres collares sobre el pecho. Una pequeña fíbula anular cierra una de las túnicas. Los ojos estuvieron rellenos de pasta vítrea. Se han encontrado restos aislados de pintura roja, ocre, azul egipcio y amarillo en las joyas, así como trazas de pan de oro en la parte interior del cuello. Dado que no existe ningún contexto arqueológico, es difícil interpretarla. Se han formulado varias hipótesis sobre la forma original (erguida, sentada o busto) y la interpre­ tación de la oquedad de la parte posterior (ofrenda o urna cineraria). Los ricos ornamentos de la cabeza, el cuello y las orejas hacen referencia a la especial posición de la representada. Es posible que correspondiera a una diosa, una figura sacerdotal o una mujer de alto rango.

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47 Dama de Baza (réplica) Piedra, siglo XX Original: piedra calcárea, 350 – 300 a. C. Cerro del Santuario (tumba 155), Baza (Granada) Fundació Privada Duran Vall-llosera En 1971 se hizo un descubrimiento extraordinario en las excava­ ciones de la necrópolis ibérica del Cerro del Santuario, en Baza, Granada. La tumba número 155 contenía la escultura de una mujer ricamente enjoyada y sentada sobre un trono con alas. En la mano izquierda sostiene un pájaro. Una abertura de debajo del asiento del trono albergaba las cenizas de la difunta. En la sepultura, intacta, se hallaron numerosos objetos: ánforas, cuencos y armas. Sin duda, la ibera aquí enterrada pertenecía a la clase alta. 48 Dama oferente del Cerro de los Santos (réplica) Yeso, siglo XX Original: piedra calcárea, 400 – 200 a. C. Santuario del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo (Albacete) Museu d’Arqueologia de Catalunya Esta estatua muestra a una oferente que sostiene una vasija en sus manos. Lleva una túnica larga, un manto con velo y una banda. Sus ricas joyas se componen de una diadema, grandes arracadas, tres collares y anillos. El lugar del hallazgo y el motivo indican que la estatua se donó como ofrenda votiva. 49 1. Lécito. Recipiente para ungüentos Cerámica ática de figuras rojas, 425 – 400 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Aríbalo. Recipiente para ungüentos Cerámica ática, 600 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Amphoriskos. Recipiente para ungüentos Vidrio, 600 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 43


4. Aríbalo. Recipiente para ungüentos Vidrio, 600 – 400 a. C. Empúries, l’Escala (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Scalptorium. Útil de aseo personal Bronce, hueso, 225 – 200 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Scalptorium. Útil de aseo personal Bronce, 200 – 175 a. C. Mas Castellar, Pontós (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 50 1. Lecanis. Caja con tapadera Cerámica ática de figuras rojas, 600 – 500 a. C. Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Pendientes Bronce, oro, 400 – 350 a. C. Necrópolis de Puig de Serra, Serra de Daró (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Pendiente Bronce, 400 – 200 a. C. Puig Castellar, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Pendiente Oro, 400 – 200 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Anillo en forma de espiral Bronce, 400 – 200 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Fíbula tipo La Tène Bronce, 500 – 300 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7.– 8. Fíbulas anulares Bronce, 400 – 300 a. C. Penya del Moro, Sant Just Desvern (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 44


LAS CABEZAS CORTADAS Al igual que los celtas, los iberos del noreste de la península ibérica también exhibían las cabezas cortadas de sus enemigos vencidos como trofeos de guerra junto a sus armas, tomadas como botín e inutilizadas. Se exponían en lugares públicos transitados, en las fachadas de las casas o en las murallas defensivas y se fijaban con clavos de hierro. Dos de los asentamientos de los cuales se ha documentado ampliamente esta práctica son el Puig Castellar, en Santa Coloma de Gramenet, y la ciudad ibérica de Ullastret. El análisis de estos extraordinarios restos óseos arroja valiosa información sobre los antiguos iberos. «Cuando sus enemigos son vencidos, les cortan la cabeza y la cuelgan de los cuellos de sus caballos: y, después de entregar a sus séquitos las armas de sus oponentes cubiertas de sangre, las llevan como si fuese un botín cantando un peán sobre ellas y entonando una canción de victoria. Aquellos primeros productos de la batalla son clavados en sus casas». Diodoro, Biblioteca histórica V, 29, 4 (siglo I a. C.) 51 LAS CABEZAS CORTADAS 1. Cráneo atravesado por un clavo Hueso, hierro, 300 – 200 a. C. Puig Castellar, Santa Coloma de Gramenet (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Cráneo atravesado por un clavo Hueso, hierro, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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3. Cráneo atravesado por un clavo Hueso, hierro, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Espada y vaina Hierro, 300 – 200 a. C. Illa d’en Reixac, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 52 EL MONUMENTO DE CAL POSASTRE Al igual que otras esculturas ibéricas, el monumento de Cal Posastre se destruyó deliberadamente. Sucedió ya hacia finales del siglo II a. C. y sus restos se depositaron en distintas sepulturas. En el centro de la estela había antiguamente tres figuras sedentes y un posible jinete. Seis cabezas masculinas, que quizá simbolizaban las cabezas de los enemigos vencidos, decoraban ambos lados. Monumento Piedra calcárea, 200 – 100 a. C. Cal Posastre, Sant Martí Sarroca (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 53 EL OPPIDUM En la península ibérica existieron distintas formas de asentamientos con diferentes tradiciones. Mientras que en el sur, concretamente, se registran asentamientos de carácter urbano, en el este y el noreste eran característicos los fortificados, llamados oppida. Un oppidum solía encontrarse elevado y estar dotado de una fortificación. Normalmente, la planificación urbana se adaptaba a las condiciones topográficas de cada lugar. Los alrededores de los oppida ofrecían los recursos esenciales para la vida. 1. Vaso tipo askos Cerámica gris ibérica, 200 – 100 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Bol Cerámica gris ibérica, 300 – 200 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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3. Plato con estampillas impresas Cerámica gris ibérica, 300 – 200 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya


4. Ánfora (miniatura) Cerámica ibérica, 400 – 200 a. C. Turó de la Rovira, Barcelona ciudad (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 54 MONEDAS IBÉRICAS Las monedas ibéricas no se acuñaron hasta finales del mundo ibérico, inicialmente en el siglo III a. C., en la época de la segunda guerra púnica. Al principio eran monedas de plata inspiradas en las dracmas de Emporion. Estas se acuñaron para pagar a los soldados romanos y tropas auxiliares indígenas. 1. Tesoro de dracmas de Emporion (Emporiton) Plata, 230 – 220 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2. Dracma de Kum Plata, 218 – 198 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Moneda de Ilturo Bronce, 200 – 100 a. C. Burriac, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Moneda de Kese Bronce, 150 – 90 a. C. Sant Miquel d’Olèrdola, Olèrdola (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Moneda de Untikesken Bronce, 200 – 50 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Moneda de Ausesken Bronce, 200 – 100 a. C. Burriac, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Moneda de Iltirkesken Bronce, 200 – 175 a. C. Turó del Montgròs, El Brull (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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ULLASTRET El oppidum ibérico de Ullastret, poblado entre los siglos VI y II a. C., se encuentra en la parte nororiental de la península ibérica, en una región con contactos económicos y culturales extensos con los fenicios, los púnicos y, sobre todo, los griegos. El asentamiento griego de Emporion se halla a unos 25 km al norte del asenta­ miento ibérico. Ullastret estaba compuesto por dos grandes núcleos: la parte alta sobre el cerro Puig de Sant Andreu y la parte baja, Illa d’en Reixac, que se encontraba sobre una pequeña isla prominente en medio de un estanque que se secó en el siglo XIX. La ciudad baja probablemente estuviera unida al mar mediante lagunas y humedales, lo que permitía navegar de la costa a la ciudad con barcos de fondo plano. Ambos núcleos ocuparon una superficie de más de 15 ha dentro de las murallas a partir de la primera mitad del siglo IV a. C., con una población que se calcula que habría podido alcanzar los 6000 habitantes. Se cree que Ullastret fue la capital de los indigetes. ULLASTRET: LA RECONSTRUCCIÓN VIRTUAL

Las investigaciones arqueológicas interdisciplinarias que ha llevado a cabo el Museu d’Arqueologia de Catalunya (MAC) en los últimos años, algunas en colaboración con otras instituciones de investigación nacionales e internacionales, han permitido obtener amplios conocimientos sobre las estructuras municipales y defen­ sivas del asentamiento. Sobre esta base sólida, se han logrado progresos en la investigación del mundo ibérico en Cataluña y se ha propuesto una reconstrucción virtual de la ciudad. El resultado es una experiencia audiovisual inmersiva.

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¿Cómo enterraban los iberos a sus difuntos?

RITUALES FUNERARIOS

Los rituales y prácticas funerarias de los iberos eran muy heterogéneos y dependían de factores sociales y regionales. La forma funeraria documentada principalmente en las necrópolis ibéricas es la cremación. Esta práctica proseguía una tradición que empezó en la región mediterránea noroccidental hacia finales de la Edad del Bronce, alrededor del 1000 a. C. No obstante, no todos los miembros de la sociedad recibían sepultura en una urna funeraria con efectos personales, ofrendas y, ocasionalmente, vajilla para la última comida. Esta ceremonia estaba reservada a la élite y desconocemos cómo se trataba al resto de la población después de la cremación. Con el paso del tiempo, las diferencias entre necrópolis se manifestaron. Las tumbas iban desde fosas sencillas cavadas en el suelo con indicios mínimos en el noreste hasta grandes, complejos y lujosos monumentos de piedra en el sureste. Esto se explica por las diferencias ideológicas y sociales entre las regiones. ENTREVISTA / CARMEN BELARTE Institut Català d’Arqueologia Clàssica ¿Todos los iberos eran iguales ante la muerte? «No todos eran iguales ante la muerte. Los cementerios ibéricos, o necrópolis, eran de cremación. Los restos humanos se depositaban en urnas de cerámica que se enterraban junto con otros objetos. Entre estos, son frecuentes los elementos metálicos: de ornamentación personal, armas, cuchillos... También los de cerámica, como vajilla, y otros relacionados con el tejido. Las diferencias entre tumbas según tipo y número de objetos señalarían diferencias de riqueza o clase social entre los enterrados. Las categorías de objetos no parecen específicas de un sexo. En el área meridional se construían monumentos sobre algunas tumbas en función de la riqueza». ¿Se enterraba a todos los difuntos? «Se conocen muchos asentamientos ibéricos, pero pocas necró­ polis. En Cataluña, las principales están cerca de las ciudades. Es el caso de Ullastret o Burriac. ¿Qué pasaba con aquellos que vivían en aldeas, granjas, etc.? No todos se enterraban en las

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necrópolis cercanas a la ciudad, ya que el número de tumbas es muy inferior a la población calculada a partir de los asentamientos. Parece que la cremación y el entierro en la necrópolis se reservaban a una parte reducida de la población. Desconocemos qué ritual se aplicaba al resto. Además, se enterraba, sobre todo, a hombres y mujeres, y apenas hay personas muy jóvenes o niños». ¿Por qué hay bebés enterrados en las casas? «Puede haber varios motivos. Uno es que los niños que morían antes de cierta edad no pudieran enterrarse en las necrópolis y se hiciera bajo los pavimentos de las casas. Pero no los hay en todos los asentamientos, algo sorprendente, dada la supuesta elevada mortalidad infantil. Otra opción serían los sacrificios infantiles, práctica no confirmada, pero documentada en otras culturas de la antigüedad. También puede ser que solo se enterrara en las casas a niños de ciertas familias, tal vez según la categoría social. Estudios como los de ADN podrían determinar si entre los niños enterrados en un asentamiento existían vínculos familiares». 55 Toro Piedra calcárea, 500 – 300 a. C. Santaella (Córdoba) Museu d’Arqueologia de Catalunya 56 Toro Piedra arenisca, 500 – 400 a. C. Porcuna (Jaén) Museo Provincial de Jaén 57 Griphomaquia Piedra calcárea, 500 – 400 a. C. El Cerillo Blanco (Jaén) Museo Provincial de Jaén 58 1. Craterisco de Gnathia Cerámica de barniz negro, 325 – 275 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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2. Punta de lanza Hierro, 400 – 200 a. C. Necrópolis de Can Rodon de l’Hort, Cabrera de Mar (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Espada tipo falcata Hierro, 400 – 200 a. C. Can Garrofa, Aiguaviva (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 59 Gran vaso ritual con esvástica y cabezas de cordero Cerámica a mano, 300 – 200 a. C. Coll del Moro, Gandesa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 60 Urna funeraria que contiene restos óseos quemados Cerámica ibérica pintada, 400 – 300 a. C. Castellot de la Roca Roja, Benifallet (Tarragona) Museu de les Terres de l’Ebre 61 Esqueleto de bebé Hueso, 400 – 300 a. C. Sant Miquel d’Olèrdola, Olèrdola (Barcelona) Museu d’Arqueologia de Catalunya SEPULTURA DE BEBÉS Los neonatos que morían durante el parto o pocos días después se enterraban bajo el suelo de las casas y talleres, es decir, en su entorno vital. Los restos mortales se envolvían en un fardo, en ocasiones se dotaban de un amuleto y se colocaban directamente en la tierra o en un recipiente. Estas prácticas eran características del este y el noreste de la península ibérica. Estaban fuertemente arraigadas en culturas anteriores y sobrevivieron en algunas zonas rurales hasta el siglo XIX. La interpretación más plausible es que los neonatos que no habían recibido los ritos necesarios no se consideraban como parte de la comunidad y, por eso, no podían abandonar su esfera privada.

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¿En qué creían los iberos?

EL PANTEÓN IBÉRICO

Nuestros conocimientos sobre la religión y el panteón de los pueblos ibéricos es muy limitado y se basa principalmente en los hallazgos arqueológicos, por falta de transmisiones escritas. Podemos imaginar que el panteón de los iberos era tan variado como ellos mismos. No sabemos casi nada sobre deidades ibéricas. Además, hay que suponer que los iberos adoptaron las de otras culturas, como la griega y la fenicia. No obstante, no sabe­ mos con qué ideas asociaban a estas deidades ajenas. Dos de las importadas eran Deméter, quizá como protectora de la agricultura y de la fertilidad de la tierra, y muy puntualmente el egipcio Bes, posiblemente el protector del hogar. Los iberos veneraban a sus divinidades en distintos lugares. Así pues, la práctica religiosa se situaba principalmente en entornos naturales, como santuarios en manantiales o cuevas (el Collado de los Jardines en Jaén o el Cerro de los Santos en Albacete), donde se han encontrado ofrendas votivas, a veces en grandes cantidades. Esta práctica se remonta a la prehistoria. En el entorno urbano se han hallado indicios de templos pequeños (Ullastret o Tivissa). ENTREVISTA / CARMEN RUEDA GALÁN Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica, Universidad de Jaén

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¿En qué creían los iberos? «Las sociedades iberas tenían complejos sistemas de creencias. Hay que descartar, por tanto, la idea de la religiosidad y el culto ibero como expresiones simplistas e ingenuas. Tenían una forma precisa de entender y ordenar su mundo, con un fuerte vínculo con la naturaleza. Se sentían identificadas e interrelacionadas con su territorio; habitaron y transformaron su paisaje y lo dotaron de sentido y de valor, también de un valor simbólico. Tenían su mitología propia, de fuerte carácter aristocrático, en la que se incorpora la relación con la divinidad y con los antepasados. Estas mitologías poseen variaciones regionales, así como iconos recurrentes, como el héroe enfrentándose a animales fieros. Además, generaron sus propias explicaciones sobre la muerte,


elaborando narraciones precisas que nos trasladan al más allá a través de diferentes ámbitos: a través del espacio fecundo del mar, de la exaltación heroica o de símbolos como el lobo. Un ejemplo excepcional lo encontramos en esta misma exposición, con el tesoro de Tivissa». ¿Qué sabemos de sus divinidades? «Poco a poco conocemos más sobre las divinidades iberas. Desde la arqueología nos aproximamos a ellas a través del estudio de sus santua­ rios, de sus imágenes o de sus ofrendas. Con lo que sabemos en este momento, no podemos hablar de un panteón de divinidades, al modo griego o romano, sino más bien de un mapa heterogéneo de devociones vinculadas a territorios locales o, incluso, a santuarios. Tampoco cono­ cemos sus nombres, salvo en algún caso, como el de la deidad Betatun. La divinidad femenina adquirió un protagonismo importante, con múlti­ ples variantes: como diosa dominadora de distintos planos del mundo, del orden celeste, así como de diferentes ámbitos de la naturaleza, tanto real como mítica. También se usaron iconos de fuera, como Afrodita, Heracles o Astarté-Tanit. Un caso llamativo es, por ejemplo, el de las dos figuritas de Bes, documentadas en Ullastret y que podéis ver en esta exposición. La presencia de estas divinidades foráneas no hay que entenderla como una incorporación directa y sin filtros, sino como asimilaciones con significados originales y propios del contexto ibero». ¿Dónde se veneraban las divinidades? «Las sociedades iberas utilizaban distintos mecanismos religiosos de comunicación con sus divinidades a través de los santuarios y de los rituales. Los santuarios son concebidos como espacios de memoria, lugares especiales, donde lo sobrenatural se hacía tangible y donde la divinidad se mostraba a través del sonido o de la luz solar en los casos, por ejemplo, de las hierofanías (o apariciones divinas), constatadas en santuarios, como en de la Cueva de la Lobera. Los sentidos se agudiza­ ban en estos espacios y así queda recogido en las imágenes votivas que fueron depositadas allí, como, por ejemplo los exvotos en bronce que se muestran en esta exposición. En estas pequeñas figurillas se escogen momentos clave de esa relación con la divinidad: los ojos grandes y abiertos, que en ocasiones miran a lo alto, hacia la cueva, con ansias de ver; las orejas enormes, deseosas de oír lo revelado; o la boca abierta, orando, en ese instante preciso de comunicación con la divinidad». 62 1. Dios Bes Terracota, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 53


2. Máscara (posible cabeza de Gorgona) Terracota, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 3. Máscara (posible cabeza de Gorgona ) Terracota, 300 – 200 a. C. Puig de Sant Andreu, Ullastret (Girona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Cabeza masculina Piedra calcárea, 500 – 200 a. C. Santuario del Cerro de los Santos, Montealegre del Castillo (Albacete) Museu d’Arqueologia de Catalunya 63 OFRENDAS VOTIVAS 1. Despotes Hippon. Relieve del dios domador de caballos Piedra calcárea, 300 – 100 a. C. Villaricos, Cuevas del Almanzora (Almería) Museu d’Arqueologia de Catalunya 2.– 3. Exvotos, figuras masculinas Bronce, 400 – 50 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Exvoto, mujer esquematizada Bronce, 400 – 50 a. C. Santuario de la Cueva de la Lobera, Castellar (Jaén) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Exvoto, piernas Bronce, 300 – 100 a. C. Santuario de la Luz, Verdolay (Murcia) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6. Exvoto, piernas Bronce, 400 – 300 a. C. Procedencia desconocida Museu d’Arqueologia de Catalunya 7. Exvoto, antebrazo y mano Bronce, 400 – 300 a. C. Procedencia desconocida Museu d’Arqueologia de Catalunya

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EL TESORO DE TIVISSA El tesoro de Tivissa fue descubierto por un campesino en 1927 en el asentamiento ibérico de Castellet de Banyoles, cerca de la localidad de Tivissa. Está compuesto por cuatro páteras, once vasos, un collar (torques) y un brazalete en forma de espiral, cuyos extremos son cabezas de serpiente. Todas las piezas están hechas de plata (algunas con recubrimentos dorados) y figuran entre los ejemplos más impresionantes de la orfebrería ibérica. Excavacio­ nes más recientes han dejado al descubierto un santuario urbano en Castellet de Banyoles, del que podría haber procedido la vajilla de plata. En la mayoría de casos documentados en la península ibérica, estos hallazgos se remontan a sucesos bélicos. En el caso del tesoro de Tivissa, el material probablemente se ocultó debido a la inestabilidad durante la segunda guerra púnica (218 – 201 a. C.), en la que el asentamiento se destruyó. El estilo de la decoración refleja tanto fórmulas estéticas autócto­ nas como elementos tomados del resto del mundo mediterráneo. El arte ibérico se caracteriza por la capacidad de adoptar influen­ cias externas y mezclarlas con elementos decorativos locales. «Se llevó ante el general una enorme cantidad de oro y plata, incluyendo doscientas setenta y seis pateras de oro, casi todas de al menos una libra de peso, dieciocho mil libras de plata en lingotes y moneda, y gran cantidad de vasos de plata». Tito Livio, Historia de Roma desde su fundación XXVI, 47, 7 (59 a. C. – 17 d. C.) 64 1. Pátera de las cuadrigas Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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2. Pátera del carnívoro (carnassier) Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya La pátera es un ejemplo excelente del complejo imaginario ibérico, que combina elementos propios con otras imágenes de origen mediterráneo. El relieve central lo ocupa la cabeza de un animal amenazador con una melena corta, rodeada de tres escenas. En la escena superior, una deidad sentada en un trono recibe una ofrenda, rodeada de un centauro y una figura en cuclillas. La escena de la derecha muestra el sacrificio de un animal para la deidad, ejecutado por un personaje alado (demon) con la ayuda de otros dos. En la escena de la izquierda, un jinete con lanza y armadura caza un león mientras este ataca a un jabalí.

3. Pátera del lobo Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 4. Pátera de los peces Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 5. Copa Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 6.– 12 Vasitos en forma de cáliz Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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13. Collar tipo torques Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya 14. Brazalete Plata, 250 – 195 a. C. Castellet de Banyoles, Tivissa (Tarragona) Museu d’Arqueologia de Catalunya

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